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University of Southern California Dissertations and Theses
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La Novela Social De Miguel Otero Silva. (Spanish Text)
(USC Thesis Other)
La Novela Social De Miguel Otero Silva. (Spanish Text)
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Content
LA NOVELA SOCIAL DE MIGUEL OTERO SILVA
by
Marie-Jessie Fuerte Mercado
A Dissertation Presented to the
FACULTY OF THE GRADUATE SCHOOL
UNIVERSITY OF SOUTHERN CALIFORNIA
In Partial Fulfillment of the
Requirements for the Degree
DOCTOR OF PHILOSOPHY
(Spanish)
September 1972
!
I
73-754
MERCADO, Marie-Jessie Fuerte, 1919-
LA NOVELA SOCIAL DE MIGUEL OTERO SILVA.
[Spanish Text].
University of Southern California, Ph.D., 1972
Language and Literature, modem
University Microfilms, A X ERO X C om pany. Ann Arbor, Michigan
( Z ) Copyright by
Marie-Jessie Fuerte Mercado
1972
THIS DISSERTATION HAS BEEN MICROFILMED EXACTLY AS RECEIVED.
UNIVERSITY O F SO U TH ER N CALIFORNIA
TH E G R ADUATE SC H O O L
U N IV ER SITY PARK
LO S A N G ELE S, C A L IF O R N IA 9 0 0 0 7
This dissertation, written by
Marie-Jessie Fuerte
under the direction of h&XL... Dissertation Com
mittee, and approved by all its members, has
been presented to and accepted by The Gradu
ate School, in partial fulfillment of require
ments of the degree of
D O C T O R OF P H I L O S O P H Y
/
Dean
Date Sep tejpber 19 72
DISSERTATION COMMITTEE
Chairman
PLEASE NOTE:
Some p ages may have
i n d i s t i n c t print.
Filmed as received.
U niversity Microfilms, A Xerox Education Company
INDICE
Pagina
INTRODUCCION ........................................ 1
Capxtulo
I. LA NOVELA EN LA AMERICA HISPANA.............. 4
Origenes
Venezuela y su novela
II. EL AUTOR: MIGUEL OTERO S I L V A ............... 23
III. FIEBRE....................................... 32
Fiebre— la original
La nueva Fiebre
IV. CASAS MUERTAS................................ 73
V. OFICINA NO. I ................................ 100
VI. LA MUERTE DE HONORIO........................ 125
VII. CUANDO QUIERO LLORAR NO LLORO................ 156
VIII. CONCLUSION ................................ 180
BIBLIOGRAFIA ........................................ 188
ii
INTRODUCTION
Los paxses hispanoamericanos continuan en un pro-
ceso de evolucion que a decir verdad empezo con sus guerras
de independencia. Algunos parecen haber encontrado el
camino y se encuentran gozando de eras de aparente prosperi-
dad. Otros siguen experimentando, pero con epocas de largas
y crueles dictaduras. Entre estos ultimos se encuentra
Venezuela, que desde los afios de 1830 hasta 1958, o sea un
total de 128 aiios fue "gobernada" por supuestos "Presiden-
tes" cuyos terminos duraron entre diez y treinta y tres
anos, o sea un total de noventa y ocho anos. Fueron cinco
en numero estos "presidentes."
Este estudio abarca mas o menos la decena de lustros
| que abrazan la dictadura de Juan Vicente Gomez y la de
Marcos Perez Jimenez. Se pretende estudiar la vida y la
i
jsociedad venezolana de este tiempo tal y como la presenta
j
en su obra novelxstica el autor venezolano Miguel Otero
Silva. Ningun trabajo que estudie la vida social de un
;paxs puede omitir los efectos que el gobierno de ese paxs
i
j
I 1
2
haya tenido en ella y en su autor. En el caso de Vene
zuela y de Miguel Otero Silva, omitir los efectos de las
aciagas dictaduras bajo las cuales nacio y se formo seria
imposible.
Esta tesis es una investigacion inicial sobre la
novelistica de Miguel Otero Silva y tiene tres finalidades:
analizar y estudiar la sociedad venezolana presentada en
las novelas de este autor, anotar y comentar el efecto que
tuvo en esta sociedad el ambiente politico que imperaba en
ese entonces, y estudiar a Miguel Otero Silva como escritor
preocupado por su pais ademas de notar el desarrcllo esti-
listico de este escritor, cuyo estilo se va haciendo cada
vez mas poetico y pulido. La obra en total de Miguel Otero
aun esta por ser estudiada detalladamente y esta tesis solo
pretende hacer una valorizacion de sus novelas escritas
hasta 1971.
Para proceder con este trabajo fue necesario acumu-
lar una bibliografia de obras sobre Venezuela y su litera-
tura, ya que se creia importante discutir la literatura
venezolana, para luego situar en este marco la obra de
Miguel Otero Silva. Se utilizaron los ficheros de las
i
bibliotecas de la Universidad del Sur de California y los
3
de la Universidad de California en Los Angeles y en River
side. Al no poder encontrar la obra corapleta del autor,
me dirigi a la Embajada Venezolana en Washington D.C., la
que me facilito la direccion del autor en Venezuela.
Le escribi a Caracas y como el se encontrara en
Europa, me contesto con suma amabilidad su hijo Miguel
Henrique Otero, enviandome copias de las obras hasta ese
entonces publicadas de su padre.
Al darme cuenta mas tarde que acababa de publicar
una quinta novela, le escribi una vez mas rogandole que me
enviara una copia para incluirla en este estudio. Esta vez
me contesto el autor mismo no solo enviandome una copia de
su ultima novela, Cuando cruiero llorar no lloro, sino man-
dandome datos biograficos y una copia de su primera novela
Fiebre, que acababa de reeditar y corregir. Sera integrada
en este estudio, por ser un excelente ejemplo del desarrollo
literario de este autor que a los veinte aftos escribe "en
1
pleno impetu de la accion misma," y que luego el mismo
i
valora la obra en plena madurez literaria.
1
Miguel Otero Silva, Fiebre, Prologo de Ernesto
Silva Telleria (Caracas: Editorial "Elite," 1939), pag. 13.
CAPITULO I
LA NOVELA EN LA AMERICA HISPANA
Origenes
Hispanoamerica se incorpora a la historia de la
literatura de la lengua espahola en los albores del Siglo
XVI con una rica poesia epica y una prosa historica, pero
no produjo novelas propiamente hasta la segunda decada del
Siglo XIX.
Este enigma lo explican los crxticos de la escuela
de Menendez y Pelayo, uno de los cuales es don Pedro Hen-
riquez Urena, diciendo que cuando las autoridades espanolas
prohibieron la entrada de las novelas a la America Espafrola,
evitaron que se formasen las condiciones necesarias para el
desarrollo del genero.
El 4 de abril de 1531 se dicto una cedula en la cual
se prohibia el envio a Indias de
... libros de romance de historias vanas o de profani-
dad, como lo son el Amadis, e otros desta calidad,
J
porque esto es mal ejercicio para los Indios, e cosa
en que no es bien que se ocupen ni lean."*-
En otra Cedula Real de 1543 se argumento que era
preciso evitar que los "indios," reconociendo el caracter
ficticio de las novelas, fuesen a creer que tambien la
Sagrada Escritura y "otros libros de Doctores" eran obra de
la fantasia, Se ordeno ademas, que cada libro enviado a
America deberia ser consignado por titulo; esperandose asi
2
hacer mas dificil el contrabando.
Hubo mas investigaciones y complicaciones, pero fue
Ricardo Palma quien destruyo la ilusion de este supuesto
embargo al escribir una anecdota en su libro Mis ultimas
tradiciones peruanas (Barcelona, 1906), bajo el titulo de
"Sobre el Quijote en America" donde cuenta haber oido de
labios del Cervantista peruano Jose Davila Condemarin, que
en diciembre de 1605 el Conde de Monterrey, habia recibido
3
desde Mexico un ejemplar del Quijote.
El investigador espabol F. Rodriguez Marin al revi-
sar pacientemente el Archivo General de Indias encontro
"^Fernando Alegria, Historia de la novela hispano~
americana (Mexico: Ediciones de Andrea, 1965), pag. 9.
2Ibid. 3Ibid., pag. 10.
6
que en efecto, en el mes de febrero de 1605, un mes despues
de aparecer la primera edicion del Quijote, se hacia una
peticion para exportar a America cuatro cajones de libros
en que se incluian cinco ejemplares de la famosa novela de
Cervantes. Mas aun, su investigacion revelo que 346 ejem
plares del Quijote se habian registrado en 1605 para ser
enviados a America.^
El hispanista norteamericano Irving A. Leonard,
investigando con mayor precision, pudo determinar geogra-
ficamente la distribucion del Quijote despues de su llegada
a America. Las investigaciones ya mencionadas ademas de
probar que los embargos no se cumplian al pie de la letra
probaron tambien que las obras de ficcion llegaron en can-
tidades minimas y el reducido publico hispanoamericano no
perdio su aficion por las obras de estudio y edificacion
moral.^
La sociedad feudal que se impuso durante la colonia
no era un publico apropiado para el exito de la novela que
es un genero que necesita una cuidadosa organizacion, una
base economica extensa y que no puede desarrollarse cuando
4
j Alegria, Historia de la novela hispanoamericana,
pag. 10.
5
Ibid., pag. 11.
7
hacen falta los lectores, que casualraente en America no los
habia. Esto peso mucho mas que las cedulas y los decretos
porque hasta la mayor parte de los soldados que corrian
tras el espejismo de las fascinantes leyendas de la epoca—
de las Amazonas, de Cibola, de la Fuente de la Juventud,
o de la Ciudad de los Cesares— ni tenia tiempo para esta
cuidadosa organizacion, no sabia ni leer ni escribir.
Ademas, Espafia era la que mas influia en sus colonias y
Quijote habia marcado la decadencia de la novela— un
genero para evitar y no para ejercer. Hay que esperar
hasta mediados del Siglo XIX cuando una vez mas en el ocio
y el lujo europeo se volvio a forjar la novela y se empie-
zan a escribir obras sobresalientes en este genero. En las
colonias, los conquistadores estaban demasiado ocupados
realizando hazanas, y no tenian tiempo para inventarlas.^
La conquista tuvo un caracter casi apostolico y la
novela no se consideraba apropiada para el tema. Los cro-
nistas al igual que los conquistadores tenian un proposito
mucho mas altruists: informar a Europa de lo que acaecia en
America y defender el derecho de la gran empresa espahola
i Alegria, Historia de la novela hispanoamericana,
ipag. 12.
8
7
de Ultramar. Varias de las cronicas escritas sobre la
conquista se mencionan corao predecesoras de la novela his-
panoamericana por contener rasgos novelescos. Los mas estan
de acuerdo que solo en el Lazarillo de ciegos caminantes
(1773), hay una narracion de caracter picaresca que se
acerca a novela. Esta obra se atribuye al peruano Calixto
Bustamante Carlos inca, conocido como "Concolorcorvo." Para
ser una novela le falta un argumento literariamente organi-
zado, pero se le reconocen muchos ingredientes del genero
picaresco y su tono satirico y la intencion social que con-
tiene lo hace un anuncio del Periquillo Sarniento (1816) de
g
Jose Joaquin Fernandez de Lizardi.
Ademas de las razones ya expuestas como explicacion
del retraso de la novela en la America Espanola, hay por lo
menos otro motivo muy importante que tomar en consideraci6n.
La sociedad feudal impuesta en los parses americanos no era
propicia para la novela, y existia el desprestigio en que
esta habia caido. Cuando por fin la novela vuelve a apare-
I
cer en Europa y antes de que la corriente llegue al Nuevo
7
Alegria, Historxa de la novela hispanoamencana,
pag. 12.
■ 8
Ibid., pag. 14.
9
Mundo, empiezan las guerras de independencia. Al conseguir
las colonias su independencia siguen en muchas de ellas
largos periodos de fuerza. La rigueza se concentra en un
pequeno grupo de privilegiados y se forman poderosas oli-
garquias que seran factor dominante en el proceso social.
En Venezuela esta sociedad feudal habia tenido una
variante. Al ver que el indio nomada venezolano no resis-
tia el trabajo continuo, se habian importado negros para la
agricultura porque se necesitaba mano de obra en los cafe-
tales y los cacaotales de los latifundistas. Cuando Vene
zuela al igual que las otras colonias consiguio su libertad,
se encontro con una sociedad que consistia de europeos,
criollos, indios y negros que luego produjeron mezclas como
mulatos y zambos, y los mestizos a quienes a veces llamaban
pardos. Todos encontraron espacio en la literatura venezo
lana.
Mas que ningun otro pais/ Venezuela sufrio de un
verdadero rosario de caudillos. Parece ser una herencia de
la epoca feudal con el resultado de que al terminar la
guerra de independencia, siguio en Venezuela un largo siglo
desde 1830 hasta 1958 durante el cual hubo media docena de
I
jpresidentes civiles— si no contamos a Romulo Gallegos cuyo
10
gobierno duro solo diez meses— que gobernaron, y algunos lo
hicieron a merced de los militares.
Venezuela y su novela
Aunque las guerras de independencia impiden mucho
el desarrollo de la novela, a medida que estos paises se
vean independientes esta epoca les dara temas propios que
les permitiran separarse de las corrientes europeas.
A lo romantico literario e ideologico que provenia
de Europa, se aftade la influencia corroborante de la situa-
cion social de Venezuela entre 1840 y 1880. No eran tiempos
propicios para la especializacion y la perfeccionadora per-
sistencia en el trabajo creador de la literatura. Los
prosistas especialmente eran obligados a vivir de prisa,
olvidando muchas veces las exigencias del estilo en la
multiplicidad de sus labores.
Predomina la lxrica de mas enfasis que contenido,
la prosa polxtica y la crxtica de ideas. La novela y el
teatro languidecen. Empieza a haber reclamos por la inte-
gracion dePuna literatura nacional con acento propio. El
crxtico e historiador Juan Vicente Gonzalez sintetiza esto
I
jal decir, "Hilad la seda de vuestro seno; libad vuestra
!
i
I
j
11
propia miel; cantad vuestras canciones, porque teneis un
9
arbol, un panal y un nido."
Con la publicacion de La Viuda de Corinto de Fermin
Toro en 1837 puede decirse que empieza la novela venezolana.
Era un valioso prosista en el tratamiento de materias poll-
ticas, economicas y relativas al estado social. Literato,
poeta, orador, diplomatico, politico, ademas de la novela
ya mencionada escribio tambien La sibila de los Andes
(1849).
Jose Ramon Yepes (1822-1881) escribio mucha poesia
de tema indigenista pero hacia 1860 escribio dos novelitas
cortas basadas sobre temas indigenistas. Anaida e Igua-
raya, que asi se llamaban, fueron recogidas en libro en
1882, ano en que tambien se publica Zarate, de Eduardo
Blanco. Es este aPio de 1882 en que se registraron en la
historia venezolana una serie de intentos narrativos, los
cuales forman los mas lejanos antecedentes de la novela
9
Raimundo Lazo, Hxstona de la literatura hispano
americana; El siglo XIX (Mexico: Editorial Porrua, 1967),
pag. 228.
' * ' 00scar Sairibrano Urdaneta, Letras venezolanas
| (Trujillo: Ediciones del Ejecutivo del Estado, 1959),
pag. 39.
12
venezolana. Todos estos intentos muestran una franca imi-
tacion de los grandes maestros europeos romanticos que
entonces estaban de moda: Saint-Pierre, Hugo, Chateaubriand,
y Dumas padre.
Tulio Febres Cordero, otro escritor clasificado
como prenovelista al igual que Eduardo Blanco (1839-1912),
tambien escribio dos novelas o tal vez relatos novelados,
Don Quijote en America y La hija del Cacique. Pero es
a Manuel Romero Garcia, a quien se le atribuye el haber
iniciado la verdadera novela nacional con Peonia.^ Esto
tal vez se deba al tema de Peonia que situa la accion en
una estancia en las cercanias de Caracas, y en la ciudad
misma de Caracas. El tema es: los amores frustrados de dos
primos; la indecision de Carlos, cuya madre considera a la
muchacha inferior a lo que ella quisiera para su hijo, y
la animosidad del tio hacia el sobrino. En una carta es-
crita a Jorge Isaacs y firmada en Macuto el 14 de marzo de
1890, Romero Garcia le dedica la novela a Isaacs hablandole
*12
de su gran admiracion por su novela Maria.
11
C. Ayala Duarte, Resumen historico critico de la
literatura hispanoamericana (Madrid: Establecimiento Tipo-
grafico, 1945), pag. 211.
12
(Mexico: Editorial Pax, 1968).
13
Un aho antes de la publicacion de Peonia (1890)
Gonzalo Picon Pebres (1860-1918) habia escrito su novela de
fondo historico y trama sentimental, El sarqento Felipe
13
(1889). Esta novela tiene rasgos de varios movimientos.
Ademas de su fondo historico— trata de la epoca de Antonio
Guzman Blanco— se encuentran en ella los abusos de los
ricos, el destrozo, la rapacidad de los "soldados" de la
Federacion, y tal vez sirva de modelo a las novelas de pro
testa contra las largas dictaduras que en Venezuela fueron
una plaga.
El mejor ejemplo de la novela politica es El Cabito
de Pedro Maria Morantes (1863-1918) que con el nombre lite-
rario de Pio Gil publico la antes mencionada novela,
"curiosa mezcla de naturalismo, romanticismo, satira impla
cable y cronica porfiadamente reveladora del ambiente social
14
en que imperaba la dictadura de Cipriano Castro."
!
Al llegar al Modernismo, crece el numero de novelis-
tas pero como en todo genero, siempre hay los que se des-
tacan. Manuel Diaz Rodriguez (1868-1927) escribio la obra
13
(Paris: Editorial Pax, 1968).
i 14
; Lazo, Historia de la literatura hispanoamericana,
jpag. 237.
14
que se considers la mejor de este movimiento: Sangre Patri
cia (1902). A Diaz Rodriguez le gustaba lo exotico, lo
fantastico y eso es Sanqre Patricia. Belen es una novia
que se casa por poderes y viaja a encontrarse con su marido
en Paris. La novia, que es una belleza extraordinaria, se
enferma de la noche a la mafiana y se muere. La tienen que
enterrar en alta mar. La terrible noticia produce una rara
enfermedad en Tulio, el joven esposo, que imagina ver a su
bella esposa por todas partes. Viaja por el Mediterraneo
viviendo una luna de miel en el subconsciente, decide volver
a su patria, y precisamente en el mismo lugar donde habian
enterrado a Belen se suicida, tirandose a la mar.
El otro modernista que mas se destaca en esta epoca
es el reverso de la moneda: Rufino Blanco Fombona (1875-
1944). Lo que Diaz Rodriguez tuvo de vida apacible, Blanco
Fombona tuvo de vida tormentosa. Los temas del primero re-
flejan el exotismo del Modernismo mientras Blanco Fombona
es un combatiente empedernido que lucha constantemente
contra la tirania de Cipriano Castro primero y luego contra
Juan Vicente Gomez. Vivio exiliado durante la "presidencia"
del "Benemerito," y aunque expresaba admiracion por el pro-
greso norteamericano y su ordenado gobierno, fue uno de
15
los mas apasionados exponentes de la antipatia y la des-
confianza hacia los Estados Unidos. Su obra es numerosa
porque es un escritor multifaceta, pero entre su novelistica
que es lo que aqui interesa, se destaca El hombre de hierro
(1907) escrita con mas calma en uno de sus encierros en la
carcel. En ella, Crispin Luz, el protagonista, un hombre
virtuoso pero no combatiente sucumbe tragicamente ante el
vicio. La novela constituye una satira mordaz de la vida
15
de Caracas a comienzos del Siglo XX.
No son Manuel Diaz Rodriguez y Rufino Blanco Fombona
los unicos modernistas que hubo en Venezuela, pero en este
estudio se hace solo un bosquejo dando uno u dos ejemplos
de los novelistas de cada genero para formar marco y dar
fondo a la produccion del autor que se estudia. Pero es
necesario mencionar a Teresa de la Parra (1890-1936), por
que aunque su obra es poca, represents un estilo muy propio
y completamente ajeno a las contiendas sociales de la epoca.
Teresa de la Parra nacio en Paris de familia rica y
aristocratica. En 1924 se publica su primera novela,
15
Orlando Gomez-Gil, Historia critica de la litera
tura hispanoamericana; Desde los origenes hasta el momento
actual (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1968),
pag. 549.
16
Ifiqenia: Diario de una sefiorita que escribio porque se
fastidiaba. Esta autora dio a la prosa venezolana un
delicioso encanto conversacional, un criollismo universali-
zado que puede colocarse entre lo mas puro de la tradici&n
literaria venezolana. En Ifiqenia defiende los derechos de
las mujeres. Su mejor obra se considera su segunda novela:
Memorias de mama Blanca (1929). Esta ultima obra muestra
toques de humor y una sana ironia. Su estilo es intimo,
sensible, tierno y con buen gusto e ingenio. Su prosa es
de las mejores y estimula la literatura femenina.
En el primer decenio del Siglo XX empieza a traba-
jar una nueva promocion de escritores que van a esforzarse
por enfocar la realidad. Algunos se interesan mas en el
paisaje que en el hombre y su medio ambiente. Como es de
suponer, hay diferencias de grados y unos parecen sentir la
accion monstruosa de la naturaleza mientras en otros la
naturaleza es personaje minimo.
Necesariamente se han omitido muchos nombres de
venezolanos que han escrito novelas. Pero hay un nombre
que no se puede omitir porque decir "Romulo Gallegos" es
decir "Novela Venezolana."
i
I
1 Romulo Gallegos se forma en el Modernismo y se in-
tegra creadoramente al quehacer de la narrativa venezolana
17
que aparece del 1920 en adelante. Pero es precisamente
Gallegos el que llega a poner orden en toda la vital y
pujante materia— caotica en su mayor parte— y a imponer un
estilo y un destino al arte de la ficcion venezolana. En
esto reside, precisamente, su magnifico y extraordinario
aporte a la literatura patria, que seftala al mismo tiempo,
su incorporacion a la gran corriente novelistica hispano-
americana y universal.^
Crecio y paso su juventud Gallegos en una Venezuela
turbulenta. El pais se vexa sacudido por la corrupcion
causada en mucho por una dictadura militar. Gallegos y su
generacion vieron con alivio en 1908 el fin de la dictadura
de Cipriano Castro y el comienzo de otro regimen que al
principio pensaron les iba a ser mas propicio. Concretaron
sus esfuerzos en una publicacion que llamaron La Alborada,
cuyo primer numero aparecio el primero de enero de 1909.
No tarda el nuevo gobierno en decidir que estos
jovenes son demasiado audaces, criticos, y libres en sus
opiniones y sin el menor escrupulo, sin hacer la menor
I ^^Jose Ramon Medina, Cincuenta anos de literatura
| venezolana (1918-1968) (Caracas: Monte Avila Editores,
| C.A., 1969), pag. 156.
18
bulla, se clausura el periodico a los pocos meses de su
inauguracion. Tan pronto como el nuevo gobierno logra con-
solidar su poder, empieza para Venezuela una nueva £poca de
terror sin precedentes.
Romulo Gallegos presiente que la ficcion ofendera
menos el delicado gusto del dictador y empieza a publicar
cuentos cortos en El Co~io Ilustrado y a colaborar en La
Alborada, publicacion de corta duracion. Encontrando este
genero demasiado estrecho para sus propositos, pasa a la
novela; lo que le da tiempo y espacio para desarrollar una
tesis social y polxtica.
El aho 1920 se publica El ultimo Solar, su primera
novela en la cual el protagonista es un fracasado, un per-
sonaje que es el resultado de su medio ambiente. La trepa-
dora (1925) presenta el tema de la mestizacion del pais y
sefiala el punto de partida para el autor al igual que para
la novela venezolana en general. Hay en esta novela un
indicio de mejoramiento, un optimismo que no se encontraba
en obras anteriores, como por ejemplo en El sargento Felipe
(1899) de Gonzalo Picon Febres, El hombre de hierro de
Rufino Blanco Fombona o la primera novela del mismo Galle-
jgos.
19
Gallegos habia cambiado el curso y el tono de la
novela venezolana moderna, mas de haberla creado. Pocos
aftos mas tarde, este autor rompe el cerco provinciano y
lanza su nombre, al igual que la novela hispanoamericana,
al ambito de la fama internacional con la publicacion de
Dona Barbara (1929), que casualmente se publica en Barce
lona, Espafta. En 1931 se publica Cantaclaro, seguida por
Canaima en 1935. Esta trilogia se considera lo mejor que
escribio Romulo Gallegos. En su larga vida literaria este
maestro novelista trato los temas que se seguiran tratando
y que frente al examen de las novelas aparecidas en los
17
ultimos aftos, aun no ha sido superada. Hasta el negro
encontro su lugar en la obra de Gallegos con la publicacion
de Pobre Negro en 1937. La realidad que introduce Romulo
Gallegos en sus novelas toma otro rumbo como resultado de
un incidente que empieza como una semana de fiesta estu-
diantil, y termina tragicamente para muchos.
En febrero de 1928, se prepara la Semana del Estu-
diante en Caracas. La mayoria de los estudiantes se
! 17
i Medina, Cincuenta anos de literatura venezolana,
Ipag. 161.
20
imaginan una semana de fiestas, desfiles en autos, alborozo
y diversiones. Pero hay una minoria politizada que ve una
oportunidad para repudiar el regimen. Los discursos se
acaloran, hasta llegar a ser arengas contra el gobierno.
Hay hasta quien se atreva a decir ";Muera el bagreJ" y a
pronunciar la palabra "Libertad."
Doscientos estudiantes son encarcelados, mas tarde
la mayoria son puestos en libertad, pero para escarmiento
escogen a los que creen ser los lideres y los dejan en las
carceles o los mandan a los trabajos forzados de las carre-
teras. Los estudiantes reciben ayuda inesperada de la
gente.
Los obreros se declaran en huelga y se paraliza la
ciudad. El gobierno se precipita y esto convierte a los
estudiantes en heroes y por vez primera el gobierno tiene
que retroceder. Es un movimiento idealista contra un regi
men que tiene en un pufio estrangulador a la nacion, pero
nace de el una nueva literatura que muestra el sufrimiento
del pueblo venezolano durante una epoca de violentas guerras
civiles y ferreas dictaduras que poco o nada hacen para el
pueblo.
Ni la tematica es nueva, ni es Miguel Otero Silva
el unico autor que se preocupa por su pueblo, pero ahora
21
ya no se creera necesario usar simbolos, como se ha creido
ver en la Dona Barbara de Romulo Gallegos. La publicacion
de Mene en 1936 parece demostrar que ahora se pueden tratar
abiertamente estas lacras sociales. En esta novela encon-
tramos como personaje al nortearnericano una vez mas, pero
no al inculto Mr. Danger de Dona Barbara, sino al hombre de
negocios, al tecnico petrolero a cargo de exploraciones.
Hubo varias novelas que tocaron el tema del inci-
dente estudiantil de febrero 1928, pero solo se hara hinca-
pie en La carretera (1938) de Nelson Himiob (1907- ) porque
esta obra entronca directamente con la segunda novela de
Miguel Otero Silva, Casas muertas. La carretera tambien
empieza con los eventos de la Semana del Estudiante, y
luego pasa a describir lo que les pasa a algunos de ellos
en La China, uno de los muchos campos de forzados. En la
novela de Antonio Arraiz, pasa algo ironicamente intere-
sante. Su novela Puros hombres (1938) describe la vida en
la carcel de unos presos politicos, pero parece que lo que
en verdad quiere mostrar Arraiz, es el tipo de persona que
en las carceles de la dictadura llegaba a ser el cabo de
presos. No creo que sea posible calificar como protagonists
|
a un borracho que despues de ahorcar a su mujer, le corta
la cabeza a su hija con un machete para que deje de pegar
gritos. Se lo llevan preso, y mas tarde lo encontramos
como cabo de presos politicos en una de las carceles del
dictador de turno.
Pero sera Miguel Otero Silva el que empezando con
Fiebre escribira varias novelas que nos mostraran algunos
de los problemas sociales de Venezuela.
CAPITULO II
EL AUTOR: MIGUEL OTERO SILVA
Nacio este autor multifaceta en Barcelona, Estado
Anzoategui, Venezuela el 26 de octubre de 1908, hijo de
Henrique Otero Vizcarrondo y Mercedes Silva Perez. Realizo
sus estudios primarios y de bachillerato en Caracas y tam-
bien estudio ingenieria en la Universidad Central de Caracas
por varios ahos, cursos que abandono luego para dedicarse a
la lucha polxtica de 1928. Sufrio carceles y destierro por
esta lucha, pero fue tambien en estos eventos que se inspiro
su primera novela Fiebre.
En 1929 hubo una invasion armada contra Juan Vicente
Gomez en la que tomaron parte algunos de los estudiantes
del 1928, y entre ellos estuvo Miguel Otero Silva. La in
vasion fracaso y Otero Silva logro escapar al extranjero
teniendo que vivir en el destierro desde 1930 hasta 1936.
Viajo por Curazao y Trinidad, Espana, Francia, Belgica y
Suiza trabajando como periodista. A la muerte de Gomez
23
24
volvio a Venezuela, pero la lucha politica lo obligo a
salir una vez mas en 1937. Esta vez sus viajes lo llevaron
a Mexico, Estados Unidos, Cuba, Colombia y Panama. En
Mexico publico su primer libro de versos titulado Aqua y
Cauce.^
Volvio a Venezuela en 1941 para dedicarse al perio-
dismo y a la literatura. Fundo en Caracas dos semanarios,
uno humoristico, El Marrocoy Azul y otro politico, Aqui
Esta. Tambien publico su primera novela, Fiebre, en la
Editorial "Elite" de Caracas. En 1942 fundo en Caracas el
importante diario El Nacional en compania de su padre Hen-
rique Otero y del novelista Antonio Arraiz. En 1942
aparecio en Venezuela su libro, 25 Poemas, y en Mexico se
publico una reedicion de Fiebre.
En 1949 se graduo de Periodista Titular en la Uni-
versidad Central de Caracas y poco despues fue electo y
asumio la Presidencia de la Asociacion de Periodistas Vene-
zolanos. En este mismo ano el gobierno en el exilio de la
Republica Espanola le otorgo la condecoracion de la Orden
Los datos biograficos fueron tornados de las porta-
das de sus obras, y luego aumentados y corregidos en cartas
recibidas del autor.
25
de la Liberacion por su labor en defensa de la Republica.
En 1954 anuncio que volvla a la literatura y dejaba
a un lado parte de sus labores al comando de El Nacional
y a los pocos meses se publico su segunda novela Casas
muertas, obra que recibio el Premio Nacional de Novelas
"Aristides Rojas" y el Premio Nacional de Literatura corres-
pondiente al bienio 1955-1956, maximo galardon para los
escritores venezolanos.
El final de Casas muertas sugeria y prometia una
continuacion con nuevas perspectivas y en 1961 se publico
Oficina No. I en la cual continua como protagonista Carmen
Rosa. Mientras en la obra Carmen Rosa se transforma en
mujer, tambien vemos a Venezuela en un momento mas avanzado
como pais. La obra muestra el progreso de la sociedad
venezolana y sus intereses, su organizacion y presents un
futuro mas optimista.
No habian terminado para Otero Silva las persecucio-
nes, pues durante la dictadura militar de Perez Jimenez
(1948-1958), Otero Silva fue detenido en tres ocasiones y
expulsado del pais por seis meses en otra. Su periodico
I El Nacional fue victims de tres clausuras temporales. A la
Icaida de la dictadura (enero de 1958) El Nacional se hallaba
26
suspendido y Otero Silva preso en una carcel de Caracas de
donde fue liberado por el pueblo. Volvio a su labor perio-
distica y en 1960 se le otorgo el Premio Nacional de Perio-
dismo, maximo lauro para los profesionales de la prensa
venezolana y ese mismo ano la Academia Nacional de Letras
del Uruguay lo designo Academico Correspondiente a dicha
Institucion.
Siguio su vida ocupada literaria y en 1962 publico
El cercado ajeno, libro de ensayos sobre arte y polxtica y
una seleccion de sus trabajos humoristicos que se titula
Sinfonias tontas. Pero parece no haber olvidado sus expe-
riencias amargas y en 1963 publica La muerte de Honorio.
En ella vuelve el autor al tema de las torturas y los
sufrimientos sufridos por los presos politicos que ya habia
bosquejado en la ultima parte de Fiebre. Esta ultima novela
fue traducida al ruso y lanzada en una edicion gigajitesca
de dos millones y medio de ejemplares. Nos alerta el autor
que los personajes y el argumento de la novela son imagi-
narios, pero nos asegura que los maltratos que en la obra
se describen fueron actualmente padecidos por venezolanos
•de carne y hueso en anos anteriores a 1958— durante la epoca
ide Marcos Perez Jim&nez, la perezjimenista.
27
No es Miguel Otero Silva el unico escritor que se
preocupa por los tormentos y las crueldades inhumanas de
los gobernantes, pero la diferencia esta en que el se
preocupa en darnos una vista mas completa de la sociedad
que permite tales crimenes. La motivacion social que se
percibe desde Fiebre, sigue predominando en el trabajo
2
novelistico de Otero Silva.
Se encuentra por toda su obra un sentido de humor
sorprendente, si se tiene en cuenta los malos ratos por los
cuales ha tenido que pasar. Parece en efecto, que cuando
los sufrimientos son mayores, es mas necesario recurrir a
un buen sentido de humor para soportarlos. En la segunda
parte de Fiebre, cuando los novatos revolucionarios tienen
mas hambre, mas sed, y estan mas cansados, es cuando se
ponen a componer coplas para reirse de sus desgracias. La
siguiente copla seria un ejemplo:
Zamuro que vas volando,
no digas que eres mi amigo
porque se que estas pensando
de sayuna r te conmi go.3
Jose Ramon Medina, Cincuenta ahos de literatura
venezolana (1918-1968) (Caracas: Monte Avila Editores, C.A.,
1969), pag. 313.
j ^
| Miguel Otero Silva, Fiebre, Prologo de Ernesto
jSilva Tellerla (Caracas: Editorial "Elite," 1939), pag. 155,
28
Se ha hecho hincapie en la novelistica de Otero
Silva porque eso es lo que se estudia aqui. Pero es impor-
tante aclarar que este autor es ademas un poeta, que como
muchos otros escritores, empezo su obra literaria escri-
biendo poesia. Es posible que a eso se deba el que su
prosa muy a menudo resulte poetica. Sus amigos que tam-
bien se dedican a la literatura lo consideran poeta. Se
cita aqui una de las muchas dedicatorias que estos amigos
le hicieron a este poeta-novelista al cumplir como el mismo
lo dice, "prematuramente 60 aftos."
Paladina para Miguel
Erase una vez un hombre que no se encerro
en si mismo sino que se desgrano
como las uvas o el trigo.
Era dificil pasar por su lado sin leerlo:
en su conducta tenia mas palabras
que los libros.
Se le veia en los ojos la conciencia
luminosa, con una iluminacion que solo
tienen los ninos y mas de una vez cambiamos
de juguetes en la calle porque hasta su
corazon lo llevaba en el bolsillo para no
perder el tiempo si alguien lo necesitaba.
Asi transplanto la dicha entre todos sus
amigos.
Sesenta aftos se paso en este extrafto negocio
de gastar y no gastarse, de querer y ser
querido.
29
Cuando se lea esta prosa alguien tal vez
creera que estoy haciendo el retrato
de algun caballero antiguo.
Y es verdad: joven poeta, antiguo y tierno
guerrero es el que yo describi:
Se llama Miguel Otero.
— Pablo Neruda
En 1965 visito la Union Sovietica y Polonia, invi-
tado por los escritores de esos parses. Sobre esta visita
dicto conferencias que fueron editadas por Ediciones de la
Universidad Central de Venezuela en 1966.
No solo en su literatura se preocupa Miguel Otero
por su pais, pues en diciembre de 1958, fue electo Senador
por el Estado Aragua como candidato independiente, sin par-
tido. Mientras fue mieiribro de la Camara del Senado propuso
la creacion del Instituto Nacional de Cultura y Bellas
Artes; proyecto que fue aprobado por unanimidad en el Con-
greso Nacional. En 1952 al fallecer su padre Henrique
Otero creo el Premio de Pintura Henrique Otero Vizcarrondo
que se otorga anualmente y se disputa entre artistas menores
de treinta afios. En este respecto tambien instituyo un pre
mio anual de cuentos para los nuevos escritores venezolanos.
Miguel Otero Silva: Homenaje literario (Caracas:
Editorial Arte, 1968), pag. 6.
30
Su obra literaria sigue adelantando, y en 1967
publica un nuevo libro de poemas titulado Umbra1. En este
mismo ano lo nombran miembro de la Academia de la Lengua
de Venezuela por unanimidad de votos, y recibe del Gobierno
Venezolano las condecoraciones la Orden de Francisco de
Miranda y Orden de Andres Bello.
Vuelve a ser parte del Congreso al ser elegido
Diputado por el Estado Anzoategui. Este mandato se ter-
minara en 1973, mientras tanto en 1970 publico la novela
Cuando quiero llorar no lloro, best-seller que en menos de
un afto alcanzo seis ediciones.
El autor es un hombre activo que en el espacio de
quince anos ha producido cuatro novelas con mucho exito.
Las cinco novelas que aqui se estudian han merecido tra-
ducciones a doce lenguas europeas y se han publicado en
esas lenguas en paises de la extension de la Union Sovie
tica, Francia, Alemania y Espana. Todas han tenido no
menos de cinco ediciones con la excepcion de Casas muertas
que ha llegado a veinte, inclusive dos de ellas en Espana.
Su obra tambien se publica en la Argentina, el Brasil,
Chile, Mexico y el Peru, ademas de en Venezuela, natural-
!mente.
31
Miguel Otero Silva, estudiante de aquella llamada
"generacion del 28" esta casado con Maria Teresa Castillo,
que tambien se dedica al periodismo. Tienen dos hijos:
Miguel y Mariana.
CAPITULO III
FIEBRE
Fiebre— la original
Novela de la Revolucion Venezolana es el subtitulo
altisonante que lleva la primera edicion de esta obra. Se
dice altisonante, porque a las revueltas que trataron de
derrocar el gobierno de Juan Vicente Gomez, epoca en que
toma lugar esta novela, no se les puede dar el nombre de
"Revoluciones." Gomez se habia cuidado de tenerlo todo muy
bien dispuesto precisamente para que no hubiera una verda-
dera revolucion contra su regimen. Venezuela se encontraba
en un pufio estrangulador que solo permitxa revueltas inuti
les e inefectivas.
Oscar Sambrano Urdaneta ha dicho de la novela
Fiebre:
La variedad de temas incluidos en Fiebre hubieran
podido suministrar asuntos suficientes como para tres
novelas autonomas que habrxan guardado estrecha rela-
cion al referirse a tres aspectos sustanciales de la
gran tragedia venezolana en los peores tiempos de la
tiranxa gomecista: los sucesos politicos de 1928, la
32
33
temeraria cuanto esteril accion de las montoneras, y
el horrendo cuadro de los presidios politicos en los
que el regimen sepultaba a sus opositores.^
Hay dos posibles explicaciones. Miguel Otero re-
dacto la primera parte de esta novela casi simultaneamente
con los acontecimientos y siendo un escritor veinte anero
que tenia mucho que decir, lo queria decir todo a la vez.
Segundo, Fiebre ha sido como una novela madre de la cual
han nacido otras tres en las que el autor expone otros
problemas causados por "la gran tragedia venezolana ... la
tirania gomecista." Sea como fuere, se ha corregido en
parte esta falla al publicarse su novela La muerte de
Honorio en la que trata especificamente lo que en la cita
Sambrano Urdaneta ha llamado "el horrendo cuadro de los
presidios politicos." Al no hacer mencion especifica de
las fechas y por haber sido las dos dictaduras que trata
[Otero Silva en sus obras igualmente crueles, esta novela se
i
|
puede situar en la epoca de cualquiera de las dos, la gome
cista o la perezjimenista, aunque nos inclinamos hacia la
segunda.
^Miguel Otero Silva, Fiebre, Prologo de Oscar Sam
brano Urdaneta (7a ed.; Caracas: Tipografia Vargas, 1961),
pag. vii. (Todas las citas se haran de esta edicion de la
novela.)
34
Ernesto Silva Telleria opina que Fiebre responde a
la necesidad de narrar la hora dolorosa que vivio Venezuela
de 1909 hasta 1935 que a su vez describe como:
... un regimen impuesto a sangre y fuego, por el
latigo del capataz, por las torturas despiadadas,
por la muerte ejecutada con deleite a sangre fria
gozandose en el sufrimiento ajeno, habian conver-
tido el miedo en una segunda naturaleza de los
ciudadanos.^
En este panorama de muerte las voces frescas de los
estudiantes fueron como un coro celestial que reclamaba un
poco de justicia para un pueblo que hacia mas de un siglo
que tenia hatribre y sed de ella.
iQue mas logico que empezar la novela con el Sacala-
patalaja estudiantil? Se nos explica que la enrevesada
letania que cantan los estudiantes venezolanos nacio de una
ceremonia celebrada en el funeral de un profesor universi-
tario de raza judia. Impresiono tanto a los estudiantes
el resongar de las extrahas palabras pletoricas de aes, que
lo adoptaron como himno.
La sociedad estudiantil y su composicion salta a
la vista inmediatamente cuando Otero Silva empieza por
i ^
Miguel Otero Silva, Fiebre, Prologo de Ernesto
jSilva Telleria (Caracas: Editorial "Elite," 1939), pag. 11
idel prologo. (Esta cita se hace del prologo de otra edi~
jcion.)
35
describir al estudiante de medicina euya colacion se esta
celebrando:
Un estudiante provinciano, mulato y cordial, talentoso
y rebelde. Ya rondaba los cuarenta ahos y gasto diez
de ellos en sus estudios de Medicina, sobrellevando
hambres y esquivando canalladas. (pag. 12)
Al hacer que Egana tenga cuarenta anos lo hace
mayor que los otros y como tal recuerda no solo el regimen
actual, sino tambien el de Cipriano Castro. Los otros han
vivido bajo este regimen sus veinte ahos, el en cairibio ha
visto a un tirano suplantado por otro igual de tirano. Se
acusa de cobardxa por tener miedo al desierto que los rodea,
por haber pasado por la Universidad sin dejar "huella." Y
luego les hace una arenga en que nos da cuenta perfecta
del estado de la sociedad venezolana en este aho de 1928
al decirles:
— j Tal vez ustedes.' Y si no ustedes, los que
vendran detras. Alguien lanzara la piedra sobre este
pozo verdoso. Sacudira los cimientos de la Universi
dad podrida, del arte podrido, de la sociedad podrida,
de la ciencia podrida. Ustedes diran que es dificil
que surjan juventudes limpias cuando el ejemplo de los
viejos es una catedra de servilismo y probablemente
se equivocaran. El viejo Pasteur probo que los micro
bios no nacxan por generacion espontanea, pero no
probo lo mismo de los hoitibres dignos. (pag. 15)
Es un cuadro pesimista el que pinta Egafta, pero a
lalgunos estudiantes los despertara y ellos empezaran a ver
36
el estado de las cosas. Todos opinaran, algunos reaccio-
naran y veremos las discusiones que antes eran de las juer-
gas y los festines de la noche anterior volverse mas y mas
preocupacion por la politica y el estado de la nacion.
Conocemos la "alta sociedad" al ir a un baile de
esta sociedad bajo estudio aqui, al ir a un baile con un
estudiante de derecho llamado Robledillo, quien lleva a
Vidal Rojas, el protagonista de esta obra. Se empieza por
hacernos la siguiente descripcion del padre de Robledillo:
"... es acomodado y de piel blanca que pertenece de hecho a
la 'alta sociedad,' la cual le dispensa cierta tolerancia
a sus inconveniencias y a su mordacidad" (pag. 17). Esta
referenda de color, en la reedicion de Fiebre, se hace no
del padre de Robledillo, sino de Robledillo mismo, y es
una de las caracterxsticas que aparecen y reaparecen en la
obra de Otero Silva. Parece como si el tener la piel
blanca fuera una cosa muy especial y la aplica a los que
a veces se llaman "gente bien."
En el baile encontramos al cronista social de El
Nuevo Diario, quien nos asegura que el periodico es "la
[mano derecha del General Gomez." Durante la "presidencia"
de Marcos Perez Jimenez hubo una organizacion, o periodico,
37
que hacia la propaganda para el dictador (favorable natural-
mente), y podemos suponer que esta misma funcion la lleno
en la epoca de Gomez El Nuevo Diario, pero como durante la
era gomecista casi todos los puestos de importancia los
llenaban miembros de la numerosa familia del dictador les
era mas facil hacerlo sin alarde. Las noticias sociales en
este caso parecen limitarse a saber las fechas en que se
indisponen las senoritas de las mejores familias de Caracas.
Valiendose de Oyarzabal, un abogado recien graduado,
se nos muestra la ignorancia de las "seftoritas" de la alta
sociedad con el siguiente dialogo:
— jMaritornes.' ^Quieres folgar conmigo?
— No, Oyarzabal. Este Fox-trot lo tengo compro-
metido— responde la infeliz. (pag. 20)
Es por boca de Oyarzabal que el autor nos hace una
lista de los motivos para no ser decente en Venezuela.
Esta t&cnica de hacer lista es una favorita que aparece
mucho en las obras del autor, especialmente en la ultima de
sus novelas. En este caso no es decente quien sea obrero,
o haya tenido uno entre sus antepasados, quien trabaje en
el campo, quien sea negro, mulato, indio o zambo. En cam-
bio, cquien es noble? El que haya comprado un titulo de
nobleza, cuando el Rey los puso en subasta, porque necesi-
taba dinero para sus guerras que nunca terminaban, el que
38
pertenezca a la aristocracia de la guerra de independencia
y ahora esta aristocracia ha cedido paso a los hijos natu-
rales del Presidente que resultan siendo los mas "decentes"
de todos.
Juan Vicente Gomez siempre penso, al igual que
otros "presidentes" que lo precedieron, que Venezuela era
una hacienda que le pertenecia y como tal tenia que ren-
dirle producto. Creia en su absoluta soberania y conside-
raba sus prisiones "colegios" a donde mandaba a sus enemigos
para que "aprendieran." Su lema era Union, Paz y Trabajo.
Los caraquenos estaban de acuerdo con este lema, pero aha-
dian estas aclaraciones:
Union, en las prisones
Paz, en el cementerio ^
Trabajo, en las carreteras.
Hay dos hechos historicos que dan la base a esta
novela. El primer hecho historico es espontaneo, por lo
menos de parte de los que resultan mas afectados, los estu
diantes. Jovenes que habian nacido y se habian formado en
la sombra del gomecismo, que habian visto los crimenes
3 *
Daniel Clinton (pseud. Thomas Rourke), GOMEZ;
Tyrant of the Andes (Reprint ed.? New York: Halcyon House,
1948), pag. 237.
39
perpetrados en sus propias familias, que habian estudiado
leyes en la Universidad, y luego habian visto estas leyes
pisoteadas e ignoradas por el gobierno despotico que tenia
a la nacion en un puno.
El primer hecho historico consiste en la rebelion
de los estudiantes impulsivos e idealistas que en febrero
de 1928 se lanzan a celebrar una semana de festejos, pero
de pronto estallan los discursos rebeldes y las detenciones
estudiantiles que forman uno de los hechos historicos en
que se basa esta obra.
De los estudiantes escogen a los cuatro que consi-
deran los lxderes y los ponen en la carcel con grillos en
los pies. Los otros comprenden que tienen que hacer algo/
pero hay fantasmas que los hacen titubear:
... el fantasma del hombre que murio de hambre y de
sed despues de muchos dias; el fantasma del hombre
que los mil latigazos tornaron en masa deforme y en-
sangrentada,* el que recibio la racion de arsenico en
la escudilla de cafe. (pag. 48)
Una mahana los estudiantes se deciden y salen de la
Universidad en largas hileras en direccion a la Rotunda
donde entran uno a uno: "... por el portal enmarcado de
Ibayonetas y de rostros torvos. Torvos rostros estupefactos
ante nuestra marcha hacia la entraha misma del terror"
(pag. 49).
40
El gobierno decide encerrarlos en Puerto Cabello,
una de las tres carceles para presos politicos, pero no
solo Caracas sino tambien Valencia se declara en huelga,
las ciudades se paralizan y el gobierno se ve obligado a
dejarlos en libertad. Por lo pronto son felices, pero no
tardan en darse cuenta que ha habido algunas consecuencias.
Algunos dias mas tarde, cuando se han reanudado las clases
en la Universidad, una viejecita se les acerca para decirles
con voz dolorosa:
— Mi hijo trabajaba en una fabrica, dsaben? se fue
a la calle a pelear a pedradas con los policias por
que ustedes estaban presos. Lo agarraron y se lo
llevaron a la carretera de Palenque. Palenque es un
infierno, hijos mios. Alla se mueren los hombres
como moscas, £saben?, pero a el lo dejaron. (pag. 58)
Los estudiantes conmovidos le hacen una colecta y
le reunen unos cuantos bolivares y la viejecita los toma
conmovida, pero mirandolos les dice entre lagrimas:
— Muchas gracias, hijitos, jmuchas gracias.'
Pero yo lo que quiero es mi muchacho, £saben? (pag. 58)
Ahora comprenden los estudiantes que han iniciado
una lucha que los llevara como las hojas que navegan en la
corriente de un rio inexorable. Al parecer, han sido ellos
los que han lanzado la primera piedra sobre el pozo verdoso
idel cual les habia hablado el mulato Egana. He aqui el
41
primer hecho historico dentro del movimiento estudiantil.
Este hecho formara un precedente para las generaciones de
estudiantes que los seguiran.
Una vez lanzada la primera piedra encuentran los
estudiantes que es muy dificil retroceder. Hay ahora dos
facciones que se interesan en los estudiantes. Hay unos
que sinceramente quieren organizarlos y con su ayuda hacer
algo. Hay tambien aquellos a quienes les gustarxa subir
por los horabros de los estudiantes para reemplazar al
gobierno existente. Es asi como se reunen cinco estudian
tes y tres obreros para hablar de un segundo hecho his
torico, un cuartelazo que a unos los llevara a la muerte,
a otros al exilio, y aun a otros a los calabozos y a los
trabajos forzados como presos politicos.
En la novela, y hay que suponer que en la realidad,
hubo aquellos que creyeron que un cuartelazo no los llevaria
a ninguna parte. Es Hilario Figueras en la novela el que
expresa esta idea diciendo,
— Todos estamos interesados en acabar con la tira-
nia de Gomez, pero parece que no estamos de acuerdo
en la manera de acabar con ella. Yo creo que los alza-
mientos de cuartel no son el mejor camino. Porque
puede haber caimanes emboscados tras de los militares
honrados que ustedes nombran. Por eso les aconsejo que
piensen bien lo que van a hacer y para quien van a
42
trabajar, no vaya a ser que se sacrifiquen como unos
P ... para montar arriba a un general Gomez con unos
afios menos. (pag. 69)
Viendo este cuartelazo desde una distancia de unos
cuarenta anos, algunos de los que participaron en el se
preguntan hoy cuales hubieran sido las consecuencias, si no
hubiera fracasado. En el prologo de la ultima y corregida
edicion de Fiebre dice Rafael Vegas, uno de los "28 istas"
de aquella epoca, acerca del cuartelazo del 7 de abril de
1928, "Menos mal que ninguno de esos movimientos triunfo,
porque de haber triunfado, quien sabe el daiio que hubiera-
4
mos contribuido a hacerle a nuestro pais." De que hubo
algunos oportunistas que trataron de encontrar ventajas
propias usando el idealismo de los estudiantes no puede
haber la menor duda. Otero Silva mismo nos muestra el
estado de desapercibimiento, la falta de preparacion en que
estaban los estudiantes al hacer que Vidal Rojas diga:
Es el primer revolver que cae bajo mi libre albedrio.
Pero sabre dispararlo. Es muy simple apretar el
gatillo. Y luego, la cinematografxa yanqui ilustra
mucho. (pag. 88)
Al hablar los tres amigos de la clase de gobierno
que se impondra, si es que el cuartelazo tiene exito, y
4
Miguel Otero Silva, Fiebre (8a ed.; Caracas:
Editorial Tiempo Nuevo, S.A., 1971), pag. 56.
43
empiezan a barajar nombres de abogados, comerciantes, in-
genieros, literatos y hasta generales, rechazandolos uno
a uno para terminar con la exclamacion:
— jQue escasos son en nuestro pais los viejos
sin las manos sucias.' (pag. 89)
Mostrando asi una vez mas el estado de la sociedad venezo
lana que al parecer se divide en dos bandos; arriba, unos
pocos que aporrean y abajo, muchos mas que son aporreados.
Ademas de la "alta sociedad" a la cual el autor
pinta despiadadamente, por ser esta la que se beneficia de
los malos gobiernos, a mas de la mujer frivola y liviana
de cascos que se ha mostrado hasta aqui, axiste una mujer
mucho mas importante en la vida venezolana. La mujer de la
llamada clase media que a veces, aunque no lo parezca, tiene
un papel muy importante en la literatura. Sera esta la
madre, que generalmente vela por el bienestar de sus hijos,
que aunque no siempre tiene la educacion formalizada de su
marido, faltando este, a menudo es ella la que tiene que
disponer de los bienes gananciales.
En esta primera novela la mujer es dofta Concepcion,
viuda de Pereda, personaje que hasta cierto punto domina
I
jla primera parte de la novela. Es una viuda que tiene
44
dos hijos y poca hacienda. Astutamente ha figurado dona
Concepcion que, invirtiendo el dinero que le ha dejado su
marido a un interes racional, tendra lo suficiente para
costearle los estudios a su hijo Armando y los trajes a su
hija Cecilia, hasta que esta haga un buen matrimonio, y
aquel termine sus estudios.
Se muestra dona Concepcion muy amable con el estu
diante Vidal Rojas, mientras este no muestra ningun interes
en Cecilia, pero cuando Vidal se enamora de la hija, dona
Concepcion reacciona como una dona Perfects en minuscula y
no tiene nada bueno que decir del estudiante. No es esto
fuera de lo ordinario tratandose de una madre de poca ha
cienda que se preocupa por el bienestar de su hija. Un
caso en el que ella tal vez no crea tener el derecho de
permitirle a Cecilia el lujo de enamorarse,
Son estos amores de Vidal y Cecilia que al principio
parecen ser el proposito de la novela, pero que actualmente
forman un tema secundario que utiliza Miguel Otero Silva
para dar un interes romantico a la novela, y con ellos hil-
vanar flojamente los eventos historicos dando as! un sesgo
de novela a lo que de otra manera hubiera resultado un
simple reportaje.
45
Es a esta importante clase media que pertenecen
tambien las hermanas Millan. Son las hermanas dos solte-
ronas que constituyen un contraste interesante. La mayor
es de caracter seco y energico, amargada porque la vida no
le deparo un hombre, obligandola asi a quedar "soltera y
virgen." La menor de las hermanas es toda ternura, viva
ra cha y risueha.
Cuando el cuartelazo fracasa a los gritos de,
— ;Nos han vendido muchachos.'
jSalvese quien pueda.' (pag. 91)
es a casa de las Millan a donde corre a esconderse Vidal
Rojas. Margaritenas al igual que el, lo reciben en su casa
donde tienen una floreria, y por esto no es notado el entrar
y salir de la gente. Es aqui donde lo vendran a visitar sus
amigos y hasta Cecilia. Se haran planes para una fuga con
Cecilia que tambien fracasara, porque a pesar de que
dona Concepcion pertenece a todas las sociedades catolicas
y lee asiduamente el diario "La Religion," tratandose de lo
que ella considera el bien de su hija se impondra. Y a
pesar de ser Cecilia una muchacha moderna y desenvuelta
resultara una Rosario en tono menor y sucumbira a las de-
mandas de la madre y terminaran sus amores con Vidal.
Vale aqui hacer un resumen para saber que fue de
46
los otros, que suerte les toco a los estudiantes que tu-
vieron parte en el cuartelazo. Morin, y tal vez algunos
otros como el, los que eran mas politizados, fue prendido y
torturado, pero no lo hicieron hablar. Saldana, el ironico
que predicaba la violencia y quiza otros que pensaban como
el, huyo el dia antes del atentado. Ceballos y Robledillo
corren con suerte y no son detenidos. Como Vidal hay muchos
que han encontrado un refugio aunque sea por poco tiempo,
mientras encuentran la manera de salir del pais o se deci-
den, como Vidal, a prestar oido a los consejos de oportunis-
tas que solo buscan su propio beneficio.
Desilusionado Vidal Rojas por todos los fracasos,
decide seguir los consejos de Ceballos e irse con este a
reunirse con el coronel Urrutia.
Asi termina la primera parte de Fiebre, y con ella
las ideas romanticas de los estudiantes para quienes dar la
vida por Venezuela era una frase hecha. Ahora comprenderan,
que hay una gran diferencia entre morir inutilmente, sin
beneficiar a nadie, y en morir peleando para beneficio de
la nacion. Que de sus sacrificios se beneficie el pueblo,
y que no sea una maniobra para que suban otros a aprovechar
3
jlo que ahora es propiedad exclusiva de los gomecistas.
47
La segunda parte de Fiebre, contiene una buena
muestra de la inutilidad de estas acciones. Este trozo de
la obra explica y describe la razon perfectamente. Los
que, como Vidal Rojas, se unen a estas acciones conoceran
una Venezuela que les era desconocida. El protagonista es
solo un representante de este grupo que llegara a conocer
peones y campesinos entre paisajes desoladores que le seran
completamente nuevos.
La naturaleza que no es en la obra de Miguel Otero
Silva un personale agobiante y devorador como en La Voraqine
(1924), del colombiano Jose Eustacio Rivera (1889-1928), se
utiliza perfectamente para dar marco a una Venezuela que
es para Vidal Rojas una patria nueva y distinta a la que el
creia conocer.
Aquellos terraplenes resecos junto a las casuchas,
aquella vegetacion espinosa y agresiva, son marco
propicio a la mujer harapienta y al muchacho des-
nudo y enfermo. (pag. 128)
Tiene por primera vez Vidal Rojas, una idea mas
exacta de lo que esta lucba quiere decir para el y lo que
debiera o tal vez pudiera significar para Venezuela. Lo de
morir por Venezuela ahora le suena muy diferente y se pre
gun ta:
48
£lba a pelear por esos? iPor esos que se morxan de
mugre y de abandono en los ranchos dolorosos? Bien
me decxa algo interior que no. Que era muy relativo
mi abstracto ideal de justicia si no postulaba el
sosiego para aquellos con quienes la vida habxa sido
supremamente injusta. Si lograsemos imponer nosotros
a balazos en el poder al coronel Urrutia que hacia
promesas democraticas, poca cosa sabrian de lo suce-
dido la mujer que soplaba el fogon, el chiquillo ven-
trudo, Ruperta terrosa y el hombre que se marcho con
el machete al hombro. Atados a la misma choza en-
clenque y a la misma miseria de generaciones quedarian,
mientras a nosotros nos henchiria el pecho el patrio-
tismo satisfecho por la gesta realizada. (pag. 128)
Hace aqux el estudiante Vidal un paralelo que mas
tarde resultara ironico entre el y don Quijote al pensar,
Me distraje imaginando semejanzas entre mi salida en
un recio caballo zaino, con revolver Colt 38 y cono-
ciendo mi ruta, y la del viejo huesudo y manchego en
un jamelgo flaco y con la razon perdida. (pag. 129)
Esta idea de que sabe su ruta y va bien montado
tarribien es una ilusion que mas tarde tendra que hacer a un
lado cuando cansados, sedientos, desorientados, y sin la
voz alentadora de un jefe que los llame y los anime iran
muriendo uno por uno. jHe aqux el hombre que a diferencia
del Quijote sabxa su ruta e iba en un buen caballo y con
Colt 38 .' jQue equivocado estaba.'
La filosofxa del campesino tratandose de estas
irevueltas revolucionarias nos la muestra Otero Silva por
i
(medio de un dialogo entre Vidal y Anselmo, el guxa que
49
le han proporcionado para que le ensefte el camino.
— Bueno, Anselmo. £Y tu por que te vas a la
revolucion?
— jGua.' Muy sencillo. Porque er coronel Urrutia
se arza y me mando a llama.
— £Solamente por eso?
— £Y por que mas va se, pues?
— Pero, <£que harxas tu si el coronel Urrutia
fuera jefe civil en este mismo gobierno?
— Pues en tar vez yo serla comisario.
— <£Y serxas tu capaz de hacerte complice de este
gobierno de asesinos?
— Si uste dice que er coronel juera jefe civil,
pues, yo serxa comisario. Yo no tengo que hace con
los gobiernos sino con er coronel Urrutia. Pa eso
soy oficial suyo.
— cPero td no tienes criterio propio?
— ^Criterio propio? ;UhmJ £Que pajaro es ese?
(pag. 131)
Luego, como para reconvenirse a si mismo por haber hablado
tanto, Anselmo desvxa la charla y le aconseja a Vidal que
callen, pues hablando se gasta saliva y el agua es muy es-
casa. Asx se nos muestra la sicologia simplista que se ha
seguido en casi todas las guerras civiles venezolanas. Un
guapo se echaba al monte y los que crexan en su guapeza se
iban tras el, "a hacerse matar, a servir de carne de cafton
a las ambiciones del guapo. Los guapos de mayor alzada se
llaman caudillos" (pag. 132).
El coronel Urrutia, jefe de la montonera, ha here-
jdado el prestigio y es una especie de caudillo inedito,
50
porque no ha dado todavia pruebas de su valentia, Pero:
Su tio fue caudillo y su abuelo tambien lo fue. De
esos antepasados le viene el titulo de coronel y el
padre de Anselmo se alzo bajo las ordenes del tio de
Urrutia. Y el abuelo de Anselmo murio en una monto-
nera que mandaba el abuelo de Urrutia. (pag. 132)
Es asi como vienen hombres de muy lejos a la 11a-
mada de Urrutia, pero habia una manera mas facil de conse-
guir gente y esta consistia en que un hacendado les diera la
orden a sus peones que se fueran con el caudillo de turno,
porque aunque la esclavitud habia sido abolida, el hacen
dado se creia dueno y sehor de la vida de sus peones, Se
supone que los hacendados con esto se protegian, protegiendo
al regimen que les permitia todos los abusos. Los jefes
civiles tambien tenian la autoridad de reclutar soldados o
mandarlos a los trabajos forzados por cualquier quitame
estas pajas, como nos lo mostrara el autor en otra de sus
novelas bajo estudio.
Cuando el coronel se decide a actuar, divide a sus
hombres en grupos de diez y al frente de cada grupo hay un
"oficial." Pronto sabe Rojas que el ha sido ascendido y ya
es teniente. No le sorprende que su amigo Ceballos ya sea
comandante. Urrutia naturalmente tambien se ha ascendido
i
|y ahora es el "general" Urrutia. No se ha librado ninguna
51
batalla, pero a Ceballos que un dia le diga Vidal:
— jOye, chico.1 El teniente Rojas no sabe todavia
manejar el fusil. (pag. 134)
Ceballos, sin inmutarse siquiera, llama a uno de los mismos
hombres que le han asignado a Vidal y le dice:
— jAgapito' Ensenele al teniente Rojas como se
dispara el fusil.
La voz de Ceballos ha adquirido tonalidades me-
talicas e inflexiones de fusta. Es, sin duda alguna,
un comandante vocacional.
Y Agapito me enseha en cuatro lecciones la formula
para enviar en recado de muerte a un projimo.
(pag. 135)
En la primera escaramuza Urrutia los manda que se
vayan adelante sin darles ordenes precisas. Cuando llegan
al pueblo que deben atacar, no hay quien los dirija, y
cuando del pueblo les hacen una descarga, un negro de Bar-
quisimeto ordena a sus hombres que ataquen. Vidal, a punto
de hacer lo mismo, es aconsejado por Wenceslao, uno de sus
hombres de mas experiencia, que ordene a los suyos que se
tiren al suelo. El negro y sus hombres caen acribillados
sin saber por que estan peleando y mueren, por Venezuela,
por sus derechos, por una vida mejor, o tal vez por el
general Urrutia que viene en la retaguardia. Nada mas.
Del pueblo vienen a decirle al general Urrutia que
por fin ha llegado, que han ganado la batalla, que el pueblo
52
es suyo. El general, sin entrar al pueblo siquiera, ordena
la retirada y se marcha, esta vez adelante de los hombres
rendidos y heridos. cEs asi que se hacen las conquistas?
Todo se vuelve una caminata sin sentido. Cuando
encuentran al enemigo, pelean, no porque sepan de motivos,
sino porque ven a estos intrusos como hombres que se ponen
en su camino y les obstruyen su busqueda de un poco de agua
para satisfacer su gran sed. Dice Vidal,
Marchamos silenciosos por sobre piedras y espinas.
La sed martillea nuestro pensamiento. Yo he olvidado
mis pies lastimados, y mi fusil, y los compaheros que
quedaron muertos de cara al sol, y mis ideas de jus-
ticia. Solamente se que tengo sed. (pag. 145)
Vidal recuerda que en su infancia una vez le asalto el temor
de morir ahogado. Ahora se le ocurre que seria deliciosa
y fresca una muerte entre las ondas serenas de un rio.
Eran ciento cincuenta cuando empezaron, ahora solo
quedan cincuenta hombres con dos objetivos: escapar y miti-
gar el hambre y la sed. Y es asi como describe Miguel
Otero Silva la infructuosidad de estas trifulcas y no tarda
Vidal en reconocer que Urrutia no busca la liberacion del
pueblo, no busca el bienestar de su gente, solo quiere lo
que todos los otros han querido: ser el el que suplante al
i
!tirano de turno. Hay innumerables ejemplos de las cruelda-
i
jdes de Urrutia. Se deleita contandoles los crimenes que
53
ha cometido, la sangre ajena que ha derramado. Despues de
oxrlo un dxa le pregunta Agapito a Vidal:
— Dxgame, bachiller Rojas, uste que es ilustrao:
£por que pelea Urrutia contra el general Gomez?
(pag. 171)
A ninguno de estos hombres les queda la menor duda
de las ambiciones, porque esas son del general Urrutia.
Todos saben lo que les espera si caen en manos del
enemigo, y esto les da coraje. Los verdugos matan siempre
a machetazos, les gusta ver el fluir impetuoso de la sangre,
y Vidal se pregunta, £de que entrahas monstruosas han salido
estos hombres? Es esta crueldad la que por tantos ahos ha
enmudecido y aletargado al pueblo venezolano. Un pueblo
que en medio de sus desgracias no solo sabe rexr, sino
necesita hacerlo.
A veces suena tragica la risa. Aquel muchacho lleva
los pies tan hinchados que no comprendemos como puede
caminar aun. Sin embargo, cuando el hambre nos acosa
y hemos pasado largas horas sin probar bocado, el
muchacho grita con voz de pregon, sehalando sus extre-
midades deformes:
— j Jamon barato para los hambrientos.' Y rxe con
ganas, como rxe un hombre feliz y bien alimentado.
(pag. 155)
Este sentido de humor lo encontramos por toda la
obra de este autor, a veces cuando menos motivos hay para
rexrse.
54
dido por sx mismo? Han caminado sin rumbo fijo un dxa y
una noche cuando decide fusilar "por insobordinacidn" a un
hombre que se niega a ir a traer agua porque tiene un ras-
gufto largo y profundo en una pierna. Vidal Rojas, en nom-
bre de los suyos dice que no permitiran tal fusilamiento,
y de aqux en adelante Ceballos y Vidal, que antes fueron
amigos no solo no se vuelven a dirigir la palabra, sino que
tendran que vigilarse mutuamente.
Al dxa siguiente encuentran que Urrutia se ha es-
currido con su "estado mayor" y los ha dejado solos. Quedan
nueve y de esos uno lleva los pies tan ulcerados que ya no
puede caminar. Les quedan dos caminos: caer en manos de
sus perseguidores, o morir de hambre perdidos entre los
chaparrales. Ha aprendido Vidal en carne propia la dife-
rencia entre los ideales que tenxa como estudiante y la
realidad que hay que enfrentar.
El aula habxa sido trocada por el engaho de la guerri
lla, por la montonera, por esa que si se justificaba con
el grito de la rebeldia era una expresion barbara que
seducxa al universitario y quedaba en eso, solamente en
el gesto, que era a no dudarlo, el desplante del cual
se valieron los oportunistas para medrar a su costa.^
5
Angel Mancera Galleti, Quienes narran y cuentan en
I Venezuela (la ed. ; Mexico: Ediciones Caribe, 1958),
pag. 230.
55
Y asi termina el mas lamentable de los fracasos y
la mas terrible de las experiencias para Vidal Rojas y los
otros universitarios a quienes les toco esta suerte.
Como resultado del roce con la naturaleza y con
estos hombres, Vidal se ha dado cuenta por primera vez de
las riquezas que tiene Venezuela. Esta tan impresionado,
que tres veces hace este inventario: oro de Guayana, caucho
de la selva, petroleo del lago, perlas de Margarita, carbon
de Guanta y ganado del llano. El mismo dice que estos hom
bres humildes son los que lo han acercado a la tierra vene-
zolana, refiriendo retazos de sus vidas. "Con los trazos
humanos de esos relatos, se tiende ante mis ojos un mapa
de mi patria que yo no conocia" (pag. 131).
Una vez mas vemos este pasar de lista que utiliza
tanto en sus obras Otero Silva. A la vez que nos muestra
las riquezas, tambien nos va dando a conocer la vida sor-
dida que muchos llevan por falta de un gobierno que se
preocupe por ellos. Los patrones y los jefes civiles solo
se preocupan por lo que les pueden quitar. Les dan quinina
para que se curen cuando estan enfermos, pero solo porque
asi les rendiran mas producto. Los mas se curan con ora-
iciones y con hierbas porque estas las da la tierra. Los
56
amos se hacen ricos, el mundo goza la cosecha y el peon
venezolano se muere de hambre.
Palenque, tercera parte de Fiebre, nos presenta la
vida en uno de los campos de forzados donde Juan Vicente
Gomez acosturribraba a sepultar a los presos, ya fueran cul
pable s o no. Es en palenque donde encontramos a Vidal
Rojas despues de caer en manos de sus perseguidores. A
pesar del horror de la escena, las descripciones de Otero
Silva conservan cierta serenidad, y el autor se limita a
mostrar la realidad en el campo de concentracion, centro de
sangre y rauerte. Cuando recobra el sentido ve los trata-
mientos, oye las palabras soeces de los carceleros y pre-
sencia con ojos impotentes como se asesina a un pueblo.
Tendido sobre la tierra con una cadena remachada al tobillo
su pensamiento divaga en el trapecio de la fiebre y piensa:
— Si yo fuera estrella me negaria a iluminar
presidios. (pag. 186)
Le es imposible ingerir el rancho el primer dia.
Este consiste de una agua salobre donde nadan trozos de
name mal cocidos y frijoles dahados. Toma un trago de agua
negra que dicen ser caf&, y con este sustancioso desayuno
jsale con los otros a trabajar en la carretera. Entre gritos
jy maldiciones Maldonado, el capataz, le muestra el sitio
57
que le corresponds y le seftala la tarea que debe cumplir
ese dia. Cuando descarga el pico por primera vez lo siente
rebotar como sobre piedra. Del pico de otro forzado ve
saltar chispas y se pregunta:
— £C6mo podre yo, hombre en escombros, enfermo
y debil, remover este suelo maldito? (pag. 190)
El rancho del mediodia consiste de una taza de caldo
y un trozo de carne mal cocida. Los rostros de los hombres
cuando vuelven del trabajo en la carretera reflejan cente-
nares de maldiciones contenidas, ahos de hambre, de miseria
y de fiebre. A pesar de que dice Otero Silva que se siente
impotente para expresar en palabras la impresion que le
produce la caravana de forzados, hace la siguiente descrip-
cion: "Las siluetas de este puftado de forzados que regresan
al campamento dibujan una estampa macabra sobre el lienzo
turbio del atardecer llanero" (pag. 192).
En "palenque" lo mismo se encuentra el asesino,
como el que no ha cometido ningun delito. La verdad es que
el delito es lo de menos. Lo importante es que se nece-
sitan hombres para trabajar en las carreteras y en los pan-
tanos. Es tambien la mejor manera de tener a la gente
amordazada. Esta es "la labor constructiva del General
iGomez." Asi se explica el razonamiento de Juan Vicente
58
Gomez que en Venezuela habia Union, Paz, y Trabajo.
... y tambien necesitan muertos para amordazar las
voces y atar las munecas del pueblo. En todos los
oidos zumba la pavorosa amenaza — ;Palenque) jPalen
que.' jCallate que alia lejos esta Palenque devorando
vidas,' (pags. 193-194)
Con el tiempo se habita Vidal a ingerir el rancho
incomible, y ni en palenque abandona el autor su humor para
decir:
— Ya muevo con soltura el pie atenazado por
el grillete. (pag. 197)
Si seguimos el razonamiento del General Gomez al
decir que manda a sus enemigos a las carceles y a los campos
de forzados para que "aprendan," es obvio que Vidal ya ha
aprendido a manejar graciosamente el grillete.
Lo primero y mas importante que aprenden es a no
desobedecer. Aprenden a trabajar desde muy temprano hasta
muy tarde al mismo tiempo siendo muy economicos en las
comidas. Un preso llamado Belisario aprende que no es
buena la pereza. Esta muriendose de disenteria, pero el
cabo de presos insiste en que es pereza y lo obliga a tra
bajar, hasta que se queda muerto a un lado de la carretera.
Los fracasos de los estudiantes son en si una mues-
j tra que no deja lugar a duda que en palenque no se debe
|fracasar. Vidal Rojas es testigo a la "pela” de uno de
59
los forzados, que trata de huir y fracasa. Le propinan
quinientos latigazos, haciendo de el una masa sanguino-
lienta e informe. A la manana siguiente comenta el sar-
gento burlonamente:
— ; Tan juerte que parecia el Catire.1 Y amanecio
muertecito con los quinientos palos. (pag. 209)
Acostuiribran dar estas "pelas" al son de una musica que se
toca en alto volumen, para medio ahogar los quejidos de las
victimas, y tarda algun tiempo Vidal en olvidar los resul-
tados del "fracaso" de Rito Luna.
Un dia, feliz para Vidal, llegan a palenque unos
nuevos entre los cuales reconoce a Robledillo. No tarda en
darse cuenta que tambien Hilario Figueras esta en el grupo.
Los recibe con mucho gusto, porque ya habia empezado a
compararse con el asno ciego que da vueltas a la noria.
Miguel Otero Silva ahora nos pone al corriente de
lo que ha pasado con los estudiantes del '28, y del estado
social y politico de Venezuela, mientras que Robledillo le
cuenta a Vidal lo que ha pasado. Son pocos los que no han
claudicado y siguen la lucha. Los que antes pareclan mas
preocupados ahora solo se ocupan de si mismos. Otros han
jrecibido sus tltulos y con ellos, puestos en el gobierno.
!
Dice Robledillo:
60
— Si, Vidal, de nuestro viejo peloton queda muy
poco. En las carceles hay quince o veinte y otros
tantos en el exterior. Entre los que estan en el
exterior no sabemos cuantos son apenas turistas. Y
de los que quedaron en Venezuela y no han ido a la
carcel, son muy escasos los que no han arriado la
bandera. Ahora se piensa mas que antes en el docto-
rado, en el negocio, hasta en el matrimonio con una
mujer rica. Olvidaba decirte que tus companeros de
campaha Urrutia y Ceballos, lograron escapar a Colombia
y desde alii pidieron amnistia al general Gomez. El
rebeldisimo general Urrutia se convirtio en policia
allanador de casas, y ahora es Jefe de Resguardo en La
Vela de Coro. Y Ceballos, nuestro indomable companero
Ceballos, se metio bajo el ala de un doctor gobier-
nista. ;Un par de alhajas.1 (pag. 216)
Con todo y esto, Robledillo es optimista y cree que
los que han quedado son los que han sabido sobreponerse al
panico, al soborno y a la desvergtienza que es la vida social
e intelectual en Venezuela, pero se consuela pensando que
tal vez ellos hayan servido para "abrirles el camino" a
nuevas generaciones. Esta es una observaci6n que el tiempo
ha probado, pues esta es la generacion que todas las fuen-
tes indican haber sido el principio del fin para la era
gomecista y son ellos los que siguen insistiendo en tratar
de mejorar las condiciones para el pueblo venezolano. Ha
tenido Venezuela dos presidentes de esta generacion y
muchos otros han tenido cargos en el gobierno, o han traba-
Ijado para el mejoramiento del pais.
Robledillo evita cuidadosamente mencionar a Cecilia
61
y Vidal empieza a imaginar toda clase de fines romanticos
para ella, hasta que Hilario Figueras, como si hubiera
leido el pensamiento de Vidal comenta: "Cecilia se caso con
el duefto de una joyeria ... " (p. 218).
Por medio de este grupo de prisioneros en palenque
nos muestra Otero Silva el indomable espiritu de los vene-
zolanos y su preocupacion por la educacion del pueblo.
Estos forzados despues de su agobio y su cansancio en el
rudo trabajo en la carretera, muestran su fe y su esperanza
en el futuro, formando catedras en el campo de forzados.
Mas tarde veremos esta misma preocupacion y esta misma
tecnica en La muerte de Honorio. Lo que parece una clara
indicacion que este autor al igual que otros intelectuales
creen firmemente en la educacion como el medio mejor y mas
eficaz para conseguir el progreso.
En Hilario Figueras el autor nos presents al hombre
informado, el obrero que express la opinion que los pleitos
entre los caudillos no son sino pleitos entre mayordomos,
cuya sola razon para pelear es arrebatarle al que la tiene,
la hacienda anchota que es Venezuela. Esto es precisamente
lo que el pais parece convertirse en manos de los dicta-
j
jdores. Una hacienda para compartirla con los amigos y si
hay enemigos o disentores, se ponen en un calabozo y
62
sanseacabo. Volviendo a la pregunta cQue es Venezuela?
que ya habxamos hecho, ahora es Hilario Figueras el que nos
dice tanto a nosotros como a Vidal,
Venezuela son los campesinos piojosos y hambrientos.
Venezuela es tambien un negocio de las companxas
petroleras de los musiues. Venezuela son diez hacen-
dados sacandole la sangre a miHares de peones y diez
generales echando tiros y apretando cepos para en-
cubrir los robos de los hacendados. Venezuela esta
plagada de abogados que le venden el paxs a los petro-
leros a cambio de cuatro reales. (pag. 223)
Segun Hilario, es necesario no limitarse a derrocar
solo al General Gomez, sino tambien a eliminar a los que
lo tienen en el poder para que reparta golpes y mantenga
subyugado al paxs. Le recuerda a Vidal que ya supo a donde
llego con la montonera. Asegura que aun cayendo Gomez
habra muchos que se benefician que querran dejar las cosas
como estan. Uno de los nuevos de apellido Velarde apoya la
opinion de Figueras diciendo:
— jSx, Vidal Rojas.' Solamente puede salvarnos
la fe en nuestro pueblo, la fe en esos hombres paludi-
cos y analfabetos de cuyas manos nacen todas las cosas
utiles. (pag. 224)
Parece que le empieza a preocupar a Otero Silva el
problema del petroleo y ya en esta novela hemos visto dos
referencias a las companxas petroleras. Su preocupacion lo
|
'llevara a escribir mas tarde no solo una novela sobre
63
este tema, sino tambien dedicara la novela que mas galar-
dones literarios le vale al tema de un pueblo enfermizo y
paludico que es Venezuela bajo estos gobiernos.
Vidal Rojas ha sucumbido al paludismo y a la fiebre
y sus ideas se han purificado. Comparandose ahora con lo
que fueron antes, se asombra de la ingenua ignorancia que
los llevo a creer en un exito casi espontaneo. Tal vez
este idealismo haya sido la mejor parte de estos jovenes,
pues si han tenido tan siquiera una pequena idea a donde
los iba a llevar su idealismo, es muy posible que nada
hubieran hecho. En un cambio de t£cnica les dice ahora
Vidal por medio de una carta que escribe para los compa-
heros que estan presos en el castillo,
£Recuerdan cuando nos arrancamos de la Universidad
para hacerle frente a la barbarie? Eramos sentimenta-
les, casi tontos. Andabamos buscando como ofrendar la
vida y el camino para ofrendarla lo deseabamos el mas
corto. Nuestras vibrantes palabras: Patria, compa-
nerismo, libertad, eran simbolos hermosos, abstractos
ideales para crucificarse en ellos como sobre maderos.
Los mercaderes se nos quedaban mirando como a seres
irreales. Porque, mientras la vida era una impudica
trata de hombres y de conciencias, nosotros no nos
ofrecxamos en subasta sino que marchabamos de frente
hacia la muerte. (pags. 235-236)
Ahora comprende por que los mercaderes los vexan
como unos ilusos, al igual que una desagradable acusaci6n.
Ahora han perdido su ingenuidad y han empezado a valorar
64
y a conocer a los hombres. Sus filas se han clareado,
ciertO/ pero esto solo ha sido una purificacion, porque han
perdido a los desertores que les dieron la espalda cuando
la lucha se volvio dificil. Se clarearan aun mas, cuando
algunos de los que quedan respondan a la voz del soborno,
pero solo asi quedaran los que deben de quedar.
Han aprendido que Venezuela es un tragico mercado
donde: se mata por negocio, se roba por negocio, se ama por
negocio, se moraliza por negocio, y una vez mas repite,
"Por negocio, las companxas imperialistas brindan su apoyo
a este viejo barbaro para que chapotee en la sangre de un
pueblo" (pag. 238) .
Es esta una de las pocas diatribas contra las com
panias extranjeras que aparecen en esta obra. Es en esta
carta donde expone Vidal Rojas todo lo que antes el, y sus
compaheros no vexan, no sabxan, ni siquiera se imaginaban.
Como Egaha lo hizo al principio es ahora Vidal el que ex-
horta no solo a los estudiantes que como el han sufrido una
purificacion, sino a los jovenes que los seguiran, para que
aprendan como ellos han aprendido de lo que ayer no cono-
cxan. Otra vez vuelve a hacer lista de lo que se tiene que
hacer:
65
Deben arrancar a la patria de las manos de los mer-
caderes (gomecistas), deben unirse a los centenares de
miles de desheredados que se raueren de hambre y de olvido
(los campesinos), deben ir contra todos los enemigos del
pueblo venezolano. Contra los mercaderes de sotana (los
curas), de sable (los militares), de toga (los doctores),
de pluma (los literatos). Deben lucbar contra los que
ahogan en sangre la libertad (Urrutia), y los que estan
dispuestos a ahogar manana en sangre la libertad que hoy
invocan (Ceballos).
iQue es lo que han logrado? Han arrancado la venda
a los que los siguen. Se han deshecho de sentimentalismos
e ingenuidades. Su fe se ha fortalecido y no podra que-
maria ni el sol del llano, ni la llama de la fiebre.
Termina la novela en el delirio de la fiebre de
Vidal, con una suplica al ruso Dostoievsky para que~sea "
este quien cuente el dolor del pueblo venezolano. Predice
que cuando este pueblo hambriento de siglos despierte,
nadie lo podra contener. Y vuelve a repetir la frase con
la cual empezo el capxtulo: "La fiebre corre por mis venas
como bajel de fuego" (pag. 248).
La nueva Fiebre
66
Se hace necesario incluir aqux. unas paginas para
hacer unos comentarios breves sobre el desarrollo artistico
de este autor, que ha tenido una rara oportunidad, la de
valorar una obra de su juventud comparandola con una obra
de su madurez novelxstica.
Se mencionaron las discrepancias que se han notado
en su primera edicion de Fiebre, y se atribuyeron estas al '
hecho de que era un autor veinte aftero que escribia en la
fiebre de las acciones y sin haber tenido mucha experiencia
literaria. Apenas empezaba a escribir algunos versos
cuando tuvieron lugar los eventos de aquel febrero de 1928,
cuando el estudiantado de la Universidad Central, acalorados
por su exhuberante juventud cogieron el rabano por las hojas
y trataron de hacer lo que hombres de mas experiencia no se
animaban a intentar: derrocar a Juan Vicente Gomez.
El autor ha prologado esta nueva reedicion de
Fiebre que el mismo dice haber comenzado "con veinte aiios
de edad y varios siglos de ignorancia a cuestas.En 1936
g
Otero Silva, Fiebre (8a ed.), pag. 9. (De esta
nueva edicion se haran las citas de comparacion.)
67
hace otro nuevo intento y sin detenerse a corregir publica
la primera edicion de Fiebre en Caracas (1939), la segunda
en Mexico (1940), y la tercera en Lima (1958). Ahora, des
pues de cuarenta aftos, decidio despojarla "hasta donde le
fuera posible de oratoria antinovelistica y de palabras
farragosas: corregir es podar" (pag. 9).
Es cierto que no ha tocado a los personajes, por lo
menos a los principales, y es tambien cierto que la trama
ha quedado sin cambios mayores, pero el estilo se ha pulido,
el escritor veinte anero se ha convertido en todo un nove-
lista con un estilo muy propio.
Se mostrara este cambio citando algunos de los pasa-
jes que ya se han citado en este trabajo al lado de los
mismos pasajes mejorados en la nueva Fiebre. Como esta
comparacion es solo para mostrar el cambio en el estilo y
la tecnica del autor, se sera breve, pues no se intenta
aqux hacer una comparacion, ni mucho menos, solo se apro-
vecha la oportunidad presentada por el valoramiento del
mismo autor sobre su obra primera. Se empieza con la ex-
hortacion de Egafta a quien en la nueva edicion llama
Estanga.
j
! — jTal vez ustedes.1 Y si no ustedes, los que
i vendran detras. Alguien lanzara la piedra sobre
68
este pozo verdozo. Sacudira los cimientos de la Uni-
versidad podrida, del arte podrido, de la sociedad
podrida/ de la ciencia podrida. Ustedes diran que es
difxcil que surjan juventudes limpias cuando el ejemplo
de los viejos es una catedra de servilismo y probable-
mente se equivocaran. El viejo Pasteur probo que los
microbios no nacian por generacion espontanea, pero
no prob6 lo mismo de los hombres dignos. (pag. 15)
He aqui la misma cita de la nueva edicion.
— ;Tal vez ustedes.1 Y si no ustedes, los que ven-
dran detras. Alguien lanzara la primera piedra sobre
este pozo verdoso. Sacudiran los cimientos de la
Universidad podrida, de la cultura fetida, de la cien
cia pestilente, de la sociedad putrefacta. Ustedes
diran que es difxcil que surjan juventudes limpias
cuando el ejemplo de los viejos es una catedra de ser
vilismo. Y se equivocaran. El viejo Pasteur probo
que los microbios no nacian por generacion espontanea,
pero no probo lo mismo de los hombres dignos. (pag. 74)
La variacion del vocabulario es lo primero que se
nota en el segundo parrafo. "La piedra" ha sido cambiada
por "la primera piedra," indicando asi que aunque es el
primer esfuerzo, despues habra mas. La palabra "podrida"
que se repite cuatro veces en la primera cita es substi-
tuida por: fetica, pestilente, putrefacta, despues de usarse
una vez. Esto a la vez que varia el vocabulario evita la
monotonia. Se suprime el adverbio "probablemente" y se
hace de "Y se equivocaran," una frase independiente, deci-
siva. El verbo "sacudira" se hace plural indicando un es
fuerzo colectivo, algo que se tiene que hacer por la nacion
69
entera y no por una persona aislada. Estos cambios dan
fuerza y mas sentido a la obra. Muestran la madurez de un
autor que ahora sabe su arte.
La siguiente cita no se habia hecho antes, pero se
encuentran en ella veinte cambios ya sea de sintaxis o de
vocabulario. En el trozo citado, el abogado Oyarzabal
habia de los venezolanos que pretenden ser de real abolengo
y llega a la conclusion final que lo unico que importa es
el dinero.
— Por todo eso, amigo mio, a mi me exasperan las
pretensiones nobiliarias de esos cuatro pelagatos y
los salones mas o menos cerrados para quien no posea
el "claro abolengo. 1 1 Sobre todo porque se muy bien
como se abren de par en par las puertas de esos salones
cuando quien toca a ellas trae la cartera hinchada,
asi sea hijo de Na Narcisa. Y me rio alegremente de
unas cuantas dudosas virginidades defendidas aparatosa-
mente y conservadas con largas novenas a San Antonio,
y de esos otros tantos senoritos que adquieren en su
juventud la sifilis en los burdeles para trasmitirla
luego con honorable distincion a sus conyuges y aumen-
tar las filas del mantuanismo criollo con el aporte de
sus vastagos patulecos. (pag. 22)
Y en seguida la cita de la edicion corregida.
— Por todo eso, amigo mio, me exasperan los pujos
nobiliarios de esos cuatro pelagatos y los salones mas
o menos hermeticos para quien no posea comprobado
abolengo. Sobre todo porque se muy bien con que faci-
lidad se abren de par en par las puertas de esos salo
nes cuando quien toca a ellas trae la cartera hinchada,
asi sea hijo de Na Narcisa y Don Mataperros. Y rechazo
la moral de unas cuantas rugosas virginidades defendi
das aparatosamente y conservadas con largas novenas a
70
San Antonio, y me cago en la reputacion de otros tantos
seftoritos que adquieren en su juventud la sifilis en
los burdeles y la trasmiten luego con impecable distin-
cion a sus conyuges y aumentan de ese modo las filas
del raantuanismo criollo con la cuota de sus vastagos
patulecos. (pag. 79)
Una vez mas notamos el cambio de vocabulario. Las
pretensiones nobiliarias ahora son los pujos nobiliarios,
lo que indica mas fuerza, es decir, un deseo irresistible
de ser noble en vez de una simple pretension. Los salones
no solo son cerrados, sino que son hermeticos. El abolengo
que era claro ahora es comprobado. El indefinido como se
abren se ha cambiado por con que facilidad se abren, la
palabra facilidad no deja lugar a duda de lo que verdadera-
mente cuenta cuando se trata de abrir puertas.
La primera cita habia de un don Nadie hijo de Na
Narcisa. En la segunda, no se conforma con hacerlo hijo de
una madre cualquiera, sino tambien le da un padre igual de
vulgar llamandolo hi jo de Na Narcisa y don Mataperros. Las
virginidades dudosas las convierte en rugosas. Todo por
todo, el vocabulario se refina y las construcciones se
cambian ya sea para aclarar o fortalecer ideas.
La ultima cita es otra que ya se habia hecho, y se
Inotaran los muchos cambios que se han hecho.
71
— Si, Vidal, de nuestro viejo pelotdn queda muy
poco. En las carceles hay quince o veinte y otros
tantos en el exterior. Entre los que estan en el ex
terior no sabemos cuantos son apenas turistas. Y de
los que quedaron en Venezuela y no han ido a la carcel,
son muy escasos los que no han arriado la bandera.
Ahora se piensa mas que antes en el doctorado, en el
negocio, hasta en el matrimonio con una mujer rica.
Olvidaba decirte que tus compaheros de campaha,
Urrutia y Ceballos, lograron escapar a Colombia y desde
alii pidieron amnistxa al general Gomez. El rebeldx-
simo general Urrutia se convirtio en policia allanador
de casas, y ahora es Jefe de Resguardo en La Vela de
Coro. Y Ceballos, se metio bajo el ala de un doctor
gobiernista. ;un par de alhajas.' (pag. 216)
He aqui la cita de la nueva edicion de Fiebre.
— Si, Vidal, de nuestro antiguo batallon queda muy
poco. En las carceles hay veinte o treinta y otros
tantos en el exterior. Entre los que estan en el ex
terior, no sabemos cuantos se han convertido de des-
terrados en turistas. Y de los que se quedaron en el
pais y no han ido a la carcel, son muy escasos los que
no han arriado la bandera. Ahora se piensa mas que
antes en el doctorado, en los honorarios del futuro,
hasta en el matrimonio con una mujer rica. Olvidaba
decirte que tus compaheros de campaha, Urrutia y
Ceballos, lograron escapar a Colombia y desde alia
pidieron amnistxa al general Gomez y se la dieron.
El rebeldisimo general Urrutia se transformo en poli-
cxa allanador de casas y ahora es jefe del resguardo
en La Vela de Coro. En cuanto a Ceballos, nuestro
indomable compahero Ceballos, se metio bajo el ala
protectora de un doctor gobiernista. jQue par de
piochas.’ (pag. 227)
Algunos de los cambios son mas precisos, porque ha
habido tiempo de saber los hechos. Quince o veinte ahora
|son veinte o treinta. Despues de decir que Ceballos y
Urrutia pidieron amnistxa al general Gomez, en la nueva
72
edicion se anade: y se la dieron, para aclarar la conclu
sion del asunto. Termina la cita con " ;Que par de piochas,'"
en vez de la mas usual "jUn par de alhajas.'"
Como se puede ver, y como el mismo autor ha dicho,
esencialmente no ha cambiado la novela sino para pulir el
vocabulario y clarificar lo que se quiere decir. Los cam-
bios son finisimos, casi imperceptibles en algunos casos,
pero al mismo tiempo dejan entrever el estilo a veces cor-
tante que ha desarrollado Miguel Otero Silva.
CAPITULO IV
CASAS MUERTAS
Es la segunda novela y la mas premiada de las obras
de Miguel Otero Silva. Presenta un enigma interesante, y
llega despues de mas o menos quince anos de silencio lite-
rario. Fundamentalmente poeta y novelista, la primera
pasi6n de Otero Silva ha sido y sigue siendo el periodismo,
que parece dejarle poco tiempo para la literatura. En el
intervalo de quince anos desde la publicacion de Fiebre a
la obra que le sigue, Casas muertas (1955), el autor no
solo se dedica al periodismo, sino se recibe en 1949 como
Periodista Titular en la Universidad de Caracas. Poco
antes de la publicacion de esta segunda novela anuncia su
vuelta a la literatura. Casas muertas recibe el premio
Aristides Rojas, que antes habia ganado Arturo Uslar Pietri
y Ramon Diaz Sanchez. Recibe ademas el Premio Nacional de
Literatura.
La preocupacion de Otero Silva en esta novela se
i
|basa en la despreocupacion del gobierno por el pueblo
73
74
venezolano, simbolizado en este caso por Ortiz, un pueblo
que en un tierapo fue glorioso, fue la capital de Guarico,
la ciudad mas poblada y mas linda, la rosa de los llanos
una gloriosa ciudad que ahora yace moribunda.
En su libro Venezuela Through Its History,
William D. y Amy L. Marsland escriben:
Even in the mid-19201s and in the face of cultural
and economic shock, Juan Vicente Gomez did nothing.
He continued to rule like a tribal Patriarch. The
nation had plenty of money to fight disease and ig
norance, but the funds were used to build hotels that
no one except Juan Vicente and his courtiers have
ever used. ^
Esto quiere decir, que en este tiempo habia sobrado dinero
para combatir las fiebres y el paludismo que diezmaban los
pueblos, pero lo que no habia era voluntad de parte del
gobierno.
Pasa asi esta novela a formar el segundo eslabon en
la cadena de cinco obras que nos dan un panorama nacional
de lo que fueron treinta anos de sufrimientos para el pueblo
venezolano. Cambiando la tecnica narrativa que uso en la
primera obra, ahora el autor nos introduce al fin de la
accion como principio de la novela con las frases: "Esa
^■(New York: Thomas Y. Crowell Co., 1954), pag. 241.
75
manana enterraron a Sebastian. El padre Pernia, que tanto
afecto le profeso, se habia puesto la sotana menos zurcida,
2
la de visitar al Obispo."
Inmediatamente pasa a explicarnos que un entierro
es de lo mas comun en Ortiz, mostrando as! la desolacion de
este pueblo que todos los dias muere un poco mas. Tanto
que hasta la hierba del camino ya se ha extinguido por el
arrastrar de las alpargatas, y hasta los perros siguen con
rutina, o preceden a los que llevan la urna, senalando un
camino que han transitado mil veces.
Habia muerto Sebastian, cuya presencia fue un brioso
pregon de vida en aquella aldea de muertos, y todos
comprendian que su calda significaba la rendicion
plenaria del pueblo entero. (pag. 7)
Es as! que nos introduce Otero Silva al protagonista que
describe como un "brioso pregon de vida" en una aldea de
muertos.
El poeta Fernando Paz Castillo (1895- ) ha visto en
Casas muertas una novela de tema idilico en la cual se con-
fronta a la vida moderna en medio de asperas realidades.
Considera un verdadero acierto del autor, el haber hecho
2
Miguel Otero Silva, Casas muertas (Caracas: Monte
Avila Editores, C.A., 1969), pag. 7. (Todas las citas de
esta obra se haran de esta edicion.)
76
que Sebastian Acosta, el protagonista, haya venido de otro
pueblo, porque asi lo puede presentar como un personaje
brioso, sano y lleno de vida, que llega a este pueblo al
3
que el dolor ha engrandecido. El dolor se ha hecho cos-
tuiribre en todos los habitantes de Ortiz, con la excepcion
de Carmen Rosa. Empezando asi con la muerte del protago
nista,. nos da una idea de la completa apatia hacia el tiempo
y una falta completa de preocupacion de los habitantes en
cuanto a los dias que viven,
Tal vez era domingo. Sin duda era domingo, pero nadie
pensaba en eso. Ninguna diferencia existia entre un
martes y un domingo para ellos. Arnbos eran dias para
tiritar de fiebre, para mirarse la ulcera. (pag. 10)
La repeticion de "domingo" sirve para crear una sensacion
de aburrimiento, de tedio o tal vez un ambiente de irreali-
dad.
Y si la muerte y los entierros son una parte tan
comun de la vida cotidiana en Ortiz, £por que empezar la
novela con un evento tan ordinario? Precisamente, porque
todo el pueblo habia cifrado en Sebastian sus esperanzas.
No es la muerte la que asusta en este caso, sino la muerte
3
Fernando Paz Castillo, "Notas para un panorama de
la novela en America Latina," Revista Nacional de Cultura
(Caracas), No. 180, abril, mayo, junio, 1967, pag. 111.
77
de uno a quien se consideraba la vida misma. De los otros
habitantes del pueblo poco se podia esperar, pues
El ritmo pausado ... se adaptaba fielmente a su cami-
nar de enfermos ... arrastrando los pies, encorvando
los hombros bajo la presion de un-peso inexistente,
se les vexa transitar a diario por las calles del
pueblo, por los campos medio sembrados, por los corre-
dores de las casas. (pags. 7, 8)
Pero de Sebastian tal vez se esperaba demasiado, y cuando
parece que se va a embrollar en un asunto que no tiene nin-
guna salida, prefiere el autor dejarlo morir, antes de que
se pueda convertir en una completa desilusion. Y asi
Sebastian, al igual que Ortiz, la capital de Guarico, la
rosa de los llanos, la gloriosa ciudad, han tocado su fin.
Y al pensar un poco, tal vez se pueda conjeturar que no son
solo las glorias de Ortiz las que se cantan, sino las de
Venezuela.
La fiebre, la hematuria, y el paludismo son los
personajes en esta novela con los cuales todos tienen que
luchar. Ortiz mismo, personaje vital, vive en espera de la
muerte o ha muerto ya, porque el paludismo y la fiebre han
pasado a ser el estado normal de sus habitantes. La muerte
es el personaje maximo que llega con regularidad y nunca se
hace esperar en este pueblo que agoniza y muere un poco
cada dia.
78
La lluvia es un personaje que Otero Silva nos pre-
senta de una xnanera hermosa por sus descripciones, pero
monstruosa por los danos que causa. Hace uso de muchos
verbos de accion en sus descripciones que generalmente
asociamos con acciones humanas. Un ejemplo,
A veces descendia una llovisna menudita, un polvillo
ingravido, polen de las estrellas, corpusculos de
nubes, que mojaba lentamente los techos, empapaba las
calles y ponia brillos de pedrerxa en el verde lus-
troso de los cotoperies. Otras veces caian goterones
que golpeaban la tierra corao salivazos, chasqueaban
como latigos sobre las planchas de zinc, se esparcian
sobre el polvo como monedas de agua. {pag. 103)
Hay algunos pasajes donde abundan mas estos verbos, hablando
del jardin de Carmen Rosa, por ejemplo,
Se doblegaron mustias las cayenas, se desnudo de bianco
el jazminero, se hundieron en la entrana del fango los
capachos, y se fuqaron en busca de azul los arrendajos
y los turpiales. (pag. 103)
Pero aunque las descripciones siguen siendo her-
mosas, la lluvia implacable al caer sobre este pueblo en
escombros empieza a hacer mas y mas danos, aunque estos
sean descritos poeticamente no dejan de ser destructives,
como el siguiente:
Llovia con sana sobre las casas medio derruidas, sin
puertas. Subitamente, se tambaleaba una pared para
derrumbarse luego al embate del viento. Sobre un
oscuro solar se desplomo el segundo piso de una anti-
gua casa. Quedo en pie la escalera, invalido camino
de madera que ya no conducia a ninguna parte.
(pag. 104)
79
Pasando de esta descripcion destructiva de lo ma
terial se hace necesario citar por lo menos en parte la
gestacion de los mosquitos, que es una poesia en prosa.
En el cristal fangoso de los charcos, en el lino verdoso de
los pozos a donde llegan estos bichitos despues de las
semanas de lluvia, a posarse,
Sobre una hoja inmovil, detenida en mitad del agua
muerta, se paraba una brizna imperceptible provista de
alas y de vida; Era una hembra que venia a poner sus
huevos. Los huevitos caian por centenares, hermanados
en una cinta finisima, y se esparcian luego sostenidos
a flor de charca por flotadores microscopicos.
(pag. 107)
Una vez llegadas a su madurez, estas briznas con
alas se esparcen; los machos hacia los arboles, las hembras
hacia las casas en busca de sangre humana. Y hunden el
aguijon en el sano al igual que en el enfermo. Entonces
con la trompa envenenada sepultan con el espolon las celu-
las malignas para luego hacer arder el cuerpo en la llama
del paludismo. Salian por fin las aguas, pero no sin dejar
sobre Ortiz, Parapara y los otros caserios contiguos, una
marea de fiebre y de muerte que mataba y seguia matando aun
cuando parecxa que ya no habia a quien matar.
! En juxtaposicion con estos personajes teluricos hay
jotros que se deben mencionar y tampoco son humanos, como
80
las flores en el jardin de Carmen Rosa. En ellas y en su
jardin, ha encontrado una inmunizacion contra todas las
lacras. Otero Silva lo dice asi:
Sembrar aquellas matas, vigilar amorosamente su creci-
miento y florecer con ellas cuando ellas florecian,
fue el sistema que Carmen Rosa ideo, desde muy nina,
para abstraerse de la marejada de ruina y lamentaciones
que sepultaba lenta y fatalmente a Ortiz bajo sus aguas
turbias. Aquel largo corredor de ladrillos que daba
vuelta al patio, aquel claustro con portico de trini-
tarias y relieve de helechos, eran su mundo y su des-
tino. ... Y ella crela con firmeza — icomo podrla ser
de otra manera?— que solamente su presencia en aquel
pequeno cosmos vegetal del cual formaba parte, su con-
tacto constante con el verde pulmon del patio, la habia
permitido crecer y subsistir, no abatida por fiebres
y ulceras como los habitantes del pueblo, sino fresca
y lozana como la raraazon del cotoperi. (pags. 12-13)
Esta comunion con la naturaleza ya la habia expre-
sado Otero Silva de una manera inversa en Fiebre, cuando
hablando de los jardines de la Universidad y el viejo jardi-
nero dice:
El viejo Modesto los cuida, y hay tanto vigor en
las plantas y tan poco en el viejo que parece que
Modesto estuviera en la Universidad para que los
jardines lo cuidaran a el.^
Se hace necesario pasar de estos personajes no humanos, de
hacer a un lado ya esta prosa poetica que deleita, aunque
4
Miguel Otero Silva, Fiebre, Prologo de Ernesto
Silva Telleria (Caracas: Editorial "Elite, " 1939), pag. 29.
81
trate a veces de temas sombrios y lobregos, y volver a la
realidad, a la realidad creada por Miguel Otero Silva en
esta obra, donde no piensa dejar que olvidemos lo que a el
le preocupa sobremanera: las lacras sociales causadas por
el gomecismo.
Cronologicamente han pasado los anos, pero en la
obra una vez mas hemos vuelto a los eventos de 1928 por
medio de unos estudiantes que ruiribo a Palenque llegan a la
bodega de Epifanio, al una vez glorioso pueblo de Ortiz.
Es asi como en un domingo de noviembre a medio dia, se nota
mucho movimiento en la jefatura civil y vuelan los rumores
de ruina en ruina, de corral en corral.
— jHay un alzamiento en Calabozo.' Fue el primer
rumor . . .
— Es Arevalo Cedeho que invadio por el Meta. Esta
vez trae mas gente que nunca y ya esta atacando a San
Fernando. (pag. 71)
El sehor Cartaya pasa por el telegrafo como por azar y sabe
la verdad. Los estudiantes de Caracas seran trasladados
ese domingo a los trabajos forzados de Palenque y de un
momento a otro pasaran por Ortiz.
El autobus con dieciseis estudiantes se detiene
frente a la bodega de Epifanio y los estudiantes se bajan
i
I
|a tomar un refresco y a comer algo. Todos parecen haber
82
cumplido recien los veinte anos, con excepcion de uno que
parece que va llegando a los veinticinco. Sebastian y el
senor Cartaya se acercan a ellos disimuladamente y en un
descuido de los guardias el senor Cartaya le da al mayor un
frasco de quinina diciendole a la vez, "les puede ser util."
Sebastian se acerca a un estudiante mulato que lleva una
boina vasca y disimuladamente le da su sombrero para que se
proteja del sol. No solo nos recuerda asi Otero Silva la
era gomecista, sino nos muestra la generosidad del pueblo
venezolano. Los estudiantes mismos, olvidan que van a una
prision de la cual bien pueden no volver, se olvidan de su
desventura para expresar su pena por la ya consumada muerte
de Ortiz y de sus habitantes. Tan pronto como el pueblo
en ruinas se ha perdido de vista los estudiantes dialogan
de la siguiente manera.
— ;Que espanto de pueblo.1 Esta habitado por
fantasmas.
— £Y las casas? Mas duelen las casas. Parece
una ciudad saqueada por una horda.
— Una horda de anofeles. El paludismo la des-
truyo.
— jPobre gente.’ Y se nota que son buenos.
— La gente siempre es buena en esta tierra. Los
malos no son gente. (pag. 77)
Se interrumpe este dialogo cuando despues de este comen-
tario el oficial que los acompaha los mira torcidamente,
83
pero los estudiantes no resisten sus propios pensamientos
y vuelven a hablar.
— c.Y los ninos de aquel pueblo? Tienen el color
de la tierra que se comen.
— Son saquitos de anquilostomos.
— Crecen descalzos con los pies llenos de niguas.
— jMalditos sean los culpables.' (pag. 77)
Una vez mas este comentario llama la atencion del oficial
que los acompana y tienen que callar, pero es una vista
fantasmal que no pueden olvidar y empiezan a hablar otra
vez.
— ;Que hermosas fueron vivas aquellas casas
muertas. '
— Fueron hechas con un solido y sobrio sentido de
la arquitectura.
— Una casa sin puertas y sin techo es mas conmove-
dora que un cadaver.
— Sera necesario levantarlas de nuevo. (pag. 78)
cPodra en esta ultima frase referirse el autor no solo a
Ortiz, sino a toda Venezuela? La descripcion que nos hace
Otero Silva de la ciudad de El Sombrero no es mucho mas
halagadora. A la ciudad la llama polvorienta, a la puerta
de una choza dice que esta un perro cobrizo y esquel6tico,
de la orilla del camino los vio un jinete macilento sobre
un caballo desvencijado. No bastandole esta triste des
cripcion de la ciudad, el jinete y los animales, tambien
describe el caer de la tarde como "pesado" y el cielo como
84
cremoso y desagradable. Termina el dialogo con estas ul
timas oraciones dichas por el de la negra mirada incisiva,
— Yo no vi las casas/ ni vi las ruinas.
Yo solo vi las llagas de los hombres. Y el de la
frente cavilosa:
— Se estan derrumbando como las casas, como el
pais en que nacimos. (pag. 78)
He aqui la conversacion con la cual volvemos al gomecismo.
Que no es Miguel Otero Silva el unico autor preocu-
pado por las condiciones que existen en Venezuela, en Ortiz,
y en todos los pueblos como Ortiz se hace patente leyendo
obras de otros autores que muestran los mismos hechos. Se
menciona aqui solo La carretera de Nelson Himiob por coinci-
dir esta no solo en materia sino en geografia.
En la novela de Himiob van dieciseis estudiantes
rumbo a Palenque y pasan por Ortiz. Uno de los estudiantes
a quien llaman Nelson, recuerda haber oido mentar ese
pueblo y hace memoria.
"jOrtiz, Ortiz," repito para mi.' Y recuerdo que
la Historia Patria me presentaba a Ortiz como a una de
las ciudades mas importantes del llano guariqueno.
Hago esta observacion y Ampico me responde:
— Si. Antes habia aqui mucha gente y mucha plata.
Pero el paludismo y la disenteria acabaron con esto.^
5
(Caracas: Editorial "Elite," Litografia y Tipo-
grafia Vargas, 1937), pag. 47.
85
Nelson Himiob ve la misma ruina pasar por su vista: las
casas que se derrumban, muchachos semidesnudos de vientres
inflados y piernas delgadxsimas; mujeres harapientas cuyos
senos y caderas gritan: "jpaludismo, paludismo, paludismo.'"
Recuerda a otros muchachos en otras ciudades, colorados
con manos regordetas, otras mujeres que rxen y despiertan
deseos con caderas nutridas y senos turgentes y piensa, que
tan venezolanos son los unos como los otros. Es decir,
parece haber dos clases: unos que todo lo tienen, y otros
que no tienen nada.
En Ortiz, los habitantes para quien sus llagas y
sus fiebres ya son un modo de vida, solo piensan en la des-
dicha de los estudiantes.
— jPobrecitos.'— sollozaba Hermelinda, son casi
unos ninos, padre Pernia, Santa Rosa los acompane ...
— Dios mismo los acompane— respondxa el padre
Pernia, por el camino que se fueron no queda sino
Palenque, que es la muerte.
— No regresaran— grunxa enfurecido el senor
Cartaya— . Los mataran a latigazos y los enterraran
en la sabana.
— jHay que hacer algoj— ahadia Sebastian.
(pag. 75)
Y una vez mas oimos esta frase clave que tal vez fue la que
llevo a los jovenes estudiantes a su levantamiento ilusorio.
jCambiara el ritmo idxlico de esta novela y empezara Sebas-
!
Itian, al igual que los estudiantes a pensar en hacer algo.
86
Nos muestra asi el por que todos trataron de ayudar a los
estudiantes. Sebastian razona que los estudiantes dejaron
sus novias y sus estudios por los calabozos y no es justo
dejarlos solos. Repite la idea que ya habia expresado
Hilario Figueras en Fiebre aunque en diferentes palabras
que,
— Los que raandan son cuatro, veinte, cien, diez
mil. Pero los otros, los que soportamos los planazos
y bajamos la cabeza somos tres millones. Yo si creo
que se puede hacer algo. Yo no soy un iluso, ni un
poeta de pueblo, sino un llanero que se gana la vida
con sus manos. ... Y se que se puede hacer algo.
(pag. 82)
Pero cuando tratan de unirse con los estudiantes para "hacer
algo, 1 1 son descubiertos como lo habian sido otros ya antes
tantas veces y todo vuelve a quedar en nada.
Carmen Rosa no esta tan segura que se pueda hacer
algo contra la aniquiladora maquinaria del gobierno. Cree
que es como si una mariposa del llano intentara atajar con
sus alas el empuje del viento. Pero a todas las preguntas
de oposicion de Carmen Rosa, Sebastian simplemente responde
"hay que hacer algo, Carmen Rosa, hay que hacer algo."
La senorita Berenice, la maestra de la escuela,
admira la insurgencia civica de los estudiantes de Caracas,
pero esta en desacuerdo con los alzamientos armados y mucho
i
87
mas con el proyecto de Sebastian. Insiste en que la guerra
civil ha sido la causa de todos los males. Es su opinion,
que en Ortiz siempre hubo mosquitos, pero que fue el movi-
miento de los soldados el que trajo la perniciosa, el
paludismo y la muerte.
El senor Cartaya, opina que aunque no es partidario
de la guerra civil como sisterna, en este momento parece que
Venezuela no tiene otra salida sino "echar plomo." Este
momento es apropiado para el argumento que el civilismo de
los estudiantes termino en la carcel,
Los hombres dignos que han osado escribir, protestar,
pensar, tambien estan en la carcel, o en el destierro,
o en el cementerio ... es tambien una guerra civil en
la cual uno solo pega, mientras el otro, que somos
casi todos los venezolanos, recibe los golpes.
(pag. 85)
Todo Ortiz comenta la suerte de los estudiantes.
Parece que la llegada de los detenidos ha sacado de su
letargo al moribundo pueblo de Ortiz. En la bodega de Epi
fanio, Pericote opina que las cosas deben de haberse puesto
feas para que lleven a los estudiantes a Palenque. Epifanio
le aconseja que lo mejor es callar. Mostrandonos asi el
miedo en que vivia la gente, y el hecho que hasta un comen-
jtario inocente podia costar caro.
I
En la jefatura, el coronel Cubillos esta en su
88
gloria. Es la primera vez que tiene ocasion de mostrar su
autoridad. Declama delante del secretario y de los dos
policias:
— IQue se estaran creyendo esos cagaleches? van a tumbar al general Gomez con papelitos? En la
carretera van a saber como se bate el cobre. (pag. 76)
El jefe civilismo fue la manera que encontraron
los dictadores para premiar y a veces enterrar, a sus ami
gos o a sus enemigos, segun diera el caso. No podia dejar
de mostrarnos Otero Silva este aspecto tan importante de
la sociedad venezolana, En el caso de Ortiz/ podemos supo-
ner con certitud que un nombramiento como jefe civil en
este pueblo de moribundos tenia que haber sido un castigo.
El coronel Cubillos, jefe civil de Ortiz, habia sido primera
autoridad de una floreciente poblacion de los Andes, y luego
ayudante personal de uno de los hijos del General. Se
llego el dia en que su estrella se apago y fue a dar a un
calabozo. Su coronelato no le dio ninguna preferencia ni
le quito los grillos. Varios meses y muchas importantes
intervenciones mas tarde el General se ablando y dijo a los
amigos de Cubillos:
No solamente lo voy a sacar de la carcel sino que tam
bien lo voy a nombrar jefe civil. Y en efecto, lo
designo jefe civil de Ortiz. Jefe Civil de cuatro
89
casas derrumbadas, de una cienaga verdosa y de un
punado de hombres medio fantasmas. (pag. 94)
No puede haber estado el coronel Cubillos muy a
gusto en Ortiz, pero habia aprendido bien su leccion, y no
perdia ninguna oportunidad para alabar al general Gomez.
Se notaba que un sordo rencor le corroia las entranas.
Parecia andar siempre buscando a alguien en quien vengarse
del destino que lo habia traido a este moridero. Tardo en
encontrar a este alguien, porque en Ortiz no habia ladrones:
nadie tenia animos para cuidar la propiedad ni tampoco para
robar la ajena. Algunas puertas se cerraban por la noche,
pero era solo por costumbre. Ningun llagado, ningun estre-
mecido de escalofrios se hubiera levantado de su chinchorro
para tomar lo que no le pertenecia. La unica politica en
Ortiz, era la que se discutia en casa de Carmen Rosa, y no
salia del patio villanero. El resto del pueblo no sabia
que cosa era politica.
Un dia llego de El Sombrero una mujer de la vida de
nombre Petra Socorro. Nadie se dio cuenta del arreglo que
hubo, pero al cabo de una semana estaba viviendo con Peri-
cote. Petra Socorro no volvio a embadurnarse mas la cara
icon coloretes estrafalarios, porque Ortiz no era un pueblo
!
jdonde prosperaran mujeres de esta profesion, pero el dia
90
en que el coronel Cubillos la vio, encontro su vxctima.
La ve y le gusta y enterado por su ayudante lo que ella
habia sido, le manda decir que lo espere esa noche. Petra
se niega, el coronel le manda regalos, y ella los rechaza.
Va el en persona y trata de obligarla y ella se le escurre
como una lagartija, porque Petra Socorro
Ya no era la putica de El Sombrero sino la mujer de
Pericote, se zafo como una lagartija de la mano que
la oprimia, se escurrio como la voz gris del humo por
la puerta del rancho y echo a correr hacia lo oscuro
del monte, descalza como estaba, saltando por encima
de las tunas y los penascos. (pag. 98)
Apto alumno graduado de la escuela del jefe civi-
lismo gomecista, el coronel Cubillos sabe que en Pericote
se vengara del desprecio de Petra Socorro. Solo tiene que
sugerirle a su ayudante, llamado ironicamente Juan de Dios,
que Pericote es un hombre peligroso, para que el ayudante
servilmente lo traiga a empujones diciendo,
— Aqui le traigo a este hombre, coronel, que se
la pasa hablando mal del general Gomez. (pag. 99)
Sobra decir que en el caso de Pericote, no hubo interven-
ciones que valieran. Pericote grita que todo es mentira,
porque de pronto comprende que esta en peligro, pero sus
protestas son inutiles, ya que lo que esta en juego no es
!
;su inocencia o su culpabilidad, sino el rechazo del coronel
91
Cubillos por Petra Socorro. Como se puede suponer, Peri
cote es enviado a Palenque.
Asi era la justicia, o la injusticia gomecista que
tuvo al pueblo paralizado de terror por toda una vida: el
saber que podian ser encarcelados y hasta torturados sin
apelo a la ley en ninguna forma.
Este es solo un ejemplo que nos da Miguel Otero
Silva de la manera en que se amordazo a un pueblo. El caso
de Pericote es simbolicamente el caso de cualquier otra
persona en Venezuela. El pueblo de Ortiz tambien simboliza
el pueblo venezolano, donde se permite que la fiebre y el
paludismo no solo diezmen a la poblacion, sino que los
roben de energia para pelear, protestar y hasta para estu-
diar. "Guardar el orden" en un pais asi, resulta una frase
vacia.
Un pueblo enfermizo es facil de doblegar; un pueblo
analfabeto es un pueblo facil de subyugar. En Ortiz las
enfermedades son las causantes de la mala educacion. Hay
una veintena de alumnas en la escuela de la sehorita Bere
nice, pero muy rara vez asisten todas juntas a las clases.
Siempre llegan los recados,
— Manda a decir Misia Socorro que Elenita no puede
venir hoy porque esta con calentura.
92
— Que la nina Lucinda no se pudo levantar hoy
de la cama. (pag. 28)
La unica que nunca enferma es Carmen Rosa. Se
llega el dia en que la senorita Berenice y el senor Nunez,
maestro de los nihos, presentan un total de diecisiete
alumnos ante los examinadores. Albergan la esperanza de
que entre ellos haya el numero que necesitan para la crea-
cion de un quinto grado que hace mucho tiempo no hay en
Ortiz. Los dos maestros saben de antemano que es imposible
que sus alumnos acechados por anquilostomos, paludismo y
fiebres pasen un examen que se va a cumplir de acuerdo con
reglas elaboradas para nihos sanos y bien nutridos. Otero
Silva encuentra la manera de insertar aqui un ironismo,
pues uno de los temas que han de desarrollar los nihos es
"Derechos constitucionales de los venezolanos," lo que
resulta irrisorio, ya que los venezolanos no tenian tales
derechos, o si los tenian se encontraban en un papel.
Todos los alumnos fracasan miserablemente, con una
excepcion. Las tesis de Carmen Rosa son excelentes. El
examinador les anuncia a los nihos que no habra examen oral,
y les dice que se pueden ir para sus casas. Solamente a
iCarmen Rosa le dice la senorita Berenice cogiendola del
j
jbrazo, "Tu te quedas." Y Carmen Rosa presenta la prueba
93
oral, unica en responder ante tres examinadores, sin saber
lo que esta pasando. Cuando comprende que ha llegado sola
y sobresaliente a un quinto grado que nunca existira, se
echa a llorar.
Es en este pueblo de muertos donde mas tarde la
senorita Berenice invitara a Carmen Rosa a quedarse a dar
clases.
No estaba escrito que Sebastian muriera en una mon-
tonera gloriosamente inutil. Al fracasar el plan de hacer
algo con la ayuda y para ayudar a los estudiantes, le que-
dan a Sebastian dos caminos. Irse solo a buscar al cabe-
cilla del supuesto levantamiento, o resignarse a seguir
rumiando entre hombres llagados y casas en escombros.
Llega asi a su cumbre Sebastian, este personaje que ha
creado con tanto esmero Otero Silva,
Un dia que va Sebastian a ver a Carmen Rosa se
siente enfermo y empieza a delirar. Al principio cree que
es insolacion, efecto del sol del llano. En su delirio lo
obsesiona la idea de hacer algo que se gravo en su mente.
Se ve como un jefe de guerrilleros Sebastian Acosta, el
Leon de Parapara. Llegan hombres a unirsele de todas par-
i
|tes, se engrosan sus filas. Va levantando hombres de a
caballo por los ranchos, los hatos, los caserios y hasta
94
las ciudad.es. Los vi tores de un pueblo libre y enardecido
le recuerdan que el no esta preparado para gobernar, y en-
tonces recuerda a los estudiantes, a los dieciseis que
pasaron por Ortiz en un autobus amarillo.
El devaneo que usa como tecnica en esta novela se
perfeccionara mas y mas, En la proxima novela se echara
mano de la letra bastardilla para reflejar los pensamientos
interiores de los personajes principales como Carmen Rosa
y Matias Carvajal. En la cuarta novela el autor perfecciona
esta tecnica y trabajara la novela enteramente en estos dos
niveles.
Sebastian pasa a un delirio donde a veces anda por
una selva y luego pasa al mundo de los muertos y habia con
ellos. Cuando esta a su lado Carmen Rosa, trata de son-
reirle, pero mas y mas se escapa a la region alucinada del
delirio.
— jAdentro, muchachos.1 jViva la libertad.'
jViva Sebastian Acosta, el Leon de Parapara.1 (pag. 119)
Naturalmente a su lado pelea su compadre Feliciano
y siendo aun la preocupacion del autor presentar una vez
mas los efectos en la sociedad y tal vez mas especialmente
jen los hombres, esta era en que tan desesperadamente tra-
i
I
taban todos de hacer algo para mejorar las cosas, hace que
95
en lo mas hondo de su delirio Sebastian grite silenciosa-
mente:
— jAbajo Gomez, muchachos.' jViva la revolucion.'
;Que toque la corneta.1 jQue toque paso de vence-
dores.' ;Que Sebastian Acosta esta entrando en la
Villa.' (pag. 119)
Y a los veinticinco anos, con suenos de hacer algo
por Venezuela, muere Sebastian, y con el muere la esperanza
de Casas muertas, el fuereno que vendria a renovar la sangre
envenenada de Ortiz, el "brioso pregon de vida en aquella
aldea de muertos." Esto es un acierto literario de Otero
Silva, porque asi queda la ilusion que tal vez de haber
vivido, algo hubiera podido hacer. Puede tambien la muerte
de Sebastian simbolizar el triste hecho que contra Juan
Vicente Gomez la unica que pudo hacer algo fue la muerte.
Al morir Sebastian, en medio de su dolor, Carmen
Rosa empieza a sonar de otros pueblos donde se vean algo
mas que entierros. Sondea a Olegario, su fiel perro guar
dian, preguntandole si al irse ella y su madre el se iria
con ellas. Olegario trata de disuadirla, diciendo que es
su dolor el que la hace pensar en esas cosas, pero la idea
persiste. Empieza a asomarse a la puerta de la escuela
jpara ver pasar la caravana de autos, camiones, cacharros
jviejos, todos caminando hacia oriente en busca del petroleo.
96
Elios al pasar
No saludaban nunca a aquella linda muchacha enlutada
que los vexa pasar desde la puerta de la escuela sin
ninos y cuyo dolor, cuando la miraban, imponia mas
respeto que las mismas casas muertas de aquella ciudad
desintegrada. (pag. 127)
Se llega el dxa en que Carmen Rosa decide que se
van a oriente y aunque dona Carmelita es una madre compren-
siva que solo quiere la felicidad de su hija, siente miedo
y busca aliados. El padre Pernxa debilmente le sugiere a
Carmen Rosa que mejor se vaya a una ciudad donde viva entre
familias decentes, pero Carmen Rosa le recuerda que no
tiene dinero y le dice,
— iQuiere que me coloque de sirvienta en una
casa de familia decente? <*Que sirva a la mesa, que
lave los pisos, que tienda las camas? (pag. 128)
Los dos saben que los argumentos son postizos, que Carmen
Rosa esta hastiada de regar matas, de cuidar enfermos que
inevitablemente se mueren y que lo que ella quiere es ir
a donde haya bullicio, ruido, vida. De gente moribunda
esta harta.
La senorita Berenice le ofrece un argumento mas
debil aun, al pedirle a Carmen Rosa que se quede a enseiiar
en la escuela con ella. Carmen Rosa le responde,
—
de este pueblo? Cuatro muchachos barrigones, cuatro
97
muchachos con llagas, cuatro muchachos descalzos,
cuatro muchachos enfermos, es todo lo que nos
queda. (pag. 129)
Con este argumento de Carmen Rosa, nos recuerda
una vez mas Miguel Otero el descuido criminal del gobierno
hacia la salud del pueblo, de la nacion. Lo que visto del
punto de vista del gobierno es muy natural, pues al go
bierno lo que menos le conviene es un pueblo educado y sano
que pueda rebelarse y causarle dolores de cabeza. iQue
resistencia puede hacer un pueblo de enfermos y analfabe-
tos?
En el senor Cartaya Carmen Rosa encuentra un aliado.
El no esta de acuerdo ni con el padre Pernia ni con la
senorita Berenice, Al contrario, le dice a Carmen Rosa:
— Vete, hija, a los campos petroleros, a la. selva,
a la Sierra Nevada de Merida, a la septima paila del
infierno, pero no te quedes aqui de sepulturera que
ese no es oficio para ti. No importa que en ese lugar
donde tu quieres irte los hombres digan malas palabras,
que delante de ti no las diran. Ni que haya mujeres
perdidas, que dejaran de serlo cuando tu las estes
mirando. (pag. 129)
Y se prepara la salida de Ortiz por Carmen Rosa.
Al hacer el inventario de "La Espuela de Plata," la tienda
de Carmen Rosa y su madre, vemos una vez mas ese "sentido
ide humor en la desdicha" que los venezolanos han tenido que
I
adoptar como una manera de soportar los abusos de un "peor"
98
gobierno sucedido a otro que visto despues no parece tan
malo como se creia. El senor Cartaya dicta el inventario
de la tienda:
— Dos piezas de zaraza floreada.
— Diez panelas de jabon amarillo.
— Tres pares de alpargatas negras numero cinco.
Cuatro pares numero cuatro. Un par numero seis. ...
Y sobra una alpargata sola, como para vendersela a
un mocho. (pag. 130)
Mas y mas veremos resaltar esta caracterxstica del
autor de tratar los temas mas escabrosos y mas lugubres con
esta ligereza humorxstica, como si asx dolieran menos,
Esta tendencia humorxstica llegara a su cenit precisamente
en la obra que trata de las crueldades de la dictadura de
Marcos Perez Jimenez, La muerte de Honorio.
Y se llego el dxa, un dxa de mayo, en que salieron
de Ortiz en un camion destartalado de un negro trinitario
que se llamaba Rupert, y tambien iba en busca del petroleo.
Cuando el camion paso la ultima pared caxda rumbo a la sa-
bana parda, ven los tres viajeros lo que van dejando atras
y se oyen las exclamaciones siguientes,
— ;Que espanto, Dios mxo.'— dice dona Carmelita.
— ;Que espanto.1— responde Carmen Rosa.
— ;Que espanto.'— repitio Olegario.
Como si hasta ahora, el dxa en que precisamente lo
idejan, se diesen cuenta de la ruina de pueblo en que han
99
vivido hasta hoy.
Asi llega a su fin la obra mas poetica de Miguel
Otero Silva, y la mas premiada. La belleza de su lenguaje,
su estilo pulido que ha perfeccionado el autor, hacen que
nos deleitemos leyendo esta, la novela de la desolacion, la
novela de la desesperanza, la novela de la muerte. Novela
enigma donde el tema parece ser los amores frustrados de
Carmen Rosa y Sebastian, una pareja de seres que se encuen-
tran y se aman, pero cuando parece que todo va hacia el
altar, el destino los aparta, primero a guisa de unos
estudiantes que llegan al pueblo camino a un campo de for-
zados. Esto da un sesgo heroico a la novela y cuando
Carmen Rosa casi se ha resignado a que Sebastian vaya a dar
la vida por Venezuela, el destino vuelve a intervenir y
aparece la muerte, el personaje maximo en esta novela.
Y muere Sebastian, muere el "brioso pregon de vida"
j
en un..acierto literario, antes de que pueda terminar, como
Vidal Rojas, en un campo de forzados o en un calabozo. Y
es asi que Carmen Rosa en su desolacion y cansada de exis-
tir en esta aldea de muertos, opta por irse a buscar otra
vida.
CAPITULO V
OFICINA NO. I
El uso de una protagonista en comun, hace que haya
continuidad y fluya la accion entre Casas muertas y Oficina
No. I. La vista desoladora de las casas en ruinas no cambia
el hecho de que en el segundo dia de camino tenga sus dudas
Carmen Rosa, y hasta empieza a creer que tal vez la senorita
Berenice y el padre Pernia hayan tenido razon al decirle
que se quedara en Ortiz. Esta a punto de ordenarle a Rupert
que regrese a Ortiz, cuando dona Carmelita le pregunta asus-
tada,
—
entonces que el unico recostadero de la madre era su
fortaleza, su no volver atras camino andado, que si
le fallaba ese soporte la pobre vieja se vendria
abajo como una enredadera al derrumbarse la pared
que la sostiene.1
Y tenemos aqux el primero de varios entronques que
vamos a encontrar entre Oficina No. I y Casas muertas.
‘ ' ‘ Miguel Otero Silva, Oficina No. I (Buenos Aires:
Editorial Losada, S.A., 1961), pag. 13. (Todas las citas
de esta obra se haran de esta edicion.)
100
101
Dando tumbos y remendando los pneumaticos que se revientan
con regularidad continuan su camino.
La detestable ruta continua, hasta que al bordear
una meseta, el camion empieza a correr alegremente. Todos
lo comentan y sonrien alegremente hasta que Carmen Rosa
vislumbra la razon del inesperado bienestar, y se le seca
la sonrisa en los labios. A cada lado del camino hay una
larga hilera de hombres. Al acercarse mas pueden observar
... las ropas andrajosas que los cubrian, el grillete
que les encadenaba los tobillos, las barbas hirsutas
y amarillas de polvo, los ojos: miradas de presos,
melancolica la una, rabiosa la otra, desesperada aque
lla, inexpresiva o enferma la ultima. (pag. 16)
Miguel Otero Silva toma esta ultima oportunidad para
dar remate, para hacer hincapie una vez mas antes de dejar
el tema, a esta lacra social que fueron los campos de for-
zados morideros para los jovenes de Venezuela, fueran o no
culpables, fueran o no criminales. No habra mas ocasion en
Oficina No. I de tratar este tema, porque en un campo petro-
lero, en un pueblo que nace, habra muchos otros temas que
desarrollar, muchos otros problemas que solucionar.
Al acercarse los viajeros a un penacho de humo,
!oyen Carmen Rosa y sus acompanantes una explosion y antes
que tengan tiempo de enterarse de lo que ha pasado, un
102
norteamericano los esta invitando a venderle las mercancias
que llevan, o a montar una tienda con ellas. Es Francis J.
Taylor, el norteamericano encargado del campo petrolero.
Y es asi como llegan Carmen Rosa y dona Carmelita
a Oficina No. I, precedidas de la muerte, la muerte que
pensaban haber dejado en Ortiz. Pero esta es una muerte
contra la cual se puede luchar. Es un ambiente donde se
vive antes de morir y no se nace sentenciado a muerte. Los
dos muertos en la explosion habian hecho una jugada al tra-
bajar con dinamita, una jugada que habian perdido. Es este
un ambiente de lucha y no de deterioro. Habia sido real-
mente una explosion la que habian oido los viajeros antes
de llegar, una explosion que habia matado a dos hombres, un
margariteno y un americano de Kansas City, gigantesco y
pecoso. Arturo Villarroel, que asi se llamaba el margari-
teho, y George Wilkinson, el norteamericano, los dos habian
dejado mujer e hijos.
A dona Carmelita le hubiera gustado seguir, porque
le parece de mal agtiero quedarse en un lugar donde la muerte
se ha adelantado a recibirlas, pero sabe que tiene que ser
Carmen Rosa la que decida. Mister Taylor les ofrece la casa
de George Wilkinson mientras se les construye una, y Carmen
Rosa opta por quedarse.
103
Los norteamericanos en la literatura hispano-
americana rara vez hacen un papel altruista. Generalmente,
como en Dona Barbara (1929) de Romulo Gallegos, lo vemos
como un oportunista, que poco o nada le importa el bienestar
de la gente del pais a donde va. En algunos casos, otra
vez recordando a Mister Danger de Dona Barbara, hasta se
considera un ser superior por el simple hecho de tener los
ojos azules y la piel blanca,
Es esta la novela de Miguel Otero Silva donde por
primera vez encontramos al norteamericano como personaje de
estatura, lo que resulta muy logico si recordamos que
cuando se habia del petroleo en Venezuela no se pueden ig-
norar las muchas companxas extranjeras que toman cartas en
el asunto, entre ellas las norteamericanas. En una tecnica
de dos niveles nos muestra el desarrollo del pueblo y del
personaje y en letra bastardilla nos dice quienes son y de
donde vienen estos hombres de la novela que a la vez no
tenemos porque suponer que no sean hombres de carne y hueso.
Estos norteamericanos no son aventureros, sino tec-
nicos que trabajan para las companxas petroleras. Es asi
la Compahia la que pasara a ser el villano de la obra, si
es que necesitamos un villano.
104
Francis J. Taylor es el jefe de operaciones, y un
hombre de gran y variada experiencia.
La Companxa lo envio al Asia Menor, luego a Mexico.
De todas partes llegaron informes satisfactorios que
acumularon lentamente en la oficina central de Pitts
burgh— letra T, inacabable hilera de los Taylor,
Francis J.— un brillante expediente. (pag. 38)
Taylor tambien resulta ser un hombre muy diplomatico que
cuando cae la dictadura y empiezan a llegar al pueblo estu-
diantes y hombres recien salidos de las carceles y los
campos de forzados, el los felicita en noiribre de la Compa-
hia, les ofrece gasolina y comestibles, les advierte que en
el campamento solo hay un grupo de tecnicos, geologos y
obreros venezolanos y extranjeros. Un hombre extraordinario
este Francis J. Taylor, pero ironicamente se enferma y justo
el dxa siguiente en que el es llevado al hospital, como si
quisiera burlarse de el, brota el petroleo en el primer
pozo de Oficina No. I.
Charles Reynoles es mas complicado que Francis J.
Taylor por su origen sureno, y por eso portador de ciertos
prejuicios.
Pertenecxa a una familia linajuda de la c udad de
Nueva Orleans y si se hallaba trabajando ■ un campo
petrolero tan remoto y tan desvalido se o 'a exclu-
sivamente a su empeho en demostrarle a su ire que el
no era un "parasito social," ni un "hijo de ico” ...
que sabxa valerse por si mismo. (pag. 41'
105
Pero al igual que nuestro "Mister Peligro" de Dona Barbara,
no le gustaba nada estar entre mestizos bullangueros, y le
chocaba el natural irrespetuoso de los nativos, segun el,
un resultado de la descabellada mezcolanza de razas. Si
hacemos un esfuerzo recordamos que similares sentimientos
expresa "Mister Peligro" al razonar que,
... le agrado la region, porque era barbara como su
alma, tierra buena de conquistar, habitada por gentes
que el consideraba inferiores por no tener los cabe-
llos claros y los ojos azules.
Ademas de creerse superior a los nativos, Charles
Reynolds tiene otro problema, porque siendo un sureho de
alta alcurnia le molesta que
... un empleado de color, por el solo hecho de traba-
jar como agrimensor y hablar ingles, durmiera cerca
de ellos, bajo el mismo techo, en el campamento de
Iona. Charles Reynolds lo oia respirar a tres metros
de su cama de campana, entre las mil cabuyas de un
chinchorro multicolor tejido por los indios de La
Canoa. Iba hasta las membranas de su nariz el men-
saje acre de las axilas del negro y se sentia profun-
damente humillado por aquella convivencia. (pag. 42)
Este prejuicio de razas es en realidad mas evidente o tal
vez cabria decir mas violento en la novela de Ramon Diaz
Sanchez, Mene, donde se despide a un negro, un electricista
2
Romulo Gallegos, Doha Barbara (Buenos Aires:
Espasa-Calpe Argentina, S.A., 1947), pag. 104.
106
muy competente, por el simple hecho de usar el retrete
reservado para los blancos.
Vemos una cosa mas extraha acerca de Charles
Reynolds y sus prejuicios cuando estando encargado del cam-
pamento no permite que entierren a un suicida en el cemen-
terio. Las razones para esto pueden ser multiples. El
suicida es un indio, lo que puede ser prejuicio de raza y
tambien es suicida, lo que puede hacerlo prejuicio de
ideologia, pues dice en efecto,
— en el cementerio no. El cementerio esta situado
en terrenos de la Compahia y yo, como representante
de la Compahia no permitire que se entierre a un sui
cida junto a otros que han muerto por designio de la
voluntad de Dios. (pag. 60)
Siendo de Nuevo Orleans, Charles Reynolds muy bien puede
haber sido catolico, aunque en la novela no se aclara, lo
que explicaria su actitud, pero sea como fuere, Reynolds
se niega a discutir mas y son Guillermito Rada y el comi-
sario Nemesio Arismendi los que les dicen a los hombres que
el cementerio esta en terreno de la Compania y el sehor
Reynolds esta en su derecho. Con el revolver muy visible
dice el comisario:
— Pues no hay nada que hacer. Ese cementerio no
es de ustedes sino de la Compania. Y yo, como autori-
dad, estoy aqui para hacer respetar la propiedad y los
107
derechos de cada uno y como autoridad resuelvo que
entierren a ese muerto en otra parte. (pag. 61)
Miguel Otero Silva, como para burlarse de los es-
crupulos y de los prejuicios del linajudo Charles Reynolds,
no solo permite que la Greta Garbo consiga enredarlo sino
hasta ponerle casa y mas tarde dejar el empleo de la Compa
hia. En la colonia norteamericana se habia convertido en
"el caso Reynolds" y todos los amigos lo amonestaban por
sus relaciones con la fulana. Es asi como decide volver a
Nuevo Orleans, llevandose a la ex-prostituta con el. Asi
es el fin que da el autor al linajudo que no podia soportar
que un negro durmiese a pocos pasos de el. El mismo que a
la primera proposicion de la Greta Garbo habia dicho:
— jUsted esta loca.' ... ; Solo eso faltaba.' Que
un hombre de rigurosos preceptos morales, ... se fuese
a revolcar con la primera prostituta realenga que lo
tropezara en un descampado. (pag. 101)
A pesar de estas palabras Charles Reynolds sucumbe
y cuando va a despedirse de George W. Thompson, el gerente
de la Compahia, una vez mas Otero Silva nos muestra su sen-
tido de humor a veces bastante ironico, al decirse mental-
mente Thompson mientras estrecha la mano de Reynolds en
despedida,
"Cristo perdono a la magdalena pero jamas se le
ocurrio casarse con ella." (pag. 213)
108
Con este sesgo burIon/ termina "el caso Reynolds" y es cosa
de especulacion pensar si el autor queria burlarse de este
"puritano," como se refiere a Reynolds, o si nos queria
mostrar que todos tenemos flaquezas humanas, o simplemente
esta es su raanera de decirnos que los norteamericanos no
son tan superiores como ellos creen. 0, como lo diria
Otero Silva, escoja usted la razon que mas le guste o la
que le de la gana.
,
Nos presents un tercer norteamericano el autor,
pero con suma amabilidad. En Tony Roberts nos muestra al
norteamericano que se aviene a vivir entre personas de otras
costumbres. Se casa con una mujer del pais, y dice en
efecto que ya es tiempo que la raza nortearnericana se mezcle
con otra para asi rejuvenecerse.
Tony Roberts es un perforador tejano y es este per
sonaje el que se convierte en la conciencia de la Compania,
Ila que pasara a ser el personaje principal, oscureciendo
asi hasta a Carmen Rosa, que se convertira simplemente en
el hilo que hilvana la trama mixta de la novela. Tenia que
valerse Otero Silva de un norteamericano para filosofar y
criticar, porque la critica mas severa es contra la Com-
! pania y de boca de un norteamericano resulta creible,
109
logica, y libre de posibles represalias.
A menudo lo usa como la conciencia del pueblo, o
tal vez sea la voz del autor que por su boca hace una enu-
meracion de las caracteristicas del venezolano. Opina, por
ejemplo, que los "nativos" llegan al pueblo buscando tra-
bajo, lo encuentran, y empiezan a derrochar el dinero como
si se fueran a morir la proxima semana. Segun Tony, la
ultima transformacion quimica del petroleo es la que con-
vierte el aceite refinado en dividendos para los accionis-
tas, y que estos son la verdadera Compania.
Cuando brota el petroleo del primer pozo en Oficina,
cinicamente nos dice Tony Roberts quienes son los verdaderos
ganadores en este juego, dice:
Esta noche llegara a Pittsburgh un cable cifrado y
manana subiran las acciones de la Compania. iQue cosa
es la compahia? iQuien es la Compahia? iQue estan
haciendo en este momento los accionistas de la Compahia?
Usted y yo, con las manos desolladas y el lomo cansado,
i estamos tomando cerveza caliente en una sabana sin arbo-
les y sin mujeres. En cuanto a Taylor, se esta muriendo
en un hospital. £No comprende usted? (pag. 75)
Asi se convertira Tony Roberts en nuestro pregonero, que de
vez en cuando nos informara del estado de las cosas, este
tejano que se casa con una venezolana, para mejorar la raza
jtejana que segun el "estaba degenerando de tanto cruzar
i
iojos azules con ojos azules" (pag. 95).
110
Y en esta novela, al igual que lo ha hecho en las
otras, repite el tema que la "riqueza" venezolana la gozan
todos, menos los venezolanos. Y es Tony el que lo resume
todo diciendo,
Los accionistas de la Compania, que nunca han visto
esta sabana ni en fotografias, se han comprado yates,
palacios, escuadras de automoviles, colecciones de
platos de porcelana, gargantillas de brillantes para
las coristas; han ido muchas veces a Hawai, a la Semana
Santa de Sevilla y a la ruleta de Montecarlo; han im-
portado masajistas, pedicuros y cocineros franceses.
Mientras tanto, mi querido Secundino Silva, el aguar
diente, el analfabetismo y la desnutricion son las tres
divinas personas de este paralso. (pag. 245)
Es esto lo que en esencia dicen todas las novelas
que se han escrito sobre el tema del petroleo. Esto mismo
en otras palabras ya lo habia dicho en Fiebre cuando Vidal
Rojas dice que "el mundo goza la cosecha," y el peon vene-
zolano se muere de hambre.
Hay un contraste muy marcado entre la educacion en
Oficina y la que ya hemos visto en el pueblo enfermo de
Ortiz, donde los ninos enfermizos no tienen voluntad para
estudiar. Ahora encontramos que en Oficina, la educacion
no existe, porque no hay ni una escuela. Y asi podemos
comprender la preocupacion del autor por este aspecto de la
sociedad venezolana. Como un favor empieza Carmen Rosa a
ensenar a los ninos de Luciano Millan, pero pronto se
Ill
encuentra delante de muchos ninos que han sido enviados por
sus padres para que los ensehe, y trayendo ademas bancos,
cajones, sillas, cualquier cosa en que pudieran sentarse
a recibir las lecciones. Es entonces con gran alivio que
se da cuenta Carmen Rosa que han llegado a Oficina dos
maestros.
Matias Carvajal, el nuevo maestro de escuela, ha
sido desterrado a Oficina No. I, de la misma manera en que
el coronel Cubillos habia sido puesto en "libertad" en
Ortiz en Casas muertas. Para estos dos, las acciones son
una especie de venganza, aunque en el caso de Matias Carva
jal, Oficina obtiene un maestro de escuela que necesita
muchisimo— dos en efecto, pues Nelly, la esposa de Matias,
tambien es maestra— mientras que en Ortiz, lo que menos se
necesitaba era un jefe civil. Sera este hombre culto, este
Matias Carvajal, el que una vez mas despertara la mujer que
duerme en Carmen Rosa.
Los esposos Carvajal abren la escuela y acuden los
estudiantes, no solo con la energia para estudiar, sino al
principio, hasta traen sus propias sillas, o bancos en que
sentarse a oir la leccion.
Siendo estas dos novelas como los dos lados de una
misma moneda, cabe pues en este estudio el derecho, o tal
112
vez hasta la obligacion de hacer algunos contrastes de los
pueblos, y de las sociedades que en ellos nacen o mueren,
segun sea el caso. Ya presenciamos en Casas muertas el
desmoronamiento de uno, ahora asistamos en Oficina No. I
al alumbramiento del otro.
El primer contraste nos lo da Carmen Rosa y su
madre, dona Carmelita, cuando al ver la "casa" que en tres
dxas les construyen dos indios del Cari doha Carmelita dice
tristemente, "esto no se puede llamar casa." Y Carmen
Rosa, que parece haber seguido el pensamiento de su madre,
responde:
— Aquellas casas de Ortiz son muy bonitas, mama,
pero se estan cayendo solas, (pag. 28)
En Ortiz habia un calabozo que por las ruinosas
circunstancias del pueblo y sus habitantes era poco usado.
En Oficina, este pueblo niho, no ha habido tiempo de hacer
un calabozo, y cuando hay necesidad de detener a un hombre,
se le amarra a un drbol, como a cualquier animal. Faltando
en Ortiz la energia para vivir, £qui&n iba a tenerla para
robarse lo ajeno? Pero en Oficina, tan pronto como empieza
a haber algunos que acumulan un poco de dinero, empiezan
los ladronzuelos a urdir maneras de robarlo. La mas efec-
tiva es crear diversiones incendiando los ranchos de
113
bahareque en un lado del pueblo, mientras se roba en el
otro. En Ortiz no era necesario cerrar las puertas, en
Oficina se les pone no solo un candado sino un cerrojo,
porque todos los dias a mas de trabajadores llegan delin-
cuentes y hasta asesinos a Oficina No. I.
En este pueblo que crece sin ton ni son, el que
llega con una caja de medicinas, monta una farmacia; al que
sabe poner inyecciones no tarda en llamarse doctor. . Las
casas van despuntando desordenadamente en cualquier sitio,
aqui no hubo quien pensara en un pueblo bien ordenado con
su plaza central. Doha Carmelita es la que mejor nos in-
dica como se prospera en este pueblo que crece a pasos de
gigante, cuando le dice a Carmen Rosa,
— El sabado era quince, dia de pago y vendimos
cuatrocientos bolivares en una sola manana. Lo que
no vendimos en Ortiz en todo el ultimo aho. £Te
das cuenta? (pag. 127)
Todo progresa en Oficina incluyendo los burdeles y
las cantinas que son males necesarios en una sociedad com-
puesta al principio de hombres solos. No tardan en llegar
las mujeres que viven de esta profesion. Toca la suerte
que las dos primeras por coincidencia se llaman Maria y se
hace necesario, "llamar Maria Pollito a la de menor esta-
jtura, que hablaba a griticos como si piara, y Maria Gallina
114
a la mas alta, desgarbada y nariguda" (pag. 57).
Notamos una vez mas las descripciones humoristas
del autor que asi hace una broma de lo que es una verdadera
lacra social y que viendolo bien, no tiene nada de irri-
sorio. En seguida llega una fulana a quien llaman la Greta
Garbo, que por tener un poco mas de cultura, si cultura se
le puede llamar al hecho que tararea el vals Ramona, sabe
leer y escribir, lo que ya quiere decir mucho, y machaca
algunas palabras de ingles, tales como: love, money, y
go to hell. Trae con ella ademas un retrato recortado de
una revista de Ramon Novarro, y por todos estos meritos,
que nada aportan a sus clientes, cobra lo doble.
El imperio de la Greta Garbo se hace sentir casi
inmediatamente. No tarde en enfermar de sifilis a uno de
sus "clientes," el indio Gabino, que as! se llama el afor-
tunado galan, que se suicida, para no contagiar a su mujer,
la madre de sus hijos.
Asi que prospers el pueblo prosperan tambien estos
negocios, pues mientras mas hombres llegan a trabajar en
Oficina hacen falta mas mujeres. Pero cuando empiezan a
llegar hombres de familia con sus esposas y sus hijos,
I
|estos negocios seran relegados a las afueras del pueblo
115
donde las familias no tengan que rozarse con ellas. Es
este un segmento de la sociedad reconocido en la mayoria de
los paises con la excepcion de los que hipocritamente tra-
tan de encubrirlos y negar su existencia. Al relegar estos
negocios a las afueras del pueblo, nos damos cuenta que
Oficina No. I ha llegado a ser un pueblo y ha dejado de ser
un simple campo petrolero.
Guillermito Rada es un personaje importante en el
desfile de caracteres sociales que nos presenta Miguel
Otero Silva, aunque no es nuevo en la literatura hispano-
americana. Nos dice de este personaje el autor, que en
Nueva York ha pasado por bianco, aunque el pelo no lo tiene
completamente liso, insinuando as! que tal vez haya una o
dos goticas de sangre negra, pero tiene los ojos verdes.
En los Estados Unidos Guillermito aprende a hablar ingles,
pero lo que es mas importante es que aprende a ver la vida
de otra manera y a tener confianza en si mismo. Guiller
mito pasa asi a ser el simbolo del venezolano que se vende
por su propio interes y traiciona a sus compatriotas, como
otros Mujiquitas se han vendido a los jefes civiles, o a
los jefes politicos, segun el titulo que les haya gustado.
En este caso la compradora de los servicios de Guillermito
116
es la Compania.
Trabajando diligentemente Guillermito Rada deja de
ser el simple pagador, para llegar a ser el empleado cuyos
deberes algo imprecisos siempre resultan provechosos para
la Compania. Amistosamente arregla los accidentes de
trabajo para que no le sean demasiado costosos a sus jefes.
Asi como en otras obras donde se forma un triunvirato entre
el qamonal/ el clero y el jefe politico para encontrar la
mejor manera de abusar de los peones, ahora se junta el
jefe civil, el padre Toledo y Guillermito Rada como repre-
sentante de la Compania para discutir la mejor manera de
frustrar el proposito de los trabajadores que quieren
unirse y formar un sindicato, lo que podia resultar costoso
para la Compania.
La formacion de los sindicatos es una parte esen-
cial en esta novela, porque durante el tiempo de la "presi-
dencia" de Gomez que cubre la mayor parte de la era repre-
sentada por esta obra, no se permite la formacion ni de
sindicatos, ni de partidos politicos. Si los hay, trabajan
en la clandestinidad, y tenemos que asumir que hay alguna
clase de organizacion ya que son las huelgas de los obreros
|
jy los motines de la poblacion los que obligan al gobierno
I
I
i
117
a dejar en libertad a los estudiantes.
Despues de la muerte de Gomez, que se celebra en
esta novela con algunas copas, empieza a hablarse de formar
un sindicato y nosotros lo sabemos cuando Carmen Rosa le
pregunta a Tony Roberts,
— tQue cosa es un sindicato, mister Tony?
(pag. 95)
Tony Roberts le explica que un sindicato es un comite que
forman los trabajadores para defenderse de la Compania
donde trabajan, y opina tambien que en estos pleitos gene-
ralmente es la Compania la que gana. Una vez muerto Gomez,
llegan dos trabajadores a Oficina, los dos con nombres que
no son los propios y mandados por la Federacion de Estudian
tes, para formar un sindicato, ya que el presidente Medina
Angarita (1941-1945), ha prometido amnistia para los des-
terrados, los perseguidos, y ha proclamado su intencion de
respetar el derecho de organizar sindicatos y partidos
politicos. Aun asi, el primer atentado es frustrado cuando
el jefe civil Gualberto Cova, el padre Toledo, y Guillermito
Rada se reunen a hablar del asunto y Cova decide,
— Esta misma noche le pongo la mano al comite
entero, los meto a todos de cabeza en un calabozo
y en menos de una semana no queda un solo sindi-
calista por estos contornos. (pag. 121)
118
Es asi como se resuelven las cosas "democraticamente" y
Guillermito Rada promete informar a sus superiores que el
jefe civil esta a punto de resolver el problems "... en
la forma mas razonable y mas conveniente a los intereses
de la colectividad" (pag. 122). La colectividad, siendo en
este caso la Compania y los que beneficiandose de la gene-
rosidad de la Compania les conviene esta accion. Mas tarde
cuando sesenta y cinco obreros, entre ellos el margariteno
Luciano Millan, el hombre mas respetado de la comunidad
solicitan el permiso para formar un sindicato, nadie se
puede oponer, y tanto el jefe civil como la compahia y el
cura, tienen que cruzar las manos porque es lo unico que
les queda.
El tiempo ha pasado y todo ha ocurrido como Carmen
Rosa se lo habia imaginado. Esta satisfecha con el cambio
que ocurrio en su vida al salir de Ortiz aquella manana de
mayo. Le gusta
... este debatirse por la vida, asi fuera miserable
y oscura la vida que se estaba defendiendo, a la
mansa espera de la muerte entre caserones derrumba-
dos de un pueblo paludico. (pclg. 52)
Su viaje no la ha defraudado y en el bullicio y el ruido de
una nueva vida, ha olvidado la perdida de Sebastian. Paso
tambien lo que el senor Cartaya le habia dicho. Los hombres
119
hablaban a gritos, maldecian, bebian aguardiente, pero
delante de Carmen Rosa, nunca pronunciaban palabras soeces,
ni aun estando medio borrachos a la orilia del mostrador.
Como lectores tenemos derecho a sentirnos defraudados, pues
por todo el correr de las dos novelas se hace ponderacion
de la belleza de Carmen Rosa, la inteligencia de Carmen
Rosa, de lo buena y bonita que es Carmen Rosa, y nos parece
increible que siendo asi, no sea capaz de atraer a uno de
los hombres mas apetecibles.
Parece haber un fallo en esta heroxna tragica. En
Ortiz fue la que sobresalxa, en Oficina es la mas respetada
y bienvista. El turco Avelino es el unico que tiene valor
suficiente para enamorarse de ella, ademas de Matias Carva
jal, y siendo este casado, no puede servir de gran cosa.
Logicamente nos preguntamos £adonde va a llegar enamoran-
dose de un hombre casado y con una hija? Matias asegura
que nunca ha querido a ninguna otra mujer como quiere a
Carmen Rosa, y sin embargo parece sentirse superior a ella,
porque cuando tiene que dejarla dice,
Para quedarse junto a ella habria necesitado nacer
dentro de otro cuerpo y con otro nombre, ser un
inmigrante como el turco Avelino, o un capataz como
Luciano Millan, o un obrero como Ramon Valladares,
sin su titulo de maestro, sin sus estudios de humani-
dades, sin sus amigos de Caracas, sin el partido,
120
sin Nelly sin Mireya. Sin todo aquello que lo alejaba
definitivamente de Carmen Rosa. (pag. 235)
No podemos menos que notar que en su razonamiento Nelly y
Mireya no parecen ser su primera preocupacion. Matias no
esta locamente enamorado de su mujer, ni mucho menos, pero
tampoco es hombre que abandone a la madre de la hija a
quien adora.
Recurre el autor en esta obra a la tecnica de dos
niveles que va perfeccionando y la usa mas y mas. En Casas
muertas empezo siendo una fantasia de Sebastian Acosta al
caminar bajo el sol del llano hacia Ortiz a ver a Carmen
Rosa. Luego al enfermarse Sebastian, paso a ser el delirio
de un enfermo influido por la fiebre.
En Oficina No. I, esta tecnica toma forma defini-
tiva, usandola Otero Silva siempre que quiere mostrarnos
los dialogos interiores de los personajes, revelarnos sus
pensamientos mas reconditos, o simplemente darnos algunos
datos autobiograficos necesarios. Cuando nos ha informado
en esta novela sobre todos los personajes, hace a un lado
esta tecnica y se dedica a hacernos una narracion pulida,
pero sin complicaciones. Asi que progress la novela y
jcuando empieza el amorio entre Carmen Rosa y Matias Carvajal
I
!
jvuelve a echar mano de los dos niveles, porque es en estos
121
dialogos interiores impresos en letra bastardilla en los
que aprovecha el autor para darnos los razonamientos, las
racionalizaciones de estos dos personajes que nos habia
presentado corao personas de conducta irreprochable, y que
ahora se embrollan en un idilio cuyas consecuencias pueden
ser tan desastrozas para el uno como para la otra. Es
necesario que entremos en sus pensamientos y tratemos de
comprender los motivos que los llevan a un amorio que solo
puede tener un fin sordido, o desgraciado, especialmente
para Carmen Rosa. Es muy dificil aceptar su entrega a un
hoiribre que nada le puede ofrecer, y sin embargo, es posible
que despues de la perdida de Sebastian haya decidido que es
mejor una felicidad pasajera, que volver a quedar sin nada.
Por lo menos, su savia de mujer quedaria satisfecha. En
uno de sus monologos interiores nos explica en parte su
capitulacion diciendose a si misma:
— Es que tu Carmen Rosa Villena, no eres mujer
para enamorarse a medias sino para enamorarse en
cuerpo y alma. Y el dia que te enamores, jDios te
ampare y te favorezca,' (pag. 188)
Tiene que ser un desafio de Carmen Rosa, no puede
ser sino un desafio, por haber sufrido la perdida tan
abrupta de Sebastian. Es como si le dijera al destino que
jesta vez gana ella, esta vez esta decidida a no cometer
122
el mismo error, pero nosotros no podemos raenos que sentir-
nos defraudados. El idilio de Carmen Rosa dura solo unos
cuantos meses y luego oportuna o inoportunamente, llega la
carta de Lucas Carvajal, reclamando la presencia de su
hermano Matias en Caracas.
Hay aqui otro acierto literario de Miguel Otero,
terminar este idilio antes de que se convirtiera en una
cosa sordida, de la misma manera que ya en Casas muertas
habia terminado con Sebastian, para que no quedase en nada
el que habia sido un "pregon de vida" en una aldea de
muertos.
Lo que es, quien es, y lo que Carmen Rosa repre-
senta en esta novela no esta del todo claro. Es posible
que Carmen Rosa en esta obra y en la previa represente a
Venezuela. El autor puede estar diciendo en efecto, que
Venezuela debe de aceptar la vida nueva que le ofrece el
petroleo, pero que no debe de olvidar su comunidad con la
naturaleza. Como pais agricola no debe de olvidar sus
siembras, sus cafetales, sus cacaotales y su ganaderia.
Carmen Rosa puede representar la Venezuela que tiene mucho
que dar, pero que aun no ha encontrado su verdadero futuro,
un destino que sea verdaderamente suyo. <£Es verdaderamente
123
tragico este idilio con Matias Carvajal, o se nos dice
simplemente que Carmen Rosa en representacion de Venezuela
empieza a reconocerse a si misma?
Hay un hecho interesante, o tal vez dos, y son que
en Oficina se enamora de Matias Carvajal, un hombre que
cuando lo ve por vez primera no le resulta especialmente
atractivo. En Ortiz, su primera impresion de Sebastian
tampoco fue de las mejores. Cuando Matias le propone unas
relaciones ilicitas, ella al principio se niega rotunda-
mente, para luego sin hacerse ningunas ilusiones y sabiendo
de antemano que este amor solo puede ser transitorio, se
entrega y nos dice que, "lejos de estar arrepentida, se
siente contents y orgullosa de haber ido valientemente al
encuentro de Matias Carvajal" (pag, 206). Como si dijera,
en representacion de Venezuela al encuentro del futuro.
Cronologicamente hemos llegado a la presidencia de
Isaias Medina Angarita (1941-1945), una epoca de mucha acti-
vidad en Venezuela como en el resto del mundo que se encuen-
tra en las garras de una segunda guerra mundial. El pe-
troleo hace muy importante a Venezuela. El gobierno en
[1945 pasa a una junta encabezada por Romulo Betancourt, y
j
j en 1948 se elige presidente con una imponente mayoria a
124
Romulo Gallegos, pero su gobierno cae, y la "presidencia"
pasa a manos de Marcos Perez Jimenez por diez arios.
CAPITULO VI
LA MUERTE DE HONORIO
No tarde mucho tiempo Miguel Otero Silva en escri-
bir su cuarta novela, La muerte de Honorio. La leccion que
se esbozo en Fiebre no parece haber tenido el deseado
efecto, y despues de algunos anos de aparente democracia,
vuelve a subir al poder otro tirano y Venezuela se encuentra
una vez mas en el marasmo del cual creia haber salido. Esta
vez Otero Silva nos presenta un cuadro sin dejar nada a la
imaginacion, porque describe minuciosamente en un estilo
naturalista las torturas por las cuales se hace pasar a los
presos politicos que caen en las prisiones de Marcos Perez
Jimenez. Aunque en esta novela los personajes ya no son
estudiantes idealistas, tampoco se puede decir que todos
son politicos empedernidos. Todos estan presos por motivos
que son aparentemente similares y sin embargo hay un senti-
miento de desconfianza entre los cinco companeros que es
alarmante.
125
126
Los protagonistas de la novela son cinco hombres de
diversas estratas sociales: un Medico, un Capitan, un Perio-
dista, un Tenedor de Libros, y un Barbero, representando
asi por lo menos cinco niveles, que dan una idea de la
emergente clase media venezolana. Estos niveles fueron
esbozados en Fiebre y generalmente ignorados en Casas muer-
tas y Oficina No. I, expresando asi su realidad, porque ni
las dos ultimas partes de Fiebre ni las ultimas dos novelas
trataban de la sociedad caraquena. En La muerte de Honorio
se nos presenta la vida de Caracas vista por medio de los
relatos de "los cinco que no hablaron," cinco hombres que
despues de ser torturados, de resistir las torturas y de
negarse a hablar, son llevados a un calabozo donde son
"encartonados" en una celda sin permitirseles asi saber ni
cuando sale el sol ni cuando se mete.
Al principio no aprecian la enormidad de lo que se
les ha hecho, hasta que comprenden que la vista del sol y
la ventilacion se les ha negado. Todos se quejan de la
comida, y estan de acuerdo en que solo se la comen por haber
pasado lo que pasaron antes de llegar a este lugar, pues
ademas de las torturas, no se les daba ni un trago de agua.
Es por eso que hasta el hervido inmundo que les sirven, les
127
parece una liberacion. Antes de empezar la novela nos
aclara Otero Silva, que
... los personajes y el argumento de este libro son
imaginarios. En cuanto a los maltratos que en el
se narran son autenticos y fueron padecidos por vene-
zolanos de carne y hueso en los anos inmediatamente
1
antenores a 1958.
Es necesario saber muy poca historia de Venezuela
para recordar que esta es la epoca que pasara a la historia
de Venezuela como la "perezjimenista," por ser de 1948-1958
los anos de la "presidencia" de Marcos Perez Jimenez.
Eugenio Rondon, el Periodista, insists como Roble-
dillo en Fiebre que la politica lo ha arrastrado por mera
casualidad. Segun Rondon, se ofrecio un dia como orador
para un discurso en una manifestacion que la dictadura habia
prohibido, lo que ya desmiente su alegato de casualidad,
porque al ofrecerse a esto lo hizo con plena conciencia de
las consecuencias. Lo encierran sin preambulos por primera
vez y tiene suerte, lo sueltan inmediatamente. Pronto se
vuelve la dictadura mas dictadura y lo vuelven a encerrar,
y esta vez cae en manos del Bachiller, uno de los verdugos
de renombre. Lo desnudan, lo esposan hacia la espalda
^Miguel Otero Silva, La muerte de Honorio (Buenos
Aires: Editorial Losada, S.A. , 1963), pag. 8. (Todas las
citas de esta obra se haran de esta edicion.)
128
y lo montan sobre un ring descalzo. Fingen que lo van a
fusilar, y cuando esto no lo hace hablar, le dan palizas
con garrotes recien arrancados a los arboles erizados aun
de espinas y hojas.
Usa un truco sin comprender lo caro que le va a
costar. Les da nombres de personas inexistentes ubicando-
las en cuarteles que si existen por lo que le dan un vaso
de agua y un ala de gallina, pero a la noche siguiente sin
molestarse en hacerle preguntas, lo cogen a puntapies, uno
le traspasa la piel del brazo con una aguja de coser sacos
enhebrada con un hilo aspero y el Bachiller coge una estaca
afilada y se la clava en el ano. Tienen ordenes de no
matarlo, y convencidos de que no lo podran hacer hablar lo
vuelven al cuarto de las bicicletas.
Eugenio Rondon representa al estudiante caraqueho,
hijo de familia bien acomodada. Su padre quiere que estudie
para abogado y cuando el se niega, el padre lo pone de pati-
tas en la calle. Se gana la vida manejando un camion, hasta
que un amigo le ayuda a ingresar como reportero en un perio-
dico. Tiene tan buen exito que hasta se reconcilia con su
Ipadre pero cuando este lo invita a volver a casa, decide
Iquedarse en su apartamento. Explica esto expresando una
129
idea tan universal como contemporanea al decir, "... quien
ha disfrutado del aire libre dificilmente se mete en una
jaula por sus propios pasos" (pag. 51).
Estas palabras muy bien pueden ser el tema de esta
novela, pues a pesar de las torturas que se han hecho mas
y mas inhumanas, la gente venezolana ha tenido una muestra
de aparente libertad, y dificilmente volvera a cambiar por
mas que el nuevo tirano se empehe. Este amor a la libertad
tiene otro efecto en el Periodista que rehuye no solo a
ingresar a un partido politico sino al matrimonio, porque
no quiere lazos que lo amarren. En un momento de debilidad
se inscribe en un partido, al principio solo para aplaudir
al lider, mas tarde— pero Miguel Otero Silva lo dice mejor:
... cuando los jefes militares dan su cuartelazo y se
lanzan a repletar las carceles y a vaciar el era-
rio, se me sublevan los globulos rojos, me convierto
en orador de primero de mayo y termino por quebran-
tar mis "convicciones civilistas" para meterme a
conspirador. (pags. 65-66)
Su conspirar termina despues de su tortura con un
mes en el cuarto de las bicicletas alimentado con pan enso-
pado en leche. Cuando cicatrizan sus heridas, lo arrastran
a un calabozo donde estan tres dirigentes de su partido y
al ver al espectro cojitranco en que lo han convertido se
quedan mirandolo para luego preguntarle:
130
— cY tu quien eres amigo?, £como te llamas?,
cde donde vienes en ese estado?, dpor que te han
reunido con nosotros? (pag. 72)
Tal era el cambio que habia producido en el, el
corto tiempo de su encarcelamiento, que estos hombres con
quienes habia recorrido cien caminos, compartido pan y
techo no lo pudieron reconocer.
Luis Carlos Tosta, el Tenedor de Libros, represents
el hombre de un pueblo pequeno que viene a la ciudad en
busca de la oportunidad. Ha leido en los periodicos de su
pueblo de las muchas actividades que hay en Caracas, par-
tidos politicos y como en su pueblo se aburre, hace lo que
muchos han hecho y viene en busca de su porvenir. Una
noche asiste a un mitin politico y decide ingresar en el
partido. Cuando el gobierno es derrocado por un golpe
militar el ya es uno de los jefes y empieza su vida viviendo
de escondrijo en escondrijo siempre temiendo que alguien lo
delate.
Este miedo de las delaciones y los muchos que se
valian de ellas como pequehas venganzas fue lo que tuvo en
el poder y ha mantenido siempre en el poder a los tiranue-
los y a la gente en un estado de miedo paralizante. Tambien
hay siempre, las personas que por venganza o por simple
131
vileza les gusta hacer el mal. Las delaciones se habian
hecho costumbre, Una noche que al Tenedor de Libros lo
esconde un amigo que vive con una ex-prostituta celosa, la
oye Luis Carlos decirle a su amigo:
— Si llego a descubrir. que me enganas, mi amor,
soy capaz de denunciar al tipo ese para que te frie-
gues tu tambien. (pag. 37)
No queriendo causarle problemas a su amigo, el Tenedor de
Libros desciende las escaleras con los zapatos en la mano
antes de que amanezca.
Es en esta obra que Otero Silva maneja a la per-
feccion el doble nivel narrativo para decirnos a nosotros
como lectores las cosas intimas y personales y luego vol-
viendo al dialogo narrativo e incluyendo a sus companeros
de carcel se nos dicen las circumstancias que los trajeron
a la situacion en que se encuentran. Por medio del dialogo
interior, todos van expresando cierta desconfianza en hablar
abiertamente, porque entre los presos muchas veces habia
espias. En esta novela es posible por medio de la tecnica
del doble nivel, leer la vida privada de los presos y luego
omitiendo la letra bastardilla entre corchetes, leer la
narracion de lo que les ha pasado sin que haya omisiones.
Es esta una era de miedo y desconfianza, porque
Gomez habia desarrollado un sistema de espionaje que se
132
extendxa no solo por el pais, sino por todos los parses en
los que habia embajadas venezolanas. Cuando sube al poder
Marcos Perez Jimenez, no le es dificil establecer nueva-
mente este sistema de espionaje y d'elatores, como veremos
luego en el relato del Barbero.
Nos dice Luis Carlos Tosta que como Jefe de Servi-
cios Especiales de su partido (ninguno de los cuatro aclara
el nombre de su partido), se dedican a manufacturar unas
bombas muy explosivas. Es porque una de estas bombas espe
ciales estalla un dxa que logran prender no solo al Tenedor
de Libros, sino a muchos otros companeros. Catorce dxas lo
torturan tratando de hacerlo hablar, y cuando a los catorce
dxas lo vuelven al calabozo donde estan unos amigos de
antes, estos no lo reconocen: se le ha puesto la cabeza
blanca.
La vida personal del Medico, Salvador Valerio, es
mas tragica que la de los otros, porque la primera memoria
de su padre, es de un hombre macilento, enfermo y demacrado,
que vuelve despues de pasar mas de doce anos sepultado en
una mazmorra junto al mar, con los tobillos maniatados por
pesados lingotes de hierro. Al mencionar este incidente
se forma un puente de las prisiones de Juan Vicente Gomez
s
133
a las de Perez Jimenez, y sirve tambien para confundir un
poco el tiempo y crear ese realismo magico que se ha hecho
tan popular en las novelas contemporaneas. El Medico se
convierte en un trabajador asiduo contra la dictadura, como
el mismo lo dice, un legado de su padre es "el grave compro-
miso de seguir su ejemplo, un ejemplo que signifies en dos
palabras luchar por la justicia para este pueblo, mi padre
a su manera y yo a la mia" (pag. 78).
Las mujeres de su casa se empenan en que termine su
carrera de Medico, y contra tres mujeres tan decididas como
su madre y sus dos tias, no le queda ot.ro recur so. Se dedi
can las tres a trabajar para que Salvador Valerio no nece-
site preocuparse por el presupuesto de la casa. Cuando
avanza un poco en sus estudios solicita algunas catedras
para tratar de ayudar a las mujeres de su casa, nos dice que
quiere
... ver si logro que la maquina de coser cese de
repiquetear tan apresuradamente y el cucharon de
madera deje de batir, mahana y tarde, entre el bur-
bujeo de las mermeladas. (pag. 83)
Esta es en realidad una ilusion del Medico, porque estas
tres mujeres emprendedoras han formado un equipo perfeeto
que batalla contra la vida— y gana sus batallas.
134
El Medico se dedica con mas devocion al partido que
a su carrera. Asciende en el, aunque a algunos de sus
camaradas les es antipatico porque insiste en una rigorosa
disciplina, dice que los miembros no deben amanecerse en
garitos, cantinas o burdeles. Cuando tuvo que escoger, el
Medico cerro su consultorio y se hizo cargo del departa-
mento de propaganda del periodico clandestino. Se le busco
sisternaticamente en su casa muchas veces y por esto decidio
que alii seria el mejor escondite. Lo prenden alii con una
denuncia tan precisa y detallada que no le cabe duda que
fue un delator de su propia organizacion. Es llevado a la
Seguridad Nacional, donde lo espera un jefe de torturas a
quien llaman el Negro.
A nosotros como lectores nos dice lo que a sus com-
paneros de prision no les quiere decir, sea por bravato o
por no parecer ante ellos como un cobarde. Tambien se
podia sospechar que entre ellos hubiera un espia o un soplon
y era mejor guardarse algunos secretos. La vida clandestina
le ha deshecho los nervios, y adquiere un complejo de perse-
cucion cuando sabe que no quieren atraparlo vivo, sino que
tienen ordenes de matarlo. Recibe de sus companeros de
fuera un mensaje que le da gran satisfaccion, lo hace
135
sonreir y sentir que todos sus sufrimientos han valido la
pena, le dicen:
— A pesar de tu prision no se cambio Santos Yorme
de escondite, ni se mudo la imprenta, ni se modifico
el lugar de reuniones. La direccion del partido
sabia con absoluta certeza que ninguna tortura te
arrancaria una sola silaba. (pag. 104)
Siente con este mensaje como si le hubieran devuelto su
libertad.
A Roseliano Luigi, el Capitan, le gusto la milicia
casi desde que entro en uso de razon. Y en Venezuela hubo
un tiempo en que la milicia era la unica profesion en la
cual se aseguraba el exito por los muchos disturbios con
los cuales todos querian llegar al poder. Su padre queria
que estudiara otra carrera, pero al ver el entusiasmo que
Roseliano muestra por todo lo militar, le permite seguir su
vocacion. Es esta resolucion la que le permite recibir
todas las burlas filosoficamente y no permite que nada se
interponga en su camino.
En este personaje encontramos un buen ejemplo del
europeo que se aviene a la vida en otro pais. Este hijo
adoptivo venezolano muestra su preocupacion por esta nacion
en desarrollo al decir,
— Conocer a Roma ha sido el sueno dorado de mi
vida entera. Mas aun, si no me hubiera metido en
136
una conspiracion, si no hubiera considerado deber
impostergable darle pelea a la dictadura, estaria
ahora mismo en Roma en lugar de estar preso. He
cambiado voluntariamente la majestad del Coliseo por
las miserias de este calabozo. (pags. 109-110)
Ya nos habia mostrado Otero Silva en Qficina No. I, a Tony
Roberts, otro extranjero que supo avenirse a la vida en un
pais adoptivo.
El Capitan nos describe la vida en la escuela mili-
tar mas o menos como la describe Mario Vargas Llosa en su
2
novela La ciudad y los perros. Dice en este caso Roseliano
Luigi que,
... los oficiales superiores alientan y azuzan ese
tratamiento de los antiguos cadetes, dejandonos como
mezquino desahogo la esperanza de llegar tambien
nosotros un dia a brigadieres y alfereces, como sin
duda llegaremos, para vengarnos en los futuros nuevos
de mierda las afrentas que ahora sufrimos. (pag. 115)
Por ser esta la profesion que el ha escogido ninguna de las
disciplinas le parecen excesivas y no se ocupa de vengarse
en los "nuevos," por las supuestas ofensas. Una de las
disciplinas merece un comentario, y esta es el aprendizaje
del paso de ganso.
Parece haber mucha admiracion por lo aleman y mas
tarde veremos a los censores perdonar la censura a unos
2
(Barcelona: Editorial Seix Barral, S.A., 1968).
137
libros solo por haber sido escritos por un aleman y llevar
un titulo benevolo. Juan Vicente Gomez fue un gran admira-
dor del paso de ganso que el Kaiser aleman hizo popular, y
mas tarde Hitler lo hizo mas bien obligatorio. Aqui resulta
ironico que un regimen tan odiado como el de "el Benemerito"
haya dejado vestigios que se incluyan como parte de la
disciplina militar.
Describe el Capitan una disciplina que llama de
orden cerrado cuyo proposito parece ser convertir en auto-
matas a los soldados. Brigadieres, alfereces y oficiales,
todos dan ordenes al nuevo constantemente manteniendolo en
constante movimiento para no dejarle tiempo de pensar por
si mismo. Nos sorprende, o debe sorprendernos que dada
esta disciplina tenga Roseliano Luigi la fuerza de voluntad
para rebelarse mas tarde.
Al salir de la Escuela Militar le asignan un pelo-
ton de infanteria, y lo primero que descubre es que la
mayoria de los reclutas son analfabetos, lo que nos re-
cuerda el estado de la educacion en el pais. Sin rodeos
dice que en seis meses aprende mas de un buen oficial que
en cuatro anos en la Escuela Militar.
El dia en que las parejas jugadoras de domino rinen
y para que esa tarde no haya mas discusiones, el Periodista
138
sugiere que el Barbero, Nicolas Barrientos, les cuente por
que lo trajeron a el a este calabozo.
Lo primero que hace es aclarar que el no es poli
tico. Cayo en una trampa como muchos otros por un momento
en que hablo mas de la cuenta. Generalmente los barberos,
nos dice, escuchan mucho y hablan poco. Hacen el pelo a
un medico y aprenden algo de recetar. Un dia menciona a
un cliente que va a ir a Maturin, y el cliente le dice que
no vaya alii, porque de un momento a otro puede suceder
algo muy grave en Maturin. A este se le sigue un cliente
que habia pestes del gobierno y ya casi para salir, le
pregunta,
— "cUsted no ha escuchado decir que va a pasar
algo en estos dias?" Y yo le conteste, en el mismo
tono desprevenido, lo que habia sabido por el cliente
anterior: "Parece que esperan un asunto grave en
Maturin." (pag. 141)
Lo de Maturin resulto cierto, el que hablaba pestes del
gobierno resulto ser un espia y ahora el Barbero se en-
cuentra aqui con los otros en un calabozo.
Su padre era albanil, y decide que no quiere que
su hijo siga en sus pasos. Lo lleva con un barbero para
que le ensehe el oficio. El aprendizaje es el modo mas
I
jviejo que existe de aprender un oficio, hace de Nicolas con
139
el tiempo un barbero de categoria con derecho a escoger su
clientela. Explica que como servidor del publico escucha
a todos sus clientes con la misma atencion. Lo mismo al
estudiante que asegura que el comunismo es la unica verdad
que al caballero culto que dice que la razon no la tuvo
Lenin, sino el Papa Leon XIII. Pregunta mucho y discute
poco. Compra todos los periodicos para que todos los
clientes esten satisfechos. Segun Nicolas Barrientos, tra-
tan los barberos de ver con entera imparcialidad y frialdad
lo que a otros hace perder la cabeza. Como ejemplo maximo
de su neutralidad dice que "cuando se celebraron las ulti
mas elecciones para Presidente de la Republica me sentia
tan esceptico ... que no vote por nadie" (pag. 140).
Menciona un hecho que era muy comun y que se ha
hecho curiosamente contemporaneo al decirnos que su padre
y su madre nunca se han casado, "para no echarse encima
obligaciones que acaban con el cariho" (pag. 140). Esta
explicacion mas y mas la oxmos hoy de las personas ultra
sofisticadas, que insisten que el hecho de solo firmar un
papel no asegura la felicidad. Esta misma razon dara el
cuando se cruza en su vida mas tarde una mujer que le in-
teresa lo suficiente para dejar su vida de solteron y
140
parrandero, Rosario Cardozo. Cuando esta decide hacer lo
que Nicolas le pide dice que dedica una semana entera para
buscar una pieza bien linda,
... una pieza digna de la catira Rosario que ahora
es mi mujer sin cura ni juzgado que nos compliquen
el carino, una pieza donde ella dormira entre mis
brazos y haremos lo posible por tener un hijo, como
Rosario Cardozo lo sueha y yo tambien. (pag. 151)
Esta costumbre de casarse por el juzgado y tambien
por la iglesia fue necesaria por mucho tiempo, pero ahora
en muchos lugares, la costumbre ha cambiado y se necesita
s&lo una de las dos, siendo la una tan valida como la otra.
Hubo una rivalidad, si es que asi se puede llamar, en un
tiempo en que la iglesia no queria reconocer un matrimonio
civil como legitimo y valido y lo mismo pasaba con el
gobierno y una ceremonia religiosa. Para evitar complica-
ciones en caso de muertes, herencias o legitimidad de los
hijos, las parejas simplemente se casaban "por las dos
leyes." Habia dos ceremonias, una civil, otra religiosa
y asi todos estaban satisfechos.
Al Barbero le toca en suerte un verdugo a quien
apodan "el Mocho" y cuando lo pasan "al cuarto de las bici-
cletas," despues de golpearlo hasta que se cansan, se les
!
jocurre divertirse quemandole las diversas partes del cuerpo
141
con las puntas de los cigarros encendidos. Tanta risa les
causa verlo temblar como epileptico y gritar "|Ay, mi
madrej" que el segundo dia se les ocurre quemarlo con des-
cargues de alambritos electricos. Por fin, le dicen que
lo van a colgar si no habia, y cuando les repite que no
sabe nada, lo cuelgan, pero se desmaya y cuando despierta
esta tiritando de frio en el fondo de un calabozo.
Y como para probar el adagio que en todo ser humano
hay algo bueno, o en este caso quiza para mostrar que los
verdaderos criminales no eran los que estaban en los cala-
bozos, el Barbero vuelve en si rodeado de tres hampones,
tres criminales fichados; un asesino, un indio traficante
en drogas, y un negro tambien encarcelado por asesino.
Tres desechos de la vida que se convierten en hermanitas
de la caridad y sacan agua oxigenada de donde no la hay
para curarle al Barbero las quemaduras convertidas en pus-
tulas repulsivas, tres facinerosos cuyas fotografias apare-
cen con un numero en el pecho en la secci6n del periodico
dedicada a atracos y crimenes, porque segun dice el autor,
"la primera pagina esta destinada a los proceres de la dic
tadura, doctores y coroneles que practican el atraco y el
i
(crimen en una escala mayor y mas respetable" (pag. 150).
142
Y asi son a veces las sociedades, a los que roban
en grande se les festeja, y a los que roban pequeneces por
gusto o por necesidad, se les castiga. Asi es la vida.
Las torturas variaban segun los prisioneros, pero
cada verdugo tenia sus preferencias. Lo que todos hacian
uniformemente, era desnudar a los presos, por ser esta la
mejor manera de despojarlos de su dignidad. Al Tenedor de
Libros lo tuvieron parado en una posicion sin moverse por
setenta y dos horas. Cuando esto no lo hizo hablar lo
acostaron en una panela de hielo desnudo como estaba.
Cuando se caia, estaban dos cuidandolo para volverlo a
subir. Otro truco favorito era enfrentarlos con un hombre
y decirles que este los habia delatado, pero la dictadura
perezjimenista tuvo que verselas con una sociedad que ya
no se enganaba tan facilmente. Al Capitan se le hicieron
interrogaciones para tratar de hacerlo que divulgara nom-
bres de complices, pero tal vez por su grado de militar no
se le torturo.
Que las descripciones de Miguel Otero Silva sean
naturalistas en esta obra, no debe de sorprendernos si
recordamos que se trata de una de las dictaduras mas
!
i
!crueles que hubo en Venezuela, y que las crueldades que
143
el autor describe son cosas que el puede muy bien haber
sufrido en carne propia, o por lo menos haber visto muy de
cerca. Una parte vital de la crueldad/ consistia en la
horrenda manera de servirles a los presos la comida. Lo
describe asi:
Los dos italianos traian entre ambos un caldero rebo-
sante de un liquido grasiento en cuyas ondas navegaban
huesos pelados y esquifes de yuca. Genaro llevaba
puesto un delantal asqueroso, salpicado de tiznes y
chorreaduras, y esgrimia en la mano derecha el largo
cucharon de servir el hervido. Se complacia en arras-
trar el extremo concavo por sobre la superficie mu-
grienta del piso, a ras de salivasos y horruras,
regodeandose en hacerle a los presos aun mas repugnante
la deglucion de aquel caldo miserable. (pag. 44)
Ya nos habia hecho otras descripciones de la comida que
tenian que comer los presos en las carceles venezolanas.
Llevados por el Capitan vamos a una fiesta de la
alta sociedad venezolana que ya habiamos visto brevemente
en Fiebre. Otero Silva aprovecha para decirnos que ahora
entre esta gente se encuentran personas que se han hecho
ricos recibiendo royalties petroleros, y entre estos vene-
zolanos pudientes se encuentran algunos extranjeros que
trabajan para las companxas petroleras. Venezuela ha
pasado de una nacion agricola a una entidad petrolera, y
Imuchos de los que tenian tierras se las vendieron a las
j
companias. Esta accion en muchos casos dejo de beneficiar
144
a los muchos para beneficiar a los pocos.
Cuando los militares asaltan el poder, nos dice el
Capitan que se alegra de ver la pasividad de la gente.
Explica esto diciendo que si le hubieran ordenado que dis-
parara contra el pueblo indefenso, no esta seguro que lo
hubiera podido hacer. Esta pasividad puede ser una defensa
en algunos casos y en otros puede ser intuicion que este
estado no puede durar mucho. Cansado de oir hablar de
atropellos el Capitan por fin se decide a preguntar a su
amigo si es cierto lo que cuentan y cuando su amigo le
responde afirmativamente, el Capitan pregunta "ipor que?"
a lo que el amigo responde simplemente, "lo hacen para
robar," y procede a contarle las muchas maneras en que el
Dictador y sus "subditos" encuentran para recibir su "ta-
jada."
El Periodista no puede contenerse y lo interrumpe
para contarle, y a nosotros de paso, un caso de peculado
tan grotesco que borda en el ridiculo. Parece que el
Ministro de Sanidad solicito del Canada un presupuesto para
construir un hospital equipado a todo lujo. Se le manda el
presupuesto, advirtiendole que era imprescindible eliminar
lo que costaban los enormes aparatos limpiadores de nieve
145
que serxan inutiles en un pais tropical. El Ministro y el
Dictador que ya habxan calculado la tajada, no quisieron
que se les mermara en un centimo su comision y respondieron
por cable: "Manden equipo hospital sin quitarle nada"
(pag. 118). Y Venezuela pago mas de cien mil dolares por
unas inmensas palas para limpiar una nieve que no ha caxdo
ni puede caer jamas. De ninguna manera se debe pensar que
esta condicion es peculiar a Venezuela. Si Miguel Otero
Silva hace en su obra, o parece hacer hincapie en estas
condiciones, es solo por su inmensa preocupacion por el
bienestar de su paxs. El peculado existe en todos los
paxses, desarrollados y subdesarrollados, y como se dice
que dijo Linares Alcantara, "Hurry up, while you have the
chance. The treasury is like the Guaire; we all have the
right to drink and the only argument among us is the size
3
of the dipper."
En la rutina carcelaria del calabozo los dxas se
suceden uno tras otro. Parece un horno de fundicion, o tal
vez la quinta paila del infierno. A las seis de la manana
los despierta el chiflido estridente de un pito, oyen la
3
Daniel Joseph Clinton (pseud. Thomas Rourke),
GOMEZ: Tyrant of the Andes (Reprint ed.; New York: Halcyon
House, 1948), pag. 88.
146
numeracion de los presos en el pabellon vecino. Al prin-
cipio la numeracion incitaba al Medico y al Capitan a
practicar psicologia a larga distancia, a traves de su reja
encartonada.'
— jUno.'— gritaba una voz reposada.
— Ese es un hombre sensato— deducia el Capitan.
— jDos.'— gritaba una voz recelosa.
— A ese todavia no se le quita el miedo— diagnos-
ticaba el Capitan,
— jTres,1— gritaba una voz altanera.
— Ese es un rebelde.
— jCuatro.'— gritaba una voz indolente.
— Ese no se ha dado cuenta todavia de que esta
preso.
— jCinco.1— gritaba una voz meliflua.
— Ese tiene alma de servil. (pag. 45)
Todo esto se ha vuelto ya rutina cotidiana que no
incita comentarios. Aquel "jHay que hacer algoJ" que en
Fiebre oxamos de labios de los ingenuos estudiantes pas6
luego a ser el ";Hay que hacer algo Carmen Rosai" de Sebas
tian Acosta en Casas muertas. Ahora el "jEs preciso hacer
algo.' " se ha vuelto un grito de tedio mas que de desespera-
cion, porque contra este tirano luchan unas clases mas
evolucionadas. Ya no son los iletrados paludicos que
siguen caudillos a ciegas, sino profesionales o semi pro-
fesionales que tienen un objetivo y saben lo que quieren
conseguir. Estos presos saben que saldran un dia y que
hasta se permiten el lujo de amenazar a los verdugos que
147
los torturan, como en el caso del Periodista que en un
momento de coraje o desesperacion promete que al salir de
la carcel se dedicara a matar al Bachiller. Ahora al "jEs
preciso hacer algo utilj" el Medico responde con una solu-
cion ya vista y practicada en otras obras y mas explicita-
mente en Fiebre donde a pesar de su rudo trabajo deciden
utilizar los pocos minutos antes del toque de silencio para
dar conferencias orales. En esta novela es el Medico el
que ahora sugiere que organicen un plan de estudio y como
no se les permiten libros, tendran que dictar las conferen
cias de memoria.
Han pasado veinte y tantos ahos desde los tiempos
de Fiebre y ahora tratamos con otro nivel de la sociedad
venezolana. Han dejado de ser los pobres analfabetos de
Fiebre y los ninos enfermos y paludicos de Casas muertas y
la sociedad azarosa de Oficina No. I. El Barbero es el
unico que no puede ofrecer clases, por carecer de las
herramientas necesarias, y se convierte en un alumno para
los cuatro profesores.
Los presos van conociendose por medio de sus char-
las, y empiezan a sentir que tal vez puedan ser amigos a
[pesar de las diferencias de sus ideologias politicas.
148
Empiezan a contarse sus aficiones respecto a comidas favo-
ritas, colores, libros, musica y demas. Todos excluyen de
su conversacion los comentarios sobre asuntos sexuales, con
la excepcion del Barbero que lo hace con mucha gracia y
exageracion estrafalaria. Cuenta con tanta gracia sus his-
torietas pornograficas, que muchas veces lo obligan a repe-
tirlas.
Cinco hombres esperan la caida de un gobierno que
les traera la libertad y para hacerles la espera un poco
mas llevadera, el autor les da una esperanza, una razon
para vivir mientras se llega el dia cuando el Barbero les
dice.
Mi ianico consuelo fue una cartica que llego a mis
manos un viernes de marzo, dia de San Jose. Era de
Rosario Cardozo, mi mujer, para informarme que tanto
ella como el muchacho se hallaban bien de salud y
no dejaban de pensar en mi. (pag. 151)
Los cuatro companeros expresan gran sorpresa al saber que
el Barbero tiene un hijo, y en realidad, esta muy fuera de
caracter que un hombre parlanchin y fanfarron como el Bar
bero pudiera haberse guardado un secreto como este.
La estructura de la novela cambia ahora, porque el
tiempo que hasta aqui no ha importado, ahora se hace muy
importante. Cada seccion empieza con el mes y el dia de
149
la semana "julio, miercoles," como si de aqui en adelante
los dias estuviesen contados. Hay que pensar en el futuro
de Honorio. Les empiezan a entregar las cartas de sus
familias y la actitud de los carceleros no es tan hostil.
Pero lo que les parece interesar mas es Honorio. En cada
carta esperan noticias de su bienestar. Todos quieren
saber mas de este hijo que hasta ahora el Barbero les acaba
de mencionar. El Medico quiere saber si lo alimentan bien.
El Periodista quiere saber si es un nino docil o si es
precoz. Al Medico se le responde que Rosario es la que se
encarga de la comida y al Periodista se le dice que Honorio
es el terror del barrio.
Asi llega el dia inolvidable en que desclavan los
cartones y pasan los cinco a ser presos politicos comunes
y corrientes, aunque siguen segregados de los otros reclu-
sos. Como si esto fuera poco, un domingo de julio les
traen las primeras cartas de su familia. Todas llegan con
trozos cortados y como de costumbre la unica que logra bur-
larse de los censores, es la de Milena/ la amiga del Perio
dista. Las noticias vienen emboscadas entre retazos de
versos romanticos que o han inspirado respeto a los cen-
!sores, o las han creido chifladuras sin importancia. Les
150
dice que los partidos politicos han decidido olvidar sus
diferencias para unirse y pelear contra la dictadura. Ya
antes habia burlado Milena la censura y les habia mandado
decir, por medio del Periodista,
Sabemos donde estas, en que condiciones estas y con
quienes estas, porque otros presos de esa misma
carcel han conseguido averiguar la presencia de
ustedes y lo han escrito a la calle. No quisiera
ilusionarte demasiado, pero las cosas marchan bas-
tante bien, segun mis infonnes. Tus amigos me dicen
que te vere antes de un ano. Por alguna razon lo
afirman con tanta seguridad. (pags. 135-136)
Pero las noticias que importan ahora, tal vez porque los
hacen ver hacia el futuro, son las noticias de Honorio, y
el Barbero los complace.
Vemos ahora a estos hombres intelectuales converti-
dos en pequehos campesinos sembrando repollos y tomates.
El Tenedor de Libros y el Periodista se han hecho contrin-
cantes agrarios, asi como afuera eran contrarios politicos.
El Capitan con el uso de un telar primitivo, ha aprendido
a tejer, y se ha hecho tan adepto, que su mercancia podria
competir con las del mercado de afuera.
A pesar de que se gastan horas de clase, horas de
domino, horas de charla, horas de pensar, callai- y dormir,
Isobran horas para el trabajo, porque los dias en la prision
ison interminables. La polemics mas acalorada la desata
151
el problema que si Honorio debe o no, hacer la primera
comunion. El Periodista opina que es ridxculo obligar a
un nino de siete ahos a tomar un sacramento que no puede
entender en su tierna edad, mientras que el Capitan dice
que el alma pura de un nino es exactamente la que mejor
esta capacitada para recibir el cuerpo de Cristo. El
Medico dice que son patranas y fanatismo que no debe permi-
tir el Barbero. El Tenedor de Libros opina igual que el
Capitan anadiendo ademas que es la madre la que debe deci-
dir, expresando asi la mas o menos opinion general que la
religion es cosa de mujeres, y asi la presenta por toda su
obra Miguel Otero Silva.
Los cinco presos empiezan a sentir que la historia
se ha detenido para ellos. Teniendolos ignorantes de los
hechos no solo mundiales sino nacionales es una tortura
para estos hombres acostumbrados a estar bien informados.
Tan importante es tenerlos sin noticias, que el alcaide ha
sentenciado que "primero les dejo pasar una ametralladora
que un periodico." Todas las dictaduras han encontrado mas
facil manejar a la gente cuando la tienen en la ignorancia—
mientras mas ignorantes, mejor. Pero ya para estas alturas
I
jla gente se ha acostumbrado a ser libre y como ya lo ha
152
dicho antes el Periodista,
— Quien ha disfrutado del aire libre dificilmente
se mete en una jaula por sus propios pasos. (pag. 51)
Es por esto que cuando ven una hoja de periodico en las
ramas mas altas del arbol de mango que hacen todo lo que
pueden para bajarla, aunque finalmente es un aguacero el
que la tumba. No es poca su desilusion al limpiarla con
mucho cuidado y encontrarse con anuncios comerciales en un
lado y cronicas de la "vida social" de Caracas en el otro.
Logran entablar conversaciones con los otros pabe-
llones, y saben que los estudiantes se han declarado en
huelga politica y los partidos se han unido contra la dicta-
dura. En noviembre faltan nuevas de Honorio. La vida de
los cinco se ha hecho llevadera, tan llevadera, que Otero
Silva decide recordarnos que aun hay personas a quien este
gobierno tortura y traen arrastrando los guardias a un
hombre que aulla como un animal. Se pasan una noche sin
dormir, y el Medico pide permiso para examinarlo, pero no
puede hacer nada con el ni para el. Al volver con sus com-
paneros emite su diagnostico: "— ese hombre se volvio loco
de miedo" (pag. 174).
Asi que se acerca el dia de su liberacion, el Bar
bero se pone mas y mas triste y ninguno de los otros puede
153
explicarse su actitud. Es como si en este momento temiera
algo en el futuro. Empeora visiblemente cuando un tio del
Capitan les trae la noticia que los estudiantes, tal vez
_ recordando la accion de los estudiantes de 1928 treinta
anos antes, se han declarado en rebelion, y los partidos
politicos han hecho a un lado sus diferencias y han unido
sus energias bajo los estandartes de la Junta Patriotica
para dirigir las acciones que el 23 de enero de 1958 esta
vez derrocaran la dictadura de Marcos Perez Jimenez.
Honorio se ha convertido para todos ellos en la
esperanza, un porvenir que los ha dulcificado. Sus planes
dejan de ser tan amenazadores como lo eran antes de saber
de la existencia de Honorio. Intuyen, sin beneficio de
periodicos, que la dictadura no tarda en venirse abajo.
Los carceleros se muestran ahora escurridizos, espantadi-
zos. Los vuelven a encartonar, pero ya no con la vehemencia
de la primera vez, sino un clavo aqui y otro alii y muchos
cuchicheos de por medio. Las visitas del alcaide ya no son
hostiles,
Cada uno comenta y se vuelve al doble nivel del
dialogo interior que aqui ha llegado a la perfeccion, y
todos en sus planes de una u otra manera incluyen a Honorio.
154
El Barbero decide que es tiempo de afrontar la situacion y
confiesa a sus companeros que Honorio no existe y no ha
existido nunca. Su explicacion es simple. Se sentia in
ferior a ellos porque eran jefes politicos, eran importan-
tes. El era solo un Barbero que habia sido encarcelado por
haber hablado "pistoladas." Intuyo que un hijo era lo unico
que los otros no tenian y mas hubieran deseado tener, y el
invento a Honorio. Les pide perdon con l&grimas en los
ojos. Esto es lo que lo estaba matando desde que empezaron
a darse cuenta que la dictadura no tenia mucho mas tiempo
que vivir. Sabiendo que al salir se darian cuenta de su
vil engano, opto por confesarlo todo.
Al deshacer esta mentira se deshace el lazo que ha
unido a los cinco presos que ya habian visto una vida en
que Honorio seria el centro alrededor del cual todos gravi-
tarian. Que tal vez hasta sus diferencias politicas se
habrian achicado para poder todos compartir al chico. Com-
prenden que con el tiempo, esta mentira cruel se convertira
para el Barbero en una broma risuena aunque pesada y cruel
que les jugo a sus companeros de calabozo, y como tal la
referira a sus clientes. Para los cuatro companeros Honorio
habia sido un ser real nacido y amado, un hijo que habia
155
crecido en sus cuatro pechos y ahora acababa de morir. Y
para que no se oyeran sus sollozos, cuatro hombres metieron
la cabeza esa noche entre la almohada para ahogar sus ganas
de llorar. Simbolicamente tal vez hayan visto en Honorio
el ideal que los uniera y con ellos a Venezuela. Pero con
La muerte de Honorio, habia muerto para los cuatro una gran
ilusion, y sin embargo, tal vez ya no les fuera necesaria.
«?Que tal si los raeses de encierro, compartiendo horrores y
sufrimientos los hubiera unido a ellos y ahora respetaran
sus diferencias y se unieran en sus similaridades? iQue
tal si asi se convirtieran en una Venezuela presentando un
frente unido a todas las futuras adversidades?
Y asi, en esta nota de pesimismo u optimismo, segun
el punto de vista, termina la cuarta novela de Miguel Otero
Silva.
CAPITULO VII
CUANDO QUIERO LLORAR NO LLORO
Juventud, divino tesoro,
;ya te vas para no volver.'
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer ...
Ruben Dario
Es este el verso de la Cancion de otono en primavera
de Ruben Dario que le ha gustado a Miguel Otero Silva lo
suficiente para utilizar como titulo de su ultima novela.
A primera vista, esta obra no parece tener ninguna relacion
con sus otras cuatro novelas en las que nos muestra diver-
sas preocupaciones sociales de su pais, pero luego se lee
con mas detenimiento, y empieza a saltar a la vista, que
aunque su composicion, su estructura, y hasta su manejo del
vocabulario parece diferente, lo que nos esta presentando
es una vista de una sociedad dividida, fracturada, que a
veces ni en su mismo nivel esta de acuerdo. El tema ago-
biante sigue siendo: la persecucion del hombre por el hom-
jbre, para terminar en una nota de la posible persecucion
156
157
del hombre por si mismo.
En un prologo cristiano empieza presentandonos a
cuatro hermanos cristianos perseguidos por los Romanos en
la persona del Emperador Diocleciano/ en un ultimo y ago-
nico esfuerzo para derrotar al solo Dios verdadero que ha
acorralado a los miles de dioses que convivlan en Olimpo.
Un proposito mas serio es mostrarnos el caracter del que
llegara a ser Santo Victorino y por estO/ el santo del
nombre de los protagonistas de esta novela. Victorino es
uno de los cuatro cristianos, el mas rebelde y de caracter
mas bien clnico. Vemos el primer ejemplo de esto cuando
los hermanos son detenidos despues de ser delatados por
Sapino Cabronio, parece que en Roma tambien habia delatores.
— jHagase la voluntad de Dios.1— dice Severo.
— [En sus manos encomiendo mi esplritu.' —
dice Severiano.
— jVenga a nos el tu reino.'— dice Carpoforo.
— jldos a la mierda.'— dice Victorino.
Hace en esta novela Otero Silva varios paralelos
ironicos, que dado a sus experiencias y medio ambiente
no son diflciles de decifrar. El Emperador Diocleciano
" ' ‘ Miguel Otero Silva, Cuando quiero llorar no lloro
j(Caracas: Editorial Tiempo Nuevo, S.A., 1970), pag. 22.
!(Todas las citas de esta obra se haran de esta edicion.)
158
nos dice que nacio para "cultivador de hortalizas, capador
de cerdos o soldado muerto en combate." De los dictadores
que aparecen en las obras de Otero Silva ninguno de los dos
brilla por su preparacion como gobernante. Lo primero se
puede referir a Gomez, lo segundo a Perez Jimenez, aunque
mas tarde nos describira a un tirano "regordete, engrexdo,
mediocre y cruel."
Toda la primera parte esta llena de paralelos con
la epoca venezolana que mas le interesa al autor. Y no
resiste el impulso de modernizar hasta los invictos tiempos
Romanos, pues nada menos que en el juicio de los cuatro
hermanos encontramos vendedores de "salchichas hervidas,
embutidas en lonjas de pan y salpicadas de salsas orienta-
les, ya se llamaban canes calidi (hot dogs en latin, lector
ignaro)" (pag. 25).
La segunda vez que nos muestra el caracter de los
futuros Victorinos es cuando a la pregunta que si son o no
cristianos responden los cuatro hermanos:
— Creemos en Dios Padre Todopoderoso— dice
Severo.
— Y en su Unico Hijo Nuestro Senor— dice
Severiano.
— Y en el Espiritu Santo— dice Carpoforo.
— Y nos cagamos en Palas Atenea y demas inqui-
linos del Olimpo— dice Victorino. (pag. 26)
159
Por este estilo sigue el autor sembrando de apartes humorxs-
ticos y muy al dia, al hacer decir a Diocleciano que los
Cristianos "son una vaina muy seria," porque estan convir-
tiendo a todos sus generales, lo que lo hace decir que
"ejercito sin disciplina ya no es ejercito, ejercito sin
furia tampoco es ejercito, y si Roma llega a perder su ejer
cito, arrivederci Roma" (pag. 28).
Ya estan los cuatro desnudos esperando la "pela"
cuando llega Diocleciano a brindarles la ultima oportunidad
para que nieguen a su Dios. Les pide que solo digan en
alta voz "creemos en Esculapio," aunque por dentro esten
pensando "creemos en Jesucristo." La respuesta de los
cuatro hermanos es,
— Nunca— interrumpe el vozarron de Severo.
— Jamais— dice Severiano.
— Never— dice Carpoforo.
— Emperador, no comas mierda— dice Victorino.
Y este santo martir sera el que dara su santo nom-
bre a los protagonistas de la novela, y tambien el caracter
cxnico, cruel y despiadado.
Haciendo un juego con el tiempo Otero Silva forma
un enlace mostrandonos el nacimiento de los tres protagonis
tas mientras que estan agonizando los cuatro martires.
jNacen los tres Victorinos segun las circunstancias sociales
160
de su nivel en la vida. Nacen simultaneamente y la unica
diferenciacion que nos da el autor, .es el nombre familiar
que se le da a la madre, y la manera en que describe el
alumbramiento.
Victorino Perez es negro, o por lo menos mulato,
nace sin beneficio de medico, clrnica u hospital. Mama da
a luz con la ayuda de una comadrona que reza mientras la
naturaleza hace su obra. Es interesante que mezclado con
los rezos de la comadrona haya precauciones higienicas.
Pide la comadrona que "el pahuelo de la Veronica enjugue
como llanto toda hemorragia," que "la espada fulinea de San
Miguel Arcangel ponga en fuga a los microbios," y que el
agua lustral del Jordan "desinfeccione los tejidos." Reza
para que venga un nino sano. Reza una letanxa que mas bien
parece un cuento para divertir a la parturienta mientras
manda que se caliente agua, y que se planchen las sabanas,
"para que el calor destruya los microbios." Manda cerrar
las puertas y tapiar los resquicios porque "no quiere aire
serenado." Cuando se llega el tiempo, sigue rezando y
recibe al nino, lo limpia con alcohol, lo envuelve y lo
acuesta en un cajoncito que fue de jabon.
Victorino Perdomo es el segundo protagonista cuya
Madre, siendo de algunos niveles mas altos que Mama, llega
161
a la clinica en coche alquilado con su marido Juan Ramiro
Perdomo sentado a su lado. Entra a la clinica, y con las
respuestas que da, llenan una planilla, luego la suben a
una Camilla y la atiende no una comadrona, sino un bachi-
Her de guinto ano. El proceso no difiere, al salir el
nino se le hacen los mismos arreglos, a Victorino Perez lo
limpiaron con alcohol, y a Victorino Perdomo tambien lo
limpian con alcohol, le toma la impronta de las paticas,
lo mide, le pone nitrato de plata en los ojos, lo envuelve
en sabanitas blancas, y lo acuesta en una cuna.
Victorino Peralta cuya madre por el momento conoce-
mos como Mami— al sentir los primeros dolores ella telefonea
al medico y empieza a acicalarse. Escoge los cambios de
ropa; su madre doha Adelaida se convierte en jefe de ope-
raciones y el ingeniero Argimiro Peralta Heredia, su marido,
la deja hacer.
Mami entra a la clinica con dos maletas, su marido
y su madre. La espera Domitila que la arregla primorosa-
mente, lleva una preciosa dormilona rosada y en el quirofano
la espera el doctor Carvajal de bata impecable y guantes
de goma blancos. Una vez mas la naturaleza hace su obra,
|y el doctor Carvajal levanta al nino como conejo de circo.
162
Mami tuvo que pujar esforzadamente, igualito que las otras
parturientas. Es un machito, lo limpian como a los otros
dos y lo visten de azul. La madre pide verlo: es rubio, un
especimen perfecto. Le examinan los dedos, pies y manos,
el culito, la paloma, esta perfecto declara el doctor Car
vajal. Mami vuelve a su cuarto sobre ruedas triunfales,
donde la espera el ingeniero Argimiro Peralta Heredia ufano
de orgullo y empiezan a llegar los ramos de flores. Se
llama Victorino, anuncia la abuela.
Y asi nacen nuestros protagonistas, de identicas
maneras aunque bajo diferentes circunstancias. Asi cami-
naran por su corta vida, en sus propios niveles, sin que
sus vidas se crucen.
Noviembre 8 de 1948, para estas fechas Miguel Otero
Silva se encuentra dedicado una vez mas al periodismo, en-
cargado del diario El Nacional. Lo que hace resultar muy
logico que por medio de titulares periodisticos, en este
dia en que han nacido los tres Victorinos, tambien nos
ponga al tanto de las actividades mundiales asi como nacio-
nales.
T. S. Eliot ha recibido el Nobel de Literatura
correspondiente a 1948, ya era tiempo. La Princesa Isabel
163
espera un varoncito. Chang Kai Shek insiste que puede
resistir diez anos mas. El General de Gaulle ha triunfado
en Francia. Pero ha causado mas asombro en los Estados
Unidos la eleccion del Presidente Harry S. Truman, despues
de que las encuestas de Mister Gallup daban a Thomas Dewey
una ventaja kilometrica.
Lo que mas debiera sorprendernos es la abulia que
parece haberse aprovechado de los venezolanos si podemos
juzgar por el hecho, que causa mas excitacion la carrera
automovilistica en que pierde el Aguilucho (Oscar Galves)
y gana Domingo Marimon que la nueva insistente de que el
gobierno de Romulo Gallegos esta amenazado y tal vez caiga
dentro de dias.
En esta novela nos presenta Miguel Otero Silva una
sociedad muy diferente a la que hemos visto en sus obras
hasta aqui, es decir, la de Caracas. Hay muchas similar!-
dades y muchos puntos de contacto, y costumbres que ya
hemos visto. En el nivel social de Victorino Perez encon-
tramos la misma resistencia a la idea de que un papel que
legaliza la union de un hombre y una mujer asegura la
felicidad. En el caso de Victorino Perez, la falta del
papel tampoco parece garantizar la felicidad, pues Facundo
164
Gutierrez el padre de Victorino, poco hace para merecer el
nonibre de padre.
Esta tambien el caso de Narcisa, la madre de Mono
de Agua, amigo de Victorino, que tiene cuatro hijos, nin-
guno de los cuales se parece a ella. Todos se parecen al
padre, y como cada uno tiene distinto padre, resulta que
ninguno de los cuatro se parecen. Otero Silva parece aso-
ciar el nombre de Narcisa con una nadie, pues ya lo habxa-
mos oxdo usarlo en Fiebre para referirse a una mujer de
baja ralea.
En esta obra vemos por primera vez a un negro como
protagonista, por lo menos en una parte de la novela. Ya
lo habxamos visto como personaje, pero aqux representa un
segmento de la sociedad venezolana. Aqux nos lo presenta
de una manera mas completa. No es un personaje malvisto,
es simplemente una parte de la sociedad en que vive.
El odio es tal vez el sentimiento mas fuerte que
expresa Victorino Perez. Odio hacia su padre especialmente,
que como quien dice no es su padre, ya que nunca se preocupa
por su bienestar, y cuando viene a verlo a el y a su madre,
solo es para golpearlo, abusar de ellos y quitarle a mama
lo poco que ella gana.
165
En la madre de Victorino Perez tenemos a una madre
que trabaja y sufre sin esperar nada, y quizas por eso no
recibe nada. No sabe imponerse y dirigir al hi jo, aun
cuando es nino, a pesar de que este la quiere, la aprecia
y acepta que ella lo golpee porque sabe que lo quiere, lo
mantiene y tiene el derecho de hacerlo. Nunca llegamos a
saber su nombre, simplemente la conocemos como mama.
La educacion de Victorino Perez es mala, pero esta
vez no por falta de salud como en Casas muertas, ni por
falta de escuelas, como en Oficina No. I, sino porque en
este caso Victorino se resiste a la educacion, y aunque
Mama lo ha inscrito en la escuela, el hace una profesion de
no asistir a ella. Esta es la razon por la cual en las
pocas veces que el padre los visita y lo encuentra jugando
en la casa, lo golpea. Mama no tiene la fuerza de caracter
para hacerlo ir. Contrastando con esta madre, esta la de
Crisanto Guanchez, el amigo de Victorino. A Crisanto lo
lleva su madre a un reformatorio, porque segun ella dice,
no tiene recursos para alimentarlo y pagarle la escuela.
Parece ser como Narcisa, una victima de los matrimonios sin
papeles, pues dice, "£De donde sacaba fuerzas para enfren-
tarse a un quinteto de hijos sin obediencia y sin padres?
166
Aqux por lo menos aprenderas a leer, te ensenaran un ofi-
cio" (pag. 80).
Lo de sin padres no quiere decir que los hijos no
hayan sido engendrados, solo quiere decir que esta ha sido
la unica funcion paternal. Lo de aprender a leer resulta
cierto, y hasta lo del oficio tambien, pero este se lo en-
senan los condiscxpulos y no es ninguno del que su madre
se hubiera enorgullecido. Y este es el "amigo" que "guiara"
el destino de Victorino Perez.
Estudiando el medio ambiente en que se mueve Victo
rino Perez, nosotros como lectores veremos un bajar en lo
que el quizas vea un subir. Todo depende del punto de
vista. Sus raterxas son al principio solo para hacer com-
pahxa a Crisanto, luego aumentan en valor y para el esto es
ascenso, mientras que para el analizante de su vida, que
somos nosotros, lo vemos como un hundimiento que solo tiene
un fin: la muerte.
Victorino Perez, enemigo publico numero uno de la
sociedad, se fugo aparatosamente, hoy en la madru-
gada, del reten de la Planta. ... El temible hampon
fugitivo anda armado. (pag. 136)
Este anuncio, que para nosotros es degradante, para Victo-
jrino Perez es cosa de orgullo: ha llegado a una meta. Sera
despues de un atraco a una joyerxa que morira Victorino
167
Perez en compania de Crisanto Guanchez.
Siendo hijo de una maestra de escuela, una maestra
anonima, porque tampoco en este caso llegamos a saber su
noiribre, encontramos a Victorino Perdomo a los diez y ocho
anos, que es la edad en que volvemos a encontrar a los tres
Victorinos, en el liceo, pero no estudiando sino haciendo
planes para un atraco a un banco, donde el premio no son
carteras de mujer, sino mas de doscientos mil bolivares.
Es interesante ver el desprecio que muestra Victo
rino Perdomo por los estudiantes que siguen una carrera.
Es tan interesante como las frases que usa Otero Silva para
describirlos. Despectivamente dice, "A lo lejos se divisa
una yunta de futuros medicos devorando su Anatomia"
(pag. 95).
El uso de cosas personificadas con caracteristicas
humanas es muy comun en este autor, pero ahora tenemos el
uso de caracteristicas de animales para describir a los
estudiantes, que Perdomo quiere clasificar como animales
que siguen pasivamente por donde los lleven, una yunta de
bueyes. Perdomo se precia de ser comunista y como tal,
trabaja para el bien del partido.
La vida familiar de Victorino Perdomo es mas o menos
normal, por lo menos cuando su padre no esta en la carcel,
168
que es pocas veces. Al igual que Victorino Perez, quiere
a su madre, pero no lo suficiente para hacer se un hombre
de bien. Hay un conflicto de ideologias entre Juan Ramiro
Perdomo y su hijo. Victorino es un activista estilo nueva
orden, violencia por la violencia, mientras el padre in-
si ste que la violencia es buena solo como medio de obtener
la libertad.
La madre de Victorino Perdomo a pesar de ser mas
evolucionada que mama, sigue siendo una figura femenina con
poco que decir, y eso que se nos presents como una mujer
educada que es maestra de escuela y la suponemos con pre-
paracion universitaria. Madre prefiere no intervenir entre
los alegatos politicos del padre y del hijo. No acepta ser
arbitro, solo mudo testigo.
En este segmento de su ultima novela nos hace por
fin una presentacion de la "Alta sociedad" en mas detalle,
una "alta sociedad," mas realists que las encopetadas que
hemos visto en las vinetas de Fiebre y La muerte de Honorio.
Esto es el caso de Victorino Peralta, el tercero de nues-
tros "heroes." Es el hijo mimado de una familia de la alta
sociedad adinerada, un dinero que ha sido heredado del
I
labuelo que segun Otero Silva, "El rey Midas al lado del
t
169
abuelo de Victorino era un rudiraentario alquimista"
(pag. 58). Representa el lado opuesto del primero de los
Victorinos: Victorino Perez. Todo lo que 6ste tiene de
pobre, aquel tiene de rico, pero como el santo de su nom-
bre, los tres Victorinos son rebeldes, cinicos, hasta
mujeriegos y eso que apenas cuentan con dieciocho anos.
Le han celebrado una "joda" privada de despedida a
los diecisiete anos de Victorino Peralta. El desprecio que
parece ser el sentimiento que gobierna a Victorino Peralta
tiene poco fundamento en una familia con tanto dinero como
la suya, y sin embargo, a veces los hijos que todo lo tienen
son los que encuentran menos proposito en su vida. Si todo
lo pueden conseguir con solo pedirlo, £donde esta la nece-
sidad de trabajar para conseguirlo? Victorino siente des
precio por todo. Es sicologicamente el mas complicado de
los tres. Tolera a su madre, desprecia a su padre porque
lo sabe mujeriego, y dice que no se puede explicar como
"los maridos, los hermanos, los amantes, no le zumban a su
padre una bofetada preventiva" (pag. 83). Victorino y sus
amigos no respetan ni la ley ni a sus mayores. Roban por
gusto, solo por ver a los pobres viejos temblar de miedo.
isus bromas son pesadas y a veces crueles, o nauseabundas.
170
Parece un Quijote en reverso, porque en vez de hacer el
bien, hace todo lo posible por hacer el mal, Respeta y
quiere a la prima Malvina/ pero trabaja asiduamente para
hacerla sucumbir. Malvina lo quiere, pero intuye que al
conseguir sus deseos, Victorino ya no la querra como antes,
Lo conoce bien y sabe que cuando Victorino posee las cosas
ya no le importan igual. Cuando por fin Victorino consigue
lo que se propone, se va al parecer sin volver la vista
hacia atras.
La educacion segun opinion de Victorino es una
"vaina" que se tolera y Victorino personalmente "abomina"
a los que "despilfarran" su juventud entre textos de qui-
mica y especulaciones filosoficas. Pero se enorgullece en
perfeccionar su cuerpo, y el y sus tres amigos pasan horas
en el gimnasio haciendo ejercicios para que su cuerpo siem-
pre este a la perfeccion. Victorino Peralta, como el santo
de su nombre, muestra un gran desprecio por la muerte.
En honor al cuerpo de Victorino sea dicho que
abomina todo lo que pueda estropearle el cuerpo, ya sea
nicotina, alcohol, enfermedad, mesa de juego, tristeza,
etc,, y cree, tal vez sinceramente, que la verdadera in-
(teligencia yace en la substancia que consolida los musculos
f
!
171
y no en las gelatinas fantasiosas del cerebro. En otras
palabras, no cree eso de "mente sana en cuerpo sano," sino
que segun Si, la mente se puede ir al diablo, y solo se
necesita tener un cuerpo sano.
Y as! parece ser, pues cuando le dicen sus amigos
que los han negreado en una fiesta por considerarlos per
sona non grata, su reaccion es que iran, pero solo para
estropear la fiesta. Victorino y sus amigos en su propio
nivel social son unos indeseables.
No existe la justicia tratandose de Victorino
Peralta y sus amigos. Son de una sociedad casi estratos-
ferica, no tienen temor a nada y lo muestran haciendo cuanto
se les antoja sin miedo a que se les castigue, Se roban
dos coches, un Mustang y un Mercedes, los llevan a las
afueras de la ciudad y los chocan hasta que quedan hechos
trizas, y lo hacen sin ningun miedo de ser castigados, ya
que un cheque de sus padres lo arregla todo. Ya ha habido
quien los llame a la justicia y sin ninguna dificultad han
producido testigos oculares que juran haber visto:
... con nuestros ojos, demagogos negros de los barrios
comunistoides. Que facha tenian, habian sembrado
sangre y muerte en los helechos del Country y de la
Castellana para vengar seculares agravios de raza y de
clase. (pag. 90)
172
No se necesita decir que por conveniencia, la jus
ticia se hace de la vista gorda y de nada les sirve a las
personas guejarse a ella, porque en estos casos es verda-
deramente ciega. Cruelmente van de "safari" y matan cinco
perros por los supuestos desprecios de los duenos de los
animales. Hacen todo esto y mas, sin recibir tan siquiera
un reproche. Es despues de que estropean una fiesta que
Victorino deja a sus companeros y se va en su Maserati.
Algo en el lo ordena a ser diferente de todos los demas.
Piensa en la posibilidad de renunciar a su libertad y
casarse con Malvina. Es extraho, pero muestra un respeto
quijotesco hacia Malvina, que a veces aparece en sus ojos
como una especie de Dulcinea fuera del alcance. Es intere-
sante oir a Victorino renegar contra su pais, llamarlo
entre otras cosas: este embrion de pais; este feto de patria
conservado en un frasco de alcohol; esta carcel con preten-
siones de pais.
Parecen bastante fuertes estos nombres especialmente
en un embrion de hombre que poco o nada ha hecho para su
pais, un feto corrompido conservado en un cuerpo aparente-
mente perfecto, en un jovenzuelo que por sus pretenciones
de familia nunca sabra lo que es una carcel.
173
La unica profesion de Victorino Peralta es el or-
gullo de no tener ninguna. Todo esto pasa por su cabeza
mientras corre en su Maserati mas y mas rapido, haciendo
proyectos mientras corre como una furia con mas y mas velo-
cidad hasta que le sale al encuentro un autobus atestado de
pasajeros, desbordante de ninos y Victorino enfurecido por
lo que llama su puerco destino da un manotazo al volante
torciendo el Maserati hacia el precipicio. Y asi escapo
Victorino Peralta de la patria para la cual al parecer
tenia solo desprecio, en un gesto heroico. Tiene que verse
como heroico el hecho que prefirio matarse el a matar a los
ninos que viajaban en el autobus, o a la vida?
Mueren los tres Victorinos y sus funerales se pare-
cen mucho a sus nacimientos. Victorino Perez, el negro, es
llevado por Mama a enterrar en una camioneta alquilada.
Caminan por entre el gamelote y los naragatos, apartando
con los pies latas oxidadas. Le ha comprado una corona de
doce bolxvares, y dedica un recuerdo a Facundo Gutierrez,
padre de Victorino, a quien no ha vuelto a ver. Los sepul-
jtureros dejan un ladrillo para indicar la fosa donde han
enterrado al muerto.
174
Madre, acompanada de cincuenta jovenes que tambien
estuvieron con ella en la funeraria ahora van al cementerio,
con la urna envuelta en una bandera roja y negra. No la
acompana la familia porque no se ha dado cuenta de la
muerte, y Juan Ramiro Perdomo no ha podido venir, porque
esta preso en el cuartel San Carlos y no le han permitido
asistir al entierro de su hijo. Lo entierran en una espla-
nada donde hay cien tumbas exactamente iguales. Madre com-
prara un cristo igual a los otros para la turriba de Victo
rino. A Madre la acompana una muchacha que llora al igual
que ella.
Mami es sostenida del brazo izquierdo por dona
Adelaida y del otro brazo, por una amiga a quien no recor-
dara manana. Sus ojos nublados por las lagrimas le permiten
reconocer una que otra cara familiar en medio de la multitud
que la rodea. Seis amigos de Victorino traen su urna en
hombros y detras de ellos mil coronas florales de todas
clases y todos colores ascienden hasta las ramas de los
arboles. El ingeniero Argimiro Peralta Heredia se encuentra
en Londres y no llegara a tiempo para el entierro. Mami no
se puede tener en pie y abandona el panteon apoyada en dos
hombros que manana no recordara a cuales de sus amigas
175
pertenecxan.
Las tres mujeres enlutadas se cruzan. Una baja
desde el pie del cerro. Otra viene cabizbaja por la an-
gosta avenida, y la tercera sube desde el panteon de los
Peralta. Se miran inexpresivamente, como si no tuvieran
nada en comun.
No es alagadora la sociedad que nos presenta Miguel
Otero Silva en esta su ultima novela, pero despues de todo,
no son las virtudes de los muchos lo que le interesa presen-
tarnos, sino los abusos de los pocos, y las lacras de las
minorxas, que en este caso puede ser una minorxa tan rica
que todo lo puede comprar, hasta la justicia o la injus
ticia, segun el punto de vista. No es el paraiso lo que le
preocupa a este autor, no es una utopia lo que nos quiere
presentar, sino los problemas que han resultado en por lo
menos tres niveles de una sociedad venezolana dividida.
Vemos en esta novela una nueva tecnica, lo que
parece un total descuido por la sintaxis; despues de haber
visto a Otero Silva llegar a una perfeccion de expresion,
ahora parece querer experimentar con nuevos horizontes, Lo
que en sus otras obras hizo por medio de dos niveles em-
pleando el monologo interior, ahora lo hace con puntos
176
suspensivos, dividiendo asi una vez mas dos acciones con-
secutivas.
Las futuras reacciones que deben diluirse en el
instinto, tu sacas el revolver a las 4 y 27, tu en-
tras por esta puerta a las 4 y 27, tu ... vida para
independizarme del yugo familiar, de la proteccion
paternal, del amor maternal, de las conversaciones
hogarenas, pierde pelos la brocha pero finalmente le
saco unas barbas artificiales de patriarca, si no me
concentro en la trayectoria de la navaja, si no me
concentro me buscare una cortada de esas de yodo y ...
Lo mas importante es el camino de la huida, repite
una y otra vez el comandante Belarmino Solis. ...
Este es el punto donde los espera el carro con el
motor prendido, lleva el revolver engrasado y montado
pero no dispares sino en un caso extremo, oyelo bien,
en un caso extremo.
... algodon, carajo, era inevitable la cortadura,
mellada la navaja, el pensamiento en otra parte, tam-
bien las manos. ... (pags. 65-66)
En esta cita vemos a Victorino Perdomo repasando el
plan para el atraco a un banco, plan en que a todos se les
ha dado su sitio, todos han sincronizado sus relojes para
llevar a cabo el robo y la retirada con precision. Al
mismo tiempo se esta afeitando y pensando en los motivos
que lo llevaron a salir de la casa materna y rentar un
apartamento de "mala muerte" para libertarse de su padre
Juan Ramiro Perdomo que lo aburre con sus forcejeos politi-
jcos deteriorantes.
La puntuacion en la novela es erratica, parece
usarla segun le place especialmente los puntos finales.
177
Hay parrafos donde se lleva casi hasta la perfeccion la
frase truncada, terminando en una preposicion, un articulo,
un adjetivo sin punto de por medio, y omitiendo las mayuscu-
las como si no quisiera llegar a un logico fin, o como si
el fin fuera tan obvio, que no es necesario terminar la
frase.
... yo llegue tempranito con Papi y Mami porque sola
con mi hermano Julito no me dejan ir a ningun Julito
se vuelve una etiqueta pegada a la botella de guisqui
se le olvida que soy su hermana £okey? la verdad es
que desde que llego la Nena Londono a mi casa hace una
semana con los monos cogidos y la invitacion en la
yo txive un presentimiento de que algo fu iba a pasar . ..
(pag. 153)
Esta construccion truncada se encuentra infinidad de veces
por toda esta novela y sea que el autor la perfecciona o
sea que el lector se acostumbra a ella, la mente empieza a
funcionar en dos niveles y absorbe las dos acciones a la
vez.
Vemos en esta novela tambien al mismo autor entro-
metiendose en la accion y hasta en los pensamientos de los
personajes como cuando mentalmente Victorino Perdomo esta
hablando con Amparo, su novia, y Otero Silva se entromete
para decir, "Una noche sono contigo, Amparo, y esto tampoco
Ite lo ha contado nunca" (pag. 98).
Otra tecnica que usa en su ultima obra es el cambio
178
de personas no solo en el mismo parrafo, sino hasta en la
misma frase, como si tuviera mucha prisa para esperar a
terminar la frase y cambiar de persona.
Debia haberlo sospechado, si no fuera un negro olvida-
dizo, porque en ese hospedaje se encamaron varios
sabados cuando tu, Blanquita, eras todavia una fichera
y no su mujer. (pag. 77)
La tecnica de las listas que ya lo vimos usar en
Fiebre llega a su punto culminante en esta novela. La que
luce mas evidente es la lista que nos hace de los nombres
dados a las diversas drogas alucinantes, en este caso la
marihuana. Victorino Perez se ha lastimado un tobillo, y
para que la dolencia sea mas llevadera le dan un pitillo de
marihuana, y luego pasa el autor a darnos los diversos nom
bres en orden alfabetica,
... chicharra, chucho, gamelote, grifa, grita, juanita,
macolla, machiche, mafafa, malanga, maloja, manteca,
marabunta, marana, maria, maria giovanni, maria la o,
mariangia, marihuana, marillon, mary warner, material,
matraca, mierda, monte, morisqueta, mota, pelpa, peppa,
pichicato, pitraca, rosalia, rosa-maria, rosario, shora,
tabaco, todo, trabuco, tronadora, vaina, vano, vareta
o yerba, y el novelista la llama cannabis sativa, o
kif, o hachish. (pag. 138)
Es interesante ver que es Victorino Perez, el mas pobre y
de mas bajo nivel social, el que recurre al uso de mari
huana .
Al narrarnos las vidas paralelas de estos tres
179
heroes nos presenta una sociedad caraquefta dividida y luego
en un parentesis y por medio de la conjugacion de un verbo
nos recuerda de un tiempo "idxlico" en que todos se unieron
y actuaron como uno para derrocar al entonces "presidente1 1
Marcos Perez Jimenez. Nos dice, "lo tuiribe, lo tumbaste, lo
tumbo lo tumbamos, lo tumbasteis, lo tumbaron" (pag. 131),
expresando de esta manera la accion unida para deshacerse
del gobernante a quien describe como,
... un regordete engreido, mediocre, cruel, que se
creia Napoleon y no alcanzo al ombligo de Tartarin
cuando le llego la hora de demostrar que tipo de heroe
franees le correspondia. (pag. 131)
Vemos asx como, a pesar del correr del tiempo, el
autor no olvida ni nos permite que nosotros olvidemos la
preocupacion que lo llevo a escribir su primera novela
Fiebre.
CAPITULO VIII
CONCLUSION
Hemos visto en las paginas que preceden el desa-
rrollo de un autor de solo veinte anos, veinte afios que
cumplio precisamente en un calabozo, despues de ser encar-
celado por protestar una situacion que el y muchos otros
estudiantes como el creian insoportable. Pero no fue este
primer incidente el unico que lo impelio a escribir su pri-
mera obra literaria Fiebre, sino tambien la persecucion que
sigue al atentado de abril de 1928. La revuelta estudian-
til de la llamada generacion del 1928 ha servido de inspira
cion a muchos otros escritores venezolanos y senalo un
precedente que los estudiantes han seguido para protestar,
cuando otros malos gobernantes han tratado de usurpar el
poder. En esta primera novela nos ha presentado Miguel
Otero Silva una sociedad de analfabetos, de gente olvidada
al parecer hasta de Dios, de ilusos que siguen un ideal sin
hacer preguntas, unos por ignorancia y otros por falta
180
181
de experiencia. Nos ha mostrado un mundo de almas curvadas
de injusticia, manos encallecidas de miseria y voces amar-
gadas de odio.
Esta primera novela de Otero Silva raarca una era
nueva en la novelistica venezolana, y para el autor, la
literatura se vuelve un medio de propaganda social. Afor-
tunadamente, esta propaganda se desarrolla en una prosa
poetica que hace de su segunda novela, Casas muertas, un
poema en prosa que aunque describe las miserias de un pueblo
del llano acechado por la fiebre, la hematuria y el palu-
dismo, la prosa pulida que usa deleita mientras con ella va
describiendo la sociedad de un pueblo que fue glorioso en
un tiempo y que ahora muere en gran parte por el descuido
de un gobierno que no se preocupa por el bien publico.
La politica no existe en Ortiz, y el jefe civil
representa el unico vestigio de la dictadura que tiene poco
que hacer en este pueblo de enfermos. Ortiz es un pueblo
que vive en el pasado, porque el presente no tiene nada que
ofrecer, y el futuro no existe porque solo puede traer la
muerte. Esta novela nos presenta una sociedad de enfermos
donde los malos y los buenos no existen, solo hay enfermos.
i
Hasta el jefe civil tiene que conformarse con bien poco,
182
porque es todo lo que hay. La unica persona que goza de
salud en Casas muertas, o sea en Ortiz, es Carmen Rosa
quien finalmente se cansa de servir de enfermera a gente
que siempre se muere, y es con ella con quien nos encamina-
mos hacia Oriente a tomar parte en el nacimiento de un
pueblo que nos ofrece una sociedad de gente sana y empren-
dedora. Tambien veraos un cambio de la prosa poetica en que
hace sus descripciones, especialmente los de la naturaleza
en Ortiz, a una prosa pulida pero realista en Oficina No. I.
El evento que tal vez mas cambia este pueblo petrolero es
la muerte, por fin, de Juan Vicente Gomez. Los presos
politicos son liberados y en Oficina No. I se empiezan a
formar los sindicatos empezando asi a mejorarse los sueldos
y las condiciones de trabajo de los obreros venezolanos.
En este pueblo hay el bullicio, el ruido, la lucha por la
vida que en Ortiz, el pueblo de Casas muertas, se habia
perdido. Aqux, si de vez en cuando llega la muerte, no es
porque se le espera pasivamente como ocurrencia cotidiana.
Vemos en esta tercera novela de Otero Silva una sociedad
mixta, de buenos, malos, asesinos, en fin toda la escoria
humana que viene de todas partes del mundo y se junta en
estos campamentos. Poco a poco esta sociedad se va
183
purificando, hasta que los buenos sobrepasan a los malos y
lo que es al principio un campamento petrolero se vuelve un
pueblo.
Al subir al poder Marcos Perez Jimenez, lo mas
natural es que Miguel Otero Silva vuelva al tema de los
presos politicos, esta vez en un calabozo y no en las carre-
teras como lo esboza en Fiebre. En La muerte de Honorio
nos da una vista de cinco segmentos de la sociedad cara-
quefia. Cuatro son presos politicos a quienes torturan los
de la Seguridad Nacional, y para mostrarnos cuan facil es
para un simple ciudadano caer en las manos de los verdugos
del dictador, incluye en "los cinco que no hablaron," a un
barbero a quien detienen y torturan por "hablar pistoladas,"
como el mismo lo explica. Por medio de las narraciones de
los cinco presos se nos expone a la vista un trio de mujeres
emprendedoras, en representacion de las madres venezolanas
que trabajan para que sus hijos triunfen; la familia acomo-
dada del Periodista; la gente humilde vista en el relato
del Tenedor de Libros; las familias de inmigrantes por medio
de la del Capitan, y en el Barbero tenemos a uno de sangre
mixta, tal vez mulato, porque no solo habla de su "amistad1 1
con la mulata Eduviges, sino que mas tarde en una carta
184
que recibe de su mujer, lo llama esta "mi negro adorado."
Asi, por fin, llegamos a su ultima novela, Cuando
quiero llorar no lloro, en la que su preocupacion es ahora
por el desorden que se ha hecho universal. Aunque la novela
se desarrolla en una ciudad de Venezuela no es este un
problema que existe solo en Caracas, sino que muy bien puede
existir en cualquier ciudad grande con una poblacion variada
de nacionalidades mixtas. Los tres niveles de la sociedad
que nos muestra no son tipicos de ningun lugar.
Ladronzuelos como Victorino Perez, el de mas baja
ralea y comun como su nombre, se encuentran en todas las
ciudades. Ladrones de la calana de Victorino Perdomo que
trabajan por un ideal ya sea personal o como en este caso
para un partido, tampoco tienen lugar que los reclame. Los
ricos delincuentes como Victorino Peralta y sus amigos
cuyos padres les pueden comprar todo lo que se les antoja,
abundan en toda sociedad adinerada. Lo altisonante del
nombre Peralta claramente lo desmiente el personaje que no
parece tener ningun deseo de sobresalir. El hecho de haber
situado la novela en Caracas quizas indique que su primera
preocupacion continua siendo su pais, pero los segmentos de
la sociedad que en ella describe ya no son mas aplicables
185
ni a una ciudad ni a un paxs: se han vuelto universales.
Parece decirnos por medio de su obra Miguel Otero
Silva que tanto el paxs como sus habitantes han salido de
un aislamiento moribundo y han llegado a una frontera de
vigoroso renacimientO/ han caxdo en otra siniestra dicta-
dura, para luego unirse, deshacerse de ella y tomar su lugar
en la comunidad mundial.
Tecnicamente vemos al autor desarrollar su doble
nivel de un fantaseo en Casas muertas a una tecnica utilx-
sima en Oficina No. I, para explicarnos muy personalmente
todo lo que de otra manera hubiera resultado en una narra-
cion aburrida, hasta que en La muerte de Honorio, parece
tomarnos de la mano y contarnos con su dialogo interior de
una manera muy personal, todas las cosas que no quiere
divulgar a todo el mundo y muy especialmente no a sus com-
pafieros de prision, que muy bien pueden ser espxas. de la
dictadura y que luego pueden delatarlos. Se hace posible
tambien leer los relatos de los presos de dos maneras. Se
puede seguir la trayectoria tradicional de leer pagina por
pagina, pero tambien es posible leer un relato separado del
otro sin que por esto se pierda nada, y hasta tal vez se
t
igane en unidad.
186
En su ultima novela Cuando quiero llorar no lloro
usa esta tecnica Otero Silva no solo como el fluir de
conciencia del personaje que esta hablando, sino como el
rezo de la comadrona cuando esta por nacer el primero de
los Victorinos, Victorino Perez, el de ralea mas comun,
como su nombre lo indica.
Lo vemos tambien revivir el uso de las listas que
se mencionaron en Fiebre, y las cuales no utilizo notable-
mente en las novelas hasta llegar a esta ultima donde apa-
recen y reaparecen continuamente.
Y es asx como por medio de la obra literaria de
Miguel Otero Silva hemos recorrido mas o menos treinta anos
de vida venezolana. El camino ha sido largo y no ha sido
nada facil, ni para la nacion, ni para el novelista. Que
ha habido progreso nadie lo podra negar, ha progresado el
paxs al igual que el hombre.
El sesgo que ha dado a su ultima novela Otero Silva
nos indica que su preocupacion sigue en pie, que ni en
estos tiempos de aparente prosperidad y paz dejara de es-
cribir y escribiendo hara lista y la seguira haciendo de
los males que vea. Se seguira preocupando como autor, como
politico y como hombre.
BIBLIOGRAFIA
187
BIBLIOGRAFIA
Obras de Miguel Otero Silva
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Cuando cruiero llorar no lloro. 6a ed., Revisada. Caracas:
Editorial Tiempo Nuevo, S.A., 1971.
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23 de enero de 1965. Caracas: Consejo Municipal del
Distrito Federal, 1965.
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Fiebre. Prologo de Armando Solano. 2a ed. Mexico: Edi-
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S.A., 1963,
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La Novela Social De Miguel Otero Silva. (Spanish Text)
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University of Southern California. Libraries
(digital)
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Literature, Modern,OAI-PMH Harvest
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English
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Dissertation
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University of Southern California Dissertations and Theses
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