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Las mujeres de Cervantes in las novelas ejemplares
(USC Thesis Other)
Las mujeres de Cervantes in las novelas ejemplares
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LAS HUJ~R S DE C < V .' T,y S LAS NOVELAS EJEr/ LARES A Thesis Presentad to the Department of Spanish University of Southern California In partial fulfillment of the ~equirements fer the Degrea of Master of rts By , Isabel Baco Valdes June, 1932 T his thesis, written und er the direction of the candidate's Faculty Committee and approved by ali its members, has been presented to and ac cepted by the Council on Graduate Study and Research in partía! fulfillm ent of the require ments f or the degree of AS TF'.,R .. QF.' .. ARTS ......................................... . f p¾ ~~ ,,./ t1d-- ············· ········· ········ k ........................... . . / ecretary Dean Faculty Committee Profe_s sor .. Rice ..................... . Chairman - .P.ro.:f e.s.sor ... Nie.se ................... . Professor Heras i 1 'ABLA DE s , , Capitulo Pagina IlT ODUCCION . . . . . . . . . . . . . ~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ii I. L J. LIGION ••••••••••••••••••••••••••••••••••• 1 II. LA MORAL • ••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 13 III. L BELLE Z •••••••••••••••••••••••••••••••••••• 21 IV. LO PICARESCO • • • • • • • • • • • • • • e • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 27 v. LA NATURAL ZA • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 32 COMCLUSION •••••••••••••••••••••••••••••••••••• 36 B IBLI OGRAF 1A • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 41 ii INT ... ODUCCIOU El objeto de este estudio acerca de las m ujeres de las Novelas Ejempl~res de Cervantes es demostrar que Cervantes , revela al gn~as de sus ideas reli iosas, morales, sociologi- , ca s y esteticas por medio de las mujeres que noc presenta , en l as Novelas Ejemplares, y que demuestra tam bien algunos de sus ideales y sentimientos respecto de la mujer. A tra- , ves de estos caracteres podremos analizar los problemas ar- , , , tisticos y cientificos de Cervantes; su interpretacion de los pensamientos y acciones hum nos. Las Novelas Eje plarea de Cervantes no son obras se- , cundarias bajo ningun concepto. "The Novele are on the whole. finar and more exquisite literature than Don Quijote, although the latte¡ will al mys remain the more inspired creation", dice Schevill; y Ford dice: "In them character is drawn and manners are set forth in a f aithful anden a in way: as could not fail to be the cas e when a master of his art was writing with his eye fixed upon breathing and moving ere tures of flesh and blo od , and knew how to seize their ~alient traits and to fix t heir distinctive poses." Si Cervantes no hubiese dado a l a luz su Don Q uijote. :tas Novelas Ejemplares hubiesen sido suficientes para ele varlo y sost~nerlo en la cumbre de la literatura española. 1 R. Schevill, Cervantes, 294 2 :. · !. Ford, Main Currents of Spanish Literatura, 93 iii Son ellas la obra meditada y pulida del artista, "conjunto Único de realidad y fantasía, de humor finisimo y de la más 1 curiosa experiencia ." Men;ndez y :Pelayo nos habla del "arte peregrino y refi- 2 nado de las Novelas .15 jemplares", y añade: , "en cambio el genio da la novela habia 1erra.mado sobre qervantes todos sus dones . s~ habia encarna do en el, y nunca se ha mostrado mas grande a los ojos de los mortales. En Cervantes nqvelis_ ta hay qqe distinguir el escritor de ~rofesion que conti nua perfeccionando, por lo comun, las formas de art conocidas en su tiempo, y el genio prodi _ ioaa mente iluminado que se levu~ta sobre todas ellas. y crea un nuevo tipo de in~olita y extraordinaria belleza, un nuevo mundo poetice, nueva tierra y nue vo cielos. ~ste Cervantes no es el de la Galatea, ni el de :Persiles; es el Cervantes del Quijote, y dentro del cual se ex~lican y razonan las Novelas Ejemplares, que cuando son buenas, parecen frag mentos desprendidos de la obra inmortal, y dentro de la cual hubieran podido encontrar asilo , qomo lo entraron dos de ellas, no por cierto la mas felices. Con Hincone~e, El Coloquio de los Perros, ~ Gitanilla, El Celoso Extremeño, y aTgunas mas, sin olvidar los apotegna.s y moralidades del L~ cenciado Vid.riera, se integra la represantacio'n de la vida española contenida en el 3uijote, siendo por tanto, inseparables de la qbra ma ✓na, a la cual deban servir de ilustracion y complemento.n3 Cervantes, como novelista, , "fue ~l primero en la calidad, el primero en la ex tension y ri ueza de sqs asuntos. No se li~itÓ al desarrollo de una acciono intriga •••••• Creo un tino, varios tipos harto diferentes de la narra cion tradicional. n4 1 J. Fitzoourice-Kelly, Historia de la Literatura ~spañola, 284 - - 2 , enendez y Pelayo, Estudios~ Critica Literaria, 19 3 Ibid, 40 1 . S. Olivar, Vida z Semblanza~ Cervantes, 297 iv "~n estas Nqvelas ~ja~plares hay no ecos testimo nios de caracter historico muy oportunos para el conocimiento de las costumbres del tiempo, lo cual no es de exirañar d da s las tendencias realistas del autor." Estas mujeres nos han de dar a conocer el ambiente es- , ,., . , pecialisimo que reinaba en Espana en el siglo X VI en la apoca de Lope de Ve a. De esta ~poca habla Fitzmau.rice-Kelly así: , "The daath of Philip II in 1598 clases an epoch in the history of Castillian letters. Not merely has tha Italian influence triumphed definitely, the chivalresque romance has well nigh ru.n ita course. while mysticism and t~e pastoral have achieved expres sion and acceptance ." Americe Castro nos dice: "Cervantes se haya situado en 1 el centro del proble ma literario que afecta a 1~ intima estructura del sig~o. Jl Renacimiento ·habia labrado form~s carac teristicas para las dos tendencias que venian seña lada desd~ la Eqad Media: literatura idealista, , (serie heroicotra ~icaf ¡ literatura con inclinacion hacia la materia , (lo COID\CO, lo icaresco, lo ue con mayor o menor precision se llama realismo y que a veces es simple naturalismo)3 Las mujeres de las Novelas Ejemplares han de darnos un , , , conocimiento intimo de la tecnica sicolo ica de .Cervantes que "n o uede or menos de colocarse en el fondo de la conciencia de cuantos individuos salren de su pluma." 4 , , Cervantes fue a laudido por los mas f amosos ingenios da , , su e oca. Tirso de ·olina, le llamo "nuestro español Bocea- , , ocio"; Francisco de Lugo y Davila, "representante de los 1 J. Hurtado y J. de la Serna, Historia de la Literatura Española, 523 -- 2 J. Fitzmaur.ice-Kelly, _ History .2.f Spanish Literatura, 211 3 , Americe Castro, fil:. Pen amiento de Cervantes, 24 4 !bid, 68 V , , , orí ines de nuestra novelistica", y otras frases encomiasti- cas e oyeron de Tamayo de Varas, Salas Barbadillo, Francis co de uevedo, y hasta de su enemigo Lope de Vega. , "Cervantes es el escritor por excelencia simpatico a sus lectores. Su estilo, sus pensamientos, sus reflex\ones, muestran un equilibrio mental una gran hai;monia de,facultade~ que hacen de su representa cion psicolo ~ ica un eJemplo sorprendente de sereni dad. Ea claro y elegante en el est\lo; castizo en el lenguaje; mesurado en,la expreaion de lo, afeo tos ••••••• La velada ironia que su discrecion deja sospechar en ciertas obras, es el amable escepti cismo de aquel que habiendo sufrido y aprendido mucho en la vida, juzga que los hombres no ion nun ca tan malos ni tan buenos como aparentan." Siendo Cervantes , 2 "la personalidad mas celebre de la literatura castellanan, tienen sus personajes, por fuerza, que participar de esa cele- , bridad, y asi vemos que sus creaciones han servido de modelo , , e inspiracion a muchos escritores no solo en España, sino fue- ra de ella. "In the· Novelas Ejempl:tres su.ccedin generat ions of dramatists have had recourse for lote for their plays. Alexander Hardy, one of the founders of the French drama of the 17th Century quickly saw the dramatic possibilities lyin in Cervantes• novelet tes and adaptad threa of them to scenic purposea."3 Fitzms.urice-Kelly tambiJn nos dice: "From Cervantes too, ebster takes bis opera Preciosa, and from Cervantes comes Hugo's Esmeralda. In Las Dos Doncellas. Fletcher, who had already usad Don Quijote in his Knight .2f the Burnin~ Pestle, inda the root of Love's Pilgrimage; from Elasamiento !_ngaño,so he takes 1 A. Bonilla, Cervante z E Obra, 170 2 J. Fitzmaurice-Kelly, Hi toria de la Literatura spa- ñola, 267 - - 3 J. D. M . Ford, :Main Currents of Spanish Literatura, 94 his Hule a ' ife and Have a ' ife: nd from La añora Cornelia ne borrows his Chances. Andas Fieldlng has rejoiced to own his debt to Cervantes, so Sir Walter Scott has confessed that the novels of that author had first inspi 1 ed him with ambitions of excelling in fiction." , vi El campo de accion de l a s Mujeres de las Novelas ~jem- nlares se extiende por toda la España, desde Sevilla hasta Oviedo, lo que nos hace ustar de toda la vida española. "The Novels are more local, more intenaely Spanish (than el Q uijote) in the subtlest sense; they are coro actly filled w ith matter t hat requires that the attention be constantly f ixed on Spain, and quite enerally , on the life and ~ustoms of the Spaniards during the Henascence." Cervantes recorre oda la esfera social con sus heroi- , nas, desde las mas altas y encopetadas da as, hasta las me- soneras, dueñas y picaras. "La tolerancia y la ternura a.e Cervantes se extre man y afinan al pi ntar retratos d~ mujer. Su d~li cada sensibilidad, sus ideas platonicas, su espi ritu cristia~o y caballeresco, f ueron arte a crear unr de las mas variadas ineco rafias del arte es pañol, tan rico en i mágenes y caracteres femeninos.n 3 1 J . Fi t zmaurice-Kell ' 2 ! Histori of SI?anish Li terat u.re, • chevill~ Cervante t 293 3 c. s ina, Las Ji[u jeres del ~ui Jet e, 3 236 G PI UL I LA R~LIGION , l Resulta un p1 .. oblema al ,,o dificil segui r las ideas re- , ligiosas de Cervantes, quien, com o dice Americe Castro, "no se , repuso conscientemente s. exponer UlJ. siet~ma de ideas favorables o adversas a lt. teologia catolican! Es coea de notarse, l a extremada ortodoxia que despliega Cer- , vantes en sus Novelas Ejemplares . En el prologo ya nos las recomiend con estas frases: " Q uiero decir qg.e los requiebros amorosos que en 1 unas ha],laras son tan honestos y tan medidos co~ la razon y el discurso cristiano, que no po dran mqver a mal pensamiento;" y añade, "mi edad no esta ya para burlarse con la otra vida."2 , Amarice Castro, al ocuparse de las ideas reli iosas de , Cervantes, lla a la atencion hacia estos alardes de orto- , doxia, lo ue el llama , "el tanto curarse en salud." , Al fijar nuestra atencion en el texto de las Novelas Ejemplares no tdemos menos que sentir en cas i todas ellas un ambiente religioso. Ya he 10s dicho que Cervantes nos presenta en estas novelas un anora a de vida intensa _ente , español a , a tra ves de sus mujeres. Es por lo tanto, natu- ral que to am os a cada instante con muestras, ejemplos y ocasiones reli iosos, toda vez ue ~spaña es eminente ente , catolica, y en ellas veremos representadas las ideas de la contrarreforma, del cristi nis rno y de la tolerancia ue er- 1 A. Castro, ...2. Pensamiento de Cervantes, 321 2 Ce~vantes . Novelas ~ je plares, edic. Sopena, I, 12 2 , tenecen a la epoca renacentista, bajo las in luencias Eras- , La Gitanilla hace su entrada en drid en ocasion de , las fiestas patronales de la üorte, y su exito principal como bailarina lo alcanza haciendo sus bailes frente a la ima en de Santa Ana, en la i lesia de Santa Maria. Los ri tos y costumbres reli giosas empiezan a formar parte de la vida de nuestra gitanilla. Su romance, cantado en la i le- sia, y al son de unas sona ~ ·as, es la historia ,.., ue ensena l a iglesia acerca de la patrona Madrileña, abuela del niño , Jesus. No puede menos la Gitanilla que sentir ese tierno , afecto que en las almus juveniles va desarrollandose hacia los santos y antas de la i lesia. Son estos romances lo encargados de diseminar las en señan?.as reli iosas entre el pueblo lego. Preciosa, que solamente ha~e uso de romances y cant ares honestos, tiene gran aco io de los reli giosos que ella cree , lindisi rr.os. "Si me dan cu~tro cuartos les cantar6 un romance yo sola, lindísimo en extremo , que trata,de cuando la reina, Nuestra Señora largarita, alio a misa, de parida en Valladolid y fue a San Llorente. Di- oles qUE} es famoso ,Y com, uest o or un, . oe 1 a de los de numero, como ce.pitan del batallen." Preciosa, la Gitanilla, conoce el significa do y uso de , la~ reli ~ uias, y burlan ose del teniente en casa de doña Clara, le dice, "Habla vuesa merced mt1 a lo s ttnto, señor , , teniente; ande e a eso , y cortaremosle de los har a os para 1 Uovelas ..-:¡je plares , edic. So en.a, I, 21 1 3 reliquias." E ta chicuela habl del oder de Dios, con la consabi- , da frase, "con la ayuda del cielo". Su reli ion es parte de ella misma, aceptada como cosa natural; no siente dudas ni preocu aciones reli iosas. Acepta sus creencias como le vienen en conocimiento sin analizarlas, y habla de irse con , su vir inidad a la .. epultura, y " uiza al cielo". Todas sus charlas,cuando dice la buenaventu.ra,van salpicadas de , frases que no des ienten sus creenci s. Aai habla en la , casa del adre de Andres: "Lo que veo con los ojos, con el dedo lo adivino. Yo se del señor don Juanico, sin raias, que es al- o ena l oradizo, im etuoso y acelerado, y ran pro metedor de cosas que parecen im asible~; y plague a Dios que no sea mentirosito, que seria lo peor de \odo. Un viaje ha e hacer ahora muy lejos de aqui, y u.no piensa el bayo, y otro el que,lo ensi lJ,a; el hombr~ pone, y ,Dios dispone~ quiza pensa ra que va a Onez y dara en Gamboa."G , , Surge una cuestion de rito catolice. El señor cura, en ocasión cal desposorio de Preciosa con Andrés, se niega a hacerlo: "Si no preceden las ci~cu.nstancias que para tal caso se requieren~ ~Dond~ se han hecho las amo nestaciones? 1,Adonde esta la licencia de mi su perior para qué con ella se ha a el des osorio?"3 , Pero no fue este mayor i m pedimento, , "toda vez que concedio .licer¡cia el arzobispo para 4 que con sola una amonestacion se hiciese la boda." 1 Cervantes, La Gitanilla, edic. Sopena, I, 34 2 Ibid, I, 48 3 Ibid, I, 100 4 Ibid, I., 102 4 , Y termina Cervantes su obrita. presentandonos un ras- o de humildad. bella flor del cristianismo, c11ando la Car ducha. la ehamorada mesonera, confiesa su amor y se culpa , y recibe el perdon. Estas mujeres amenudo car an reli uias. Leonisa, sen- , tada al pie de la escalera, con la cabeza inclinada sobre la mano, es era a l cristiano por orden de su ama. De re- , , I pente, ve ante si a Hicardo, a quien ella tenia por muerto. , En esta situacion inesperada, , , "volvio atras cuatro o cinco escalones, y sacando una pequeña qruz del seno la besaba ~uchas veces, y se santiguo infinitas, como si algun fantas~ u otra cosa del otro mundo estuviera mirando." , , , Su reaccion nos demuestra que su fe catolica es su su- , premo aro aro. He aqui el arte de Cervantes: un movimiento instintivo de esta mujer, nos pinta toda su historia reli giosa . Constanza, la Ilustre Fregona , aparece "ceñida con un , 2 cordon de San Francisco." La señora Cornelia de Bentibolli, duquesita de Ferrara, no olvida llevar consigo sus reliquias i , , en el instante mas tra ico de su des racia . La dam9, recien parida, temerosa por su pro ia vida, ha salido desatentada y loca, pero en su seno lleva la rica cruz de diamantes y el agnus de oro tan rico como l a cruz. prendas que ella conside- , ra como un salvo conducto. As i ve os como en el instante de la partida de los dos españoles les dice: 1 Cervantes, & A ante Liberal, edic. Sopena , I, 145 2 Uervant~s. ~ Ilustre Fregona, edic. So ena, II, 75 , "Y pues al que vais a mi se me asemeja ser da pe- ligro, hacedme merced, señores, de l~evar est~s reli uias con vosotros . Y diciendo esto, saco del seno una cruz de diamantes de inestirna.b 1 e valor, y un agnus de oro tan rico como 1 cruz." 5 , La señora Uornelia tiene su religion profundamente a- rraigada en el alma . Cuando tro ieza con el desconocido en la calle seco~ lace de ue sea un español. Ve en ello la mano de Dios, y exclama: "Gracias al cielo; 2 ue no quiere que muera sin sacramentos." , Esta es la mujer tipica es a- ñola, ue en el momento supremo, olvida las cosas terrenas , , para ocup rse de las es irituales. Aqui tambien muestra Cervantes como la Señora Uornelia se siente plenamente con vencida de que sus pasos van uiados por una fuerza superior y ajena a su volun~ad. Tiene la .LJuquesita un al a muy caritativa y lo demuestra cuando trata de anamantar l a criatura que no con ce, pero que ha llorado. , úientras que confusa y cubriendose con honesti- , dad le da el pec .. o, llora pens ndo en su ro io hijo que cree perdido. Uervantes entra dentro del alma de esta mujer, y nos muestra sus puntos de vista. , , Estan aqui en lucha el amor al esposo y al hermano, y ant e est e dile a la mujer vuel- , ve su vista a Dios, convencida de que solo El puede sacar a arebos con bien da esta lucha a u ella i n c onsc i ., , les ha lanzado. uomo si no ·1 ,:.,-.J bastante pesado el fardo que agobia a - , , la Senora Cornelia, viene el ama a confundirla mas aun con 1 2 Car antes , La Señora Corn lia, edic. So ena , II, ,12 Ibid, II, 193 6 sus razonamientos. y pronto la convence de que vale mil ve- , ces mas er hallada "en casa de un sacerdote de misa, viejo 1 y honrado, ue en poder de dos e tudiantes mozos y españoles~ Juntas el ama y cornelia emprenden de nuevo la ruta camino a la aldea del cura con quien la se ~unda desea aconsejarse . Corneli a cree que el cura es el representante de Dios en , , este mundo , y a el deja l a solucion del negocio de su vida. Esta mu jer de tanta iniciativa y valor moral , no duda en dejarlo todo en manos del señor cura, a quien dice: , "En afecto. guielo co o mejor le par :::)ciere. y su mucha 2 , , discrecion le aconsejara." Cornelia abraza al cura y le besa las anos y se dispone a se uir sus instrucciones al , pi e de la letra. Cervantes nos muestra la parte activa que , toma el sacerdote en los as11ntos intimos de una familia. , Interviene en toda la reconciliacion y, "lue o el cura los , 3 desposo" . No quiere Cervantes apartarse ni nor un instante de la , extremada ortodoxia que ~e trazo en sus ovalas Ejemplares. , y asi, cuando Isa elita es rapt ada por Clotaldo, el caballe- , ro in les, "tluiso la buena suertE} que todos los de la casa de C~otaldo eran catolices secretos , ,aunque en lo publico mostraban sentir la o~inion de su reina. Tenia Clotaldo un hijo llamado ~icaredo. de edad de doce años . enseñado de sus padres a amar y temer a Dios , y star muy entero en las 1 Cervantes, La 2 - Señora Cornelia , edic. Sopena II, 215 Ibid, II, 228 3 Ibid, II, 236 7 , , 1 verdades de la fe cat olica." , La humildad brilla en Isabela: su fe en el poder de Dios la hace lle ar hasta la reina sin temor. Mientras Ca- , , taljna esta llena de preocupacion, temerosa de que la rei- , na sena ue Isabela ha sido criada a lo catolico, esta dice: .... , - , "No le 4e pena alguna, senora mla, ese temor, que yo confio en el cielo, que me ha de dar palabras en aquel instatlte por su divina misericordia, que so solo no os c~ndenen, sino que redunden en pro vecho vuestro." Cervantes nos ofrece un hermoso rasgo de tolerancia en la intolerante reina, que no solamente acepta a Isabela ca- , tolica, sino que encarece el hecho ante sus camareras dici- , , ando, "que por eso la estimaba mas, pues tan bien sabia , 3 guardar la ley que sus adres le habian enseñado." Durante la ausencia de Hicaredo, Isabela vive de su re- . , cuerdo, con el alma puesta en Jios y en las practicas reli- io as. , "Pocas o ninguna vez salia de su casa, sino para el monasterio; no anaba otros jubileos que a ue llos que en el monas t rio se ganaban. Desde su casa y desde su oratorio andaba con,el pensamie1- to los viernes de cuaresma, la santísima estacion de la cruz, y los siete venideros del Espiritu Santo. n4 , , Esa misma fe catolica sostiene a Isabelita en su hora , , tragica y la transforma en heroina, en la mujer e .. toica ue serenamente recibe la noticia de la muerte del es oso. Cer- 1 Cervantes, La ~spañola Ingles, edic. Sopera, I, 223 2 Ibid, I, 229 3 Ibid, I, 256 4 Ibid, . I, 267 , vantes nos de cribe esta escena con la maestria de su e- nio: , "Acabada de leer la carta, sin derramar lagrimas ni dar señalas de doloroso sentimiento. con ses go ros\ro y al parecer con sosegado pecho, se leva~to de un estrado donde ~staba sentada y se entro en un oratorio, e hincandose de rodillas ante la imagen de un devoto,crucifijo, ,hizo vo to de Sfr monja pues lo podia ser teniendoae por viuda." 8 , , Lle a el dia de to rr el habito y"ª a la ceremonia con todo el ritual que ordena la i lesia, , , "a,si se vist\o con a uel vestido mismo que lle vo cuando fue a ver a,la reina de,In laterra, que ya se ha dicho cuan rico y cuan vistoso era. Salieron a la luz las erlas y el famqso dia mante con el collar y cintura, que asimismo era de ~ucho valor. qon este adrono y con su gallardia dando ocas~on para que todos alabas~n a Dios en ella, alio Isabela de su casa a,Pie que el estar el monisterio tan cerca excuso los coches y carrozas." La presencia ines erada de Hicaredo en el instante su- , , prem o es oca.sien para que Isabela intensifique su fe. Ella , cree ue esta intervencion viene de la voluntad de Dios y asilo confirma cuando dice: "Mas pues Dios con tan justo im edimento muestra querer otra cosa, ni odemos ni conviene que por mi parte e impida,. Venid, se4or. a la c~sa de mis p~dres, y alli os entre are mi po~esio~ por los termines que pide nuestra santa fe catolica.n3 Estas mujeres no andan sedientas de ven anza. El par- , , don del camarera que enveneno a Isabelita es solicitado por las ismas artes ofendidas. Leonisa erdona al cadí 1 Cervantes,~ ~snañola Inglesa, edic. So ana, I, 269 2 Ibid, I, 270 3 !bid, I, 272 9 . 1 , quien"pidio que Leoniaa le abrazase", y ella hizo lo que , , rogaron. Leocadia tambien perdona. Fue victima da la lu- , juria de ~odolfo, y cuando llega la ocasion cuenta su his- , toria a la madre de este, y lla , en su ayuda a su u.nico , testigo; un crucifijo que tomo de la estancia l a noche en , que fue mancillada. Saca del pecho la ima en y le dice: "Tu, Señor, qq.e fuiste testi o de la fuerza que se me hizo, se juez de la enmienda que se me de b~ hacer. a encima de aquel escritorio te lle ve con proposito de acordarte sie pre mi agravio, no para pedirte ven anza, que no la ~rete~do, sino para pedirte y rogarte me dieses al un con suelo con que llevar con paciencia mi des racia. 112 , Huchos ejemplos tenemos de diversas practicas religio- sas en que toman parte las mujeres de las Novelas Ejemplares . ~ , Doña 'lamenta en el Casamiento Enganoso, "fue a tener nove- 3 nas en Nuestra Señora de Guadalupe". En Las Dos Doncellas, , aparecen las romerias de Santiago de Galicia, los jubileos , de Isabelita; las visperas y fiestas patronales a las que acuden los itanos. Constancita. la Ilustre Fregona, es de- , votisima de la virgen. , , , "Cuando salio de 1~ sala, se persigno y santiguo y con mucha devocion y sosie~o hizo un prof unda reverencia a una irna _en de Nuestra Señora, qu¡ en una de las aredes del patio e taba colgada." , Cuando el huesped cuenta al Corre idor la historia de oons- , tanela termina asi: 1 Cervantes. ~l Amante Liberal, edic. So ena, I, 161 - 2 Cervantes, La Fuerza de la Sangre, - 3 edic. So ~na, r. 331 Cervantes, ~1 Casamiento .~ ;¡ngañoso, edic. So ena, II, 249 - 4 Cervantes, La Ilustre regona, ~dic. Sopena, II, 75 - " esta aho:.a , señor Corre idor, decir a vuesa merced, si es posible que yo se a decirlas, las bondades y l as virtudes de Constanqica. lla, lo primero y principal , es devotisima di Nuestra Señora; confiesa y comulga cada mes." 10 Leonera, la tierna niña, esposa del maduro Carrizales, "i a a misa" a pesar del encierro en que se hallaba. Esta chicuela que confla en el juramento de un virote; que se siente segura porque ha jurado por la cruz, y ella misma. lo ha visto besarla, tiene tal valor que triunfa contra el as- , tute en añador uien no es suficiente a vencerla. La fe tiene un ran arrai _ o en Leonera, Muerto su esJ oso Carri- zel s, , "quedo Leonera viuda, llorosa y rica; ,Y cuando, Loayaa esperaba que cumpliese lo que el ya sabia qu~ su marido en su testamento dejab~ mandado vio que dent~o de una semana se entro monja en u.no de los mas recogidos monasterios de la ciudad"~ , Vemos en este ras o da Leonera la fuerza que la religion y , sus dogmas ejercia so~re la mujer, producto del renacimiento. Es una fuerza que tiene al ~o de misterioso y eleva hasta el misticis o. I Las picaras que nos resenta Cervantes en la extraña co- , ,., , fradia del Senor !onioodio, como buenas icaras, son supers- ticiosa s en extremo y careciendo de las virtudes cristianas , se extreman en 1 s practicas relieio as , confiadas en que , , asi alcanzaran la gloria en la otra vida. La i pota , vieja celestinesca hace una entrada de mucho efecto, r ac ias a la l Cervantes, La Ilustre 1 r egona , edic. Sopena , II, 116 2 - Cervantes, fil Celoso ~xtremeño, edic, Sopena , r. 56 maravillosa pluma de Uervantes: , . "Tras ellos ent~o una vieJa halduda, y sin de- cir nada, se fu.e a la s~la, y habier¡do tomado agua bendita, con grandisima devocion, se puso de rodillas ante la i1J1.agen y a1 cabo de una buena pieza, habien o pri 1 ero besado tres veces el suelo, y levantado los bra~os y lqs ojos al cielo otras tantas, se levanto,y echo en la,ea ~ortilla Sf limosna , y se s~lic con los demas al patio." Esta vieja que viene a la duana a dar cuenta de un canasto de ropa robada , tiene prisa, , "porque antes que sea medio dia tengo de ir a cumplir mis devociones y poner mis candelicas a nuestra Señora de,las Aguas. y al Sa~to Cru cifijo de San A ustin, que no ~o dejaria de hacer si nevase o ventiscase.u 11 verdaderamente, que ~s muy dada a sus devociones, y dice a las otras picaras, "mirad niñas, si tehéie aco.so algún cuar- , 3 , to para comprar las candelicas de mi devocion". La reli ion de esta~ Ícaras es pura superstición y mueve a risa. La G nanciosa es devota de San Mi ~ uel, Santa Lucia y San Blas. , üste ultimo por a uello de ser protector de la garganta, , parte del cuer; o del picare, que se haya amenudo amenazado por la cuerda. I Al presentar esta actitud en las picaras nos , I demuestra Cervantes, que para el estas practicas por si so- , las carecen de todo merito. 1 Cervantes, Rinconete z Cortadillo, edic . Sopena , I, 189 2 Ibid, I, 198 3 !bid, I, 200 12 Algunas otras críticas religios as aparecen aquí y allá en las Novelas Ejemplares. Preciosa dice a la tenienta: " Q ue soy como los sacristanes: que cuando hay buena ofrenda 1 se re oci jan." 1 Cervantes.~ Gitunilla. edic. Sopena. I. 31 . C PITUL II . MO L "1'0 puede olvidarse que la moral de Cervantes, es, ante todo, l a proy~ctada en l a s vidas de sus ers ona.jes. Las ma.xi nias y ap ot egma.s. pro fusamente desparra ados, por todas l~s obras no siempre contienen las not a s especificas de lo Cervantino, y amenudo no revelan sin pru rito de moralizar y razonar, que en Persiles, en el Coloquio de los Perros, y el Licfnciado Vidriera alcanzan su forma extremada." , , 13 Cervantes vivio en el si~l o XVI , en la epoca del neo- , , estoicismo, epoca ue trato de conciliar el ri or del estoi- , , cismo con el doma cristiano o catolice. Cervantes concibe la naturaleza como un orden inmanente. Los desastres sur gen por el choque de los ~untos de vista; y cada ersona , , , dara aquellos frutos que estan en armenia con su naturaleza . Las mujeres de Cervantes viven su vida como si no exis tiesen enas y recompensas fuera de este mundo , y experimen- , tan automaticamente el result~do de su conducta . Para Car- , vantes el libre albedrio se concreta en el problema del amor, la libertad amorosa, y defiende en todas sus obras esta li bertad. Nos presenta Cervantes caracteres altamente morales, da acuerdo con nuestras ideas del siglo veinte, en estas mujeres , ue el tanto ha querido: Preciosa, La Gitanilla; Uonstanza , la Ilustre Fre ona; Isabelita, la Inglesita: Leonisa , rapta da por los tu.reos; todas estas mujeres viven persi uiendo un idea l alto; convencidas de su libert a d d rech o a re olver 1 A. Ca tro, ~l Pensamiento~ Cervantes, 321 14 el roblema del amor. , , Preciosa, la simpatica chiquilla ue salio en extremo bien razonada y honesta, es desenvuelta, pero su desenvol- , , , tura jamas dio ocasiona que se la juzgara deshonesta. , , Marcho serena por entre la farandula bohemia del gitanismo , sin quedar huellas en su alma . Su educacion tosca solo sir- ve para hacer res ltar sus dotes de gran sefiora. Su hones tidad llega a tal extremo, que sus co pañeras no osaban en su presencia formular cantares descompuestos. La chica re- , conoce que tiene un espiritillo fanta tico que la lleva a grandes coas. Es admirable esta tierna mujer de quince ~ , anos que razona y tiene su filosofia de la vida, del honor, del amor, y del matrimonio. , Preciosa sabe como ha de componerselas para guardar su honor. "Mira, Cristina, de lo que te has de guardar es de un homb~e solo y a solas •••••.•• que la mqjer que se determina a ser _onrada, entre un ejerci to de so1dados lo uede ser . Verdad aue es bue- . ~ no huir de las ccasion~s, pero ~ande ser de las secretas y no de las publicas." , Para Preciosa su honor es la joya mas preciada; su alma , joven despierta al amor, pero col oca su honor ante la pasion, "Una sola joya ten p-o, que la estimo en más que a l a vida, que es 1 de i entereza y virginidad, y ,no la ten ~ o de \ender a ~recio de promesas ni dadivas, porq~e en fin sera vendida; si puede ser comprada, sera de muy poca estima: ni me la han de llevar trazas ni embelecos. antes pienso irme con ella a la sepultn.ra y uiza al c:J,elo, s,ue ponerla en peligro que quimeras y fantasias sonadas la em - 1 Cervantes, La Gitanilla, ~dic . Sonena I, 26 bistan o menoscaben. Flgr es la de la virg\ni dad qu~ a er posible, aun con la imaginacion no babia de dejar ofenderse. Cortada la rosa del ros 1, lcon que breveqad y facilidad se mar chita! Este la toca, aquel la huele, el qtro la deshoja, y, finalmente, entre las manos rusticas se ~eshace. Silºª• señor, por sola esta prenda venís, no la habeis de llevar sino 1 atada con 1 s ligadura s y lo.zos del matrimonio.n 15 ~n este discurso se nos resenta el alma española, con su , randa y altísimo concepto del nor da la mujer. Preciosa se rebela a ser celad de su amanta; lo con sidera en menoscabo de su honestidad que no debe ser puesta en duda . El alma dulce de recios~ es el crist al que refleja al alma de Cervantes. ~l poeta que le escribe versos y sonetos, ,., , despierta en la nina, no p~sion, sino un a or dulce y en presencia de esta sentimiento la Gitanilla busca vida, la que pide barato a hombres desconocidos, y baila de feria en feria a cambio de al 1nos cuartos, r9husa el escudo del poe ta a quien quiera por poeta y no por dadivoso. Preciosa cree en la libertad en cuestiones de a or; no c oncede a na die el derecho da disonar de su al a. "Estos señores bien ueden entre~art~ mi cuero, pero no mi a lma que es libre, y nacio libr~, y ha de ser libre en t anto que yo quisiere." El matrimonio es para Preciosa un l az o i ndisoluble hasta la muerte, y br ello cree que es estado en el que se debe , entrar des ues de haberlo pensa do madura .iente: 1 Cervantes, La Gitanilla, edic. So ena, I, 38 2 Ibid, I, 60 "que la renda que u.na vez com rada, nadie se puede deshacer de ella sino con la muerte, bien es que haya tiem o y muvho para mirarla y re mirarla, y ver en ella las fal~as o las v~rtu des que tiene; que yo no ~ e riJo por la barbara e insolente licencia que estos mis parientes se han tomado de dejar las mujeres oc st i arlas cuando se les antoja; y como yo no ienso hacer cosa que llame al castigo, no quiero 1 tomar co - pañia que por su gusto me deshecha." El mismo alto conce to del honor nos revela Leonisa, "y at1nque es tan peligr so,, iempre por favor del cielo he conservado en el la entereza de mi bono~, con la cual vivo contenta en mi mi seria." 16 I Leonisa es otro exponente de la teoria del libre al- , bedrio en cuestion de amor , "esto digo or darte a entender , , 3 que siempre fui mia, sin estar sujeta a otro." Laonisa encierra su orgullo en saber conservar su honor y su honestidad durante su cautiverio, y se extrema en ser , , como el oro, "que mientras mas se acrisola, queda con nas 4 , pureza y mas limpio." Isabelita, la mujer fuerte, que consagra su vida a es perar su amante, pasa su vida protejida, no como Preciosa, , , que vive en medio del huracan. No obstante, nos da tambien pruebas del concepto elevado que del honor tiene, "mientras a uarda en España el regreso de liicaredo, vive de manera que cuando este vuelva, le ven en c onocimiento la fama de sus virtudes antes que las señales del lugar donde vive •••••••• uon el pansam\en to puesto en dichas futuras aparece más lo~ana, mas l Cervantes, M::, Gitanilla, edic. Sopena, I, 61 2 Cervantes, !!_Amante Liberal, edic. Sopena, I, 137 3 Ibid, I, 168 4 Ibid, ~' 151 , . , fresca, mas bella, y cu nto,mas h e de los festejos de la ente moza as s m peñan ellos en ofrendarle musicas y requiebros a orosos; pero a todo esto estaba Isabelita come roca en mitad de la mar, que la tocaf ero no la mueven ni las olas ni l os vientos." , 17 este gru o de mujeres bellisi1a s, inteli~entes y que , onen su honor en elevadisimo conce to pertenece tambien, , Constanza, la llustre ~•regona , 1 mas honesta doncella ape - sar de vivir en una osada, donde hay un continuo entrar y salir de gentes nuevas y desconocid~s. Uonstanza es la moza , recatada y tinida que si la requiebran baja los ojos con hu- , mildad; pero cuan do sonrie tiene una maravillosa sonrisa de mesonera y señora todo en uno. Leocadia, niña delicada, honesta, de fa ilia pobre pero nobles, criad con tanto recat o que fuera de su padre y con- , , , fesor jamas hablo con hombre alguno; esta dulce niña es vic- , tima de una desdicha. Pierde su honor, y cuan o vuelve en si se desespera . La vemos ll crar ams,rga ente: desea la desven turada no ser vista de nadie, permanecer en la ob curidad convencida de "que es mejor la des honra que se i gnora que la , , 2 honr a que esta puesta en opinion de las entes." Esta niña de diez y seis años defiende su honestidad con tra un hombre, y prefiriendo perder la vida antes que verse . mancillada de nuevo, lucha hasta vencer . ~egresa e l hogar de sus padres, y les relata su desgrac i a . Pasa el resto de s u ida en el ma or apart amiento, temerosa de que se sospeche su 1 Cervantes , _1 Amante Liberal, edic. Sopena , I, 26 7 2 Cervantes, La 'uerza ~~Sangre, edic. So ena, r. 319 , deshonra, en el convenci .iento de que "mas la tima un 18 on- 1 , za de deshonila p11blica ue una arrobe de infamia secreta ." En rupo aparte se colocan Teodosia y Uornelia. m- , bas son hijas de padres nobles y ~e crian con todo el reco- imiento y recato que es debido a la virtud y nobleza. En tra el amor en sus corazones, y ante el temor de no poder seguir sus naturales inclinaciones, se rebelan, y acaece el desastre. Cuando ~eodosia sabe que Marco ntonio ha desaparecido , del pueblo, derra100. muchas lagrimas, se desespera al consi- derar que su honor ha sido mancillado, pero luego se repone, y resulta que resuelta y valiente cambia de traje y sale en busca del traidor, diciendo: , "mi principal deter inacion es, aunque pierda la vida, bu~car al,desalmado de mi esposo ••••• y en resolucion, ha.re que me cum~la la palabra qqe me tiene prometida o le uitare la vid~, ~ostrando me tan presta a la ven nza como fui facil al de jar agraviarma; porque la nobleza de la sangre qu~ mis padres me han dado, va desertando en M f brios que me prometen o ya remedio o ya ven anza de mi a ravio." 2 , Teodosia es uy feliz en la eleccion de su lenguaje. Fara contar de su deshonra, se vale de la frase, "di con to- , , do i recojim iento en tierra , y sin s ber como, me entre ue 3 en supo era hurto de m j_ s padres." La señora Cornelia, lo mismo que Teodosia , abandona su l Cervantes,~ Fuerza~~ Sangre, edic, Sopena, I, 325 2 Cervantes, Las_ Dos Doncella§,edic. opena, II, 141 3 !bid, II, 139 19 hogar, pero no valiente, en busca de · venganza, sino desa- , tentada y loca, temerosa de la colera del hermano. Teodosia y Cornelia, ecadoras de amor, son honestas , y recatadas. Ambas ponen toda su fe en sus amantes, a los que ya consideran como verdaderos esposos. Dentro del tema del casamiento incongruente, surge el problema del viejo y la niña que tan airosamente nos pre , enta el Caloso Extremeño. Carrizales encierra a Leonera , hermeticamente; se cree seguro, y duerme tranquilo mientras 1 Leonorcica, 11 temblando y pasito" le unta los pulsos con el • u.nguento que le ha de dar libertad para oir las cantatas del tañedor. , Peca la joven esposa por inocente; su corazon , no encierra maldad . Confia en los juramentos de Loay a y va , tras el peli ro inadvertida de la maldad de su dueña. Carri- zales, sabedor de su des _racia, sabe apreciar estos extremos y con un rasgo cervantino, por excelenciq,renuncia a casti- , gar a la adultera. , Dificil~ente podemos calificar a Leonera de adultera. , "El Vljlor de Leon9ra fue tal ,que en el tiempo que mas le convenia le mostro contra las fuer zas villanas de su astuto enga~ador, pue~ no fueron bastantes~ vencerla y el se canso en balde y 2 ella quedo vencedora y entr mbos dor midos ." El arrepentimiento de Leonera excede u falta; su pro- pia vida hubiera dado ustosa por la del anciano esposo. Leo nera ha sufrido un Shcudimiento moral que de niña la convierte en 1 2 cervantes, ~l e91oso Extremeño, edic. Sopena, rr, 36 !bid, II, 48 20 . mujar. e elev a las re c.:iones del misticismo e et en: e- ño de e iur su ecado. , , Las picar s de quienes hemos de ocuparnos mas a elante, carecen de oral. Su idea del amor es un atrimonio de con- , , veniencia donde el interas material sobrepuja a la pasion. Fu~ éste uno da los resultaaos de la penuria del si lo. ~a t a s mujeres tienen ue anarse la vida y todo lo miden mate rialmente. Preciosa qua se roza con los gitanos. ya nos dice: '¡l la señal! Nunca los enamorados han e decir .ue son obres, orque a los principios, a mi parecer, la abreza es muy enemi _ a del amor." 1 Cerv ntes nos da un ejemplo del matrimonio a icarado en !!_ Casamiento ~ngañoso, en al , ue ambas p~rtes, Estefania y el teniente Cam uzano van al engaño. l Cervantes,~ Gitanilla, edic. Sopena, I, 28 21 CAPITULO III , Es Cervantes, por excelencia, admirador fanatice de la , belleza. Sus mujeres ozan, (salvo rarisinas acepciones de , las que nos ocuparemos mas tarde) de una sin par belleza y juventud. Y e natural que este In enio qua siem~re tuvo , , tan elevadisimo concepto de la poesia , no udiera menos que •exaltarla belleza. Abrimos la pri era de sus Novelas ◄ jemplares y nos sa- , le al encuentro, en la primera pagina, Preciosa. la delicio- sa itanilla. De feria en feria ha recorrido todos los pobla dos de ambas Castillas, y en todos ha dejado bien plantada la , , fama de ser la mas unica bailadora en todo el gitanismo, y , la mas hermosa que pudiera hallarse . El sol ardiente de nuestra España ha acariciado de con tinuo su piel, pero no ha logrado deslust~ar su rostro ni c rtir sus manos. Su cabellera negra, la boquita breve, acentuuda por un hoyuelo en la barba, los ojos negros y de cidores, los iececitos menudos, repiqueteadores y ligeros, , y el cuerpecillo saleroso, hacen el mas hermoso conjunto da chiquilla bailarina. ~ , A los quince anos entra en la corte, en el dia de Santa , Ana , patrona. Da comienzo a su danza, y muestra su cuerpeci- , llo pletorico de ·uventud y belleza que va enamorando a todos cuan o la ven, hombres , ujeres, chi uillos ue corren a verla. Y cuando al son de un~s sonajas canta en la iglesia , e Santa :aria, frente a la im gen de Santa Ana , su voz es dulcisima todo~ cuantos la escuchan rorrumpen en frases 22 , de ad.miracion. , 1 terminar las visperas y fiesta de Santa , , 1na, la fa1a que de bella dquirio Preciosa fue tal que no , , se hablo de otra cosa por buen tiempo en la corte. "Preciosilla tiene la sal rwnbosa de nuestras m a jas bien plantadas, de las fieras manolas qua en la misma c~lle donde danzaba Preciosa aullaron de dolor pisoteadas por los caballos de los franceses; de nuestras hembras desen fadadas y graciosas que saben herirnos dere cheramente con sus ,desdenes e iluminarnos el sendero con el recio de su sonrisa . ~reciosa es la imienta de la H~za, y ai~loe mas tarde el atrabiliario aragones Don Francisco de Goya y Lucientes hubiera da o la mitad de su loria por haberla reproducido con sus inceles di ciendo la ~uena ventura en la radera del Co rregidor." Precio a adqt1iere una ersonalidad intensa y vemos co- , mo se desprende de lapa ina i presa y danza ondulando su a plia falda de itanilla, hasta descubrir sus bien tornea- , das piernas, mientras al compas de las sonajas su piece- cillos re iquetean en las losas del plaza, poniendo toda su alma en el baile con la donosura c stiza de la mujer es pañola. No menos bella es Leoni a , la italianita de cabellos , dorados y ojos azules. ¿~ue tiene de extraño que ~icardo, el ~manta Liberal, e viese preso de r ab iosos celos al ver la bajo un nogal janto a Cornelio, hasta el extremo de in- , , tentar contra la vida de este ultimo? M9.s tarde, en su cautiverio recaerda a su bella enemiga, recordando al armo- , nioso con·anto, que forma.ban los suaves colores que le dio la naturaleza. , ,., lla lejos suena rlicardo con las ~urpureas 1 Sanchez Hojas , Las 11u jeres de Cervantes, 27 23 rosas de sus mejillas, las perlas de sus dientes y el ala bastro de su garganta. Leonisa tiene ras.nos delicadas que al ser estrechadas por el turco, le hacen sentir un nuevo amor, quedando pren- , dado de la cautiva. Del mis . o modo , cuando se presento ves- , tida a l a turquesca y ae quito el antifaz, , , , "descub:r;io un rostro qu.e asi deslwnbro los ojos y alegro los corazones de los circunst~ntes como el sol que por encerradas nubes, despues de mu.cha oscuridad se ofrece a los ojos de los que le desean." 1 De Isabela , la InP-lesita nos dice la misma reina que sus ojos le parecieron "el sol la luna," mientras qua 1 s damas, edio mu.ertas de envidia no cesaban de alabar su ros tro, su cuero, y hasta la hermosura del habla. Cervantes hace derroche de su delicada sensibilidad, de sus ideas pla- , , tonicas y su exqui ita ternura en esta creacion. Es Isabe - lite u.na princesita delicadu , una figulina de Sevres, que deleita la ista de cuantos 1 c ontampl n . , damas de su be- , , , lleza fisica nada comun, esta la niña d•otada de una voz me- lodiosa, de maneras utiles, jntilezas exqui~itas y porte señoril. ,Pobre Isabelita! ue la maldad de una c marera , , convirtio en adefesio . M~s no podian 1 'benevolencia y ter- nura de Cervantes permitir tamaña injusticia. Poco a poco desaparece la fealdad y surge la nrometid , de Hicaredo mas , , , bella aun, a ser posible . El es iritu de Cervantes esta re- ñido con la ealdad . La belleza sin ar de Leocadia, la mucha hermosura de 1 Cervantes, Jl Amante Liberal, edic. So ena, I, 128 24 s1 rostro, causan su desventura . A enas cuent diez seis años esta her_osa niña, hija de I adres no ricos pero si no- bles. , e re ~ reso del rio , en noche clara, acon añada de sus padres, es apen s vista por odolfo . Otra menos bella hu biese asado inadvertida pero la belleza de Leooadia es tan ta, que una mirada ha sido suficiente para desertar en el mancebo el insaciable eseo de hacerla suya a pesar de cuan tos incovenientes puedan ~resentarse . Es la belleza un don muy preciado orla mujer, pero ue amenudo acarrea males irreparables. , , Bella, bellisi a debio ser la tierna Leonera, niña de catorce años, ara trastornar de tal modo el cerebro del ex- ~erimentado y maduro Carrizales. ste viejo, versado en las , luchas de la vida, despues de pasar largo tiempo consideran- do concienzuda ente su pronio futuro, se rinde como herido por un flechazo ante el rostro de Leonera, y no tarde en ofrecerle el matri _onio. , La ran belleza de estas mujeres da ocasiona los oe- , tas para cantar sus alabanzas. No solo Preciosa, la Gitani- lla, recibe sonetos. Los dos caballeros mozos, Carriazo y Avendaño, despiertan a la edia noche en la osada del Sevi- , llano, 1 son de muchas chirimias que en la calle sonaban. s la brava música con que el bojo del Corregidor, al comp's de un arpa y una vihuela, canta sus amores a Constanza, la Ilu tre re gona , con este soneto: " aro, humilde s11jeto, que le ·anta s tan excelsa cumbre ~a belleza ue,en ella se excedio naturaleza si isma, y al cielo l a delantas. i hablas, o si ríes, o si cantas, Si muestra~ mansedumbre ·o as ereza -- 'fecto solo de tu gentileza,-- Las potencias del alma,nos encantas. Para ue pueda ser mas conocida La sin par hermosura que contienes Y la alta honestidad de que blasonas, Deja el servir, pues debes ser servida De cuantos ven sus manos y sus sienes 1 ltesplandecer por cetros y coronas." 25 Cervantes recurre a sus formas exquisitas de lenguaje , para resentarnos estas bellas, dificiles de describir por ser super-bellas. Sencillas mujeres que con naturalidad, guiadas por el don que les concede la naturaleza para apre ciar lo bello, realzan inconscientes sus dotes naturales , con el tocado. Constanza ha de verse hermosisina cuando a- parece saliendo de la sala del Sevillano, con u saya y cor piño de paño verde; la camisa alta y ple ada al cuello, con , cabezon ne gro y gargantilla de azabache en armonioso con- traste con el blanco de su cuello, y con sus lar as trenzas , tocando en rubio mas que castaño. Sin duda alguna que Cervan- , tes, mientras era cobrador de contribuciones observo a su sabor en alguna de las ventas en ue paraba, esta Constanza de La - , , Ilustre Fregona. Seguramente la vio, trabo con ella conoci- , miento y observo su belleza de rostro y alma; y lue o nos la pres enta, no como muchos autores , para mostrar sus debilida des, sino como el padre amoroso que saca su hija uerida al pa- , seo publico. Teodosia y Leocadia, las dos doncellas que en traje de hombre van aun ue por distintos caminos, en busca del mismo l Cervantes,~ Ilustre Fregona. edic. Sopena, II, 73 26 :Marco nton~o. con ir an la f maque.de bellas gozan las andaluzas. ~1 cambio de traje no lora man uar la her o- sura del rostro, ni el donaire del orte. Apenas es vis t a Teodosia en la venta donde va en busca del descanso ne cesario, cuando "todos trataron de la gran hermosura y ga- , , l llarda dis-posicion del nuevo huesped." Mientras que Leo- , cadia, atada al arbol por los bandoleros, en su traje de , muchacho con solo la camisa y los calzones; el ro tro ba- ,.., , , nado en lagrimas, llena de zozobra y angustia; aun enton- , ces su belleza forzaba a ue la mira , en. Sintiendose mal auerida, quiso ir en bu ca del desleal, roveyéhdose de un traje de ~aje, ~ara ocultarse con mayor recato y no ser ha llada. Pero su belleza no uede di imularse con el traje masculino, ni es el sombrero de paje capaz de cubrir sus co iosos cabellos ni las ventanas de sus orejas. La señora üornelia de Bentibolli , es orgullo de su hermano que res~uarda esta belleza entre paredes y sole- , , dades . Pero solo miro y fue vista una sola vez y el duque , de •errara quedo esclavo de 1s exquisita belleza . No ha de extrañarnos que don ntonio quedase suspenso , al ver desmayada en su alcoba una desconocida que encubria , , , con un manto el mas b llo y hermoso rostro que jamas fue visto. Con las menos bellas, eervantes se muestra caritativo . , Estefania no es hermosa en extra o, ero tiene una blanca mano, y un ton de habla tan su e que a uam zano le en- tr o lo ... , idos en el lr • le enamora. 1 C rvantes, Las Dos Doncellas , edic . opena II, 13 27 li PITULO IV· LO IC seo I xiste un genero en la literatura llamado icaresco. , En el mundo entero ha habido picaros, pero en ninguna par- I te ofrece el relato de su filosofia, su vida, y sus cos- I tumbras el interes que en España, y es porque la psicolo- gia del picaro se adaptó muy bien a la España de su~ oca, y muy en particular a Sevilla. I , . Este genero picaresco en sus rincipios se concreto I I al circul de obras lupanarias y eli io siempre como pro- tagonista una mujer, entre las que se destacan Trotacon ventos en el Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita: -------- Celestina, de La Tragicomedia de Calixto ¡_ Helibea, por Rojas: la Lozana Andaluza de Francisco Delicado. La literatura picaresca en Es aña se desenvuelve en dos , , , formas: dramatica y novelesca . Esta ultima forn.a fue de I I menos duracion ue la primera . Puede decirse que eu ulti- , , ma manifestacion fue la Vida ~Hechos de ~stevanillo Gon- , zalea, hombre de buen humor, que muchos creen obra de Gue- , vara, edicion 1646. , damas de las novelas puramente picarescas que forman , , - el periodo del florecimiento de este genero en Espana, hubo una serie de obras que contienen elementos picarescos . , ntre e ta se encuentran las ovalas jemplares de Cervan- tes, I oue no son picaresc~s en su mas estricto si nifica o, , , ~ero sitien n ellas el elemento nicare oo intima.mente rela- cionado c on su trarra. Apenas exi te una de e tas novelas jem 1 res en la ue no e Hallen elemen os picarescos; pero 28 "' entre todas ellas, la . arla, la mas picaresca es ~inconete z Cortadillo. En ella tenemos un cuadro muy vivo del vicio y de la corrupción de su época; un cuadrito delicioso, don de el enio de Uervantes, con una media docena de pincela- , , das, nos presenta todos y cada uno de los picaros y picaras conocidos en Sevilla. , , , , Toda picara tiene un numero de caracteristic6s comunes a las de su oficio: no respeta la propiedad ajena; carece de honor; es aficionada a Haco; supersticiosa en extremo, , aunque llena de animo para so- ortar las adversidades de la , vida. Su buen hu.mor, por decirlo asi, nos hace olvidar sus ti desverguanzas. , Los oficios de las picaras on muchos y vari dos. Es- " tas picaras on el instrumento de qua se vale Uervuntes para describir las clases, sus vicios y sus costumbres. , La picara es la mujer inmoral y sin sentirriento, que termina en lcahueta y pervertidora de mujeres hombres a 1 vez • ella, po .r.aicontrc:. e c 1 un deshecho social . tu1~l l , la c estines- ca vieja Pipeta y sus no menos dirnas aliadas; Escalanta, Gananciosa y Caribarta, todas ellas rimorosamente delinea das por la luma rw.estra del ran pintor, el admirable rea- ista, que nos muestra sus rivalidades, su vicios, us pa- , sienes, us metodos de nar la vida. , La delicada satira de inconete Cortadillo, su cau- dal de di lacto icaresco, y jacarandino, ha uesto a Cer- vant sala cabeza e los autores de este tan popular nero literario. , a- 29 . La Pipeta es la vieja ue amenudo recuerda sus moce- dades; es la mujer viciosa que, perdida su juventud y con , ella su atractivo fisico, se dedica a pervertir a otr s mu- , , jeras i norantes y mas jovenes que ella. Por ello esta ,., , Pipeta se ha unido a la extrana cofradía de Monipodio donde ejerce sus oficios celestinescos y es encubridora de ladro- , nas. s una vieja hipocrita y supersticiosa. , Tan identificada esta la Pipota con su oficio, que ha- blando de una canasta de ropa robada dice, , 1 , "que esta tan entera como cuando nacio. " , , Creyeras e que esta. tratando de pasar uno de sus gatos por liebre. Al estilo de la Celestina, la Pipeta es ~ran cono- , cadera de vinos con solo olerlos o paladearlos . Bebe sin tomar aliento y dice: "De Guadalcanal es, y aun tiene un sí es no es de yeso el sefiorico",2 · , , cuando Escalanta lleno el corcho Y. se lo presento. , Estas picaras de Uervantes son tan astutas que causan risa cuando, hablando de si misrras, se colman de alabanzas , con un marcado dejo de humildad. Y cuando astan de buenas, , , se tratan con afecto y cortesía ridícula. , si la Pipeta llama "niñas" a la :\scalanta y a la Gananciosa, aconseján dolas de hol arse ahora antes de ue venga 1 vejez y se arrepientan d haba p rdido buenos ratos. , Iray aqui otras tre , picaras, interesantes, de las ue visten con desenfado ; muy pintados los rostros; llenos de color los labios y de 1 Cervantes, inconete 2 !bid, I, 199 Cortadillo, edic. So ena, I, 199 30 albayalde los . echos; cubiertas con·medios mantos de anas- , cote. tan desvergonzadas en su apariencia, que en viendo- , las Hincan y Cortado conocieron que eran de la casa llana. Estas mujeres traen de comer y beber a sus hombres. , jacaros, de la misma cofradia, quienes a cambio de estos manjares y de las anancias de su vil oficio, lea dan a , ellas olpes y palos. Y despues que las muelen a palos, las acarician. Juliana, la Caribarta. toda des reñada y lleha de to londrones, echa astes de .t{epolido a uien llama, "marine- 1 ro de Tarpeya, ti re de Ocaña. in rato y cobarde ." Viene en busca de justicia en onipodio . Y esta misma Caribarta, cuando cree que Repelido se va enojado lo llama e implora, , , 2 "ven aca , valenton del mundo y de mis ojos." , No i porta la edad de la picara, siempre es supersti- ciosa. Escalanta y Gananciosa son devotas de San Mi~uel y San Blas, abo ado de la garganta, y le dan cuartos a la Pipeta para ue encienda candelicas, convencidas hasta la , saciedad, de aue iran al cielo si no faltan a sus devociones. , , Una ~ez mas demuestra Cervantes su maestría y su ex- quisita finura, al darnos una nintura tan acabada de las , , picaras y sus mañas sin herir nuestros oidos ni nuestra moralidad con escenas proseras, como acontece en la obra , de muchos otros como Salas Barbadillo, Francisco Solorza.no, y ernando de Rojas. 1 Cervantes, linconete 2 Ibid, I, 210 Cortadillo, edic. So ena, I, 210 - . La Arguello, la superintendente de las ca sen la , posada del avillano, es otra pie ra carente e mor l. # liviana y ridicula en sus inmoralid des. Apenas se da cuenta que los dos mo os van a permanecer en 1 posada, cuando marca por suyo a l J; turiano . Em . us planes idea regalar al mozo hasta ablandarle si es que resulta de , , condicion esquiva. Y la vemos visitar la oarcel a obse- , quiar al m ozo y requerirle de amores. haciendo t.l.Il8 ridi- ·cula figura junto a la reja con el rostro afeitado con 31 albayalde . seo ha de causar al Asturiano esta mujer de N # # cuarenta y cinco anos que mas bien parece un mascaron de yeso. Compañera de la .. , ruello, es la Galle a , otr picara, sin honor . Como buenas am·gas discuten sus planes de modo ., ,., que si la Arguello se aduana del sturiano, la Gallega echa , , identicos planes acerca de Lope, y en intimo concierto de- ciden advertir a los mozos, , "que no las habi n de pedir celos por cosas que las viesen h cer de sus personas; porque mal pue den re alar las mozas a lo de adentro si no h&cen tributarios a los de fuera de casa." 1 Cervante, La Ilustre ----- regona, edic. So ena, II, 79 32 C PITULO V N T LE? , , A travas de las pa in~º da las Novelas jemplares ve- mos que Cervantes cree que cada ser viene al mundo con , , ciertos caractaristicos los cuales no adra borrar al me- , dio ambiente, es decir, que la posicion de cada persona , esta deter inada por la naturaleza. , La Gitanilla se cria entre los itanos, , , "una, pues, de esta nacion, itana viej~ que podia ser jubilada en la ciencia de Caco, crio una mucha cha en nombre de nieta su¡a, a quien pus o no~bre Preciosa, y a uien en año todas sus gi¡anerías, y modo de embelecos y trazas de hurtar," y a p ar e, , "la crianza tosca en que se criaba no descubria en ella, sino ser nacida de mayores prendas que de ·tana n ~ l. ' •••••••• Aunque Precios crea iempre ser gitana y nieta de la vieja, , , "sienpre se había estimado ~n mucho m:lS de lo que de er gitana se esperaba.n Y cuando encuentra a sus verdaderos padres, pasa Preciosa a su nuevo orden soci 1 con la mayor naturalidad sin afecta- , , cien ni preocu acion . , Otro ca o analo o nos resenta Cervantes en la Ilustre Fregona . , , Constanza nace y se cria en el mesen pero su san- , re noble se uestra tanto en lo fisico co o en lo moral. 1 Cervantes, La Gitanilla, edic. Sopen.a, I, 17 2 Ibid, I, 18 3 Ibid, I, 98 33 . Ya el mozo de mulas aunque ignorante y tosco, reconoce ue es joya para un arcipreste o para un conde. El continuo roce con extranjeros, con entes to c s, mozos de mulas y mujerzuelas, no hace mella en las bondades y virtudes de Constanza, que or ello es conocida con el sobre-nombre de Ilustre Fregona. La. Galle a dice: , "~olo digo que la doy a la mala landre; que no se ue tiene, ue no deja hacer baza a finguna de las mozas que estamos en esta casa." Cundo Constanza pasa a ocu r el puesto que le corres ponde, lo hace con naturalidad, como al o inm nente. , "Vistio lue _ o la mujer del corre i or ,a Constanza con unos vestidos de una hija que tenia d~ la mis ma edad y cuerpo de Constanza, y si parecia hermo s~ con los de labradora, con los cortesanos pare oia cosa del cielo: tan bien le cu~drab~n, que daba a entender que desde que nacio había sido añora y usado los mejores trajes que el uso trae oo·nsigo." ~ , Tambien en la Fuerza de la Sangr~, el hijo de Leoca- dia es, , "de rostro hermoso, de condicion mansa , de in e- nio a udo, y en,todas las acciones ue en aquella edaq tierna podía hacer, daba ~eñales de ser de al un noble padre enp-endrado." Cervantes nos presenta esta idea en su forma inversa, , es decir, muestra el ridiculo que hace la que desea apa- rentar cualidades qud no tiene naturales. , llo fue causa de que Cervantes convirtiese las dueñas en objetos risibles 1 Cervantes,~ Ilustre Fregon~, edic. So ena II, 120 2 !bid, II, 129 3 Cervant s, ~ uerza de la Sangre, edic. Sooona I, 327 34 , . cuando intentan ostentar señorios que no tienen. Mueve a risa el ama de los españoles cuando habla a Cornelia en estos términos "••·•••Pºrque en verdad, que si a mi no me hu bieran guardado mis repuls s, desdenes y ente rezas, ya hubieran dado conmi o y con mi honra al traste. Porque no es oro todo lo que relu ce. Uno dicen y otro piensan; perq hanlo ha bido conmi o, ue soy tainada, y se do me aprie t a el zapato; y sobre todo, sqy bien naci da, que soy de los Cribelos de Mil~n. y ~engo el !)unto dB la honra diez millas mas alla de la nubes. ,,J. , E ta atraccion que siente Cervantes hacia lo natural se presenta en distintas formas. Se complace en poetizar y enaltecer la vida sencilla y a reste de los itanos; la espontaneidad de sus leyes y re ~ las de costumbres y conducta. , Tambien gusta de la justicia que se aju ta a las le- yes naturales y sencillas, a la vez que critica ciertos u os y ce tumbres judiciales. La vieja itana desea tener dineros para prevenirse contra la justicia, y dice, , "¿Habra favor t an bueno que llegue a la oreja del juez y del escribano, corro de estos escu dos si lle na sus bolsas? Tres veces por tres delitos diferentes e he vi to casi pues ta e~ el asno para ar azotada, y de la una me libro un jarro de plata , y de la otra una sarta de perlas, y ~e la otra cuarenta reales de a ocho, que habia,troc do or cuartos, dando veinte real es mas por el cambio. n2 Y Preciosa dice a doña Clara, "ira.señora, por ahf he oido decir (y aunque moza , entiendo u no son buenos dichos) ue de los ofi- l Cerv ntes, ~ Señora Cornelia. edic. Sopena II, 215 2 Cervante, ~ Gitanilla, edic Sopana I, 41 cios se ha de s~car dineros para pagar las condenaciones de las residencias y para pre tender otros cargos." , 35 Asi vemos ue Cervantes pugna por acercarse al esta- do natural de la. cosas y alejarse de los males que rei naban en su siglo. 1 Cervantes, La Gitanilla , edic. oJ ena, I, 34 36 C()NCLU ION Terminado este estudio de las mujeres de las Novelas Ejemplares, vemos que Cerv_ntes pone mucho de su propio ensamiento y entir en la conducta de sus caracteres. , Cervantes fue un hombre en extreno tolerante y su- frido. , Ñ Su vida triste y dolorosa no alcanzo a empanar la , ternura de su alma, la cual derramo en abundancia sobre las mujeres. Para Cervantes la mujer es una da las mayo res fuerzas de la vida, dando lu ar o a las mayores dul zuras en la vida de un hombre, o al desastre de su vida. Estas mujeres son frt1to del naturalismo y estoicismo del , siglo XVI. No nos las presenta como seres debiles, nace- , sitadas de la ayuda del ho ibre. sino mujeres heroicas como Teodosia, Isabelita, Leocadia, y la Señora Cornelia, que nonen en juego su inteli encia y astucia en busca de la , dicha . El santi niento uia su vida y el amor es su prin- cipal problema . Cervantes defiende lo error s de las mu ·eres y se aleja de los do _ mas ya establecidos, ara elevarlas a un , lano moral ~ ue no les cono deria el precepto de la igle- sia. , v ue Cervantes fue un gran observador de la vida, y e ecialente de la mujer, no cabe duda cu.ando vemos es tos ti os que nos resenta tan naturales y acab~dos , que parecen mujeres de carne y hueso. La permanencia en Italia y el renaci iento ajercie- 37 ron rande influencia en Cervantes. Cervantes busca la , verdad n o en el do a y prece tiva de la e oca sino en la , , ex eriencia. Considera que el error esta en la o o icion a las leyes naturales. Tan pronto como se infringen estas leyes, sur e el desastre~ , , Para Cervantes mas daño hace el deshonor publico que , , no el ecreto; prefiere un hipocrita a un necador publico, considerando ue el , - , rimero solo se dana a si mismo. , Cervantes seco lace en onar de relieve lo inutil , de uardar a una m ujer, cuando solo ella puede guardarse , con exito. Otra de sus preocupaciones son les celos. Los considera innecesarios , mas bien perjudiciales que , eficaces para el buen axito del a or. , La renuncia a castigar a la adultera es un ra o ca- ritativo de Cervantes, que se adelanta a su siglo, ale- , , , jandose de lo do mas vul ares de su epoca cuando la adul- , tera forzosamente incurría en 1 ena capital. , Las ujeres tienen el mas alto conce to de la virgi- , nidad , ese honor ue aprecian rms que la misma vida. Cervantes es un ran exponente de la libertad en , cuestion de amor. Cree que las inclinaciones amorosas no deben ser torcidas, a riesgo de ue sobrevenga el desastre. Es defensor del matrimonio natural. Considera el m tri onio como lazo indisoluble hasta la muerte, y concede a la mujer el derecho de ir en bu 0 ca del es noso desleal para hacerle cur1 lir su promesa. 38 Las mujeres de Cervantes, si pecadoras, son ecadoras de amor, y en los casos ue rasen a el adulta io defiende , a la mujer sin falta material o victi a de circunstancias desfavorables. , , Cervantes, como buen español de su epoca, es catolice , a ostolico roms.no, ero al mismo tiempo participa de cier- tas ideas acerca de la moral y la naturaleza que no encajan , de lleno en la ideologia cristiana . ~s de notarse ue cier- , , tas practicas y creencias religiosas le mueven a la critica, todo lo cual resulta natural en un espiritu avanzado como es Cervantes. , 1 cristianismo de Cervantes se basa mas en , las virtudes cristianas que en las racticas reli~iosas. , Estas se convierten en su~ersticion y mueven a risa, cuando , caen en manos de las picaras. , La carided y el perdon de las injurias le prestan , elocuencia, mientr s que la venganza jamas forma parte de , ninguna de sus tramas. Su espiritu tolerante coloca a las , picaras en el lano de la i norancia que hace sus faltas excusables. Tiene Cervantes tan alto conce to de la tolerancia, que a dorna a la reina con esa cualidad. Tod~s estas ujeres de las Novelas ~jamplares son emi- , nentemente religio as y conocen todas las practicas y ritos , catolices. El sacerdote ejerce ran influencia n la vida , intima de estas u ·eres. , La fe en la mujer es un arma de combate, qu la ayu.- 39 . da y la so tiene en sns des racias. Participan ellas de , una ~an fe en el poder de Di y esta confianza las lleva , adelante. Las reliquias son objeto de veneracion, y un crucifijo udo es testigo de mucho valor. , , Las picaras carecen de religion como de moral. , Cervantes tiene un canee to altisimo de la belleza y la poesía. Siempre se nos resenta refractario al arte vulgar; sus ti os son ejemplos de belleza completa, y se , , complace en presentar la belleza en intima trilogia con la bondad y la inteligencia. La belleza de la mujer es fuerza vital: o da lugar a , dulce armenia amorosa o es termino funesto que acarrea des racia. Cervantes ama la vida natural y sencilla y le compla- , , ce lo es~ontaneo y lo verosimil. Del mismo modo es par- , tidario de la justicia sencilla sin intervencion de letra- dos y otras dilaciones y aparatos . A Cervantes no le agra- da la justicia que pone en tela de juicio los hombres, y acusa el uso del soborno tanto para obtener justicia como para obtener ciertos car os. Cree Cervantes que cada uno viene al mundo con carac- , , teristicos dificiles de variar. Q ue la ley de herencia e sobrepone a la fuerza del edio ambiente. , , picaras no le interesan en si. , Cervantes solo La trata de I irar el mundo con los ojos de la picara. De todo lo expuesto se deduce que Cervantes, esp{ritu 40 , , , , modernisimo. tenia su filosofia pro ia, y que la adopto como mejor pudo, dentro de las leyes que existían en aque- , , lla epoca. a su creacion de tipos femeninos en las Novelas Ejemplares. BIBLIOG FIA I. OB S ORIGIN L~S Cervantes Saav,edra, M . de, Novelas <jemplares, Ramon Sopena, ~ditor , Barcelona. TOI[O I 1. La Gitanilla 2. El Amnt e Liberal 3. Hinconete y Cortadillo 4. La Española Inglesa 5. El Licenciado Vidriera 6. La Fuerza de la Sangre Tül~ II l. El Celoso Extremeño 2. La Ilustre Fre ona 3. Las Dos Doncellas 4. La Señora Cerne lia 5 . El Casamiento Engañoso 6. El Coloquio de los Perros II. OBRAS SECUUD IAS Bonill , San Martin, Ado;fo, Cer~tes z su Obra, Francisco Beltran, Libr8ra Espanola. Biblioteca de Autores ~spañoles, Obras de Miguel de Cervantes Saavedra, Tomo I, i1:- Rivade neyra, Editor, Madrid, 1864 , C astro, Americe, El Panaami§nto de Cervantes, Im pren~a de-Ya Libreria y casa editor1al Hernandez, Madrid, 1925 41 Chandler, F. , • , orna.neas of Rofuerz 0 Part I, The Picaresque Novel in Spa n, Houghton, ifflin & Có., New York, 1907. , Cotarelo y Mgri, E., Efemerides Cervantinas, Tipo grafia de la ~avista de Archivos, Madrid, 1 05 Cortes, Narciso Alonso, Cervantes en Valladolid, Casa de Cervantes, Valladolid, 1918 spina, Concha, ujeres del quijote, D. o. Haath & Co., New York, 1931 42 Fitzmaurice-Kel~y. Jaime, H;storia ~ la Literatu ~ •spanol~. Libreria General de Victoria no Suarez, l[adrid, 1908 Fitzrmu.rice-Kelly, Jaime, Miguel de Cervantes Saa vedra, Huphrey-Milford, Ox/ord University, London, 1917 Fitzmaurice-Kelly, Jaime, A Histor~ of panish Literatura, D. Appleton &o-;-; New York, 1920 Ford, J. 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Asset Metadata
Creator
Valdés, Isabel Baco (author)
Core Title
Las mujeres de Cervantes in las novelas ejemplares
School
Department of Spanish
Degree
Master of Arts
Degree Program
Spanish
Degree Conferral Date
1932-06
Publication Date
06/04/1932
Defense Date
06/04/1932
Publisher
University of Southern California
(original),
University of Southern California. Libraries
(digital)
Tag
OAI-PMH Harvest
Format
theses
(aat)
Language
Spanish
Contributor
Digitized in 2022
(provenance)
Permanent Link (DOI)
https://doi.org/10.25549/usctheses-oUC112723837
Unique identifier
UC112723837
Identifier
S '32 V145 (call number),etd-ValdesIsabel-1932.pdf (filename)
Legacy Identifier
etd-ValdesIsabel-1932
Document Type
Thesis
Format
theses (aat)
Rights
Valdés, Isabel Baco
Internet Media Type
application/pdf
Type
texts
Source
20230201-usctheses-microfilm-box6b
(batch),
University of Southern California
(contributing entity),
University of Southern California Dissertations and Theses
(collection)
Access Conditions
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