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Rogelio Sinan: Estudio De Su Obra Poetica Y Narrativa. (Spanish Text)
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Rogelio Sinan: Estudio De Su Obra Poetica Y Narrativa. (Spanish Text)
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ROGELIO SINAN: ESTUDIO DE SU OBRA POllTICA Y NARRATIVA by Milantia Roy A Dissertation Presented to the FACULTY OF THE GRADUATE SCHOOL UNIVERSITY OF SOUTHERN CALIFORNIA In Partial Fulfillment of the Requirements for the Degree DOCTOR OF PHILOSOPHY (Spanish) February 1973 INFORMATION TO USERS This dissertation was produced from a microfilm copy of the original document. While the most advanced technological means to photograph and reproduce this document have been used, the quality is heavily dependent upon the quality of the original submitted. The following explanation of techniques is provided to help you understand markings or patterns which may appear on this reproduction. 1. The sign or "target" for pages apparently lacking from the document photographed is "Missing Page(s)". If it was possible to obtain the missing page(s) or section, they are spliced into the film along with adjacent pages. This may have necessitated cutting thru an image and duplicating adjacent pages to insure you complete continuity. 2. When an image on the film is obliterated with a large round black mark, it is an indication that the ^photographer suspected that the copy may have moved during exposure and thus cause a blurred image. You will find a good image of the page in the adjacent frame. 3. When a map, drawing or chart, etc., was part of the material being photographed the photographer followed a definite method in "sectioning" the material. It is customary to begin photoing at the upper left hand corner of a large sheet and to continue photoing from left to right in equal sections with a small overlap, if necessary, sectioning is continued again — beginning below the first row and continuing on until complete. 4. The majority of users indicate that the textual content is of greatest value, however, a somewhat higher quality reproduction could be made from "photographs" if essential to the understanding of the dissertation. Silver prints of "photographs" may be ordered at additional charge by writing the Order Department, giving the catalog number, title, author and specific pages you wish reproduced. University Microfilms 300 North Zeeb Road Ann Arbor, Michigan 48106 A Xerox Education Company 73-1*4 ,*439 ROY, Milantia, 1929- ROGELIO SINAN: ESTUDIO DE SU OBRA POETICA Y NARRATIVA. [Spanish Text]. University of Southern California, Ph.D., 1973 Language and Literature, modern University Microfilms. A XEROX Com pany, Ann Arbor, Michigan ( S ' Copyright by MILANTIA ROY 1973 THIS DISSERTATION HAS BEEN MICROFILMED EXACTLY AS RECEIVED. UNIVERSITY O F SO UTHERN CALIFORNIA TH E GRADUATE SCHOOL U N IV E R S IT Y PARK LOS A NG ELES. C A L IF O R N IA 8 0 0 0 7 This dissertation, written by .............. under the direction of h.&r . . . Dissertation Com mittee, and approved by a ll its members, has been presented to and accepted by The Graduate School, in partial fulfillm ent of requirements of the degree of D O C T O R O F P H IL O S O P H Y ( j D/an DISSERTATION COMMITTEE li PLEASE NOTE: Some pages may have indistinct print. Filmed as received. University Microfilms, A Xerox Education Company Illl : r x INDICE Pagina introducci6n ...................................... 1 Capitulo I. EL HOMBRE DE M A I Z .......................... 6 II. EL ARTIFICE DEL CUENTO...................... 31 El cuento en Espafta El cuento en Panamii Sinan en el cuento III. EL HOMBRE DEL PLENILUNIO.................... 109 La novela en Panama Plenilunio IV. EL HOMBRE DEL ESTRO POETICO................ 146 La poesla en PanamS La generacion de Sinan Onda Saloma sin salomar e "Incendio" Semana Santa en la niebla V. CONCLUSIONES................................ 328 BIBLIOGRAFIA...................................... 344 APENDICE A. Copia de Onda ...................... 356 APENDICE B. Copia de Saloma sin salomar ........... 393 APENDICE C. Copia de Semana Santa en la niebla . . 442 iii INTRODUCTION El proposito y finalidad de esta tesis es analizar la obra poetica y narrativa de Rogelio Sin&n, multifac^tico escritor de Panamci, quien es tambien educador, diplom&tico, y director teatral, y cuyo nombre aparece en la lista de los i Academicos Correspondientes de la Real Academia Espaftola.^ Tras leer y meditar, estudiar y repasar la obra de Sinan, y la critica que de ella poseo abundantemente, he llegado a la conclusion de que la obra de este autor pana- meiio es mis procedente de su fuerza poetica que de su poder como narrador. Sin embargo, aunque Rogelio Sinein, el bardo, es reconocido como el caudillo de la nueva poesia en Panamci, su fama continental como honibre de letras descansa sobre su labor en prosa. Nos proponemos pues dar a conocer tambien su obra poitica y demostrar que la musa de Sin£n, aunque relativamente breve— si solo se le busca en poemarios— 1Diccionario de la Real Academia Espafiola (19a ed.; Madrid: Espasa-Calpe, 1970), p£g. xvii. 1 merece tanto o mas reconocimiento que su prosa. Tambien nos proponemos encontrar la musa de Sin&n en su obra narra- tiva, ya que creemos que Rogelio Sinan es primeramente y ante todo poeta. Nos limitamos a su obra narrativa y poetica en este estudio, ya que la obra teatral de Sinein estci compuesta hasta ahora de dos farsas infantiles, las cuales, aunque llenas de ingenua poesia, no nos suministran suficiente material para el enfoque de esta discusion. Hasta la fecha lo que existe sobre la obra de Rogelio Sinein es fragmentario e insuficiente, ya que los criticos e historiadores literarios apenas han esbozado la estructura de su obra. Por lo tanto, trataremos de que por medio de este estudio al menos su obra poetica y narrativa quede definida en una sola pieza, y al mismo tiempo que sirva para otear desde alii las letras del Istmo de Panamci. Aprove- charemos la ocasion para entreverar ciertos an&lisis del desarrollo, especialmente de la poesia, asi como tambien del cuento y la novela en Panamci, y de su influencia, no s61o literaria, sino tambien social. Nuestro campo de estudio intenta pues ser abarcador y preciso a un mismo tiempo. Hemos comprendido la significacion que tiene para un pais su obra literaria a la vez que la fuerza potencial de ella. 3 La obra de Sinein tiene especialmente este poder de trans- formar, invadir y ejercer un excepcional influjo que, par- tiendo de la forma literaria, invade campos como el de lo social y el de la justicia. De ahl que, al analizar a Rogelio Sinein, nuestros estudios tendrSn que abarcar la fuerza intrinseca de su expresion, de su forma, hasta llegar a ese simbolo pluri- fac&tico, caracteristico en 61 y que nos introduce en un mito que por su fuerza creadora forma ambiente a su obra. Partiremos de ahl a lo que su obra representa en la litera- tura, especialmente en la obra literaria panamefta, as! como tambien sus derivados en la sociedad en que le ha tocado vivir, en la politics y en todo lo que tenga significado dentro del espiritu. Esto signifies que nuestras fuentes de investigacion han sido amplias hasta donde nos ha sido posible, y en cierto modo definitivas, pues no hemos desestimado ni el concepto del critico, ni el punto de vista del perito en cosas literarias, ni el abordar a los que desde muchos aftos han conocido a Rogelio Sin6n, y finalmente a Sinan mismo. Para realizar estos objetivos, dos viajes fueron hechos a Panamci, donde reside Sinein, as! como a la isla de Taboga, 4 lugar donde el nacio, y de donde puede suponerse un fuerte influjo que acompafta toda su inspiracion. La informaci6n que como critica, noticia o comentario aparecio en peri6di- cos de muy diversas epocas, ha sido analizada, y recogida por mi con el &nimo de no dejar nada que pueda aportar luz, conocimiento y seguridad a este trabajo. El orden que seguiremos serS: primero, un estudio de su producci6n narrativa, y segundo, con &nfasis especial, un estudio de su obra creadora como poeta, analizando su trilogia, casi verso por verso, y dando despues una vista de conjunto de toda ella. Con esta mira entro en tema con un sincero agradeci- miento a todos los que me han ayudado en este trabajo desde fuera de la Universidad, y especialmente a los que en ella me han ensehado y alentado. Quiero citar nominalmente a Rogelio Sin&n, quien generosamente me dedic6 innumerables horas de estudio de su obra, en su casa, y quien me dio entrada libre a su biblioteca, suministr&ndome todo lo es- crito por y sobre el, tanto material editado como inedito. Tambien quiero man:, festar mi profunda gratitud a mi propio padre, el Licenciado Manuel Roy, quien no escatimo esfuerzos para conseguirme entrevistas no s6lo con Sinein, sino tambi&n 5 con Rodrigo Miro, y Baltasar Isaza Calderon, dos de los mejores crlticos de la obra de Sinein. Como Mecenas que habia sido mi padre de Sinin, como se verS m&s tarde en esta tesis, el pudo guiarme con gran acierto en el estudio de aquel que habia sido, en cierto sentido, su "protege", hablando literariamente. Finalmente quiero citar a la Dra. McMahon y al Dr. Smith para quienes siempre es pequefta mi capacidad de expresion para formular todo mi agradeci- miento. CAPfTULO I EL HOMBRE DE MAfZ Es Taboga una isla frente a la boca pacifica del Canal de Panam&, desde donde suelta este sus barcos para el Japon, y para el sur o el norte del continente americano. illste puede ser dato influyente en la vida algo nomada de Rogelio Sincm. En Taboga se plane6 la conquista del Peru. Es 6ste otro dato influyente de Taboga, que va a marcar a Rogelio Sincm, como el sefior marcaba al esclavo imperial con el sello "sum"— pertenezco a. Siempre que Sinlm parte de los acantalidos costeros de Panami, vuelve a su tierra, como el esclavo volvia a su amo. Taboga es una plaza ajardinada y cerca— alii todo es vecino de cualquier cosa— hay un monte, ni alto ni bajo, en cuya cresta hay clavada una cruz. Los nativos le llaman Sinai. Poco parecido tiene con las quebradas ariscas y espantosas del alto Sinai, pues en el Sinai de Taboga no se 6 7 i clavan los rayos de Yahveh, que es el distintivo del Sinai peninsular del Oriente Medio. Y Sinai, pero no a la hebrea sino a la latina, ser& el nombre del autor cuya obra inten- tamos estudiar. Taboga, finalmente, es un puerto. Era el puerto de mayor calado que habia en el Pacifico antes de que los fran- ceses trataran de sacar de las entrahas de la tierra pana- mefia el Canal, labor gigantesca a la que luego dieron feliz termino los estadounidenses. De ese puerto, antafio comer- cial y hoy bello balneario, despegaban su lomo salitroso los barcos de los conquistadores. Imposible dejar de decir que aquellos barcos marcaron al escritor panamefio las rutas posibles, y algunas de las imposibles, para su imaginacion creadora. En Taboga, el veinticinco de abril de 1904, naci6 Bernardo Dominguez Alba. En la pila bautismal le dieron su nombre. El rebautizarse de Rogelio Sinein corrio, alios des pues, por su cuenta. Muy insistente en que el hombre es hijo de su padre y de su tierra, pens6 hacerse con nombre con el nombre Sinai— pero a la latina: Sina— y rematarle, en lugar de aquella cruz, por su muy leido autor el francos Renan. De la suma de aquella raiz y esta desinencia cobro su nuevo apellido: Sinan. Rogelio le viene de su padre, el gran amor de su vida como cuenta en el confesionario de i sus confidencias personales.^ Taboga est& en Panama, y Taboga es Panama. Esto es una pertenencia geopolitics sin problems. Pero hay que precisar que PanamS es ruta muy transitada, y todo el que pasa por Panama, nunca lo hace tan de largo que no deje si- quiera su huella en los polvos del camino y en esos otros caminos que surcan el coraz6n de los hombres. La baja o alta cotizacion del bienestar economico de Panama estli imantada al crecimiento o declive de sus rutas. Desde la epoca del colonialismo, esa ruta intermarina, que ha sido y es Panamci, sirvio de transito al comercio mundial. Panama fue, al principio, la Ruta de la Plata: a lomo de mulas cruzaba por el Istmo la plata del Peru que era embarcada en los galeones y los galeones la conducian a las 2 areas de la corona real de Espafia. En el siglo XIX la Ruta de la Plata se convierte en la Ruta del Oro por obra y gracia del oro californiano. ^Entrevista con el autor, en su casa en Panamci, enero de 1970. 2 Rogelio Sinan, "Rutas de la novela panamefia", Suple- mento de El Nacional (Panamci), No. 548, 2a Epoca (29 de septiembre de 1957). jAhora, escribe Sinein en el mismo articulo anteriormente ! citado, "cruza por ella tal cantidad de maquinaria, ferre- teria y chatarra, que bien podria apod&rsele la Ruta del Hierro". Sin embargo, la verdadera, la genuina ruta ancestral y panamefta, es la Ruta Vegetal, la antagonista de la ante rior. La que define a Panamci es la autentica ruta del hombre de la tierra, porque el panamefio es el "Hombre de Maiz". Sinan, como panamefio, es, preponderantemente, hombre vegetal, hombre de maiz. Su construccion literaria, sobre todo en los aftos de mayor verdor celular, es terrestre, vegetal, vital. "El panamefto autintico seria el hombre nacido de maiz del Popol Vuh", nos dice Sinin en el mismo articulo que acabamos de citar. Aludiendo a estas rutas en una conferencia sobre la "Poesia en Panamci", Sinan comenta que baten las costas del Istmo dos oceanos por cuya inmensidad el panameho ve pasar diariamente los numerosos barcos que cruzan el Canal. "Este perenne ir y venir de naves lo predispone a la aventura, 3 infundiendole un gran anhelo de viajar". Esta descripcion 3 Publicada en Loteria (Panamci) , No. 60 (noviembre de 1960), pig. 53. jdel panamefio le cala, obviamente, al autor que estudiamos. Piensese, para sintetizar lo dicho, que la isla y su puerto, los mares panameftos y ahora sus rutas, bien pueden hacer del hombre un girovago intramuros de la tierra natal y, cuando esta es pequefta, un trotamundos. Y esto, el ir a trote por el mundo, pertenece a la biografia de Sinein. El afio 1924, a los veinte anos de edad, Rogelio salio de la casa de sus padres. Para entonces era ya bachiller del Instituto Nacional. El afio 24, en Santiago de Chile, asistio a las clases en el Instituto Pedagogico. Emigro temprano, y laudatoriamente para el, no por un jornal ni por simple turismo, ni por un albur— aunque de todo ello algo se tercio en su primera salida— sino por la cultura. Su proximo destino fue transatlantic: Roma. Roma fue para el ciudad abierta. Su Universidad le abri6 las puertas. De Neruda— con quien ya habia tratado en Chile— paso al emporio de Dante. Recorrio el Forum pensando en las palabras perfectas que salieron desde la Rostra, pero la elocuencia no fue su pretensi6n. Se matriculo en la Facultad de Letras de la Universidad de Roma y asistio a las clases de Giovanni Gentile, el famoso filosofo. Cono- cio de noche, que es cuando las aguas adquieren todo su 11 j embrujo, las fuentes romanas, y ech6 su moneda en la Fontana de Trevi para poder asi volver una y otra vez a la Roma imperial. Paso por sus templos, todavia llenos de fieles, y tal vez repaso mas de una vez su espiritu voraginoso. Roma le dejo huella, y tal vez el la dejo en Roma. En julio de 1929 la Editorial Italia, de Roma, le entrega su poemario primogenito Onda. Fue su presentacion en sociedad literaria y sobre el cual haremos un estudio intensivo en el capitulo correspondiente a la poesia de Sinan. Vuelve a Panama trayendo un pensamiento y un quehacer. Ocupa en el Instituto Nacional la c&tedra de literatura. No fue facil quehacer y lo cuenta as! el en la conferencia, "Mi poesia: Una ojeada retrospectiva" que dio en Panam£ el 16 de julio de 1969 agradeciendo el homenaje que se le habia tributado a los cuarenta aftos de Onda: "Mi buena suerte quiso que el Lie. Manuel Roy quedara al frente del Instituto Nacional, pues defendio a capa y espada mi nombra- miento como profesor de Literatura, contra la oposicion del Ministro de turno, que se negaba a emplearme, empecinado en evitar, segun dijo, que todo el alumnado se contagiara de mi disparatado vanguardismo. Don Manuel Roy no solamente i 12 se impuso sino que me ayudo en mis prop6sitos y prohijd 4 actividades literarias y artisticas". Del Instituto Nacional abandera los postulados lite- rarios de una actitud nueva y echa a andar a una generacion, antes de volverse al Viejo Mundo, con rumbo a Paris esta vez. Siempre ha habido una ciudad en el mundo para la vida alegre como fue Daphnis, como fue Corinto, como tantas otras, como todavia lo es Paris. Tal vez Sin&n no negase que las noches de Paris, los puentes de Paris, el Sena “que busca el mar" le dejaran hecho estatua de sal indiferente. El, sin embargo, iba a m&s. Paris, el de Coco Channel, Lelon y Paquin para la alta costura, el de Toulouse Lautrec para la pintura, estaba en su “belle &poque“. Sinlm vivio esta “belle epoque" subiendo a Montmartre y buscando la vida bohemia. Paso hambre y paso sed, paso noches "a la belle etoile" como dicen los franceses, aunque no siempre las estrellas de Francia le pareciesen tan bellas bajo el frio. Paris tenia un espiritu y ese espiritu, multiple y quimerico a veces, le atraia. “A la orilla de las estatuas 4 Publicada en Letras de Panama. Suplemento, No. 1 (4 de febrero de 1970), pag. 1. 13 maduras" es el titulo del cuento que escribe alll. Luego i diremos quienes son esas estatuas. Entonces es ya pl&stico, sensual y c&lido en su estilo, como se verli cuando se ana- lice este cuento en el capitulo correspondiente al cuento de Sinein. Alcanza "A la orilla de las estatuas maduras" puesto de honor en la obra publicada en ingles por la casa editora Houghton Mifflin bajo el titulo Fiesta in November y el significativo subtitulo The Masterpieces of Latin- American Literature. Se ley6 tambien mucho en La Habana gracias a su amigo Alejo Carpentier que lo public6 en Social. En 1932 deja Paris y Francia para regresar al Istmo. Alii continua su labor docente, asi como la creadora. Y, el 8 de diciembre de 1937, se estrena su farsa teatral infantil La Cucarachita Mandinga que pasa a ser pieza fun damental para los origenes del teatro panamefto. La ingenua poesia, el aprovechamiento de canciones populares en el pais, no priva de modernidad y gracia ultima a la letra de Sinein, que se populariza con las melodias del compositor panamefto, Gonzalo Brenes, autor de la partitura, basada en los mcis populares tamboritos, mejoranas, cumbias y otras formas de musica tipica del folklore panameiio. La Cucara chita alcanza un exito resonante. 14 i De Panama, como en un salto lirico, brinca a Calcuta en el cargo diplomatico de Embajador. Alii pasa doce meses, entre los afios 1938 y 1939, y sigue su produccion literaria. Escribe otro juguete infantil Chiquilinqa. o La gloria de ser hormiqa— pieza en el que el autor, valiendose de per sona jes animales, echa a volar su fantasia para trazar un cuadro ingenuo y confortante del triunfo de la justicia en las luchas de la vida. Aftade m^s cuentos a su colecci&n, entre ellos "Lulu ante los tribunales" y "Hechizo". Este ultimo nacio con buena estrella, porque Eduardo Mallea, en una seleccion de cuentos americanos, lo escoge para figurar en la edici6n de lujo de los mejores cuentos iberoamericanos que dio a la estampa La Nacion de Buenos Aires. Era Navi- dad del afto 1939 y ya estaba Hechizo literariamente bien instalado. La India le deja marcado para siempre. El vive los ahos crujientes del colonialismo ingles, que el enjuicia con dureza. Ghandi andaba entonces con su sudario por las calles exhibiendo sus huelgas de hambre, sus oraciones, y sus penitencias e invitando con rus alocuciones y con sus silencios a la guerra sin armas. Alguna vez el sant6n indio le roz6 con su manto y Sincm podria todavia hoy decirnos 15 donde le rozo porque le produjo una herida inolvidable: la herida de la miseria explotada, de la libertad oprimida, del colonialismo decadente. Sinan estaba especialmente sensibilizado a las radia- ciones espirituales de la India. Es probable que el mismo lleve en sus venas algunas gotas de aquella sangre. La bondad de su car&cter, el aguante en la vida y, sobre todo, la hondura espiritual que dimana de su personalidad, algun parecido tienen con el espiritu indio, uno de los m£s es pirituales de todos los espiritus humanos. "En la India tuve ocasion de ver a las multitudes aclamando al Mahatma Ghandi y al Pandith Jahawarehal Neru. Pude apreciar tambien las representaciones teatrales de ballet que presentaba el gran poeta Rabindranat Tagore. Tambien alia senti consternacion ante el dolor humano de las muchedumbres hambreadas y esclavizadas por el odioso imperialismo ingles que, afortunadamente, ha dejado ya de estrangular al pueblo indu. La independencia de la India— suceso que aprendi con beneplacito— es un paso adelante en el proceso de liberacion del Asia", contaba a Jorge Raygada, peruano, para la revista Istmania.^ 5 Istmania (Guatemala), 10 de marzo de 1950, pag. 17. En el cubileteo electoral de 1940 andaba ya otra vez en su tierra. Desempeftado su cargo diplom&tico en la India lo nombra el gobierno para el cargo de concejal del Munici- pio de Panamci. Se crea entonces el Departamento de Bellas Artes en el Minis ter io de Educacion y Sinein es su primer Director. Cesa de este cargo en 1941, por razones de poli- !tica interna. | Emprende entonces sus publicaciones en los cuadernos mensuales titulados Biblioteca Selecta. Viven dos afios largos. Noble quehacer el suyo: dar a conocer la labor literaria, en la linea del cuento, de varios escritores panameftos que entonces ya mostraban la esperanza de fruto. En 1943 Sin&n sale destacado al serle otorgado el Primer Premio en el concurso "Ricardo Mir6" por su novela Plenilunio. Su anSlisis interno se harS. en el capitulo correspondiente, pero de momento hay que anotar que en 1947, Plenilunio se lleva la citacion como el mejor libro extran- jero del aho, en Chile, otorgada por el P.E.N. Club de Santiago. Al afio siguiente, 1944, le sale de su inspiraci6n "Incendio", poema en tres tiempos denominados: "La voz del panico", "La voz de la agonia", y "La voz de la plegaria". Son tres voces que se acoplan a las voces tormentosas y de torrente de Dante en sus viajes dram&ticos: Infierno, Purgatorio y Paraiso. En 1946, y en un tomo de cuentos, publica "Todo un conflicto de sangre". Y el afio siguiente, 1947, aparece sus Dos aventuras en el leiano Oriente que consta de dos cuentos: "Sin novedad en Shanghai" y "Hechizo", este ultimo publicado anteriormente, como ya se vio. Para entonces, epoca en que emprende viaje al cono sur del continente americano, luce ya bien disehada su estampa literaria. En 1949 publica en Panama el poemario Semana Santa en la niebla. Se lleva otra vez el primer premio en el concurso Miro. Este hombre, andariego de cien tierras y otras tantas culturas, cruza en zigzag literario los parses que fueron la Federacion de Centro America y establece los capltulos de la Asociacion Centroamericana de Escritores y Artistas (ACEA), que el fundo en Guatemala. De 1953 a 1960— salvo esporadicas ausencias— permanece en territorio mejicano. Los ultimos cinco aftos ejercio el cargo de Secretario de la Embajada de Panamci y aprovecho para cursar en la Universidad Nacional Autonoma de Mejico. 18 i Entonces fue cuando escribi6 "La boina roja" y "Los pajaros del suefto". El primer cuento lucio su arte en el diario El Nacional de Mexico y quedo premiado. El segundo fue premiado por la Editorial America, que lo edit6 en 1956 con grabados de artistas mejicanos. Cuando en 1960 regresa al suelo natal, comparte sus quehaceres entre la c&tedra de literatura dramatica de la Universidad de Panamci, la jefatura del Departamento de Cul- tura del Ministerio de Educacion y la direccion de grupos teatrales. Asiste a Congresos (en 1966 al de Escritores de Cara cas, en 1968 al de la Comunidad Latinoamericana de Escri- tores en Mejico), trabaja en nueva novela, poemas y cuentos. La ultima noticia literaria viene en un despacho de Diogenes de la Rosa en La Estrella de Panamci, 15 de julio de 1969: "Sinein acaba de publicar Saloma sin salomar, poe mas editados e ineditos, expresion de diferentes momentos de su faena vital". Como Melquisedec, aquel rey y sacerdote de Salem de quien se ignora toda ascendencia y toda paternidad, Sin&n aparece en este trabajo hasta ahora sin ascendencia lite raria. Asi, para evitar que tengamos otro Melquisedec 19 literario, es necesario ubicarlo en el arbol genealogico de la literatura panamefia. Veamos pues el desarrollo cultural de Panama para llegar a su quehacer literario. El desarrollo de la literatura panamefta, como el de toda literatura, estli intimamente ligado a las peripecias de la his tor ia. En Panamli hay que notar en primer lugar el atraso cultural del Istmo durante la dominacion colombiana (1821-1903), para poder explicar por que, en ese periodo, el medio ambiente fue lo menos propicio al nacimiento y medro de un arte de gran estatura. Tres grandes etapas se suceden en el devenir de la historia panameria. La primera corresponde a la dominacion espaftola, que se extiende desde la llegada de Rodrigo Galv&n de Bastidas en 1502, hasta la proclamacion de la separaci6n 6 de Espafta en el afto 1821. Durante este largo periodo, la Madre Patria realizo, desde el territorio istmefto, parte de la portentosa obra de sacar de la barbarie a los pueblos de America que hoy se proclaman, como dijo Ruben Dario, "cachorros del leon espahol". Durante ese lapso se definio la personalidad hispanica en el Istmo y brotaron los g Ernesto J. Castillero, Historia de Panama (Panama: Editora Panama-America, 1955), pag. 13. primeros signos de cultura. En 1749 se fund6 la Universi- dad de San Javier, cuyas puertas se cerraron en 1767, cuando, en cumplimiento de orden real, los jesuitas tuvieron que abandonar el suelo peninsular, as! como todas las pose- 7 siones espaftolas, en calidad de desterrados. No es esta etapa de la historia istmefta, obviamente, favorable al cultivo de los quehaceres espirituales y menos a los de la literatura. Es el momento de la acci6n, que no abre rendija alguna para softar. El segundo periodo que abarca desde 1821 hasta 1903 pertenece a la anexidn de Panama a Colombia, siguiendo el suefto del Libertador Simon Bolivar. El eco de los ayes romanticos llega hasta el Istmo y en la segunda mitad del siglo aparece la primera promocion poetica, representada por Gil Colunje, Tomas Martin Feuillet, Jose Marla Aleman, Manuel Jose Perez, y Amelia Denis de Icaza. La transicibn del romanticismo al modernismo estS representada por Jero nimo de la Ossa, autor del Himno Nacional de la Republica; por Federico Escobar y Rodolfo Caicedo, cuyos acentos romanticos ya llevan el sello de la fatiga, de la cual 7 Castillero, Historia de Panamct, p&g. 62. 21 ;participa toda la poesia hispanoamericana inmediatamente anterior al modernismo. La tercera etapa comprende desde 1903 hasta nuestros dias. Es la era republicana. Libres del tutelaje politico de Colombia, la nueva entidad comienza a formarse al mismo tiempo que progresan los trabajos de la construccion del canal interoceanico. La vida del estado panamefto ofrece a la comunidad los elementos inherentes al conglomerado poli tico de naturaleza democratica, y parejamente se acrecienta el deseo de elevar el nivel cultural por la accion de la docencia escolar. En este aspecto importante resalta la empresa desarrollada por la republica en apenas sesenta y nueve aftos de existencia, frente a la escasa labor reali- zada por la escuela durante el periodo anterior. La educa- cion era, en esa hora aciaga, privilegio especial de los que podian costearse una preparaci6n academica en centros ubicados en el extranjero. La educacion primaria era defec- tuosa y no abarcaba a toda la poblaci6n escolar. El pueblo era, casi por entero, analfabeto y el hombre de letras un ser excepcional. Colombia no podia atender a las necesi- dades espirituales de su pueblo porque las guerras fratici- das agotaban los recursos humanos y los dineros de la nacion. La ultima de las convulsiones que Panam4 y Colombia ! 22 i I I compartieron, ensangrento los campos y las ciudades del Istmo y mantuvo su accion de exterminio y desolacion durante mil dias. No habiendo m&s tiempo que para la guerra no era posible pensar en la obra civilizadora de la educacion. Asi sorprendio a Panami el dia de su separacion de Colombia en medio de escombros, aun humeantes, de una guerra que habia consumido muchas vidas y mucha riqueza. La tarea de reconstruction material y espiritual tuvo que emprenderse desde la primera piedra del edificio esta- tal. Al par que se abrieron caminos carreteros, se trazaron las vias que conducian a la superacion cultural de los futu- ros ciudadanos. Segun Sinan mismo, la literatura de Panamei, descontado, ciertamente, a don Justo Arosemena, expresion cumbre del pensamiento panamefio, "comienza realmente con el nacimiento de la Republica, acaecido en 1903. A partir de esa fecha hasta el afto 1929, se manifiesta una generacidn, que en g Panama llamamos Republicana". Los valores literarios del pabellon panamefio hinchan entonces sus velas al soplo del gran poeta Ricardo Miro. 0 Istmania, pag. 16. Cf. nota 5. | 23 I Y las velas henchidas empujaban nombres que hacian singula- duras gloriosas. Hay peligro, inevitable peligro, de reducir glorias a lista y colocar en fila nombres que asi caerian en un cierto anonimato, pero no hay lugar para otra cosa ya que solo se trata de ubicar a Rogelio Sin&n en el mundo literario panamefio. En la poesia panamefia hay que mencionar nombres eminen- tes como Dario Herrera, Gaspar Octavio Hernindez, Enrique Geenzier, Demetrio Fabrega, Demetrio Korsi, Maria Olimpia de Obaldia. Todos estos preceden a Sinan y preparan el camino a su vanguardismo. En fila aparte estan los ensayistas, los prosistas, como Belisario Porras, Guillermo Andreve, Guillermo Mendez P. Jose D. Moscote, Nicolas Victoria Jaen, Ricardo J. Alfaro, Baltasar Isaza Calderon, Diogenes de la Rosa y Manuel Roy. Ahi y en anibos bandos, haciendo a dos manos, esta Sinan. Hace sus primeras armas en la prosa cuentista; luego es poeta. Pero ante todo es poeta. Rodrigo Miro en su Teoria de la patria anuncia el avenimiento de este poeta asi: "Cuando ocurre el golpe de estado de 1931, la literatura prepara el gran vuelco. Acaba 24 de vivirse la crisis mundial del '29; operan sobre America los 'ismos' que en Europa hace dos lustros conturban las conciencias con sus afirmaciones audaces y encendidas pole- micas. Y con esos novedosos ecos vuelve al pals un poeta— Rogelio Sinan— que ha estudiado en Roma, donde publica 9 (1929) el libro bandera del nuevo movimiento: Onda". Rogelio Sinan llega y pone en marcha su movimiento literario. Encuentra materia prima, a la que el da forma sustancial, en poetas como Roque Javier Laurenza, Ricardo J. Bermudez, Demetrio Herrera y otros, hasta once, que forman el alumnado de su nueva escuela literaria. A este respecto nos ilumina otra vez Miro: "Todos estos hechos explican el que hacia 1929 comenzaran a producirse brotes de poesla nueva en Panama. En la tertulia de 'El Banquete*— Jose D. Moscote, Enrique Ruiz Vernacci, Manuel Roy, Ernesto de la Guardia Jr. y otros— se solla conversar sobre ello. A traves de ese grupo Laurenza entro en contacto con la lite ratura nueva. Onda, el libro de Sinan, vino oportunamente a brindar la bandera que faltaba".^ (Buenos Aires: Sebastian de Amorrortu e hijos, 1947), pag. 24. ^ Cien afios de poesia en Panama (Panamas Ministerio de Educacion, 1953), pag. xvi. 25 Es interesante mencionar aqui que con la excepcion del grupo alerta de "El Banquete", el publico en general no aplaude a los poetas nuevos. Sigue la tradici6n embriagada con los viejos vinos. No tiene sensibilidad para captar el mensaje nuevo. Cuando el joven Sin^n quiere obtener dinero de su padre para publicar su primer libro Onda se encuentra conque su padre es el primero que no entiende de que se trata lo que escribe. En la conferencia que hemos citado previamente, "Mi poesia: Una ojeada retrospectiva", el poeta mismo recuenta las dificultades que tuvo: En los ultimos meses del '28 ya mi libro Onda estaba listo. Solo hacia falta publicarlo. iCon que dinero? En mi familia nadie se habla enterado de mi eclosion poetica ... Y adem&s no olvidemos que eran poemas de vanguardia, novedad literaria que aun no habla penetrado en Panama donde muy po- cos conoclan las peripecias dadaistas, creacionis- tas, ultralstas, o de los otros "ismos". No estaba, pues, seguro de que mi padre accediese a enviarme el giro para editar el libro. Los poetas aun tenlan cierta fama de negligentes y bohemios, y agravaba las cosas mi af&n de buscar un seudonimo. Resolvl cobijarme bajo la buena sombra de un padrino. Para escogerlo debla pensar en un amigo de conducta intachable, de muy buenas costumbres, de honestidad probada, que fuera edu- cador y un buen amigo de las letras. Claro que no resulto dificil mi escogimiento, pues pense en Manuel Roy. Le envie un sobre con los originales de mis versos ... Despues fue como cosa de milagro, 26 I pues todo anduvo sobre ruedas. A vuelta de correo mi padre enviaba su anuencia y el dinero.^ Al regresar a Panami, Sinin une sus esfuerzos proseli- tistas al grupo antes mencionado de "El Banquete", al cual se unieron mis adelante Antonio Isaza y Demetrio Herrera Sevillano. "A su debido tiempo", continua Sinin en la con- ferencia que acabamos de citar, "este grupo se enriquecio con la eclosi6n de nuevos valores jovenes entre los que 12 campeaban Ricardo J. Bermudez y Stella Sierra". A pesar de no hallar la aprobaci6n general, el derecho de los innovadores fue reconocido. A partir de ese momento, la poesia panamefta sigue desarrollindose dentro de los cau- ces de la nueva estetica. Herrera Sevillano, Ricardo J. Bermudez, Eduardo Ritter Aislin y otros vinieron a consoli- dar con sus aportes el reino ganado, asi como las poetisas Esther Maria Oses de Aranda, Teresa L6pez de Vallarino, Ana Isabel Illueca, y otras mis. Hasta siete poetisas que Sinan recuerda perfectamente como si presentes las tuviera, cuando de ellas habla.^ ^"Mi poesia." Cf. nota 4. 12^. ^ Ibid. 13 Entrevista con el autor en su casa, en Panami, enero de 1970. | 27 I La mayor parte de todos estos poetas citados estre- naron su pluma con el cuento. Pero surgieron cuentistas en exclusiva como Jose Marla Sinchez— bajo el seud6nimo de Shumio-Ara— Joaquin Belefto, Nacho Valdes y algunos mis. La novela panamefia es mucho mis joven; acaba casi de nacer. Tiempos atris se hicieron ensayos, pero ensayos que no llegaron a formalizar en un estilo novelistico conforme a los cinones. Y de entre tales novelas, sobresalen las de Guillermo Andreve, destacado hombre de letras istmefias y fundador de la Biblioteca de Cultura Nacional donde vio la luz en tierra patria por vez primera la Onda de Sinin. Anteriormente mencionamos entre los ensayistas pana- meftos de recia envergadura, firmas como Guillermo Andreve, Octavio Mendez Pereira, Manuel Roy, Di6genes de la Rosa, Rodrigo Mir6. Es una lista larga, y asi quedemos con estos nombres como exponentes. Era por los afios 50 cuando se desencadeno, sin furia pero con empuje, toda una teorla polemica. Fueron franco- tiradores los defensores de la poesia pura y los cultivado- res del criollismo. Sinin ech6 por la calle del medio: ni una cosa ni otra, dijo, sino las dos. Esto es muy conforme a su talante intelectual, a su estilo democrata y i 28 i a su instinto pedagogico. Asi dice el poeta en unas declaraciones a la prensa de aquel entonces: Yo creo que tanto la poesia como la literatura de ficci6n no deben olvidar su funci6n creadora como producto de la fantasia y de la intuicion pura de que hablaron Benedetto Croce y Henry Berg son. Lo importante en el arte es la mas absoluta libertad del espiritu. Todo escritor y artista tiene el deber de ser sincero consigo mismo para que de ese modo logre ser la expresi6n de su pueblo y de su epoca. El tema no es trascendente mientras no se convierta en obra de arte. Tanto el dato folklorico como el documento humano son solamente elementos que, en manos del artista, pueden convertirse en obras de arte. Por eso, tanto los que hacen criollismo, como los parti- darios de la poesia pura, no lograr&n nada mien tras no consigan que su obra tenga un sentido universal.^ Para cerrar este bosquejo biogr&fico, terminemos di- ciendo que con Rogelio Sin&n empieza un tiempo nuevo para la literatura panamefta, un periodo de caracteres bastante definidos y cuyo termino y trascendencia no podemos prede- cir. El arribo de Onda, libro incubado y nacido en Roma, inicia la renovaci6n de la poesia panamefta, que establece entonces sus primeros contactos con el movimiento general de la poesia actual que es la resultante de muchos y muy Conversacion con Jorge Raygada y Andres Townsend, citado en Istmania, pag. 17. Cf. nota 5. i 29 l variados factores. La nueva poetica naci6 en Europa, y asi hay algo mas que contingencia fortuita en el hecho de que Sinin nos dijera su canto primogenito desde Roma. La causa mis inmediata de la nueva poetica hay que buscarla en la desoladora experiencia de la segunda guerra mundial. En su etapa auroral, la poesia nueva fue una respuesta violenta a una vida violenta. Despues no pudo sustraerse a su con- dicion acusadamente subjetiva, es decir, personal y diflcil, por lo que se explica la helada indiferencia del publico. Y as! Sinin, con la ayuda de sus mentores, abre la literatura de su patria a una etapa de originalidad. Se convierte el a su vez en animador y maestro de los poetas contemporineos. En las palabras de Rodrigo Miro: "Sinin rompe la tradicion poetica e inicia un ciclo aun no ce- rrado".^ Y afiade el historiador panamefio Ismael Garcia: "Sinin es el promotor miximo de la renovacion poetica ocurrida en la literatura panamefia durante la tercera decada de este siglo". ^ ^ Diario de Centroamerica (Guatemala), 7 de julio de 1932. 16 Historia de la literatura panamefia (Mexico: Univer- sidad Nacional Autonoma de Mexico, 1966), pag. 141. Esperamos que al hacer el anilisis intrinsico de la obra de Sinin le hagamos justicia y confirmemos las opi- niones de los criticos citados. A manera de resumen digamos que el Sinan que entablo relaciones culturalistas y literarias con Neruda— cuando el Premio Nobel del autor de los Veinte poemas de amor aun era grano de mostaza por germinar y cubrir la tierra con su prestigio— el Sinin que visito a Paris, al policromo mundo de Montmartre y al Barrio Latino, el Sinin que pase6 medita- bundo por entre las fuentes de Roma y por las calles de Calcuta, el Sinin que cruzo los rios y los mares de China y del Japon, ese Sinin es, antes que nada, el "Hombre de Malz" de su Istmo panamefio, de su tierra "tan pequefia que 17 cabe toda entera debajo de la sombra de nuestro pabellon", para citar al poeta Ricardo Mir6. 17 "Patria", Antologia poetica, ed. Rodrigo Miro (Guatemala: Ediciones del Gobierno de Guatemala, 1951), pig. 99. CAPtTULO II EL ARTIFICE DEL CUENTO El cuento en Espafia Antes de entrar en el cuento de Sinan, hispanoameri- cano, se debe dar un rapido vistazo a los cuentos y a los cuentistas espaftoles que son los abuelos, o tatarabuelos literarios de Sinan, aunque sea hecho al estilo de un "corrido mejicano", para luego seguir con su ascendencia directamente americana, o sea su genealogia literaria panamefia. Los famosos cuentos de la vieja Espafia no son unica- mente los contenidos en colecciones y tratados. Los mas famosos cuentos, los cuentos m^s ingeniosos y de traza singularisima, por la trama y por el estilo, hay que bus- carlos en los grandes ingenios. En primer lugar se debe citar al arcipreste de Talavera, don Alfonso Martinez de Toledo, cuyo Corbacho guarda los germenes— en sentir de 31 |Menendez y Pelayo — de la Celestina y del Lazarillo de Tormes. Y que es El Lazarillo. sino una sucesion de cuen tos, sin otra defensa de su genero novelesco, que la rei- teracion en ellos del mismo protagonista, aquel gu£a de ciego nacido junto a la corriente de las aguas, a la sombra de las dos catedrales de piedra rubia. Otro libro en el cual pueden espigarse a docenas los cuentos y los chas- carrillos de la mejor calidad es Guzm&n de Alfarache. Cuento delicioso es la "Historia de Abindarr&ez y Jarifa" que Jorge de Montemayor intercala en su Diana. Abundan tambien los cuentos en El escudero Marcos de Obregon, de Espinel, y en Los cigarrales de Toledo, de Tirso, y en El viaie entretenido de Rojas Villandrando, asi como en las obras festivas y picarescas de Francisco de Quevedo. Aun- que en menos abundancia hay lindisimos cuentos en la obra novelesca de Cervantes y Lope de Vega, y hasta en los her- mosos pero sombrios lagos de Gracian. Saltando rapidamente, hay que decir que en los siglos XIX y XX abundan en Espaiia cuentistas de excelencia, ^Citado por Federico Carlos Sainz de Robles, Ensavo de un diccionario de la literatura (Madrid: Aguilar, Sociedad Anonima de Ediciones, 1965), I, 258. 33 quienes, naturalmente, crean conforme al movimiento espiri- tual y literario a que permanecen adscritos: sea ya clisi- cos, ya rominticos, ya realistas, ya naturalistas. Entre los muchos que se pueden mencionar, sobresalen en la primera centuria: G. A. Becquer, Fernin Caballero. Emilia Pardo Bazin, Alarcon, Clarin, Palacio Valdes. En el siglo XX la lista es interminable, de la cual mencionamos solo los mas salientes: Blasco Ibifiez, Plo Baroja, Vicente Diez de Tejada, Tomis Borris, Eduardo Zamacois, Alberto Insua, Ramon Sender. Todos estos y mis no mencionados, solo por ser espafio- les son ya rama del irbol genealogico literario de Rogelio Sinin, nacido en el continente americano, pero de ascenden- cia espafiola, como lo indican sus apellidos Dominguez y Alba. Vease ahora la ascendencia mis cercana, o sea, la panamefia. El cuento en Panami Obra indispensable para el estudio del cuento en Panami es la Biblioteca de Cultura Nacional. de Guillermo Andreve. Estos fueron treinta y seis cuadernos que, aunque de hu- milde aspecto, fueron grandes en trascendencia e intencion, ! 34 i I ofreciendo lo mis sustantivo de las letras panamefias del 2 momento. El Heraldo del Istmo, Nuevos Ritos, Esto v Aquello, Menphis son nombres de revistas que respectivamente crearon o apadrinaron hombres de talla cultural panamefia como lo fueron Guillermo Andreve, Ricardo Miro, Enrique Geenzier. Estos crearon el climax anibiental que un dia dio 3 cabidas y posibilidades a Sinin. Segun se sabe hoy, el cuento considerado expresion literaria normal, aparece en Panami despues de 1890. Es el aporte juvenil de la generacion modernista— Salom6n Ponce Aguilera, Simon Rivas, Dario Herrera, Adolfo Garcia, Ale jandro Dutari, Le6n A. Soto, Guillermo Andreve, y otros— dado a luz en organos como El Cronista, El Duende, El Lipiz, El Cosmos. A este grupo toca aclimatar y popularizar el genero; pero son Ponce Aguilera y Dario Herrera los que 4 dejan obra perdurable. 2 Rodrigo Mir6, La literatura panamefia (Panami: Im- prenta de la Academia, 1970), pig. 137. ^Enrique Ruiz Vernacci, "Introduccion al cuento pana mefio ", Biblioteca Selecta (Panami), 1, No. 3 (marzo de 1946), 12. 4 Rodrigo Miro, El cuento en Panami (Panami: Imprenta de la Academia, 1950), pig. 10. Salom6n Ponce Aguilera, que se inicia en las p£ginas de la Revista Gris (1892-96) de Bogota, escribe De la Gleba (1914), colecci6n de relatos breves, cuadritos de costum- brismo, anecdota pasajera. En Ponce Aguilera, sin duda el mas consistente narrador del momento, conviven el realismo tradicional y el naciente modernismo. Es un escritor de transicion.^ Si en Ponce Aguilera el modernismo no es factor domi- nante, en Dario Herrera encontro su instrumento natural. Publica Herrera en 1903 Horas leianas, libro anterior al de Ponce Aguilera pero que, por su estilo, se diria posterior. Su prosa, bajo la influencia de Ruben Dario, es barroca, modernista, realista por reaccion al romanticismo y post- romanticismo. Con los modernistas este cuento queda legitimado (Mir6, Aspectos, pag. 17). Miembro de la generacion que sigue, Ricardo Miro, de mayor relieve poetico, dejo una estimable obra novelesca. Y si parece no haberle importado esa fase de su labor, in- teresa a la historia literaria porque tiene cualidades que lo destacan entre los cuentistas. En Caspar Octavio ^Rodrigo Mir6, Aspectos de la literatura novelesca (Panami: Impresora Panami, S.A., 1948), p«ig. 16. Hernandez se logra el ultimo fruto cabal del movimiento modernista. Poeta de interes, vario y desigual, como pro- sista se mantiene dentro del m^s riguroso canon de escuela (Mir6, El cuento, pag. 11). El ocaso modernista coincide con el fin de la guerra del catorce y supone ademcis, una baja en el proceso de las bellas letras del Istmo. Declina el optimismo que presidib los tres primeros lustros de la Republica. Se evidencia un vuelco en el clima intelectual. La Revista Nueva (1916-19), tribuna de ideas, marca el comienzo de la nueva mentalidad, orientada hacia otro norte. Cuasimodo (1919-21), Estudios (1922-34), organos que suceden a las revistas literarias, confirman el cambio de actitud. La inteligencia istmefia se desplaza hacia lo sociologico. Se advierte de pronto la existencia de magnos problemas. Hace crisis la politica. Solo despues de dolorosas experiencias volverS a cobrar beligerancia la literatura. Durante esos anos grises, ape- nas alterados por la aparicion, en el mundo poetico, de Maria Olimpia de Obaldia y de Demetrio Korsi, y de unos cuantos ensayos de novela, en el terreno del cuento, solo J. Dario Jafen realiza la faena. Fervoroso lector de Vargas Vila, J. Dario Jaen hace una literatura patologica y sentimental. Sus personajes son gentes que reclaman el presidio o la clinica, pobres criaturas condenadas a una muerte violenta o irregular. Publica Vertice de pasiones (1921), Rueqos fatuos (1924), En el cauce de la vida (1925) y Breviario de emociones (1930). J. Dario Jain llena un periodo en la historia del cuento panamefio (Miro, La lite ratura panamefia, pag. 182) . De interes historico para este estudio sobre Sinan, el cuentista, es de valor apuntar aqui que en el afio 1924, un cierto bachiller, que respondia al nombre de Bernardo Domin guez Alba, gano un primer premio, medalla de oro, en un concurso de cuentos, abierto por la Asociaci6n de Estudian- tes de Panama. Su seudinimo entonces fue el de Domingo Alberti. (Ya se vislumbraba su admiraci6n por el poeta espafiol.) El cuento se titulaba "Viola de San Giovanni". Su organo de publicacion fue la Revista Juventud del 6 de mayo. Bernardo Dominguez y Domingo Alberti eran Rogelio Sinan. Viola de San Giovanni va precedido, en el periodi- quillo mencionado y del cual se cita aqui, de una nota que dice asi: "Cuento que obtuvo primer premio: MEDALIA DE ORO en el concurso literario abierto por la Asociacion de Estu- diantes de Panama en el afio pasado. Su autor, el bachiller 38 [ Bernardo Dominguez A. es una esperanza para las letras nacionales. En el proximo numero publicaremos su fotogra- fia, datos biograficos y la conclusion de tan interesante cuento". Las dificultades de esta etapa terminan por suscitar en los literatos panameftos la apetencia de nuevas orienta- ciones. No est&n los tiempos para escarceos decadentes, ni sobra humor para oir de nuevo la lecci6n archisabida. El modernismo con su glorificacion del ego, est£ a la deriva, o mas bien, es cosa del pasado. Ahora se proclama la noble funcion social de la literatura. Europa, con su guerra y la revolucion bolchevique, habia acurrucado a los hombres en los rincones del miedo. Mejico, con su revolucion— anterior a la rusa siete aftos— y sus reformas, metia miedo al continente. Sale el campesino, la explotaci6n, el ham- bre, la injusticia a la literatura. Antes de que este nuevo sistema de valores halle su cauce entre los cuentistas panamefios, ocurre, sin embargo, un movimiento de ralz loca, asimilable solo en un sentido externo a la corriente general que se ha mencionado. Es cuando aparece Ignacio de J. Valdes hijo. En Cuentos panamenos de la ciudad v del campo (1928) se percibe upa 39 i conciencia nacional y un objetivo. El autor mismo explica en el prologo que en estos cuentos intenta retratar lo mis fielmente posible el alma de los campesinos panamefios, con sus grandes pasiones, sus amores y sus odios, sus creencias y sus costumbres patriarcales. Se propone como meta el tema verniculo. En esto consiste la contribuci6n personal de Valdes hijo. No es un estilista, ni trae innovaciones tecnicas. Fija una zona temitica y da sus razones (Miro, El cuento, pag. 13). La tentativa de Vald&s hijo es secundada por escritores como Jose E. Huerta que sigue la misma direccion en sus cuentos y cuadros de costumbres en Alma Campesina (1930); Lucas Bircena, autor de Tierra intima, donde presenta cuen tos muy sugestivos, y Moises Castillo, poeta y cuentista que trabaja sin descanso en la senda del cuento regional. Rodolfo Aguilera hijo tiende al realismo fuerte y sano: es el cuentista de la ciudad, de estilo brioso, imaginativo, como en Rodriquez. cuento de calidad. Las Tradiciones panamefias de Agustin Jain Arosemena, probablemente influi- das por las peruanas de Ricardo Palma, podrian formar un libro de importancia dentro del costunibrismo (Vernacci, pig. 29). | 40 Estrechamente emparentados al grupo anterior se en- cuentran Graciela Rojas Sucre y Gil Bias Tejeira. Fruto de preocupaciones pedagogicas visibles, y al mismo tiempo fuga sentimental hacia los dias de la propia infancia, la obra de Graciela Rojas supone un enriquecimiento en el desarrollo de la literatura panamefia de ficci6n: agrega a su quehacer un territorio de amplios horizontes. En Gil Bias Tejeira lo literario acusa mayor calidad. Oriundo de Penonome, centro de una tradici6n de ingenio y gracejo peculiares, la obra de Tejeira, en la que el cuento apenas cuaja, se nutre de recuerdos personales que el adereza novelescamente.^ De indudable trascendencia en la historia del cuento panamefio es la contribucion de los llamados vanguardistas, cuya beligerancia data de 1931. En cuanto se apag6 el ruido que produjo el golpe de estado, salio a la calle la publica tion Antena, que brindo sus p£ginas a los insurgentes y fue refugio temporal del movimiento. Ahi, en su numero 2 del 25 de abril de 1931, Rogelio SinSn publica "el suefio de serafin del carmen"— era la hora de las minusculas— un cuento sin antecedentes en Panamct. El suefio, el monologo g Rodrigo Miro, La literatura panamefia de la Republics (Panami: Imprenta de la Academia, 1960), pag. 48. 41 interior, todas esas ideas que a uno le bajan o le suben del subconsciente freudiano, eran los nuevos recursos de creaci6n estitica legitimados ya en todos los medios cultos, y aunque el cuento sea primerizo, resulta una innovacibn en Panami (Mir6, El cuento, pig. 14). Sinin escribe luego otros cuentos, sabios de factura siempre, donde el gusto por lo exotico, la preocupacion sexual y el humor se mani- fiestan por igual, como se veri en el anilisis de sus cuen tos. En Antena tambien, en el No. 7 del 30 de mayo de 1931, Roque Javier Laurenza publica "La espera", en el cual sigue la nueva corriente e incorpora el procedimiento del monilogo interior. A medida que su obra crece y se depura, la ironia junto con un afin de pulcritud formal que un innato buen gusto asesora, se marcan como caracteristicas (Miro, El cuento, pag. 14). Otro miembro importante de este grupo renovador es Manuel Ferrer Valdes quien se estren6 con "La novia de octubre". Vuelto de Espafia, donde estudio medicina, en 1936, se apunt6 al movimiento vanguardista. No en vano habla sido disclpulo de Rogelio Sinin en el Instituto Nacio- nal. "La novia" reune una desenvoltura, una originalidad y una emocion seductoras. Esta escrito con dominio de la forma y sin tartamudeos (Vernacci, pag. 30). Esta troika panamefia marca pues rutas— otras meis a las rutas historicas de PanamS— a las letras istmicas. Que- hacer esteticista este, que, ante todo, quiso extender y universalizar la produccion literaria panamefia con la reno- vacion de la tecnica. La empresa literaria volvio a ser faena deleitosa. Un gesto entre risuefio y belicoso ilumina la literatura de los dias aquellos. Se ha llegado as! al final de la presentacion de los escritores de la ultima generacion que se discutir^ en este estudio— la de Sinan. Estos cuentistas consiguen plasmar el cuento panamefio en sus distintas direcciones, tal vez apoyados en lo ya hecho, tal vez atentos exclusivamente a los impulsos esteticos. Sinan en el cuento Sin&n, el "moreno andarln que lleva consigo una visi6n 7 magica del mundo”, hijo de la Isla de las Flores y del mar— con todas sus consecuencias— se inicia en las letras 7 Fernando Alegrla, Novelistas contemporaneos hispano- americanos (Boston: D. C. Heath and Co., 1964), pcig. 238. 43 I panamefias en 1924, cuando, como se ha mencionado en piginas anteriores, de estudiante todavia, fue ganador del primer premio en el concurso literario de la Asociacion de Estu- diantes de PanamiL, con su Viola de San Giovanni. Ya desde entonces habia profetizado el editor del periodiquillo donde se publico el cuento ganador que Bernardo Dominguez era "una esperanza para las letras nacionales". (Cf. pags. 37-38.) Es de importancia recordar esta fecha, porque ha sido motivo de pol&mica literaria si Sinin entra al mundo lite rario panamefio desde Roma con su Onda. que se discutir£ en capitulo siguiente. Por ahora basta decir que la fecha de publicaci6n de Onda es 1929, lo cual le da a Viola de San Giovanni, aunque sea obra de estudiante, el merito de ser la primera obra del maestro, si bien sea publicada en peri6dico escolar. Las palabras profeticas se cumplen, en efecto, desde aquel primer cuento. En abril de 1931 sale en Antena, "el suefio de serafin del carmen", mencionado anteriormente tam- bien. fiste es un cuento donde el fenSmeno del subconsciente (que ha de ser luego una de las constantes en la cuentistica de Sinan) brinda la forma y el contenido. Criatura indis- cutible de un orbe novo, "el suefio de serafin" pregona. 44 j no obstante, su condici6n experimental. Es una especie de prueba de laboratorio. Le faltan la espontaneidad, el equilibrio y la naturalidad que se encontrar&n despues en cuentos futuros; sin embargo, es ya una prueba de por que a su autor se le ha llamado "el abanderado de las letras g panameftas”. El suefto, el mon6logo interior y demcis recur- sos de t^cnica empleados en "serafin" no eran inventos de Sincin, pero resultan novedosos en Panamei, y son prontamente copiados por seguidores y discipulos. Despues de este primer cuento desde ya en la vena van- guardista, sigue "La unica victima de la revolucion", novela corta escrita tambien en 1931, a raices de la revolucion del '31, y publicada por entregas en un folletin de La Hora (Panama, 1950). Luego, desde la "Ciudad de las luces", aunque lejos del trbpico, ahor&ndolo escribe para la Navidad de 1932, "A la orilla de las estatuas maduras", delicioso cuento, donde el escritor panamefto, a pesar de estar distante de su tierra nativa, describe paisajes de ella. No s61o los pai- sajes, empero, son panameftos; las palabras, los personajes 0 Guillermo Andreve, "Rogelio Sincin abanderado y maes tro", Biblioteca de Cultura Nacional (Panamei), No. 8 (25 de junio de 1933), pag. 225. 45 j tambien lo son. Su estilo es c&lido y sensual; Paris no ha logrado borrar el retrato fiel de su pais natal. Este cuento que se discutira mas en detalle luego, represento a las letras panameftas en una antologia de los mejores cuentos americanos bajo el titulo Fiesta in November y el signifi cative subtitulo The Masterpieces of Latin American Litera ture. editada en ingles al afto siguiente, por Houghton Mifflin, y cuya nitida version adquirio y reprodujo una cadena de revistas de Inglaterra. La mediacion de Alejo g Carpentier lo hace publicar en Social de La Habana. El Ministerio de Educacion de Mexico lo incluyo en un volumen de sus cuentos titulado A la orilla de las estatuas maduras y publicado en 1967. Despues de unos aftos de silencio, el autor, que habia estado por la India, de Embajador en Calcuta, escribe desde alia, en 1938, "El proceso de la bestia", que luego cuando fue incluido en un volumen de cuentos titulado Todo un con- flicto de sangre (Panama, 1946) fue renombrado "Lulu ante los Tribunales”. Este volumen incluia, ademas de “Lulu”, "Las estatuas maduras" y otro cuento nuevo titulado como 9 Diogenes de la Rosa, "Del ser y quehacer de Rogelio Sinan", La Estrella de Panama, 15 de julio de 1969, pag. 10, cols. 2-5. ! el libro, Todo un conflicto de sanqre. Este Gltimo cuento fue escrito ya de regreso a Panamei, despues de la travesla por la India y el Lejano Oriente. "Lulu" forma parte de la antologia de Novelistas contemporineos hispanoamericanos. editada por Fernando Alegrla y publicada en Boston por D. C. Heath and Company en 1964. Recuerdos del Lejano Oriente suscitaron dos cuentos escritos en el '39: "He- chizo" y "Sin novedad en Shanghai^ Ambos fueron inclui- dos en el No. 18 de la Biblioteca Selecta (Panamei, 1947), bajo el nombre de Dos aventuras en el Leiano Oriente. "Hechizo" ademas de ser escogido por Eduardo Mallea ese mismo aflo para figurar en la edicion de lujo de La Nacion de Buenos Aires, entre los mejores cuentos iberoamericanos, fue incluido tambien en la antologia de cuentos ibero americanos que para la Editorial Zig-Zag recopilo el crl- tico chileno Ricardo A. Latcham, de quien son las siguientes palabras: "Rogelio Sinan es uno de los representantes m£s originales de la nueva literatura de un pals que descono- cemos, pero que surge con vigorosas caracterlsticas en el Ismael Garcia, Historia de la literatura panamefta (Mexico: Universidad Nacional Autonoma de Mexico, 1964), pag. 141. 47 I 1 iaudaz prosista que motiva este comentario". El 30 de diciembre de 1939 aparece en el Panam£- America. "Navidad, pero sin pavo", cuadro costumbrista panameho, al oleo vivo, con personajes y vocabulario tabo- ganos. Todo el cuento se experiments en la balandra del Nopo Juan que va desde Taboga hacia la capital. La narra- cion en gran parte es indirecta; se deduce por manifesta- ciones subjetivas del Sopo Juan y de dofta Fina: "El Sopo ya estaba preocupado. El habia contraido el compromiso de estar en Panama para la noche de Pascua. Y era ya el venti- cuatro ... Pero, ique diablos.1 dQue horas serian? El sol estaba bien alto. dSeria ya el mediodia? Si soplara si- quiera una brisita. Podrian irse a bolina. Pero jque vaj Ni a remo ... dQue iba a hacer? No tendrian mcis remedio que pasar la Navidad en Taboga. Mejor hubiera sido alia en el pueblo. Por lo menos habia chicha y cumbia. De no haber insistido la Tia Fina, se habria quedado. En fin, pobre viejita.' Queria llevar su pavo a su hija ... " (pag. 3, la columna). Aunque este monologo no esta totalmente libre de la intromision del autor, es ya un paso en el desarrollo ^ “Cronica literaria" en P^gina Literaria, La Nacion (Santiago de Chile), 23 de noviembre de 1947. 48 i de la tecnica de Sincin, hacia el verdadero mono logo inte rior con aparente autonomia del personaje. Esta tecnica no es en realidad tampoco un flujo de la conciencia, ya que en ista generalmente no hay ninguna formalidad sintictica o gramatical, la cual si existe en el pasaje citado, as! como en el que sigue, por medio del cual vemos lo que la Tia Fina monologa: "— C&lmese usted, Tia Fina. £Pero como calmarse? Si ya estaba asustada. No llegaria. Lo estaba viendo. Su hijita se casaba. £Podxa estar lejos de ella esa noche? Si habia criado ese pavo con tanto esfuerzo, solo por esa noche. £No lo sabian? De todos modos, ella queria llegar temprano a la Capital" (pag. 3, 3a columna). Otros aftos de silencio siguen. Es decir, no hay publi- caciones, pero la musa poetica esti trabajando en un libro que no se publicara hasta mucho mis tarde: Saloma sin salomar. Aparece entretanto Plenilunio. la unica novela de Sinan, escrita para el Concurso Ricardo Miro en 1943, y ganadora del primer premio en el mismo. No se publica hasta 1947, en Panama, seguida de otra edicion mexicana de 1953 y otra edicion panameha aparecida en 1961. El 30 de diciembre, "Cronica de Navidad", cuento bre- visimo, aparece en la pagina literaria de La Nacion de 49 iPanamcL, y luego, por unos aftos, el poeta tiene precedencia I sobre el cuentista, pero sin abandonar esta vena del todo, pues el miercoles 10 de junio de 1953, El Nacional de Mexico (por donde andaba por entonces el trashumante autor que se estudia aqui, en calidad de primer secretario de la Emba- jada de Panama en Mexico) anuncia que: "'La boina roja', firmada por Triton, fue la obra premiada con mil pesos este trimestre". El pseudonimo Triton encubrla al ya famoso cuentista panamefto Rogelio Sinan. "La boina roja", que se analizar£ en paginas siguientes, es incluida luego en la seleccion de cuentos, que lleva el nombre del cuento prin cipal, La boina roia. publicada en Panamei en 1961. Seymour Menton lo incluye en el segundo tomo de su antologia El cuento hispanoamericano (Mexico: Fondo de Cultura Economica, 1964). Durante su estadia en Mexico, Sinan colabora con varios periodicos y revistas literarias de la capital azteca, y publica algunos cuentos que, desafortunadamente, solo han visto la luz en revistas y periodicos mexicanos, a saber: en el Zocalo, de mayo de 1953, aparece "La voz decapitada", triste relato que tiene como fondo la segunda guerra mun- dial. Sinan lleva al lector al final del cuento con tal maestria que es dificil contener la emoci6n que se siente al leer: "(Dios mioj) Despues, la guerra ... Tanto tiempo allei lejosj Triste y solo ... Menos mal que las cosas ya iban a mejorar. La estampilla se desprendi6 por fin. ... Pero al verla de cerca not6 como unas letras pequefiitas. ... dQue dirian esas letras? ... Debe haber un secreto que el me quiere decir. La aut&ntica verdad, seguramente. ... Coloc6 bien la lupa y al leer las diminutas palabras, sin- tio que se iba hundiendo como en un negro abismo sin fondo y sin sentido cuyos humedos muros repetian siempre el eco de la frase lelda: 'jResignate, mamita.1 jEstos bandidos me cortaron la lengua.'' " (pag. 14). Otra vez en este cuento la narracion es por medio del monologo interior de la pro- tagonista, sin nombre, la cual revive, mentalmente, toda la vida de su hijo Tony, ahora prisionero de los alemanes. Este recurso del mon6logo interior serci una caracteristica de la obra narrativa de Sincin, como se podr& observar en el an&lisis de otros cuentos. El 9 de mayo de 1954, en el suplemento de El Nacional de Mexico, aparece "Mientras crece el aguaje" y el 15 del mismo mes y aiio envia Sincin desde El Zdcalo "El cirujano del cielo", que comienza con una cita de Becquer: "Son tus 51 I labios un rubi por gala partido en dos, arrancado para ti de la corona de Dios". El cuento est£ basado en un tema de Becquer, como lo indica el subtitulo "Variaciones sobre un tema de Becquer". En dicienibre de ese mismo aiio, tambien en el Zocalo, publica Sinan "La Nochebuena de la doctora Duarte". En Panamei se habia publicado ese afto de 1954, "Los p&jaros del suefio", que aparece en un libro dedicado a este cuento solo y que habia aparecido antes en el No. 10 de la Revista Centroamericana, publicada en Mexico. En 1956 "Los p&jaros del suefio" fue premiado y publicado por la Editorial Ame rica, con grabados de artistas mexicanos. En 1957 el Instituto Nacional de Bellas Artes de Mexico publico otra edicion. La ultima edicion de "Los pSjaros" fue hecha en Panamei en 1961. La Editorial Selecta de Mexico publica en 1956 Narra- ciones panamefias, coleccion de cuentos editada por Berta Cabeza de Dominguez (esposa del autor) y la cual incluye "Una excursion al Darien", cuento de Rogelio Sinan, que va de la p&gina 101 hasta la 122. El 2 de marzo de 1959, en Sintesis, organo cultural de la Enibajada Argentina en Mexico, aparece "Mosquita muerta", un delicado cuento triste. 52 | Del ultimo cuento del que se tienen noticias es "Cuna comun" que aparece en la coleccion de cuentos A la orilla de las estatuas maduras que antes se menciono haber sido publicado por el Ministerio de Educacion de Mexico en 1967, en su serie La Honda del Espiritu, Cuadernos de Lectura Popular. "Cuna comun" es un cuento que podria calificarse de "tremendo" no solo porque su tragico mensaje palpita en una estampa de aristas afiladas, sino por la impresion muy honda que causa comprobar que la simple anicdota, la trama del relato, podria ser muy bien la cronica fugaz de un suceso cotidiano— al menos en Latinoamerica— que la roma sensibilidad de los tiempos actuales considers intrascen- dente, por trivial, a pesar del gran dolor que encierra el crimen de destruir la pureza ilusionada de una nifia campe- sina. Ulalia, la protagonists, aparece como el simbolo del pueblo panamefto ingenio y confiado. Y a su alrededor los distintos personajes— el policia, el politico, el dedicado a negocios ilicitos— se aprovechan del candor y de la gran sed de amor de Ulalia. Bajo un gran fondo de ternura sur- gen los mas encontrados sentimientos de odio y de amor; de asco y de atraccion; de lascivia y de inocencia; y todo ello empapado por una ironia que siempre trata de mantenerse ! 53 dentro de los linderos de lo humano. Con un lenguaje sencillo se dicen las cosas mas terribles. Sincin logra capturar un estilo muy personal en el cual se encuentran magnificamente destilados aspectos y maneras de lo pana- mefio: "La cebaron talmente como lo hizo su tata, all& en el campo, con la chanchita que le merco a So Hilario" (en la coleccion A la orilla de las estatuas maduras (Mexico# 1967) (p&g. 60). Y: "A pie y a pata como la garrapata se fue acercando al rio de luces; pero cuando llego a la orilla opuesta quedo en suspenso y sin resuello. Ni por el diablo que se atrevio a cruzarlo. Con tanto carro sue1to, ni Dios lo quiera" (pag. 68). Tambien en: "La Gorda la tenia apersogada que ni a novilla err&tica e iba norte&ndola con rumbo hacia 'la casa' ..." (pag. 71). Es un estilo que refleja la esencia panamefia y que, por lo mismo# estii pleno de agilidad y lleva en si los acentos de la universalidad. En cuanto al fondo mismo, al tema del cuento, es des- garrador, y a veces casi que bordea entre lo morboso y lo truculento. En una obra de arte no se exige al autor con- cordancia de lo que en su obra expresa con la realidad cotidiana. Pero si lo que Sin&n muestra en su cuento es un reflejo fiel de la actual realidad panamefia, entonces, I 54 i"Cuna comun" adquiere junto con su indudable valor lite- rario, los tonos de una acusacion terrible y candente para un airibiente que carece de respeto por la dignidad de la persona humana. La critica se hace mas hiriente en la para- doja de que Ulalia, la protagonista, halle asilo en un bur- del: "La casa de la Gorda fue para Ulalia como un amable asilo de redencion donde encontro no solo paz y bienestar sino ademas la cuna comun en que su nifio duerme plicida- mente, no como Tata Dios entre una mula y un buey, pero si entre canciones y burbujitas de hipo" (p&g. 78). Esta lista de los cuentos de Sin&n, tanto los publica- dos en libros, como los publicados solo una vez en algun periodico o folletin, dan una idea de la imaginacion pro- lifica de Rogelio Sinan, quien no se repite mon6tamente en sus cuentos, pues cada uno de ellos es fiel a si mismo, logrado por la gracia incomparable del que posee una robusta imaginaci6n y el caudal expresivo apropiado para producir obras de alto merito literario. No se tratarcL aqui de analizar cada uno de los cuentos escritos por Sincin, pero se haran, si, comentarios generales sobre su tematica, su interpretacion del paisaje, sus per- sonajes, su estilo y el procedimiento que emplea para 55 conseguir el estilo que le define, en todos sus cuentos y haciendo enfasis en los cuentos que han sido de alguna manera u otra seftalados como especiales por los criticos literarios, a saber: "A la orilla de las estatuas maduras", "Hechizo", "La boina roja" y "Los pijaros del suefto". Sincin produce, como se ha visto, despues de largos intervalos o perlodos de gestacion, lo cual limita algo su bibliografia, pero el producto es siempre de muy seftalada y autentica calidad como se ha visto por los premios que le han sido otorgados. El lector podra juzgar por si mismo de acuerdo con el an&lisis que se presenta en esta tesis. Ismael Garcia, historiador panamefio, anteriormente citado, no vacila en decir que Rogelio Sincin es "sin lugar a dudas, el mejor cuentista panamefto y el unico cuya fama ha superado el ambito nacional" (Historia, pag. 141). £En que se basa la supremacia de este multifacetico autor? es la pregunta logica. La contestacion es compleja, pues este hombre es un artifice del cuento. Veanse pues algunas de sus caracteristicas salientes. Si se trata de hallar el nucleo de cristalizacion de su tematica, no sera aventurado ni aventurero decir que el sexo constituye el punto central de los conflictos. Dentro 56 de esta tematica predomina la acentuaci6n de la nota psico- logica, con lo cual se asoma a los abismos del alma humana en busca de la clave para interpretar sus reacciones animi- cas. Por eso se aficiona al an&lisis psicol6gico, al diagnostico psiqui&trico o, mejor, psicoanalitico de Freud. Es un gran aficionado este Sincin a Freud y su escuela vienesa. Y asi aparecen los seres creados por su imagina- ci6n profundamente caracterizados por complejos que se enseftorean en sus personalidades, tan singularmente extra- ftas que bordean los dominios de lo patologico. Siendo un fervoroso creyente de las teorias freudianas, sus relatos se desenvuelven alrededor del centro de gravedad de lo sexual, que acttia a manera de torbellino implacable que arrastra en su remolino a todas las criaturas de su orbe ficticio. En este cingulo de la obra, sus personajes feme- ninos son siempre los mlis hondamente afectados por la pasion incontenible del placer sensual. Linda Olsen, la heroina de "La boina roja", dice: "Lo cierto es que el ambiente de la isla me hechiz6 transform£ndome; me hizo ver en mi misma a otra persona distinta de la de antes. ... Para mi, pobre victima de las inhibiciones sociales, aquello era un milagro de libertad. ... Deshice mis cadenas y me senti a mis janchas, con ganas de gritar, de hundirme Integra en la em- briaguez del ambiente. ... Todo en la isla me parecla un milagro de la Naturaleza. ... Todo hablaba de amor, todo era un himno pagano que me inundaba como en una vor&gine , . . „ 12 lujuriosa . El problema sexual tangible y obsesionante lo tenemos en la mayor parte de sus cuentos, un poco exagerado tal vez, al verlo expresado en la inocencia de un nifto: "Me despert6 de pronto una culebra que iba subiendo por mis piernas. Semidormido apenas, quise apartar aquello que ya mi adormi- lada conciencia habia intuido como algo inofensivo; pero al notar que "aquello" era la mano de Carolin, no supe si apartarla o dejarla. — No se que se ha hecho el pajaro— bisbiso con misterio— ; yo creo que se ha escondido por aqul, entre tus piernas. Hurgo con ambas manos y agrego: — Ya lo tengoj Yo, notando su error no dije nada" (pag. 12 de la edicion de Mexico: Instituto Nacional de Bellas Artes de Mexico, 1957). 12 ^ En La boina roia (Panamas Ministerio de Educaci6n, 1961), pag. 23. Esta edicion, que incluye los cuentos "La boina roja", "A la orilla de las estatuas maduras”, "He- chizo", "Sin novedad en Shanghai", "Todo un conflicto de sangre" y "Lulu ante los tribunales" es la que se ha usado para este trabajo. 58 j No lejos de sus aficiones, sensualidad y amores esta i este pasaje de "Sin novedad en Shanghai": "La penumbra del puente era propicia al amor. Soplaba un aire fresco, asi de lluvia. La luna se asomaba de vez en cuando pero volvia a esconderse. Bajo la sombra de todos los rincones habia cambio de besos y juegos de caricias" (pag. 90). Tambi&n en "Hechizo" demuestra Sincin su predileccion por el tema erotico y su habilidad para hilvanar relatos particularmente sugestivos con la nota del subconsciente y los extraftos repliegues del alma. El cuento es como una pesadilla que termina cuando el brujo chino le dice al pro- tagonista: "Ya no vuelve, est&s bien sano. Regresa. Ella te espera". Y el protagonista regresa "hacia el crepusculo, adonde ya comenzaban a brillar las estrellas" (pag. 82). Lo espeluznante del cuento esta en el protagonista el cual tras una aventura amorosa con una chinita, cae en misteriosa enfermedad. Hechizo le ha ocurrido: "Me acoste en el divan del salon con intenci6n de dormir. ;Pero que.' Era impo- sible.' Mi dolor de cabeza iba aumentando con prisa galo- pante. ... Respire el aire fresco. NadaJ el dolor aumen- taba. ... Y comence a quejarme con la cabeza entre las manos" (pag. 70). 59 I j ; Con todo, la palabra "hechizo" no asoma hasta el final en un cuento en que los personajes no tienen ni nombre ni apellido. Se identifican, y a la vez se distinguen, por los caracteres de las nacionalidades respectivas. El "he chizo" se sugiere, cruza los procesos psicologicos: "Vela en mis suefios las cosas m&s extraftas; a veces era la gra- ciosa chinita que, muy relda, me daba en la cabeza con el rastrillo, produciendome el consiguiente dolor. ... A veces me vela a mi mismo, desnudo, corriendo tras la china, tam bien desnuda, a traves de los dorados arrozales" (p&g. 72). Y, "Lo cierto es que las cosas que sofie (si no todas, algunas) se realizaron despues: la muerte de una anciana y otros hechos. ... El brujo se quedo alii varios dias, para cuidarme de los malos espiritus" (pag. 80). El cuento termina como empez6, con lo sexual: "Senti en mi entraha un choque. Un rugido brutal. Mi carne des- pertaba enfurecida. Volvia la vieja bestia sexual. La niftita est& alii, apetecible. Me senti nuevamente todo un hombre. Iba ya a devorarla ... pero ... ;Que horror.' Era doncella.' iY si volvia el hechizo fatal?" (pag. 82). "Hechizo" es otra forma del inevitable juego de amor en los cuentos de Sinan. iJuego? Es m£s que juego en 60 i j Sinan, tan dado a jugar. En "Hechizo" el protagonista— sea quien fuere— tendril que soiiar su aventura. Softar es mis que vivir en lo freudiano. La chinita del arrozal es el suefio. Y la playa de Hong Kong el contrasuefio. Todo este mundo del libido posee una admirable fuerza en este cuento. Permite al brujo chino salvar al fot6grafo. Permite alejar los espiritus. Permite resucitar, que no es dejar de soiiar, sino sofiar de otro modo. En "Lulu ante los tribunales" esti otra vez el amor de fondo en un cuento delicioso, entre lo picaresco y lo tri- gico. Se trata de los amores de un perrito y una perrita, pero con segregaci6n racial: el perro, Karonte, es belga por documentscion, heroe de la ultima guerra mundial por mis senas; la perrita es de sangre azul, perrita fina y limpia que responde al nombre de Luli, a la brida de una solterona. El idilio canino es una de las atracciones del relato: "Lulu, desesperada por ver a su Karonte, baj6 las escaleras y, muy oronda y satisfecha, se puso a menear la colita en el zaguin, lanzando sus grititos para que se acercara Karonte. Este no se movia nunca de la tienda. Sin embargo, la atracci6n femenina era realmente irresis tible. No tendria mis trabajo que cruzar la calle en dos 61 saltos y ya estaria al lado de ella. Lulu seguia ladrando caprichosa, moviendo las orejas y la cola; Karonte no podia, no resistia ya mds ..." (p&g. 169). Muchos se preguntan de d6nde viene esta tendencia est&tica de Sincin de llevar todo hacia lo er6tico y sen sual. Quien haya visltado a Taboga durante esos dias de sol y esplendor se lo explicarS en aquel paisaje sensual donde el tropico pone extasis en las miradas y en las bocas. Dos ideas, fuerza de su pensamiento, son lo social y lo conflictivo en la conciencia. Es de importancia obser- var que la tem&tica social en Sincin es ante todo, proble matics intelectual: en la mente humana estci todo el mal. En esto difiere de algunos escritores para quienes el problema social arranca explicativamente del malestar del ambiente. La tem&tica de Sincin lleva una censura directa, o sugerida, por el autor hacia una sociedad que mantiene descriminacion racial, que es insensible al sufrimiento de otros, que no respeta la jerarquia de valores. "La unica victima de la Revolucion", por ejemplo, narra tan solo un pedazo de existencia, una sola p&gina de la historia humana analizada por el cuentista con la intenci6n de censura: ";Que de confusas ideas, que inenarrables sensaciones, que 62 de visiones freneticas encendian el cerebro de aquella alo- cada muchacha que, con manifiesta irresponsabilidad, se lanza en brazos del destino, que no tarda en romperse contra el fanal de su esperanza, empap&ndola de amargura.' " (6° folletin de La Hora). A veces el cargo de conciencia estS en el subconsciente pero sale a la manera freudiana: "A don Ernesto se lo han llevado preso y aqui estoy yo vistiendome vuelta una Magda lena ... No encuentro la otra media. Me miro en el espejo. |Que palidezj £Fue un suefio? jQue repitan la escenaj " (6° folletin de La Hora). El tema de la descriminaci6n racial se ve en "La boina roja", si bien este cuento no lleva esta censura como fin. Sincin usa aqui un elemento mitologico y con el realiza mala- barismos literarios en combinacion con problemas del sub consciente otra vez. "La boina roja" es un cuento de ficci6n cientifica en el cual una joven norteamericana, Linda Olsen, por extraho misterio de sugesti6n, se convierte poco a poco en sirena y antes de concluir la etapa final de su metamorfosis, da a luz una nifta, que es una sirenita. Nace por ces&rea. El Dr. Echer se la practica, descubre la tremenda realidad y se espanta. A la manera de Faulkner, | 63 l Sinan deja entrever la mente del medico y por el flujo de su conciencia sabemos que: "(Esa noche, mientras la tem- pestad ponia su infierno de luces y ruidos, el, deseando conocer la verdad y ya cansado de ver sufrir a Linda, resol- vio adormecerla ... En ese instante surgio el raro mis ter io ... Vio una carita muy fina, muy tierna, sonrosada, y unos bracitos tersos impecables ... Sintio un jubilo tal que estuvo a punto de descuidar el parto ... Y ya anhelaba recibir en sus manos a la criatura para sentirla suya, per- fecta y sana, cuando aquello salt6, di6 un coletazo y rebot6 sobre el lecho ... )" (p&g. 27). El Dr. Paul Ecker, citado ante el juez, explica la muerte de Linda Olsen. Habia y actua como un personaje surrealista. Por medio de lo que &1 piensa, no lo que le dice al juez, se llega a conocer a Linda. Una de las carac- teristicas de Linda es la descriminacion que hace de los negros: "(No me recuerda ya? Son Linda Olsen, la de la boina rojaj ... ;Que memoria la suya, Dr. EckerJ ... He venido a buscarlo porque en la prensa he visto que el Insti- tuto de Piscicultura lo envia a estudiar los peces del Archipielago de las Perlas cerca de Panamei. ... Tiene Ud. que llevarme ... Es necesario que yo sea su asistente. ... 64 jTodavia ando cesante ... Si, si, no he de negarle que | recibi una oferta de John Hamilton.' ... }Que ofensa.' £Se imagina? Yo, asistente de un hombre de color. ... Todo lo celebre que Ud. quiera llamarlo. ... Ya se que es candidato al Premio Nobel. ... Pero aun asi ... Usted comprende, doctor ... )" (pag. 9). Continua el flujo de la conciencia de Ecker y solo el oye la voz de Linda que dice: "No me agradan los negros ... No puedo remediarlo ... Es algo que he llevado en la sangre desde pequefia ... Son taras de familia que no es el caso discutir ..." (pag. 23). Y continua el analisis psicologico con derroteros psicoanaliticos: "<£Como llegue a la playa? No lo s&. A lo mejor anduve perdido entre las rocas hasta caer rendido sobre la arena. Lo cierto es que al volver de mi colapso ya el alba despuntaba y habia amainado la tormenta, pero yo seguia oyendo dentro de mi el eco lejano de aquel canto mezclado a la honda resonancia del mar como si mi alma en- tera se hubiese transformado en un gigantesco caracol" (pag. 40). En "Lulu ante los Tribunales" la descriminacion racial va un poco mas alia de la diferencia racial de los caninos. 65 El perrero es un pobre mulato que acaba tragica y dolorosa- mente a los colmillos del enorme Karonte. Es decir, la condicion de negrura llevaba al desprecio. Un curioso comenta el hecho: "<£Un negro mato al perro? j Imposible.'" (pag. 171). Y luego, cuando un investigador afirma que el "crimen fue cometido precisamente contra la autoridad en- cargada de hacer cumplir la ley" (p&g. 171), otro de los presentes dice: "dQue autoridad? £El negro?" Luego, al decir que el negro representaba al Alcalde, le hicieron seftas que un familiar del Alcalde se encontraba presente y como si el haber dicho aquello fuese peligroso se turba y continua: "Pero es que yo no digo que el Alcalde sea un negro.' Haganme ustedes el santisimo favor de entenderme.' Lo que quiero decir es que el perro ... No, el negro ... Me estoy confundiendo ... " (pag. 172). N6tese tambien como en otra seccion del libro se habia de los antillanos encargados de recoger los perros callejeros: "Y todo el santo dia veiase por las calles a un viejo carret6n, para- petado a manera de jaula, tirado por dos negros de presa, andrajosos y mal olientos. Uno de los mulatos casi siempre iba a pie llevando al hombro una mugrienta y enorme red muy parecida a esas que sirven para cazar mariposas" (pag. 163). Cuando el abogado de "la zaniba Adelaide" (mujer del negro) fue a ver al belga duefto de Karonte para intentar "un arreglo amigable mediante una sumita,— oh, casi nada, total unos diez mil— , el Belga Loy mont6 sobre las furias, y muy poco falto para que no jupara— ahora si, de verasi— a Karonte ... £Diez mil pesos? Por un negro indecente? Oh, no faltaba m&sj " (p&g. 175). Hay un intento logrado de demostrar que la administra- cion de la justicia se encuentra en estado lamentable en el medio social. £Exageracion? QuizS haya alguna en mostrar a todos como funcionaba el mecanismo juridico en Panamei. El pueblo, en este cuento, se rie de las instituciones y de los hombres que las dirigen para el orden social: "Pero del publico que estaba en la sala, se elev6 de repente una solemne carcajada. Todo el mundo reia. La bullanga aumen- taba" (pag. 181). Otro cuento en el que Sinan se aparta del campo pura- mente imaginativo para establecer contacto con la realidad y en el que los problemas sociales invaden la esfera de su concepci6n es "Todo un conflicto de sangre" cuya medula la origina la descriminaci6n racial. En este cuento el problems principal lo constituye el conflicto emocional que se opera en una alemana, quien a pesar de que lleva sangre judia en sus venas, repudia esa raza, como tambien siente profundo desprecio por los negros. Otra vez aqui Sinin usa las teorias freudianas del subconsciente y el suefio para identificar el problema de la seftora Rosenberg quien cree que se esti volviendo negra. El doctor Serge, a quien "la barbarie europea habia empujado hasta America con una enorme 'J' en su pasaporte. JU D fo" (pig. 121), hace que le cuente las cuatro pesadillas que ha tenido ya que: "solo su subconsciente esti enterado de esa verdad, pues sus sentidos se apercibieron de ella cuando usted se encontraba en una especie de coma" (pag. 143). "El psico- anilisis", le explica el doctor, "se basa casi siempre en extracciones de verdades ocultas, dolorosas, que actuan contra el sujeto desde los bajos fondos del subconsciente ... Mientras no se las haga llegar a la conciencia seguirin alii ocultas produciendo esos complejos animicos y esos sueftos terrificos que usted me ha relatado" (pig. 144). La sefiora Rosenberg "procura ordenar, antes que nada, el laberinto de imigenes,— confuso, indescifrable— que era su mundo onirico" (pig. 132). Al fin, admite: — Yo debo estar pagando algun pecado doctor ... Si, debe ser como un castigo del cielo ... Ya 68 usted sabe muy bien que no transijo en los asuntos raciales ... siempre fui partidaria de la raza aria pura ... Por esof en Alemania, odie a la raza judia ... Siempre la vi como una raza plebeya. ... Luego, mas tarde, cuando me vine a America, note la mezcolanza de razas que hay en el Istmo. ... Y debo confesarlo, senti, la imprescindible necesi- dad de que triunfara el nuevo orden ... Habia que exterminar todas las razas de extracci&n inferior ... Y, sobre todo a los negros ... Yo los he visto siempre en mi concepto como una raza esclava ... Por eso los detesto. (pag. 130) Despues de haber hecho un anSlisis del material oni- rico, el Dr. Serge llega a la conclusion de que el trastorno de la Sra. Rosenberg tiene su origen en la lucha interna de dos fuerzas contradictorias: un "yo" que odia a los negros y otro agradecido, simpatizante, humano, que recuerda que le debe la vida a la transfusion de sangre donada por el negro Joe. Explica el doctor a la Sra. Rosenberg que: "cuando le trasfundieron la 'odiada' sangre de Joe, sufria usted un estado de transicion entre la vida y el suefio ... Sus sentidos captaban la realidad a medias ... Y fue su subconsciente el que oculto avaramente todo ese gran acervo de sensaciones penosas y amorfas ... Por eso fue un error no declararle los hechos ... en cambio, ... esa lucha in terna de fuerzas en tension le ha motivado un serio tras torno ... Ahora ya puede hallar la explicacion de sus sueiios" (pag. 146). i 6 9 Ironicamente, al final del cuento, a la Sra. Rosenberg "jla sorprendieron con un zopenco negroI" (pag. 155), lo que ocasiona los siguientes comentarios de elegantes damas del Club donde habia ocurrido el incidente: I — ;Mira, me alegro.' Ya me tenia cansada con ese cuento de la raza aria pura.' — {Malhaya la purezaj — jlmaginate.' ... ;Parece que la cosa fue con un negro ... . ' — <>Ese era el odio que les tenia? — jPues vaya un ascoI (p£g. 120) E. Dr. Serge, que sabia que la viuda Rosenberg habia demandado que se le hiciera otra transfusion con la sangre de un ario puro, y cuyo resultado habia sido en los anales del Hospital "como una mixta y bien lograda experiencia de cirugia y psicoanalisis", puntualizo: ";Vaya un conflicto de sangre.'" (pag. 156). Otro cuento de donde se desprende un mensaje social, aunque sin intento de denuncia, es "Sin novedad en Shang hai". Este cuento relata lo que pasa en la travesia de Calcuta a Shanghai— viaje hecho por el autor mismo— durante la segunda guerra mundial. En este barco viajan muchos judios lanzados de Europa por las persecuciones nazis. 70 ;Viajan gregariamente, masivamente. Son explotados. El unico delito es ser judios. 10 es que alguien, que cono- ciera la mentalidad nazi y la exaltacion de la raza aria y la intrincada situacion economica alemana de aquel entonces, lo podia tener por poco? Este es el mensaje sutil en el cuento: "Se contaba que ya el mismo vapor habia llevado diez mil hasta Shanghai y aun seguiria llevando. Les arran- caban todo lo que tenian y los enviaban al mundo con diez marcos. Diez marcos solamente. dQue se puede hacer con diez marcos? Los habia de diversas clases y profesiones: pedagogos, doctores, artistas, cocineras, modistas, etc. Se les habia acomodado en el vapor, sin distinci6n de clases, a la buena de Dios" (p&g. 98). Los hechos se desarrollan en el momento de la guerra cuando el Japon ha cometido su ataque a Pearl Harbor. El barco del cuento "Sin novedad en Shanghai" es tiroteado por una lancha patrullera japonesa. Hay drama en el desenlace: hieren, en el ataque, a una chinita hermosa, inolvidable. El pavor anda suelto por las crujias: — jPronto! ;Un medico.' Llamen al medico de a bordoj — jQue venga el ComandanteJ ... 71 — ;Calma.’ jCalma, seftoresj — iQue ha sucedido? Por Dios, <ique ha suce- dido? ... — Le disparo ... desde una lancha ... un soIdado ... — Eran soldados japoneses— agrego un marinero. — Disparan contra el barco.' decia una Lady. — Nos van a asesinar.' — jMisericordia, Seftor.' (pag. 108) La guerra es un tema tocado con alguna frecuencia en los cuentos de SinSn. Expresiones tales como "el nuevo orden" ("Todo un conflicto de sangre", pag. 121) y el "Fuhrer ... jHeil HitlerI" (pag. 128) reflejan el escenario de algunos. En "La voz decapitada" se hace alusion a "la gestapo". Este cuento, comentado brevemente anteriormente, sintetiza en una frase simbolica, toda una tragedia: "Re- signate mamita", era el grito de los grandes momentos, de las grandes ternuras, de los grandes dolores. Se ha dicho antes en este trabajo que un rasgo peculiar de Sin&n es su inclinacion hacia los temas que aluden a la conciencia y a los valores morales. El artista siente en lo m£s profundo de su ser las angustias del mundo y de los individuos de ese mundo. Esta preocupacion por los honibres que lo rodean, por sus luchas y sacrificios quedan plena- mente mostrados en su poema "Incendio", que se analizar& en detalle en la seccion dedlcada a la poesia, y en donde canta con voz delirante y casi biblica la tragedia que sufrio un sector de la ciudad arrasado por un voraz incen dio que dejo varias victimas. Esta gran sensibilidad suya se ve en "Cuna comun" cuento tambi^n discutido anterior- mente, donde Sinan toma sus personajes de la realidad circundante, entre ellos la patrona gorda, personaje para- dojico, como es el cuento mismo una paradoja. La gorda, a pesar de su degradaci6n, ofrece sedimentos de ternura y de bondad a la pequena Ulalia que es como una gema limpia destellando luces puras al lado de la cuna, donde se mece adormecido el resultado de una situacion en la que puede suceder lo que Sin&n cuenta en un mensaje de critica pun- zante, pero con dolor (vease pagina 54 de este trabajo). Un cuento de conciencia, de valores morales en pugna contra la falsa moral es "A la orilla de las estatuas madu- ras". Por medio del simbolismo presenta Sinan un drama hondo, en realidad, por ser el drama de la sociedad. El cuento es en realidad un violento ataque contra la falsa moral, el fariseismo triunfante y boyante en la sociedad. IEn el aparecen los prejuicios que atan y encadenan al hom- bre, la falsa moral con que se ocultan vicios, pasiones. Alii sale el hoiribre misero, a juicio del autor, pero con ganas, muchas, quizli todas y exclusivas de salvarse; vanas, sin embargo porque los medios con que cuenta llevan en si mismos la perdicion de la paz espiritual. Son ganas en lidia fiera con tensiones reprimidas y pasiones con bozal que a veces le pierden y pasan del ladrido a la dentellada. Este hombre que nos represents a cada uno de los mortales en el cuento es el cura del pueblo. El otro personaje sim- bolico es el nifto que est& identificado con la Tierra y en su monologo va reflejando su mundo tropical; 61 es la ;conciencia con la voz en marcha, con los ojos abiertos de par en par. Son los ojos de un mundo como el de cualquiera de nosotros. A su alrededor tiene unas tias severas, con sus pequefias miserias, y una cura que perdona y rebaja la gravedad de los impulsos del hombre natural. Ese niiio en la intencion del autor es un mundo joven en tiempos pre- mesianicos; espera una revision de situaci6n, mejores solu- ciones, el advenimiento de una cultura autentica, en que la vida sea mas limpia y mas justa, cuyas corrientes teluricas se lleven, como de riada, los tabus y todos los totems que 74 la cultura anterior habia entronizado por los altares de la ciudad o las colinas de los campos. La lucha se libra en el rio. Y al rio llegan tres nifias, las otras protagonistas simbolicas: son sanas, bellas, explosivas, que se desnudan y se bahan. Son una exaltacion de la vida cuando la vida est& en el zenit del esplendor. Son tres, como lo fueron las Gracias legenda- rias de Grecia. No tienen prejuicios; ya estS dicho que estan desnudas, desnudas de prejuicios. Las nihas rien frente al impetu del rio, del muchacho, de la vida. El rio marcha como marcha la vida: a veces un dique, una esclusa, pero el agua brinca, explota y sigue. Cantan: ninguna !falsa moral les cohibe, revientan de vigor. i En ese momento llega el curita de la aldea. Bien en- sotanado, con su sombrero de teja, su breviario bajo el brazo. Llega al rio como quien huye de si mismo. Est& perdido. Le encadena una falsa moral. Lucha como puede y se defiende como puede entre lo que sabe y lo que siente, entre el cielo y la tierra. En realidad, el curita es— como dice el poeta Peman en "El divino impaciente"— como cualquier bipedo mortal, "un puhado de tierra que tiene afanes de cielo". I 75 ; El curita tal vez estuvo enamorado alguna vez, al menos platonicamente. M£s no le estaba permitido. Vio una mujer de ojos verdes como el trigo verde y el amor vegetal le pego un corcobo de caballo andaluz en sus corrales inte- riores: "Carmela era la causa. Pero, Sefior, iqae culpa tenia la pobre muchachita de tener buenas formas? Pero no eran sus formas solamente, eran sus ojos verdes. £Por que, cada maftana, cuando venia a traerle el desayuno, se le que- daba ella mirando con esa sumision de cabra? Ese era su tormento. Cada noche lo tentaba el demonio. ... Y no lo- graba, ni conciliar el suefto, ni apartar de su mente los ojos verdes de aquella criaturita" (pag. 57). El cura va y se sienta junto al arbol y reza el bre- viario. Mira al rio. Es un espejo; en el ve reflejados los cuerpos desnudos de las tres nifias que se habian subido al arbol. Tentaciones, piensa; obsesion. El curita se enfrenta a la vida, como otras veces, como siempre; alguna vez morirci en el enfrentamiento: caeri. Le pierde su moral. Las muchachas rien. ilronia? Imposible centrarse en el rezo. Aquellos cuerpos le picaban la curiosidad y, de paso, le molestaban: £Por que en las ondas veia tambien reflejos de ancas, piernas y senos? Queria mirar de nuevo. Queria cerciorarse. Pero no se atrevia. Sentia 76 en la nuca la mismlsima garra del Maligno. "jAve gratia plena dominus tecum.'" Sinti6 valor. Hizo un esfuerzo duro, y poso la mirada, casi desfa- llecida, sobre las ondas. {Oh, Sefior.' {Si, sefior I La geometrla infernal estaba alll, de nuevo, como en el suefio. Exacta.' Se movlan en las ondas, se cruzaban, las llneas dociles. Ancas, piernas y senos de mujeres.' "SatanSs, vade retro". Se per- signo angustiado. Tir6 el libro. Se alzo. Cogio su ropa. Y cuando iba a vestirse— jAlabado sea DiosJ— oy6 risas agudas, largas, estentoreas, que calan de los cirboles. (pag. 58) Y el pobre cura creyo que era el infierno que se levantaba contra su voluntad tantas veces vencida: "{Oh ya no pudo m&sj Todos los diablos del infierno hablan venido a ten- tar lo. Y huyo tal como estaba, por el camino lleno de sol. Una nube de polvo y carcajadas lo segula como un rabo, como una maldicion" (pag. 58). Del profundo significado queda convencido, con lo dicho, cualquier lector. Y solo queda sugerir que Sin&n es intencional; no yuxtapone palabras solo por ritmo literario. Va a la idea. Ese muchacho, que camino del rio se va per- diendo, en realidad es que va huyendo de sus tlas— huyendo del mundo— y el rio es el hogar autentico de su alma. Es el hombre que huye de la sociedad atosigante, farisaica y trapacera. El cura es el hombre que busca la honradez del arbol y del rio, la convivencia paclfica de los animales I amigos, el silencio que el viento o el rio vuelven musical, 77 la paz. Es el hombre que busca su propia alma, a si mlsmo. Al analizar los personajes de este cuento, el nifto- hombre, el cura-nifto, y las niftas-mujeres se repite lo 'dicho anteriormente; son simb6licos, no en un sentido lite- rario, sino ideologico, trascendente. Por este simbolismo, el personaje reune en si las notas de todos los de su espe- cie, de su condici6n, de todos los marcados por la misma lacra social, la misma moral o la misma idea sea la que sea (politica, social, religiosa) . En el, pues, estein todos los principios rectores de vidas; en el se reconocen todos los congeneres que con nosotros comparten el pan y la sal de la vida. Estan hasta las circunstancias concretas, las nuestras, las diarias. En los otros personajes de Sinan, se destaca un tipo de personaje repetido: la mujer, vgr. varias de las ya mencionadas en este trabajo como Linda Olsen en "La boina roja", la chinita del arrozal en "Hechizo", Lulu— que per- tenece al genero femenino— en "Lulu ante los tribunales", Ulalia en "Cuna comun", Laura en "La ultima victima de la revolucion", la doctora Duarte en "La Nochebuena de la doctora Duarte", la Tia Fina en "Navidad, pero sin pavo". Muchas de estas mujeres estein psicologicamente afectadas 78 por un conflicto emocional, como se vio con la viuda Rosen berg en "Todo un conflicto de sangre". Este es el caso tambien de Laura, en "La unica victima de la revolucion". Aunque su problems es diferente al de la Sra. Rosenberg ; habia en la misma forma incoherente. Laura habia y cuenta sus pensamientos y sus reacciones ante el choque con la realidad. Su monologo interno confuso recuerda al de los personajes de Faulkner y James Joyce, excepto que aqui si hay puntos y comas: Me da un beso en la frente. jQue respeto.' Tiene los labios frios. Sangre de aspe. Ya ha cerrado los ojos. Los vuelve a abrir. iSe ha ido? Oigo el porrazo de la puerta al cerrarse. Se alejan. Me levanto de prisa. jVistete pronto, Laura.' Hay que llegar cuanto antes a casa. Revolucion. jMal- haya.' eQuien hablo de esto anoche? No recuerdo. i No me emborracho mas. Falta una media. < ? Donde estar&? Me peino asi desnuda. Ya nadie puede verme. Me quisiera baftar. No hay que apurarse. |Que mala suerte tienes, LauritaJ Cuando ya co- menzaba tu vida de placeres y alegrias. ;Que diablosj La aventura ha pasado. A don Ernesto se lo han llevado preso y aqui estoy yo vistiendome vuelta una Magdalena. £Por qu& lloras idiota? ... Me visto a la carrera. Me pinto un poco y salgo. ... No hay nadie en la escalera. Bajo sin hacer ruido. Viene alguien. dQuien serS? Me detengo. ... Me escondo. Dos soldados con rifles. Van a pasar cerquita. iQue dicen? Parece que no hay victimas ... Siguieron. No me han visto. Con- tinuo calle abajo. £No hay victimas, dicen? cSere la unica victima de la revoluci6n? Quien sabe ... Estaba escrito ... La aventura ha pa sado ... Seria un suerto o un castillo de naipes? (6° folletin de LaHora) 79 Analizando un poco en detalle los cuentos de Sinan con i !el proposito de ver c6mo traza sus tipos y caracteres se puede notar que en lugar de preceder la accion con la des- cripci6n del fisico de un personaje, de sus cualidades morales y psiquicas, de sus costumbres, Sin&n trabaja la accion, empieza a desarrollar su asunto, nos introduce de entrada en el conflicto y deja que los caracteres vayan presentcindose y descubriendose por si mismos mediante los actos que ejecutan, las palabras que pronuncian, los pensa- mientos que corren por sus mentes, y los gestos que hacen. Sinan presenta los personajes con sus caracteristicas pro- pias, tal como los han modelado las leyes fisiologicas y ;hereditarias, el medio en que viven y las ideas y senti- mientos que los gobiernan. Esto se ha visto ya en perso najes como la viuda Rosenberg, el Dr. Paul Ecker, la Tia Fina, la Dra. Duarte y Tony el de "La voz decapitada". Ya se ha citado a Laura, la protagonista del cuento "La unica victima de la Revolucion", aquella fantasiosa Laura, tan ingeniosamente presentada, hablando en forma incoherente, a primera vista, pero que est£ cuidadosamente estudiada para producir esa impresi6n de incoherencia y mostrando en forma escueta no s6lo su figura y sus modales, sino tambien i 80 j |sus ideas, sus secretas ambiciones y esperanzas, sus rec6n- ditos pensamientos, sus ocultos defectos y hasta el escon- dido resorte de su conciencia. Laura es, ante todo, una victima. Ya lo dice ella misma en el p&rrafo citado. Es una victima de su propia carne y de la crueldad de un hombre. Otro caso de mujer psicol6gicamente afectada se en- cuentra en la protagonista de "La boina roja" quien, bajo el influjo del mar y el exotico ambiente del archipi&lago de las Perlas, sufre una curiosa transformaci6n. Su obse- sion por el mar, por las fuerzas desconocidas que posee, tiran tanto de ella que la arrastran a una aventura en que sucumbe y se hunde en las profundidades oceanicas que la habian encandilado. "Lo grave", explica el Dr. Ecker al juez, "es que el conflicto fue agudiz&ndose con manifesta- ciones de terror ..." "Motivado", trata de interrumpir el juez: Por un poder ignoto ... Ella explicaba que se sentia atraida por un abismo de deleitables trans parencies ... Ese augurio de goces con posibili- dades de agonia la ponia en trances contradictorios de repulsion y simpatia como ocurre con la inexperta adolescente que, sintiendo la seduccion erotica, frena el deseo por miedo de la culpa ... Esa idea nebulosa de su trastorno adquiria a veces la seduc- tora forma de tritones que la inhibian cantando obscenidades cuando no retozaban con carcajadas I 81 I ebrias ... De all! su afin constante de chapalear entre las ondas; tan intenso, que a veces levan- tabase del lecho, sonimbula, y desnuda, se dirigla a la playa a grandes saltos ... Estos dlversos sintomas me fueron indicando su fatal propensi6n a convertirse en slrena. (pigs. 32-33) En algunos casos como en "A la orilla de las estatuas maduras", los personajes no tienen importancia como tales. Son simple medios de los cuales se vale el autor para ex- presar un drama mis profundo, mucho mis grande que el que puede caber en la simple vida individual de cualquiera de los que all! aparecen. En "Las estatuas" como se ha visto, el nifto es la conciencia, la voz y los ojos de ese mundo que describe. El cura representa la tragedia de una cul- tura que no toma en cuenta lo que hay de irreductible en el hombre, de una cultura llena de prejuicios que atan la voluntad del hombre impidiendole actuar como verdaderamente siente. Las muchachas que se baftan en el rio reflejan la parte sensual de la vida sana y sin prejuicios. En este cuento, como en "Los pijaros del suefio", no existe el argumento convencional realmente. No se preocupa Sinin de llevar una trama a un desenlace determinado, sino captar estados de inimo que mis nos dicen sobre las vidas de sus personajes, que todas las historias que de ellos se pudieran contar para terminar el cuento feliz o trigicamente. 82 Como un aparte en este comentario sobre los personajes en los cuentos de Sinin, es de interes mencionar aqui que los de "La boina roja" estin tan bien trazados que fue posible hacer una dramatizaci6n de este cuento. (La drama- tizaci6n fue hecha en Panami en 1972 bajo los auspicios de El Instituto Panamefio de Arte.) Otros personajes que el escritor dibuja con trazos de aguafuerte, adquieren por la virtud magica del arte, un relieve de presencia de tono acusatorio que pone en el "banquillo" a mucha gente, vgr. los personajes, en particu lar la protagonista Ulalia de "Cuna comun". Sinan, amante del buen paisaje, lo describe poco. Lo descriptivo no corre parejo con lo narrativo; indudablemente hay mas narracion en la cuentistica de Sinin. Sin embargo, i ;se pueden anotar varias instancias en donde la descripcion, a pesar de ser breve, presenta la naturaleza como un sujeto cabal de hermosura, como por ejemplo en "La boina roja": "Alla en la islita no hacia tanto calor. Era agradable sentarse en los penascos a la orilla del mar ... Hundir los ojos en la vasta movilidad oceinica ... ver como se divier- ten los raudos tiburones ... Y sentir la caricia del viento que te echa al rostro la espuma de las olas" (pag. 7). 83 0 los cuadritos rurales que se intercalan en "A la orilla de las estatuas maduras": "Debia ser mediodia. Era la 1 hora propicia al aguaite. A poquito caerian a beber agua las palomas. Puso el oido ... Nada.' Solo el viento movia fuerte las ramas; pero tambien se oia la mtisica del agua, que corre y corre siempre quien sabe ad6nde". Es un cuadro vivo, tornado de un punto cualquiera del interior de PanamS, en el que se pinta una escena tipica de la vida de los muchachos del pueblo. Sin&n, que escribe este cuento es- tando muy lejos, en Paris, se apega a su tierra natal como si tuviera ventosas. Ya lo habia hecho antes en su poesia, y lo hara otras veces mas. En "Las estatuas" est& el campo ;inconfundible, la vegetaci6n exclusiva del tr6pico, la fruta inevitable— los mangos.'— que demostrarfi qui6n de los mucha- i ichos es el audaz para robar, el rio donde el baharse es correr una aventura, el toro bravo que tiene ausentados a los lugarefios. Viase esta descripcion de la caceria de las palomas, deporte de los niRos campestres y campesinos: Seguia el ruido del viento y del agua. Pero ya comenzaba a oir en la distancia el "tira y jala" del turruteo. ... De pronto oy6 a su espalda un alocado sacudimiento de ramas. Pens6 en el toro; y algo se le subio a la garganta. Loco revoloteo. £Una paloma? Se envolvio en un silencio peque- nito. ... 0y6 un zumbido largo como de bala y ... zas.' alii cerquita, sobre una rama, se par6 la 84 paloma.' Se zarandeo un poquito. Alz6 el pico. Miro a un lado y a otro. Y se quedo un momento como escuchando. Despues, se di6 a espulgarse. Hecho un ovillo de silencios, &1 la estuvo escu chando. (pag. 46) Bella y tipica descripcion es esta que tiene tambien un fin utilitario, es decir, en cuanto sirve para la accion. Sin&n esta marcado en su creaci6n por el paisaje y la tierra en que naci6 y creci6, vgr. el mar en "La boina roja", en "Navidad, pero sin pavo" y en "Los pajaros del suefio"; el campo panamefio en "Las estatuas" y en "Casa comun" que son una vuelta al paisaje campesino de su nifiez. Se halla en estos cuentos una poesia de las experiencias y vivencias de su adolescencia para siempre dejada. "Un hu- milde pueblo marinero que entretenia sus ocios lavando entre las olas sus ranchos y palmeras, sus bongos y sus cayucos, sus hornos de hacer cal y sus extrarios caracoles sonoros" (pag. 7), es el escenario del cuento "Los p&jaros del suefto". La ubicacion donde un aprendiz de hombre nace, vegeta y crece, trabaja los rudimentos de su personalidad, se inicia en los problemas de la vida al descubrir que su naturaleza fisica y la otra psicologica se mueven por bridas invisibles manejadas por mano invisible desde posiciones no localizadas ... Los impulsos naturales, que no acierta 85 a definir, que los siente y los vive, que le sorprenden y I a veces le exaltan, otras le hunden y siempre le anonadan: "En una de esas aldeas de Pescadores zozobr6 mi puericia" (pig. 7). Sentimentalismo romintico es la atmosfera, algo pega- josa, atmosfera encerrada en globo de celofin que describe: "Nuestra niftez descalza (la mla y la de mis primas) retozo por sus playas y se volvio racimo entre las ramas de hospi- talarios irboles frutales. Mi abuela (requiescat) acostum- braba a deambular con nosotros, a la buena de Dios, como una clueca rodeada de nietos" (pig. 7). Paisaje movedizo, de peligro, el paisaje del mar, es la vida a bordo de un bongo o de un cayuco: "Prefiero confesar que mis ocho afios no se sentian tranquilos sino hasta el grato instante de saltar a la arena" (pig. 9). 1 Pero al contacto con la tierra firme, las cosas mejoraban: ";Que delicia inefable echarse al agua con las piernas des nudas y que tibio el cascajo bajo los pies desnudos.' ..." (pig. 9). El tropicalismo, caliente y exhuberante, estan en el cuento, un cuento costero y riberefio, en un pueblo que vegeta junto a las algas marinas: "Sobre la lama gris de j 86 i los manglares se asolean caimanes fara6nicos que al vernos se inquletaban. El chapoteo que hacian al deslizarse en el agua deshilvanaba el vuelo de las garzas morenas" (pag. 8). En "Cuna comun" utiliza con definitivo acierto el pai saje interiorano. Pero Sinin, a pesar de haber dado a los mangos la mis alta jerarquia poetica que esta fruta tropi cal puede alcanzar, ve con su pupila penetrante de escritor urbano el dolor de la ciudad, ya que el aire de los campos y de las montaftas incontaminadas, es al menos, un sedante, que puede mitigar el drama. Por eso Ulalia y su tragedia termina en el asfalto, entre luces de neon, bocinazos de automoviles y estridencias de cantina. Alii empieza y alii acaba el cuento. Al lado de la cuna comun, donde el nifio, olvidado del llanto reciente "reposa en un remanso de sueftos pespunteado por burbujitas de hipo". El anibiente narrado por Sinin es un ambiente enclavado dentro de su pais natal al que da el decorado de la ado- lescencia para hacerlo mis panameiio. Existe, eso si, una marcada diferencia entre la simple ficci6n poitica de Sinin y su vision narrativa, es decir que la diferencia de con- cepcion esti dentro de su misma obra. Es Baltasar Isaza Calder6n, critico panameiio y catedritico de filologia 87 espafiola de la Universidad de Panama, quien mejor capta j esta diferencia cuando al describir a SinSn como un "lirico malabarista de imigenes y un diestro fantaseador de his tories", aRade: "Su inspiraci6n de poeta discurre por muy otros caminos que los frecuentados cuando viste los arreos del narrador. Si se engolfa en la tarea poetica, escapa de la realidad cotidiana, huye de los contenidos objetivos y se queda con el recurso estetico de las imigenes, acomo- dcindolo a la tecnica de nueva usanza. En cambio, como 13 cuentista, procede en sentido inverso". Es asi como el ambiente en los cuentos de Sin&n esta saturado de una vitalidad tropical, verde y sensual, de tal manera que se nota perfectamente que, Sin&n, al escribir sus cuentos, no se somete a ninguna de esas limitaciones [ poeticas sino que se deja llevar por su temperamento y por su educacion, sujet&ndose solo a las necesidades esteticas de su obra. Otra vez el Dr. Isaza Calderon opina: "Reve- lase asi como hombre de fuerte raiz tropical, en quien los ardores de la sangre cobran imperio inusitado, inclinindole hacia esas zonas de la vida donde contienden los impulsos 13 Baltasar Isaza Calderon, Estudios literarios, 2a ed. (Madrid: Industrias Graficas Espafta, 1966), p^g. 252. 88 idel sexo con otros intereses de pareja urdimbre abisal" (pig. 253). Sinin delimita perfectamente bien dos clases de am- biente: uno, el exterior, el paisaje lleno de vida y de tradiciones familiares sencillas, y otro, el interior, el submundo, que como hemos dicho constituye, quizi, la se- gunda caracteristica peculiar de la obra narrativa de Sinin. En Sinin el ambiente va mis hacia la ficci6n por los senderos del psicoanilisis, influido indudablemente por los estudios de Freud, y del Dr. Jose Ingenieros, as! como las teorias cientificas de Paul Jacot. Esto no desniega lo dicho anteriormente, con respecto a la importancia del am- biente exterior en la obra de Sinin. Todo lo contrario. Se diria que al construir su escenografla Sinin tiene un cuidadoso esmero en sus relatos. Ya se ha dicho en este trabajo que generalmente los escenarios de Sinin son autenticamente panameiios; solo en muy contadas ocasiones— como es el caso en sus dos narra- ciones sobre Oriente— se hace definitivamente exotico, y pierde los perfiles istmehos del tropico. Hay que hacer la salvedad, sin embargo, y otra vez sin contradecir lo ante riormente dicho, que existe en los cuentos de Sinin un marcado ambiente de cosmopolitismo, debido indudablemente a sus continuos viajes y experiencias por diversas faces del universo. Este cosmopolitismo que se advierte especial mente en la tecnica de Sinin es precisamente lo que lo identifica mis como hombre preocupado por los menesteres ;paname!ios e influido por su propia tierra. Una de las caracteristicas mis notables del Istmo, y previamente dis- cutida en este trabajo es justamente su cosmopolitismo, su situacion geogrifica de "pais de trinsito"— para usar las palabras de Sinin mismo— su calidad de albergue de todas las razas y de todos los idiomas. Sinin no le teme a lo forineo; antes bien lo busca y lo usa con tal acierto que logra enmarcar su obra dentro de la vida panamefia. ■ Vease ahora el estilo de Sinin. Claro que hablar Jdel estilo implica discutir la tecnica y los procedimientos lingili sticos que emplea, porque en realidad el estilo son los rasgos que caracterizan a un genero, a una obra, o a un escritor, o a una ipoca. Estos rasgos naturalmente se definen en cada autor por su manera individual de "afiadir a un pensamiento dado todas las circunstancias calculadas para producir todo el efecto que este pensamiento debiera 90 14 producir" (Stendhal, Racine et Shakespeare, 1823-1825). I Por eso cuando se dice que en los cuentos de Sin&n predomina el estilo confesional, el soliloquio, hay que analizar como llega a ese efecto. iQue recursos de tecnica o estilistica usa para conseguirlo? La contestacion desde el punto de vista de la tecnica es que emplea el monologo interior; desde el punto de vista de la expresion, la frase es corta, nerviosa, interrumpida. 0 si se dice que usa la tecnica del flujo de la conciencia entonces se observa el estilo de frases escritas todas corridas sin punto ni coma. Si deci- mos que muchos de sus cuentos presentan una tecnica cinema- tografica, no solo por el montaje cuanto por el modo de llevar adelante el plantamiento psicologico, se nota que esta caracteristica esta realizada utilizando el recurso dram&tico del di4logo, si bien con una gran libertad, pues no siempre existe el intercambio r&pido de ideas entre quienes hablan, sino el monologo ya mencionado, dentro del cual surgen pasajes descriptivos que alternan con otros de caracter narrativo. Son los propios personajes los encar- gados de informar al lector sobre el diverso proceso de 14 Citado por Raul H. Castagnino, El an&lisis literario (Buenos Aires: Editorial Nova, 1967), pag. 202. 91 sus vidas. Es decir que Sinin como autor no suele hablar. Hace hablar. Cualquier sitio le sirve sin necesidad de ! escenografia para sus muftecos de guiftol; los coloca, van y hablan. Y en los relatos aparece alternativamente un juego de vivencias: los que corresponden a la experiencia del momento del protagonista y los que pasan por su mente suge- ridos por aquella. Mantienese asi una tensi6n que drama- tiza las peripecias del cuento, tal como sucede en "A la orilla de las estatuas maduras" y en "La boina roja", por ejemplo. En "A la orilla de las estatuas" tanto el nifto, como el cura van de la experiencia del momento a otra que se les pasa por el pensamiento, pero sugerida por la pri- mera. En "Las estatuas" en el pasaje que citamos, el niiio pasa de la caza de palomas a Goyo Gancho, al rio, al toro, y otra vez a las palomas: Se escondi6 nuevamente entre los matorrales y siguio preparando su "tapon" para cazar palomas. Goyo Gancho tenia un "tapon" que— jpuchas.' era tamafio grande. Goyo Gancho sabia muchas cosas. Era su buen amigo. Amigo para el rio solamente o para robar mangos en la finca de Chago Lopez, por- que en cuanto el "tap6n" ... (— Me lo prestas, Goyito? Voy al rio no mis y te lo traigo como si naa ... ) ... no habia querido ni dejirselo oler. Y no hubo mis remedio que hacer uno de la mejor manera posible. Habia ido recortando ramitas secas, las 92 mcis derechas que habia hallado. Ahora, ya es taba casi lista la "tapa", en forma de pir&mide. iY si el toro venia? Seguramente era ese que habia traido de la feria Don Patrocinio. Lo habia visto una tarde einbestir a un potro. Por poquito le saca las tripas. Mira para el cirbol. Se bamboleaba. De alii arriba, ni Cristo ... Hacia calor. Se seco con la manga la frente. Debia ser mediodia. Era la hora del aguaite. A poquito caerian a beber agua las palomas. (p&g. 45) En "La boina roja", fantasia, sueflos, visiones, alu- I cinaciones, recuerdos, todo estci entrelazado. La mayor parte del cuento es un monologo interior, donde las cosas se suceden las unas a las otras tan r&pido como el perso naje las piensa y que en un momento dado toca cima de posi- :bilidades y de drama: el alma de uno de los personajes I principales se repliega sobre si misma y se abstrae de los I sucesos encadenantes. Para Paul Ecker es una salida i ansiada, un ansia captadora de lo m&s hondo y doloroso de la tragedia en aquella isla. El Dr. Ecker, citado ante el juez, explica la muerte de Linda Olsen, o mejor dicho, trata de hacerlo, porque la mayoria del tiempo su mente se va al recuerdo: "iC6mo hacerle entender a aquel obeso seiior de piel viscosa lo que | fue para ellos el farallon? ... £De que modo hacerle infe- irir que aquello tenia cierto epicureo sabor de egloga 93 antigua, de pastoral pagana, de buc6lica sinfonia tropi cal?" (pSg. 14). i No se explica, ni puede explicar, excepto como el , complejo de Glauco, la conversion de Linda en sirena; los antecedentes se entrecruzan y vuelven todo el asunto invero- i simil. La realidad es que Linda acompafto al doctor a una isla para contemplar y estudiar el desove de los peces. Un dia, all! mismo, en las aguas del desove, el doctor poseyo a Linda. Imposible saber de seguro si el Dr. Ecker mato al feto que el hace nacer por ces£rea, o si el feto de sirena se le escapa en el mar o si ... Hay un definitivo estilo jcubista en la narracion, porque al juez le dice Ecker que I ! el habia matado a la criatura porque habia nacido informe— |como le habia ya ocurrido con el hijo de su ex-esposa. Sin embargo, a Linda le dijo que la criatura habia nacido de ebano. Esto era cosa imposible porque ella nunca se habia entregado al negro Joe Ward. Seguramente el doctor mato a la criaturita porque nacio rubia, parecida a Ben Parker. 10 nacio sirena y, para que no se quemara sin oxigeno, por iexceso de oxigeno mal asimilado, la llevo a su medio am- Ibiente, el mar? i 94 i Cada lector es libre de escoger la "verdad" que mis le guste: la mis verosl.mil o la mis artlstica. Aqul se notan las influencias, que, indicadas por el mismo autor, tiene "La boina roja". En efecto, el dejar al lector que escoja la solucion al "crimen" es lo que hace Pirandello en Cos! e (se vi pare)— algo as! como el Shakes- periano As You Like It. Tambiin hay algo de Roshomon, film japonis de tema medieval con ticnica moderna que en 1950 habla sido premiado en el festival de cine de Venecia, y de la pellcula francesa Las dos verdades. Ecker continia divagando en su mente: " (... dComo explicarle al juez la gran verdad, si a medida que avanzaba hacia ella la crela menos real? Y el mismo comenzaba a dudar de lo que habla comprobado con sus manos en las que aun persistla la sensaci6n del milagro. £C6mo hacerle en- tender sin prueba alguna que aquel raro prodigio no fue ilusion de sus sentidos? Paul Ecker sabe bien que si declara la verdad que 61 conoce, traerin a un alienista para que lo examine. Sin embargo, s6lo piensa en aquello ... )" (pigs. 26-27). Y el cuento termina como en las obras acabadas de men- cionar sin llegar a desvelar el misterio que encubre la muerte de Linda. 95 En realidad este cuento es una sintesis de un estilo i tropical, imaginativo, colorista acustico con tecnica ya adulta: "Todo en la isla me parecla un milagro de la Naturaleza ... Los colores del mar; el juego alegre de es- pumas y gaviotas; el canto de los p&jaros; el brillo de la luz; la exuberancia de la vida; la canicula; y el olor penetrante de la tierra despues de la tormenta. ... Mi cuerpo joven se deshacia en un delirio deslumbrado ... Por eso, en pleno goce de mis actos, retozaba descalza bajo la lluvia ... Queria ser una nota en el gran canto de la natu raleza" (pag. 23). A los rasgos que componen el estilo "sinense" hay que ahadir un sentido humoristico que a veces se desliza con suavidad y fineza en las narraciones, lo cual diluye lo i i tr&gico y fatal que podrxa dejar un sabor acre en el pala- dar de los lectores. Por ejemplo, en "Lulu ante los tribu- nales", de una manera humorista Sin&n parece filosofar que si los hombres no respetan la jerarquia de valores, si carecen del recto sentido del bien para valorar sus insti- tuciones, los animales no tienen por que respetar los sitios que deben ser respetados. Y alii mismo ante la autoridad y la ley, "mientras los sefiores discutian afanosamente el modo ide salir del berenjenal, la traviesa Lulu habia logrado acercarse a Karonte y ambos, de mutuo acuerdo, habian creido oportuno aprovechar la alta presencia del Tribunal, para cumplir al menos con lo Civil" (pag. 181). Tambien termina con humorismo "A la orilla de las es- tatuas maduras" para relajar la tension que habia creado el nerviosismo del pobre curita: "Y cuando iba a vestirse— alabado sea Dios— oyo risas agudas, largas, estentoreas, que caian de los arboles. ... Y huyo tal como estaba, por el camino lleno de sol. Una nube de polvo y carcajadas lo seguian como un rabo, como una maldici6n" (pag. 58). En "Hechizo", el fotografo, curado, convaleciente salia todos los dias al patio acompaftado de una joven malaya. Al despertarle la salud, le desperto el deseo. A punto de i imaterializarlo, descubre que la malaya es virgen. Huye. El pensamiento de haberse hecho con la chinita doncella y haberlo pagado con dolores, pesadillas y v6mitos, le pone en fuga. Y surge el humor de Sin&n: "Ya no vuelve, estis bien sano. Regresa. Ella te espera", le dice el brujo chino. Y el protagonista regresa "hacia el crepusculo, adonde ya comenzaban a brillar las estrellas” (pig. 82). Sinan trabaja con el esmero de un orfebre para vestir de lujo sus ideas; pule, retoca, afina y estiliza los 97 contornos esenciales de sus personajes, que despues de |depurados se convierten en simbolos como son los protago- nistas sin nombre de "A la orilla de las estatuas”. Que I SinSn es culdadoso y detallista se ve en el vocabulario i tecnico empleado en "La boina roja" el cual da color al !cuento. Este vocabulario obviamente lo ha tenido que ad- quirir despues de estudiar libros de oceanografia y otras ciencias relacionadas con el mar. Sinan formula su pensamiento con correccion y elegan- cia; en su estilo se extiende en giros armoniosos, y en frases atildadas: metaforas, imagenes, an&foras, aslndeton, enumeraciones, comparaciones, hiperboles, elipsis; todo lo |usa el artifice del cuento para ser mSs convincente, para j jmostrar mas vigor, para apoyar sus argumentos para zaherir I !al audaz, para tocar el corazon del lector. A su conjuro I las palabras se animan, los tropos refulgen, los p&rrafos se incendian de dolor, de burla, de escarnio. En cuanto al uso de las imagenes, metaforas y otras figuras de ret6rica, se puede decir que son siempre pinto- rescas, presentando las ideas de un modo agradable a la iimaginacion. Por medio de ellas se hace que vivan las cosas I {sin vida, se da un alma a las cosas sin alma, movimiento 98 y accion a las cosas inertes. A traves de su prosa las ; encontramos transmitiendo al pirrafo altura poetica. Los ejemplos que citaremos se tomarin en su mayor parte de los cuentos ganadores de premios, o de reconocimiento de los criticos. Veanse las siguientes imigenes y figuras sugestivas tomadas de "La bolna roja": "ella, en pleno goce de su explosiva adolescencia, languidecia de hastio" (pig. 13); "aquello tenia cierto epicureo sabor de egloga antigua, de pastoral pagano, de buc6lica sinfonia" (pag. 14); "Todo era un himno pagano que me injuriaba como una vorigine luju- riosa" (pig. 23). Y en "A la orilla de las estatuas madu- |ras", "Solo se oia la musica del viento y el coro ruso del I I agua" (p&g. 55); "el gran eirbol ... metia sus ramas en agua ! '(para pescar?)" (pag. 44); "sumergi6 sus ramas, que saco luego a flote chorreando agua" (pig. 45). Las metaforas abundan en los cuentos de Sinin. He aqui solo unos cuantos ejemplos: "Claro, como no llevo mi casquete purpireo", dice Linda Olsen en "La boina roja” para referirse a su boina roja (pags. 8-9). En "Lulu" se leen las siguientes met&foras: "La funebre carreta de las Iperreras se acercaba llena de aullidos y de rabitos" (pig. 169); "la ola humana ondulo todavia un poco mientras 99 se acomodaba" (pig. 176); "la ruidosa avalancha descendio la escalera y se hizo un remolino en la calle" (pag. 17); "y la ola se lanzo rurribo arriba" (pag. 17); "La marea fue I regindose, a la buena de Dios, en la sala" (pag. 180). En "Las estatuas": "ahora solo eran un racimlto de miedos y jsilencios" (pag. 54); "hecho un ovillo de silencios, el la iestuvo escuchando" (pag. 46); "llegaban trocitos de otras Ipalabras y el pentagrama fresco de las risas" (pig. 49); "Cada estatua desgajo su lamento" (pig. 54); "la geometrla infernal estaba all! como en el suefto" (pag. 58). Ejemplos de anaforas tornados de “Las estatuas" son los que siguen: "ni los sollozos de la tia Josefina que andaba jsiempre de un lado para otro quejindose del reuma, ni los | gritos delgados de su madrina Jose Marla que no hacla mis i ] que darle con el chicote siempre que hacla alguna diablura, I ni el tirapie del Juez, ni, el rosario, ni nada" (pig. 43) ; "Comenzo a pensar como chiquillo. Comenzo nuevamente a ser muchacho, de la madrina, de 61, y de la tia" (pig. 52); "Y no lograba ni conciliar el sueho, ni. apartar de su mente (los ojos verdes de esa criatura" (pag. 57); "Padre Zozimo [ no era. Padre Zozimo era aquel" (pag. 57); "no podia per- jcibir exactamente, no podia darse cuenta del texto" | (pig. 58); "Querla mirar de nuevo, cruerla cerciorarse" 100 (pag. 58); "lo seguia como un rabo, como una maldici6n" !(p&g. 58). Otras an&foras se hallan en "Todo un conflicto !de sangre": "La viuda de Rosenberg, tan digna, tan austera, tan pagada de si" (p&g. 117); "Sentia asco profundo contra mi, contra mi cuerpo" (p&g. 126) ; "Me demore en el baflo, me jempolve y me ech& luego unas gotas de mi mejor perfume" ; (p&g. 136). Las siguientes similes o comparaciones se hallan en "Las estatuas": "El &rbol se meneo como un gran trampolxn" (p&g. 45); "Andaba siempre con los ojos al suelo como bus- cando el ultimo pecado" (pag. 56); "Cayeron como frutas, |una tras otra, al agua" (p&g. 51); "oyo un zumbido largo i jcomo de bala" (pag. 46). De "La boina roja" es esta com- jparacion: "como si mi alma entera se hubiese transformado ! |en un gigantesco caracol" (p&g. 40). De "Todo un conflicto ide sangre" vienen los siguientes: "estoy sana y m&s ro- busta que un buey" (p&g. 123); "Su exuberante busto subia y bajaba como organo de iglesia" (p&g. 130); "hallaba a mi paso agudas puntas hirientes como lanzas" (p&g. 133); "El jdoctor Serge la miro retorcerse como una boa herida" (p&g. 145). Las siguientes visiones se encuentran en “Las esta- j ;tuas": "Los pasos de la bestia se acercaban bebiendo | 101 suelo" (pag. 55); "<LComo doblar la risa en pedacitos para que no saliera?" (pag. 55); "dComo amarrar la risa, con que 'sogas, para que no saliera desboccindose?" (pig. 56); "oyo risas agudas, largas, estentoreas, que caian de los arboles" | (pag. 58); "una nube de polvo y carcajadas lo seguia" (pag. 58). Una visi6n que es casi una sinestesia es; "se envolvio en un silencio pequeftito" (pag. 46). Otra sines tesia sigue; "ni los gritos delgados de su madrina". Y tres visiones bellisimas son: "La paloma desdoblo su in- quietud y alzo en parabola su vuelo sin ruta" (p&g. 47); "tenia el alma en cuclillas" (pag. 50); "El viento las partia con sus tijeras de eter" (pag. 49). I Las personificaciones no podian faltar en "Las esta- i ituas"; "El dolor se dormia" (p&g. 43); "Pero el agua hacia bulla y el viento mugia" (pag. 49); "un remolino de hojas i secas y polvo se elevo cerca de el" (pag. 52); "Los lamen- tos se unieron en mazo. Y el viento, por su cuenta, hizo del mazo un bloque de alaridos" (pag. 54); "El chapaleo confuso, hecho de espanto, partio el agua en estelas hasta el arbol" (pag. 54); "El gran miedo habia puesto su cartel a la entrada del cirbol como en los cines, 'No se habla'" ! (pag. 55). En "La boina roja" el viento se personifies 102 cuando se siente: "la caricia del viento que te echa al j rostro la espuma de las olas" (pag. 7); tanibien un ventila- dor se personifica pues: "Las pausas isocronicas de un jgran ventilador le envian a ratos un airecillo tenue que juguetea un instante con las rojizas hebras de su barba" (pag. 7). Las siguientes enumeraciones se hallan en "Todo un conflicto de sangre": "Descanso, sol, mucho sol, mucho aire y nutricion le aconsej6 el doctor" (p&g. 129); "Salia de ellas jadeante, sudorosa, deshecha" (p&g. 129); "Se sen- tia deprimida, humillada, con ganas de llorar" (p&g. 131); "Saltaban, se movxan, hacian cabriolas ... Y sudaban, he- jdxan ... " (p&g. 135); "Objetos raros del Africa, elefantes, pajarracos horribles y m&scaras grotescas ... " (p&g. 137); i "Eran torrentes de risa, carcajadas histericas, aullidos" (p&g. 138); "En la carrera, tropec& con un mueble, me cax, di tres saltos y recibx en la nuca un golpe fuerte que me priv6" (p&g. 138); "El bullicio era atroz. Musica, alegria, risa y mucho alcohol" (p&g. 150). Sin&n usa el asindeton para dar soltura y rapidez a la frase, como en este ejemplo tornado de "Hechizo": "Me le- vante nuevamente. Fui a la cocina. Bebi agua. Me empape i 103 |la cabeza. Di algunos pasos por el salon. Me asome a la ventana. Respir6 el aire fresco. Nada.' el dolor aumentaba. Me sent£ nuevamente en el div&n. No resistia ya mas" (pag. 70); y en este de "Sin novedad en Shanghai": "Los dem&s pasajeros venian desde Venecia; ya hablan formado grupos; conversaban; bailaban; jugaban al pim pom o al deck- tenis" (p&g. 92). Se omiten, por elipsis, partes de la oraci6n, especial- mente el verbo, con lo cual, evitando repeticiones inutiles se da una elegante concision a la frase como en estas de "Las estatuas": "De alii arriba, ni Cristo" (p&g. 45); "Se veian hechas agua, del sudor. Sin medias y con las zapa- tillas en la mano ... " (pag. 48); "Y daba miedo ver c6mo brillaban, al resplandor, las caras de los borrachos. Chicha fuerte y arroz a la Juliana en casa de Rita Pa checo" (pag. 51); "Un rebencazo aqui y otro all&, que ni siquiera lo tocaban de lleno" (pag. 53); "Y se arrastr6 un poquito, en-cuatro-patas, muy lentamente" (pag. 53). En "La finica victima de la Revolucion", con la interro- gaci6n enuncia la protagonista un pensamiento en forma de pregunta, no para salir de una duda, sino como medio de dar fuerza a lo que se dice; en otras muchas ocasiones lo hace 104 a manera de un lamento y desahogo del corazon: "Pero <Lque te sucede? £No sera que arrastran tus complejos ocultos?" (folletin 3°) ? "dSerci un suefio o un castillo de naipes?" [(folletin 4°); "Me apoyo en su brazo. Estare ebria?" [(folletin 3°); "No seas loca, Laurita. Hoy vas a dar el jpaso mas serlo de tu vida y dejas que tu mente haga el ,juego de slempre. Vivir^s de ficciones eternamente?" [(folletin 2°). La forma exclamativa la usa para expresar estados de animo. Manlfiesta con ella, la admiracl6n que [causa algo, impllcitamente afirmado: "Malhaya la miseria.' Pobre LauraJ Cuanta sangre, seftor.' CanallasJ" (folletin 6°). [ La hiperbole la usa Sinan para manifestar un estado real del esplritu, un entusiasmo, una pasion, una imagina- cion excltada que abulta las cosas, como en estos ejemplos j I tornados de "La boina roja": "La tempestad rugla bajo los fuertes trallazos de la lluvia" (pag. 21); "Los truenos y i relampagos, el bramido del mar y los silbidos del viento le :infundieron la idea de un cataclismo final en que todo se |hundla" (p^g. 34); "Contorsionada sobre el lecho la gravida ! [gemia, atormentada por los desgarramientos mas atroces" |(pag. 21); "La lluvia se anuncio con estruendosa demostra- j [cion de truenos y relampagos. Los silbidos del viento 105 se mezclaban con los trallazos de las olas. Todo hacla |suponer que se acercaba un pavoroso huracSn" (pag. 38). | | Las figuras retoricas usadas por Sin&n no son un mero I jadorno ornamental, sino modificaciones substanciales e I jintimas del pensamiento. En la prosa de Sinin abundan los S tropos y figuras que nacen a impulsos de su corazon y del Iacaloramiento de su fantasia. A manera de conclusi6n dlgase pues que la obra de Sinan se destaca por la pericia verbal, a veces por el rego- deo en las formas bellas de la frase. Sinan, en sus cuen tos, es detallista, minucioso, concreto y realista, por un ilado, de valores esteticos por otro. Es un buen espeleologo I !de la realidad circundante, del ambiente que forma su mundo iintrauterino, del esplritu del honibre o de la mujer, del t sacerdote, del nifio, de cualquiera que coge en la palma de |su mano; desmonta pieza a pieza la maquinaria y la vuelve a montar. Es un artista en ese quehacer. Crea y deleita. i Sinan concibe con facilidad y claridad aunque su pro- duccion no sea tan voluminosa. Ha viajado y ha leldo mucho !y ahl estan sus influencias. Ni le empequehecen ni le j jestorban, sin duda porque estan hechas carne y sangre pro- i Ipias. Es este autor cerebral e imaginativo, con la 106 preocupacion aguda de Freud como se vio desde aquel prime- !rizo cuento de vanguardia, "el sueno de serafin del carmen" i |donde Sin&n aplica a la literatura panamefia la interpreta- ;ci6n de los suefios de Freud, pues "el suefto" no es mSs que i eso, una representacion de un autentico suefto. En el, como |en el verdadero suefto no se narra ni se discurre; alii se represents y esquematiza. Hagamos una observaci6n final que ayude a la inter- pretacion de los cuentos de Sinan: ante todo, como se ha dicho, la tem&tica social en Sinan es problem&tica intelec- tual, en la mente humana esta todo el mal. Pero para el, el problema social no arranca explicativamente, como para jmuchos autores, del malestar del ambiente y ello causado I por el juego de la politica, juego en el que siempre al- j jguien tiene suerte, ya hace trampa y gana; los demas pagan i I las consecuencias y todo sigue. ilste no es el caso en los cuentos de Sinan. Tampoco escribe Sinan sobre lo social porque la condicion geogrSfica de Panama haya creado un problema, ni lo examina al resplandor de los quehaceres de ;los hombres politicos de turno. Sinan ve que hay problema social porque algo no fun- I ciona bien en los cerebros; la mente humana esta desorgani- zada, a su parecer. Quiza, hombre intelectual el, al fin 107 y al cabo, sufria o sufriria al ver, aparte de una falta de conciencia, una falta de intelectualidad, de formaci6n, Ide preparaci6n, de ciencia. Por eso, es poslble opinar, |para Sin&n los problemas soclales son asuntos clinicos. !Por eso se aficiona al an&lisis psicologico, al diagnostico ipsiqui&trico o, mejor, psicoanalitico o de Freud. Quiz& por esto. conforme a todo el andamiaje freudiano, el sexo ;explica tantas cosas y corta tantos nudos gordianos en los cuentos de Sin£n. Para terminar este capitulo hay que decir que el que- hacer cuentista de Sin&n, es apreciado no solo por la cri- tica panameha— "cada pagina de Rogelio Sinan es mas £gil« mas compacts, de mayor calidad, dice E. R. Vernacci en su I 15 jcolumns 'Anaquel de Libros'", haciendose eco de la opinion 'general de los intelectuales del Istmo— sino tambien por la i critica extranjera. Mariano Latorre, por ejemplo al refe- rirse a Rogelio Sinan, ha dicho: "Hay una gran disciplina en la maravillosa obra de este cuentista americano. Sus cuentos por perfectos y originales parecen griegos heleni- :cos, con tibiezas de tropico; es sin duda un artifice en 15Mundo Grifico (Panama), 19 de julio de 1957, pag. 2. 108 este g&nero".^6 Y Matilde Elena L6pez. escritora salva- dorefta perteneciente a la generacion del '44, opina: Es en el relato en donde se encuentra plena- mente el escritor vigoroso que es Rogelio Sin^n. ... Conoce bien la t&cnica del cuento, domina magistralmente la intriga y es h&bil en recursos de la novelistica moderna, introvertida y psico- logica a lo James Joyce. Enamorado de los simbo- los de Kafka, todo el se hunde en los temas oscuros del existencialismo que a veces recuerda la cinica actitud de Sartre, el desvergonzado descaro de Francois Sagan, y toda la angustia neurotica de la novela francesa que acusa en la post-guerra, una crisis de valores que se derrum- ban estrepitosamente. Todo esto agravado por una tendencia al tema sexual que lo domina casi total- mente y lo arrastra por tortuosos caminos donde puede perderse talento. En su sensualismo hay resabios de Zola, pero es mis crudo el trasplante americano, que surgio y muy bien, contra la sensi- blera novela romantica del tipo de Maria, Cumandci, y otras mas, en el Continente. Es pues de rigor decir como una ultima afirmaci6n que la critica continental absuelve a Rogelio Sin&n con un veredicto honroso cuyo jurado lo forman: Luis Alberto S&n- chez, Jose Mancisidor, Manuel Maples Arce, Nicomedes Guzman, Fernando Alegria, Mariano Picon-Salas, Alejandro Carri6n, y muchos otros que se han citado antes en este capitulo. 16 "Rogelio Sin&n", La Naci6n (Santiago de Chile), 23 de mayo de 1948, p&g. 10. 17 "Rogelio Sinan, alta cifra poetica y maestro del relato panamefto", Loteria (Panam&), No. 13 (diciembre de 1956), pag. 60. ; CAPlTULO III [ i ! EL HOMBRE DEL PLENILUNIO i ---------- j La novela en Panamd Las dificultades existentes para establecer una nitida separacion entre el cuento y la novela, especialmente entre j lo que se ha venido a llamar el cuento largo y la novela corta, nos est& indicando que entre ambos generos literarios hay una serle de relaciones permanentes imposibles de cor- tar. Cuento y novela, vienen a ser por ello muchas veces i j jalgo que se diferencia tan solo por las dimensiones del relato, ya que ni el numero de personajes, ni la compleji- I dad de la trama, sirve siempre para seftalar lo que a juicio de algunos debiera ser caracteristica diferencial entre el primero y la segunda. Rogelio SinSn, que, como ya se ha visto en capitulo i anterior, ocupa un lugar privilegiado en la cuentistica i ihispanoamericana, s6lo ha publicado una novela Plenilunio | (escrita en 1943 sin ser publicada hasta 1947). Cuando i i i j i 109 110 se habla de Plenilunio como la tinica novela de SinSn, se usa el vocablo novela en el sentido m&s estricto de la I | palabra, pues ya se vio en la discusi6n sobre el relato "Todo un conflicto de sangre" que en &ste se adivina ya una marcada tendencia por la narracion larga. Este cuento— jnovela corta, tal vez serla mejor nombrado— es una indica- i |cion precisa de lo que Sinin era capaz de hacer cuando se i idispusiera a la tarea de llenar con su imaginaci6n y con su cuidadosa prosa varios centenares de cuartillas. Se puede agregar que "Sin novedad en Shanghai", otro cuento de Sin&n, es mcis bien el capitulo de una novela, y que demuestra, i |como tambien se vio anteriormente, que el relato breve y de limitadas proyecciones ya no satisfacla por completo sus j apetencias de escritor. i I ! Plenilunio, la unica novela de Sinfin— al menos la t ---------- [unica publicada— es una obra que refleja con toda precision la personalidad literaria ya firme y robusta del autor, y una de las advenedizas al material riqulsimo de la imagina tion. En efecto se puede afirmar que hasta hace unos ahos, !la gran novela sudamericana afincaba su alma en el folklore jy en las costumbres regionales, en las particulares pasio- f jnes y sentimientos del hombre americano, en la tierra y en I l l el paisaje, en la lucha de superacion social, y pocas veces se fundaba en los materiales de la imaginaci6n viva y espe- j cifica. Es decir, que hace cuatro o cinco lustros, la |novela hispanoamericana era esencialmente naturalista. I jcasos como los de Maria Luisa Bombal (La amortaiada y La I ultima niebla), Diego Muftoz (La avalancha) o de Pedro Prado i | (Alsino) no eran por cierto en aquel entonces casualidades de todos los dias. "Por esto mismo", escribe Nicomedes Guzman, "sorprende de subito la presencia de este panamefto Rogelio Sinan, que nos llega en su novela Plenilunio, vigo- rosa, sostenida, sugestionante". Y aftade: "Se supone Idesde ya que Plenilunio no es una novela vernacular. El i jalma universal la invade y la ilumina con tibias palpita- j ciones humanas, con luces de originalidad madura y bien | constituida. Luego, su organismo todo se presenta animado por funciones que no conociamos en nuestros medios".^ Ya antes que Guzmin, habia escrito el critico literario Ricardo Latcham, en la pigina literaria dominical del popu- | lar diario chileno La Nacion, un elogio razonado de la |novela de Sinan, calificandola como "un intento atrevido i j 1 | "Plenilunio de Rogelio Sin&n", El Siglo (Santiago de iChile), 14 de diciembre de 1947, pig. 3. 112 en el piano novelistico, tanto por su t&cnica desusada y 2 Idificil cuanto por su valor humano". j Despues de estos comentarios no era cosa de extraftarse que recien salida de las prensas la primera edicion de i Plenilunio (Talleres de la Imprenta de "La Academia", jPanami, agosto de 1947) fuera distinguido por el presti- gioso P.E.N. Club de Santiago de Chile, presidido precisa- Imente por el escritor Ciltimamente citado. La siguiente comunicaci6n al respecto del premio fue dirigida por el P.E.N. Club a la seftora Teresa L6pez de Vallarino, en esa epoca encargada de negocios de Panami en Chile: Santiago, 6 de diciembre de 1947 ! Estimada consocia: | Comunicamos a Ud. que el Jurado Secreto del P.E.N. j Club de Chile, encargado de sehalar el mejor libro j chileno del mes, como aslmismo el mejor libro extran- jero, ha otorgado a Plenilunio, la excelente novela de Rogelio Sin&n, escritor panameho, honra de las letras de su patria, la distinci6n del mejor libro extranjero del mes de noviembre. Nos es muy grato hacer esta comunicaci6n y rogarle que haga llegar a Sin&n el juicio del P.E.N. Club de Chile. 2 (Santiago de Chile), 23 de noviembre de 1947, pig. 2. 113 Un saludo muy cordial de (fdo.) Herncin de Solar, i Miembro de la Junta Directiva del P.E.N. Club^ de Chile. i | El P.E.N. Club de Chile, como todos los demSs organis- mos de este nombre que funcionan en el mundo, afiliados al I I ioriginal P.E.N. Club de Londres— fundado en la capital | inglesa hace muchos afios por los principales escritores de entonces y con ramificaciones en la mayor parte de los parses— estci integrado por un selecto grupo de profesio- nales de la pluma que persiguen, entre otros fines elevados !de cultura, el fomento de las bellas letras y el estimulo I I |a los escritores por medio de concursos y de otras activi- I jdades. Siendo como es el P.E.N. Club de Chile una entidad orientadora en el campo de la literatura, la designacion i de los mejores libros aparecidos cada mes, tanto en el pals como en el extranjero, no podia ser tarea ajena a sus afa- nes. De ahl que esta institucion— que ha logrado un s6lido prestigio, tanto por los grandes merecimientos literarios de sus componentes, como por la seriedad de todas sus s | ^Prologo de Plenilunio, 3a ed. (Panami: Talleres de la Impresora Panami, S.A., 1961). Esta edicion es la que | se usa en esta tesis. 114 actuaciones— ha creido cumplir con un deber de tipo educa- itivo sefialando al publico lector, las mejores obras publi- cadas cada mes. I I Plenilunio de Rogelio SinSn salio entonces— como tenia que ser— de los limites geogr&ficos de su patria de origen J(ya en Panama habia ganado el Primer Premio en el "Concurso I Ricardo Miro" verificado en el 1943), mereciendo la atenci6n iy el elogio de otros ptiblicos y de la critica profesional de otros paises. "La mejor novela del mes, publicada en el continente de habla hispana", la consider6 el P.E.N. Club de Santiago y ello es no solo un honor que se debe jestimar en todo lo que vale, sino tambien la raison de etre para dedicarle un capitulo en este estudio sobre la obra de Rogelio Sinein. Antes de proseguir a analizar esta novela, es de orden, i !como se hizo con el cuento, bosquejar r&pidamente el pro- ceso historico de la novela panameha, para asi ubicar !correctamente a Plenilunio, que, dicho sea de paso, est& en su tercera edicion. De su primera edicion se imprimieron i quinientos ejemplares por cuenta del Ayuntamiento de Panami, 1 Iy un numero mayor de ejemplares ordenados por el autor, quien cedio su exclusiva de venta a la Comisi6n Nacional 115 de Bibliotecas, contribuyendo, de ese modo, al buen exito 4 de la Feria del Libro, entonces en progreso. ' Mientras el cuento dibuja su paribola, la novela pana- ! mefta empieza a ensayar fuerzas. Por los dias en que amen- j jguan los arrestos liricos de la aurora republicana, aparece I | la literatura patologica y sentimental de Joaquin Dario jJaen (1893-1932), cuentista, novelista, dramaturgo, hipno- itista, actor, prestidigitador, personaje 61 mismo de novela. Publica tres libros de cuentos y cuatro novelas: Virtice I de pasiones (1921), Fueaos fatuos (1924), Breviario de emo- ciones (1930), son sus aportes al cuento; Liliana (1920), iEl enigma formidable (1922), Flor de Vesania (1924) y El j 5 sendero inevitable (1928), su legado novelistico. La novela parece no encontrar todavia terreno firme en jque asentarse. Un recuento de los titulos aparecidos a | Ipartir de 1920 indica que la mayor parte se debe al estimulo del gobierno. El Instituto Nacional premia en 1920 La Gaviota, de Jose Isaac Fibrega, y Flor de Marla (1922), de iRicardo Miro, cautelosamente llamada por su autor "ensayo i I 4' | Epocas, 25 de agosto de 1947, pig. 20. i i Rodrigo Miro, La literatura panamefia de la Republica I(Panama: Imprenta de la Academia, 1960), pig. 53. 116 de novela", y El Lazarillo en America (1923), de Josi N. Lasso de la Vega (1903-1957). Poco despues se publica Una I 1punta del velo (1929), de Guillermo Andreve, y el Tesoro del Dabaibe (1934), obra de Octavio Mindez Pereira. Por I 1esos aftos inicia su obra de novelista Rodolfo Aguilera Jr., I periodista y escritor popular cuyos aportes primeros son Paso en Panami la Nueva (1935), v Minutos de una vida vul- i 6 gar (1937). Cuando mis tarde empieza el desfile de las novelas estimadas hasta ahora como mejores, ello seri resultado asimismo de nuevos concursos. El Municipio de Panami or- iganiza en 1936 un certamen que gana Jose Isaac Fibrega |(antes ganador en el concurso del Instituto Nacional), con : Crisol (1936), cuya trama discurre en torno de un ingenio de azucar. En aquella ocasion Julio B. Sosa (1910-1946), ! hasta entonces desconocido, merecio tambien un premio por su novela La india dormida (1948), cuyo tema lo da la vida aborigen al tiempo del descubrimiento. Sosa insistiri en lo hist6rico con Tu sola en mi vida (1943), premio de Panami i 6 Ramon H. Jurado, "Itinerario y rumbo de la novela Ipanamefta", El Panami-America (Panama), 3 de noviembre de 1953, pag. 10. L 117 para un concurso auspiciado por una editorial norteameri- 7 cana en 1941. | Con contadas excepciones, casi todas las novelas apa- j recidas en los ultimos tres lustros son floraci6n debida al iconcurso Ricardo Miro, organizado por el ayuntamiento de j iPanamei durante los afios 1942-45, y, a partir de 1945, insti- tucion nacional al cuidado del Ministerio de Educacion. ! i jDel periodo municipal del concurso son: El cabecilla 1(1944), de Jose Cajar Escala (1915), Plenilunio (1943) de jRogelio Sinan, y Vida (1944), de Fermin Azcarate. Desde | que ha sido institucion nacional, el premio Miro ha propi- jciado la aparicion de novelas que han venido a consolidar j la existencia del genero, y sigue siendo el agente estimu- lador mas eficaz.® i La novela panamefta, todavia en trance de afirmacion y j desarrollo, permite, advertida su tem^tica general, un primer intento clasificador. Por un lado tenemos el capl- tulo de la novela hist6rica, que se integra con las obras 7 Jose N. Lasso de la Vega, "La originalidad en la |literatura panamefta", Dominical (Panami), 2 de noviembre de 1947, pag. 4. 8 / Rodrigo Miro, La literatura panamefta (Panama: Im- prenta de la Academia, 1970), pag. 192. 118 de M&ndez Pereira, de Sosa y sendas novelas de Jurado y Luisita Aguilera; por otro, las novelas interesadas en el ! |tema de la ciudad: Luna verde, los libros de Aguilera Jr. |y los de Ozores (Plava honda, Puente del mundo, La calle i 1oscura). Luego, las de inspiracion campesina o de inten- I |cion mas o menos realista y no urbanos: Crisol, El cabe- i cilia, San Cristobal, La verba, Tierra adentro. Por ultimo, i I jaquellas pocas que podriamos calificar como psicologicas: 9 Una punta del velo, Plenilunio, El desv&n, El abogado. Sin embargo, no se ha dado todavia la novela representativa j de Panama, en el sentido en que representan sus parses obras como Los de abaio, Don Secrundo Sonibra, Doha Birbara, La I j Voragine. Hasta ahora la que varios criticos han consi- derado representativa es precisamente Plenilunio. En terminos generales las letras panameftas de hoy se |encuentran penetradas de una tendencia critica e icono- clasta que sobreestima lo popular y mayoritario y subestima lo que no lo es. Se ha querido ver, sin fundamento bas- tante, en la vida de la ciudad— es decir en la vida de las iciudades de Panama y Col6n, centros cosmopolitas— una I 9 ^ | Jurado, pag. 10. 119 especie de negacion de lo nacional. Consideramos este un parecer err6neo, que corresponde a una visi6n incompleta de | | la realidad panamefia, porque lo urbano y cosmopolita son i tarabien dimensiones de lo panamefio, notas constantes de la I jhistoria panamefia, incluso las notas que mejor caracterizan jy constituyen a Panama. Este comentario es muy a proposito iy necesario con respecto a Plenilunio, ya que como se verS mcis adelante, algunos criticos rechazan su panamefiismo, precisamente porque tiene una tem^tica capitalina y no cam- pesina. Plenilunio El enfoque que hemos presentado de la novela panamefia ] inos trae ya a la discusion de la novela de Sincin. A este efeeto interesa decir que la novela es "una narraci6n orde- inada y completa de sucesos humanos ficticios, pero vero- ! similes, dirigida a deleitar por medio de la belleza".^"0 jAsi y todo, habrci que entender algunos t^rminos y solo asi dejar bien parada esta novela Plenilunio. | ^Federico Carlos Sainz de Robles, Ensavo de un diccio- nario de la literatura, 3a ed. (Madrid: Aguilar, Sociedad Anonima de Ediciones, 1965), I, 981. j 120 j La novela debe ir derecho a la vida, al suceso humano, al hombre con sus pasiones, costumbres, felicidades, heroi- cidades, vulgaridades, psicopatologias (que es el caso de Plenilunio). Los hechos reales pueden ser, quiza en el menor de los casos, la base de la novela, el punto de par- tida. Es posible decir que incluso los datos y seres ficti- cios e imaginarios tienen una realidad: toda la datologia procede, directa o indirectamente, de la observacibn, de lo aprendido y de la vida. Hay que aceptar, no obstante, que existe la novelistica de seres ficticios, pero no todos los seres, si han de ser personajes de novela, deben forzosa- mente ser ficticios. Verosimiles si, pero dentro de la creacion literaria. Lo que es tal para una persona bien puede dejar de serlo para otra. La novela de Sinin, conforme a sus tendencias y afi- ciones, es novela de anilisis psicologico, o mejor aun, psicopatologico; si se posee una cierta cultura, entonces todos los personajes son verosimiles e incluso bien reales; si se carece de ella, entonces no se entienden bien. El sino de la novela es deleitar, como lo es el de toda obra artistica. No se le exige mis. Quiza se le pida que eleve, que moralice, que ensefie, pero no es "condicion sine 121 que non". La novela es, en efecto, una obra poetica— al menos en el sentido verbal de la palabra, ya que "poesia" !tiene por ancestral al verbo griego "poicin", que significa !"hacer". Lo es, incluso, en el sentido superior de "hacer I I belleza". En realidad, no hay genero literario menos some- |tido a reglas precisas que la novela.^ La novela, sin embargo, debe tener unidad e interes. El novelista debe *tener fuerza creadora, maestria en modelar tipos y persona jes, y estilo "paladino", como diria Berceo, "en el cual 12 suele el pueblo fablar a su vecino". Este es el caso de Sin&n. Y si la novela puede ser heroica, pastoril, costumbrista, politica, y demcis, la de I Sinan es social. dPero es una novela panamefia? preguntan algunos. &Y es que existe la novellstica panamefia? es la iinterrogante de otros. Bien se puede contestar que casi tantas novelas con pasaporte panamefio circulan por el mundo como barcos navegan por todos los mares bajo pabellon pana mefio. El cuento muchas veces, en concreto los cuentos de Sinan, pasarian honradamente por novelas cortas, breves ^Federico Coll y Veni, citado por Sainz de Robles. |Cf. nota 11, pag. 892. 12 Gonzalo de Berceo, Vida de Sancto Domingo de Silos •(Buenos Aires: Espasa-Calpe Argentina, S.A., 1945), pag. 11. novelas, como ya se ha comentado antes. Y tales cuentos, si algo tienen, en su mayoria, es panamefiismo. En toda esa produccion literaria andan los hombres de maiz; leerla es pasear por los campos panamefios, y presen- ciar sus bellos atardeceres. Hablar con los personajes de la selva literaria es oir idiotismos panamefios del mejor cariz. Incluso la problem^tica que figura en la producci6n es marcadamente panamefia: ningun otro pueblo al sur del Rio Grande tiene mfis problemas tipicos que el Istmo. La encrucijada de rutas, discutida en previo capitulo, ha pro- ducido problemas, digamos, de tr&fico. Asi pues, Plenilunio registra la zona dolorosa de la vida de la capital panamefia. En ella danzan mezclados influjos nocivos de procedencia extranjera y van parejos con las flaquezas que corresponden a la ciudad. Pero con- viene advertir que todo ello es mucho mis signo de fatalidad geografica y geopolitica que engendros de insania aborigen. Se trata de una turbia realidad, espuria del cosmopolitismo que nace de las ciudades terminales del Canal, sobre todo en aquellas secciones mSs a la intemperie del tr&fico in- ternacional. Sumideros donde se recogen tristes residuos de la escoria humana. 123 El mundo desquiciado y roto, enfermo, eso es Pleni- 1 jlunio: la angustia del hombre contempor&neo y tambien el jlibro de Panama, en lo que esta ciudad tiene de estertor y de grito. Es la novela de una ciudad que ha sido simbolo de los problemas mundiales. "La novela de Sin&n repre- I jsenta", opina Luis Alberto Sinchez, critico y estadista iperuano, "pese a ciertos pesares— ciertas tecnicas pasadas— un esfuerzo espont&neo, poetico, para calar en la entrafia 13 :de lo panamefio sin mengua de lo universal". Plenilunio es, como dice el tambi&n prosista, Profesor Tobias Diaz Blaitry, "una avanzadilla hacia nuevos climas y nuevas j !realidades".^ ; De todas formas, la aparicion de Plenilunio en 1943 | fue noticia; algo asi como sensacional de primera pagina: | surgio de pronto una novela anibiental, social. De los bajos fondos panamefios, es verdad, pero precisamente por ello exclusivamente y tipicamente panamefia, y tal vez por jeso ganadora del Primer Premio en el concurso literario 13 "Sin&n el brujo", Calle 6 (Colon), 22 de noviembre ide 1947, pag. 3. Reproducido de La Tribuna (Lima), 10 de ; noviembre de 1947. "Rogelio Sindn, poeta panamefio", Dominical (PanamS), :30 de noviembre de 1947, p&g. 6. 124 Ricardo Miro. Viene al caso afiadir que Sin&n escribi6 esta novela especlficamente para competir en este concurso. j Si la "novela es un poema", como alguna vez dijo Una- ;muno, parece que la de Sin&n cumple con el requisito. Es I |una composicion poetica— que eso es un poema— con la difi- I jcultad grande de versar sobre un tema complicadisimo, como todo lo es en psicologia, una de las ciencias m&s oscuras I ! que en el mundo han sido. "Sincin se manifiesta"/ escribe I iRicardo Latcham en un articulo previamente citado, "como un excelente manejador de situaciones, no desprovistas de truculencia, de complicaci6n, y dinamismo".^ Los personajes de Plenilunio son seres emanados de los i hondos valles del psiquismo, donde se producen esas nieblas, en que los objetos se desdibujan algo pero son ellos mismos. jcasi son seres de protoplasma. Son muhecos fant&sticos, pero a la vez reales, que brotan del mundo de la amoralidad del sensualismo y del vicio. Al principio se vive la impresion de estar tratando con marionetas de una farsa, pero a poco aquellas figuras se aligeran, se agrandan, se dislocan. Sobre todo eso, se | i i i 15 j Latcham. Cf. nota 2. 125 dislocan en tragicos movimientos y tremendos gestos. Se j 'apoderan entonces del interes porque ya tienen realismo. Unamuno pensaba, desde sus aulas unlversitarias del I jTormes— frente al paseo en el que deambulaba a diario I jllevando de la mano, como a nietos entrafiables, su angustia j existencial a lo Kierkegaard— que los personajes son suefios idel autor y que, a su vez, los sueiios del autor son origi- jnariamente sueftos de Dios-creador de todos los seres. En i Plenilunio, el suefto actua de modo fundamental sobre los imufiecos del relato: Elena, flor de vesania, Crispin, el esposo incapaz, Don Cefaro, el abuelo amoral, el Mack Amargo, personaje hamponesco, Camila, la Macksita y la jCelestina Sabina. Sinin comienza su obra asumiendo categoricamente la ! responsabilidad de la ficcion al convocar a sus heroes a traves de la penumbrosa atmosfera de un sueho, como si estos fueran muhecos fant&sticos que brotan subitamente de un mundo de amoralidad, de raro sensualismo y de vicio refi- inado. No es sin embargo, una simulaci6n de la realidad ni |una reproduccion anecdotica. Al contrario, el libro co- i I imienza con palabras dirigidas a la lectora: i Lectora, hoy echaremos a un lado eso que llaman el sentido comun y trataremos de hilar con los I ■ * conceptos una trama sutil que nos permita cubrir 126 La realidad y aun nos ahorre su presencia habitual. Ensayaremos una especie de alquimia utilizando los mil y un recursos de nuestra fantasia, gran expe- riencia para la cual contamos con un insuperable laboratorio: el cerebro. ... Escucharemos por do- quier maldiciones, lamentos, alaridos ... Y, ya desesperados, tal vez terminaremos pregunt&ndonos cull sea la realidad. Procure, pues seguirme a traves del laberinto mental, pero no olvide que somos una parte de la ficci&n. (p£g. 3) Por un procedimiento pirandelliano (Sei personaggi in cerca d'autore) y con un ambiente que evoca el creado por Unamuno en Niebla, los personajes tienen acceso a la narra- ci6n y, una vez que el relato toma impulso, comienza el interns y los personajes se humanizan y progresan emocional- mente. Poco a poco olvida el lector que parti6 de la ima- ginacion y termina por reaccionar emotivamente hacia estos personajes que asumen un car&cter realista no exento de alusiones al propio medio del Istmo: No se ponga nerviosa, lectora. ;Bien.' Ahora, conecte el mecanismo de su imaginacion. (jTicJ) Prosigamos. ... (Alguien llama a la puerta.) — jPasen ustedes.' j Pa sen.’ — (jVaya tipos mds rarosj) Una joven. Un anciano. Un obrero. (£D6nde estari mi bata?) — Hagan Uds. el favor de sentarse. (dQue buscarS esta gente?) ... La joven ... es rubia. TendrS. veinticinco aftos. Alta. Esbelta. Delgada. Viste toda de negro. ... 127 El viejo— calvo, pequeriito, azorado— tambien viste de negro, pero sin elegancia. ... El otro es un jay cm desgarbado de aspecto tenebroso. i ^ ^ No se que debo hacer. ... Me parece raro todo esto. (Al fin y al cabo debo saber que quieren.) I Y, acercandome al viejo, le pregunto: — iCon quien tengo el honor? (pags. 9, 10) j I El asunto de la novela es la neurosis de la protago- nista, Elena Cunha, la joven rubia que aparece en el estudio ! del autor, aparentemente originada por un susto de la madre en el periodo genesico, y la cual se le manifiesta al pleni lunio. En torno a ella se mueven el abuelo, Don Cefaro (el "viejo calvo, pequeftito"), portugu&s que ha hecho una ifortuna sin detenerse en los procedimientos; Crispin, iabyecto de morbosa psicologia, explotador de Don Cefaro, I jy con quien Elena consiente casarse; el Mack Amargo (el | '"jaycin desgarbado"), ente de manicomio, hermano de la Mack- sita a quien el malvado Crispin corrompe. Los personajes aparecen, como se ha visto, y se yer- guen de un modo alucinante en el estudio del autor. Este idiscute con sus personajes que, victimas de dos guerras, Ison de una obsesionante anormalidad, como un simbolo de las miserias europeas del siglo. El mis normal— el jay&n I amargo— es un fajo de apetitos sexuales. Elena, en r&pida j 128 i i !caracterizacion, traza este cuadro clinico de su parentela: ! "Si usted supiera", le cuenta al autor, "como nos clasifi- can. Mi abuelo, un traficante; mi padre, un chulo; mi madre, una ramera; mi marido, un cretino. jQue magnifico material para un archivo del crimen, no le parece?" (pag. 87). Toda una teoria de entes extrafios, anormales, son estos personajes que se apoderan de la atencion, que no permiten que esta atencion caiga un instante. La obra transcurre en el lapso de tiempo que va de la alta noche al amanecer y ello en una especie de cinematiza- cion. En el estudio del autor— en compahia de la lectora, quien conducida de la mano del artista por los caminos del suefto, teje toda la eigil madeja de Plenilunio— hemos encon- trado al principio a los personajes. Todos juntos siguen hasta la terminaci6n, en el mismo estudio, para reconstruir, como en una novela policlaca, el asesinato de Crispin. Algun critico ha recordado a Ulvses de James Joyce en la 16 hora final de la novela. M£s bien pensamos que recuerda, por su final, a Niebla, donde un personaje pide al autor 16 Lasso de la Vega, "La originalidad", p^g. 6. 129 i que no le mate. En la novela panamefia, uno de los persona jes se le echa encima al autor e interrumpe el argumento. Algo ins6lito es esto. Idea de Sin&n que nos manifiesta la desbordada concepcion de Sincin, que ha conqulstado un mere-, cido prestigio con este y otros libros. Elena Cunha acepta casarse con Crispin, traficante en drogas, administrador de los negocios illcitos del abuelo de Elena, don Cefaro. Pero Elena se reserva, no hay entrega. Hay que esperar que caiga en extasis lun&tico. Se vislumbra ya aqul el por qu6 del tltulo de la novela. En realidad, Elena desprecia a Crispin: es un vulgar y un abyecto; materia bruta, ni sentimiento ni moralidad. Hasta que Crispin se desdobla. Se desdobla en la cabeza de Elena cuando la aventan las rachas de la locura: entonces Crispin, ademcis de ser el Crispin presente e incubo, es Ninski, amante de Elena, de otros tiempos, allci en Europa, fallecido ya. Todo eso ocurre en los plenilunios. Ya estci claro el motivo del tltulo novellstico. Es notable la sutileza maestra con que Sincin afrenta un tema freudiano: la reaccion del ser frente al parecer, la esencia y la presencia de su creatura femenina y de su siniestro marido, el contraste de la ilusion presentida y de la horrible realidad. ! Elena Cunha se fue de Panama, siendo muy pequefta, a la j vieja Europa; su cultura es Europa. Al regresar al Istmo es y se slente extranjera en su propia tierra. Algunos cri- ticos objetan el hecho de que Elena, perteneciendo a otro mundo mental, capte asi la realidad panamefia de la novela y sea capaz de censurarla con voz firme. Consideramos este criterio erroneo. Creemos, al contrario, que su condici6n de extranjera le permitian ser una critica mSs inteligente, por desapasionada, del ambiente. El extranjero esti en mejores condiciones de apreciar los defectos y virtudes de una colectividad, y el autor, extranjerizado un tanto en su cultura completada en Europa y en Asia, habla por sus per sonajes, tanto cuando Elena Cunha critica defectos de la sociedad, cuanto cuando el Amargo critica a la Justicia. Elena, como personaje, es un producto freudiano? mejor dicho, quiza, es un estudio freudiano escueto, algo duro. Es, sin embargo, una mujer idealizada, sobre todo por su belleza. Recuerdese que se llama como la causante de la guerra de Troya. Es esta mujer belleza hecha forma y be lleza hecha espiritu, como decla por aquel entonces alguno de sus amigos a Sincin. ^7 ^7Carta abierta de Ruben Yrigoyen en el diario Panama, 10 de noviembre de 1947. j Esta Elena, degustadora del arte, capaz de vibrar, i como el arpa e6lica, al paso de cualquier brisa, dolor, idealismo, es a la vez infernalmente maligna. Es decir que reune en si misma cualidades totalmente opuestas. Su mente maquiavelica se pone al relieve cuando planea el rescate de su fortuna de manos de Crispin. Para ello lo convierte en esclavo de su belleza a base de una coqueteria que ni ella misma habia antes experimentado: Tuve enseguida la intuicion— clara, nitida— de lo sencillo que podria ser esclavizarlo a ex- pensas de mi belleza. Por supuesto que, para lograr mi objetivo, no habia otra escapatoria que someterme a su demanda de matrimonio. Mi primer paso para vencerlo consistiria en ese acto repug- nante. Despu&s vendria mi turno. Lo demis se lo dejaba a mi sexo. Se comprende que en los momentos mas intimos es la mujer la que domina, si sabe hacerlo. Y yo ... (pag. 79) Desgraciadamente, Elena Cunha vino al mundo con una tara de histerismo agudo; surgiria en ella la epilepsia con sus estados de ausencia. Tenia mala genealogia, como ya se le oyo decir a ella misma, en paginas anteriores. Su abuelo, el viejo Cefaro Cunha, fue, all& cuando la juven- tud le retozaba por huesos y tejidos, un revolucionario que se vio obligado a huir de Portugal. Se vuelve borracho; luego se dedica a la trata de blancas en el Istmo. Su abuela es una sonambula y una histerica perdida con 132 propensiones al crimen. La luna ejerce en ella m&s influjo |' que en las mareas. Su madre es hija de un alcoholico y de una lun&tico-histerica que pasa a la prostitucion. Un borracho aristocrata venido a menos, un degenerado inmoral, se casa con la prostituta Elena y de ellos nace el perso na je central de esta novela. Elena Cunha lleva en came viva las marcas que contrajo en la nihez, mas todavia aquellas de la juventud: los nazis asesinan, en su presencia, a su amante. Esta morbosidad enfermiza, consecuencia de todos esos genes revueltos, a una con su belleza marmorea y sobre- humana, ejercen la atraccion sobre el hombre; sobre Crispin, |en concreto. Y tal amor desencadena percances. Elena ;busca un reajuste psicol6gico en un m&dico psicoanalista, que se enamora de ella, y consecuentemente entran en rela- ciones. Concibe un hijo del medico, que bien puede pasar por serlo de Crispin, en cualquiera de aquellas entregas, bajo los influjos de la luna en su apogeo. Siempre, como queda insinuado, siendo Crispin, en su cabeza recalentada, el amante asesinado. Crispin, a su vez, corrompe a una muchacha y provoca la venganza de su hermano, el Mack Amargo. Este es un s 133 |personaje del hampa de la ciudad, como se dijo anterior- mente, hijo de una turca y conductor de "chivas" (autobuses pequehos en Panam&, usados por la gente baja solamente), cliente asiduo de cantinas y burdeles, rijoso amante oca- sional de Elena. £Fue el Mack Amargo el asesino de Crispin? Habia venido hasta el jardin de la casa de Elena a la casa de Crispin cuando se encuentra a Elena poseida de la Luna. Se le entrega. Es la culminacion de Plenilunio. La muerte de Crispin es anticipada habilmente, pero queda-por explicar su misterio, lo que aviva el interns de la trama. En el momento en que se va a delucidar el crimen, uno de los personajes plantea la tesis de su realidad e invoca como prueba la presencia de Crispin: Precisamente hoy dia se cumple un aiio del hecho criminal ... La luna estci situada casi en el mismo punto en que estaba cuando el crimen ... Si somos personajes, la escena volvercL a repetirse tal como aquella noche ... — Solo hay un hecho que puede convencernos de nuestra realidad. Una evidencia palpable ... — cCueil es? — Pues la posible presencia de Crispin. (p&g. 177) Si Crispin el muerto llega, son personajes. En ese momento se oyen golpes a la puerta. El terror que le 134 i produce a uno de los personajes hace que se preciplte sobre el autor, quien suspenso del hilo de su propio conjuro, en los momentos de mis patetica emocion, se deshace del si- niestro lazo. Y como es la lectora la que ha tejido esto con su sueho, el autor, muy alegre la va a despertar. Y nosotros, los lectores, nos quedamos preguntindonos si estas tristes criaturas habrin existido o no, cuando volvemos a la reali dad, oyendo la voz del autor: "Bienaventurados los que sueftan, porque de ellos seri el reino de la creaci6n” (pag. 186). El autor se adentra— bien visto queda— en los persona jes y se aventura en el anilisis de una realidad estrujada de sangre. Problemas y situaciones reales de su Panami urden la trama humana de la novela. En los personajes de Sinin se recuentan las monedas espirituales mis opacas: herencia de la polvora y la ra- pifia. De ahi el contenido social de Plenilunio. Y por mor de digresi6n, permitasenos decir que la luna bien pudiera ser el personaje principal de la novela. Su acci6n actua sobre el temperamento, decisiones y conducta amorosa de Elena. Habia Elena y cuenta sus sensaciones en aquellas noches: 135 Mis desviaciones mentales comenzaban a manifes ta rse cuando la luna iba adquiriendo su plenitud. Le suplico que me deje insistir en los detalles porque de lo contrario, pierdo la asociaci6n de mis ideas ... Aquello ... comenzabame con un fastidio enorme contra todo lo que me circuia. Me indig- naba por la menor simpleza. Cualquier gesto sen- cillo me exasperaba. No queria hablar con nadie y me encerraba en mi alcoba. No salia a comer. Y me pasaba las horas meditando o leyendo. A medida que iba creciendo el astro, yo me volvia meis cispera e irascible. Cuando mi esposo trataba de calmarme, me enfurecia con hi y lo insultaba. (p&g. 120) Bien escribia Juvencio Valle que: "Al influjo de la Luna poderosa, una Luna capaz de hacer madurar jardines y balcones, se pueden cometer los i t i c i s bellos crimenes e in- 18 ventar las m^s sorprendentes historias". En resumen se dir& que la novela de Sincin es un revul- sivo. Es intencionada. Tiene un analisis de bajos fondos y llega en la cuesti6n social hasta la protesta al darnos la vision de "la escalofriante Babel del Istmo y el afcin de lucro": Los ojos de la avaricia, los rostros dema- crados, las frentes durosas y los vestidos sucios, malolientes ... Unos formaban la facci6n de los pulpos, de los autenticos succionadores del oro. El otro bando lo formaban los simples, las abejas, 18 Citado por Teresa L6pez de Vallarino en Dos poetas de America (Santiago de Chile: Universidad de Concepci6n, 1948), pag. 29. las moscas, la manada de los que se dejaban condu- clr del ronzal; eran la casta de los trabajadores, los empleados del pequeho salario, los que no habian podido liberarse del cheque; eran la clase de los desamparados que miraban sedientos pasar el rlo dorado sin poder humedecerse los labios; eran la tropa de los que trabajaban para los pul- pos. (p&g. 40) No falta tampoco en Plenilunio la lamentacion dura antiyanki, sobretodo ante las discriminaciones raciales ("los blancos son ellos; los dem&s somos negros, gente ruin"), y un gran pesimismo del autor al plantearse el pro- blema nacional de su patria: El interior de la Republica no me produjo la impresion halagtfefia que yo esperaba. Todo aquello me parecio tan pobre. Tan iguales los pueblos, tan escueilidos. No halle en ninguna parte la vida simple, sana, jovial, caracterlstica de la vida del campo. Solo vi tierras tristes, abandonadas de la mano del hombre. Los tallos del maiz y de la cafta de azucar se secaban marchitos por el sol. No resistian la acometida del viento. Un polvo rojo, desagradable, terroso, se levantaba por todos los caminos, pero lo m&s lamentable era ver tantos campos abandonados. Al preguntar la causa se me decia que los hombres preferian emigrar hacia el Canal porque la Zona pagaba mas. Vi a niftos es- queleticos, inflados, granulosos. Salianme al paso por doquier, desnuditos, sucios de barro, tristes. Y aquellos pobrecitos formaban la gene- raci6n del futuro. (pag. 71) Al comienzo de este capxtulo se cito la definici6n de la novela, segun Sainz de Robles, a saber, que "la novela es la relacion de hechos total o parcialmente ficticios 137 I | |aunque verosimiles". Tambien se expone en otros textos de I la literatura castellana que la ficci6n es en la novela el elemento poetico de su creacion, a la par que la linea que la separa de la narraci6n hist6rica. Como se ve, desde el punto de vista tecnico y de acuerdo con la critica de escritores autorizados de la len- gua castellana, Plenilunio es una verdadera novela. Pleni lunio pertenece a la categoria de las novelas psicologicas, ya que en ella son predominantes las ideas y el mundo in terior del autor. Por otra parte, Plenilunio tiene sabor nacional pana- mefto, a pesar de los elementos artisticos de influencia for&nea mencionados previamente en este capitulo, ya que estos no impiden que el autor hunda su escalpelo en el ambiente panamerio, empefiado en extraer ingredientes de sabor local. S6lo que hay que hacer notar al lector de Plenilunio que lo que el autor aqui registra se refiere solo a una zona dolorosa de la vida capitalina, en la cual andan mezclados influjos extranjeros poco apetecibles, como se ha dicho antes, junto con los deslices y debilidades de una ciudad capital. Pero hay algo mas. "Plenilunio no s6lo es una novela nacional, sino la primera novela, t^cnicamente dicho, que i 138 i j ;nos proporciona nuestra literatura istmefia", opina entre ! 19 otros crxticos panamefios, Raimundo Gonzalez. Si antes consider6 Rodrigo Mir6 que la actualidad literaria de 20 PanamcL arranca del afio 1929, fecha en que Sincin publica Onda, su primer libro de poemas, en Roma, bien se puede decir que la novelistica panamefia inicia un nuevo rumbo con Plenilunio. Todo en Plenilunio es inquietante, especialmente los personajes: Elena, la dulce y feroz histerica, a la vez que hermosisima mujer; Crispin, correspondencia de hombre y sapo que, en cuanto a billetes "los fue contando muy lentamente con los dedos, con el hocico y (es sorprendentei) los contaba tambien con el olfato" (pag. 33); el abuelo, canalla sin remedio que pretende redimirse a fuerza de mas y mcis canallerias, concentracion de Judas y Pilatos; el Mack Amargo, sufriente bregador en medio de una sociedad obscura y viscosa; la inocente Camila, la Celestina Sabina, la voraz y ondulante "Pulpa". Todo aqui es un reflejo claro-oscuro de una humanidad que se desmorona. 19 El Panama-America (Panami), 15 de noviembre de 1947, pig. 7. 20 > Epocas, 25 de agosto de 1947, pag. 20. I 139 Y es esto lo curioso: Rogelio Sincin que a pulsos de imaginaci6n da la impresi6n de querer construir una novela- pesadilla (en la opini6n de algunos), en la que se observa mucho de las caracteristicas naturales a la narracion policial, se adentra y se aventura en el an&lisis de una realidad extraida de sangre, en medio y la postre de una guerra sin precedentes. Problemas y situaciones, son en Plenilunio urdidumbre humana apretada y estremecida, recu- briendo inutilmente las ulceras de un mundo extenuado. Sincin, al margen de su pura condici6n de poeta, mani- fiesta al traves de su estilo depurado y transparente, que no puede sustraerse a las exigencias de la realidad social circundante de los afios que siguieron a la ultima guerra mundial, cuando Panama era trasiego de soldados, aventureros y prostitutas. En efecto, como dice Juvencio Valle, a quien se cito en parte anteriormente: “Rogelio Sincin, poeta por sobre todo, no podia escapar a estas incitaciones e, irrum- piendo por ambos desfiladeros, realiza la novela mis extra- ordinaria. Una novela mi tad suefio y mi tad sangre; una historia movida como una cinta; expuesta como encima de un lienzo, pero con atributos tan terribles y reales que le hacen asemejarse a un crimen o a un suefio”. (Cf. nota 18.) j 140 i Plenilunio es una creacion artistica donde las habili- dades del cuentista se comprometen en una tarea de m&s alta entidad. Utiliza el novelista los mismos ingredientes y la misma tecnica estilistica que se ha discutido en el capitulo dedicado al cuentista, a saber: el subconsciente, el sexo, el psicoan&lisis, que contribuyen como notas so- bresalientes en la creaci6n de ese mundo de suehos que nos ofrece el panorama parcial de una ciudad que fren&ticamente se entrega a una nueva danza de los millones, provocada por la Segunda Guerra Mundial. Para terminar hablemos del estilo de Sin&n. £Y que del estilo? es la pregunta logica. El estilo es el hombre, se dijo siempre en las clases de literatura. No puede ser de otra manera; estilo es la forma de expresarse y el ex- presarse es una consecuencia del ser. En la filosofla escol&stica se insiste en que "operari sequitur esse". El actuar sigue como consecuencia al ser: como se es, se actua. El estilo de Sin&n en su novela es su estilo de siem pre, es el mismo. A veces maneja palabras que, como sucios billetes bancarios, manchan, pero el sale con las manos limpias. Se mantiene elegante en su estilo, pulcro, 141 a veces remirado, cuidadoso siempre. Y sin embargo, puede decirse que, al leerle meramente, uno no se da cuenta de su estilo. Gran merito del escritor. Sefial que es trans- parente, que no pide esfuerzo. 0 que el interes argumental desborda al estilistico; o que el pensamiento, su an&lisis de los personajes, encandila que hace prescindir. Aqui menos que en parte alguna de su producci6n no se da la pirueta ni el corcobo literario, no sube a lo alto de ningun trampolin para lucir su salto de met&fora. No se ha propuesto redactar trozos de antologla, hacer alardes retoricos ni exhibir su dominio del lenguaje, sino simple- mente escribir una novela con las palabras precisas e in- dispensables, y lo ha conseguido. Plenilunio es una novela de gran fuerza dram&tica y de gran originalidad— aun cuando tenga cierto aroma piran- delliano y unamunesco— que justifica plenamente los premios recibidos. , Muchas cosas sugiere este libro modernisimo pletorico de contenido, de ansias de creacion y de interpretacion, fruto de un gran poeta y cuentista, y con Plenilunio, nove- lista, que sale al campo novelistico entre una gran polva- reda critica continental. 142 Entre los muchos criticos citamos a Luis Alberto Scinchez, quien llama a Sinin "el brujo" y dice: Rogelio Sincin, a quien hay que conceder el capitanazgo de la literatura panamefia, acaba de publicar una novela, en cuya trama se mezclan nuevos viejos zumos. Dentro de una tecnica mono- logal casi de confidencia estr&bica, deja fluir sucesos de ultima hora, deformaciones psiquicas sexuales, la vida durisima del cabaret panamefio y las lucubraciones de un Desseins recalentado por el tropico. Asi es Plenilunio, libro de un alma retorcida y enferma, simbiosis de sensualidad y angustia, donde la muerte y la locura se dan cita en una cabeza perdida cada vez que se asoma, en toda su majestad, la Luna.^l Y Herncin del Solar, escritor, miembro del Directorio del P.E.N. Club de Chile escribe lo siguiente: Escoger a Plenilunio como la mejor novela del mes, de autor extranjero, ha sido un acierto, pues se trata de una obra de indiscutibles meritos literarios, en el que el prestigioso poeta y nove- lista, no s6lo demuestra una maestria tecnica muy visible sino una gracia estilistica que lo confirma como uno de los artistas de m£s quilates de la literatura de su pais. Rogelio Sincin, permaneciendo de modo constante en su actitud de poeta, es decir, manteniendo a traves de la obra la delicadeza espiritual que le es tan conocida, es simultaneamente un novelista recio, pleno de recursos para el que el arte de novelar no tiene misterios impenetrables. De es- cena en escena descubrimos todo el poder imagina tive de Sincin, en su penetrante conocimiento del 21 Calle 6, pag. 3. Cf. nota 13. 143 i corazon humano, su humor de gran clase. Asegura- mos simplemente que Plenilunio es un gran libro y satisfechos lo p r e m i a m o s . 2 2 Tal vez al final de este an&lisis nos encontremos, de pronto, en las observaciones sustanciales que se hicieron cuando se discuti6 el cuento. No hay contradiccion. Lo sospechoso seria que nos encontr&ramos frente a conclusio- nes literarias esencialmente distintas. Y eso porque el hombre es el mismo. La obra, si no es la misma, digamos que es el cuento pero en meis: extensi6n, profundidad, problematica, pasiones, drama. Como conclusion final observamos lo dicho ya en el capitulo sobre el cuento, ya que lo consideramos una carac- teristica de Sinan. Hay ciertas concomitancias entre el poeta y el escritor narrativo. Plenilunio ilustra bien esta dualidad de Sincin. Como se ha visto en este anilisis, el novelista no habia en las primeras paginas de Plenilunio. Se ha visto que Sinan procura crear mediante una serie de piruetas imaginativas una atmosfera completamente alejada del mundo real, que sirve como portico a la intriga nove- lesca. Con licencia poetica, la fantasia asume derechos 22 Citado en el Prologo de Plenilunio. Cf. nota 3. j 144 i jque de ordinario no le est&n concedidos, arrastra consigo a los personajes y encadena tambi&n al autor, como se anot6 en la discusion. De este predominio imaginativo y de una propensi6n a hurgar en el mundo subconsciente, poblandolo de entes ilu- sorios, nace esa rara calidad fantasmag6rica, fuera de tiempo y lugar, que sirve de fondo a la trama de Plenilunio. Tales elementos, superpuestos al cuadro propiamente narra- tivo, constituyen una especie de atm6 sfera de evasi6n poetica. Ademcis, el relato prescinde de las divisiones internas acostumbradas, se desarrolla con arreglo a un pro- cedimiento de interrupciones determinadas por la interven- ci6n de cada personaje en el desenvolvimiento de la novela. Est&n suprimidos los engarces logicos, las pausas que permiten introducir canibios de anibiente o circunstancias referentes a los nuevos elementos que ingresan en el cuerpo novelesco. Por ello resulta que, al operarse subitamente una ruptura en el relato, para dar paso a otro personaje, se tiene la impresi6n de que sus peripecias no se eslabonan con las anteriormente contadas. Empero, en el curso del di&logo, se restablece la continuidad narrativa. He aqui otra caracteristica de Plenilunio. Toda la obra estS 145 realizada utilizando el recurso dram^tico del di&logo, si bien con una gran libertad, pues no siempre existe el I intercambio r&pido de ideas entre quienes hablan, sino la obligada licencia del monologo, dentro del cual surgen pasa- jes descriptivos que alternan otros de car&cter narrativo. j Rogelio Sin&n ofrece en Plenilunio un tipo de narra tion que no tiene precedentes en la produccidn artistica i jpanamefia, y con ello del mismo modo que en el dominio poe- jtico, corao se vera en el estudio sobre su poesla, se coloca i jen posicion de avanzada literaria. | CAPITULO IV I EL HOMBRE DEL ESTRO PORTICO ! I j La poesia en Panami ] ! Como se vio en el primer capitulo, el atraso cultu- I ral del Istmo de Panama durante la dominaci6n colombiana 1(1821-1903), explica por si mismo por que la hora no era Ipropicia para el desarrollo de las artes. Asimismo, se lentiende por que el poeta panamefio de aquellos tristes dias, tenia que enmudecer en espera de mejores dias para su arte y de un momento mis favorable a la eclosi6n de las flores de la poesia. En Panama, los pocos que intentaron plasmar en verso tel testimonio de su mundo emocional, no fueron genios excepcionales que hubieran podido sobreponerse a las limi- ;taciones del lugar y salir a otros horizontes donde la atmosfera fuera simpitica a las realizaciones de sus anhelos literarios. Despues de la independencia, la republica dis pone de mis y mejores alifios, y el poeta encuentra mis i 146 147 asidero para la pr&ctica de sus ejercicios metricos. Pero los poetas que van a constituir la primera generacion lite- raria del Istmo no disponlan de los aparejos de una prepa- I racion academica suflclente que permltiera una creaci6n de alta calidad. Los empujaba el entusiasmo de sus propias jvocaciones. Aun los mejor dotados careclan del refuerzo de | una solida preparacion. Dario Herrera es un autodidacta. |Ricardo Miro fue a estudiar a Bogota y tuvo que dar por I terminada su educacion a los 16 aftos, debido a la revolu- | cion del 99. Gaspar Octavio Hern&ndez solo asistio a los jtres primeros grados de la escuela primera, porque los I apremios de la pobreza le forzaron a abandonar los bancos ! escolares cuando todavla era un nifio. Pocos de los bardos panameftos pueden parangonarse, en el terreno intelectual, con un Lugones o con un Valencia, tan saturados de sabidurla clasica. i Al grupo inicial siguen luego otras unidades. Traen i |un acento distinto, aunque solo para agregar matices al Ihaber de la escuela. A los romanticos les toca aclimatar jla poesia en suelo panamefto. Y cumplieron cabalmente su i i | ^Ismael Garcia, Medio siglo de poesia panamefta (Mexico: jUniversidad Nacional Autonoma de M&cico, 1956), pSg. 19. 148 tarea, dando a su actividad significado nacional. Sin alu- dir a la cuesti6n politica, claramente perceptible alii, su i ;obra global contiene los antecedentes de casi toda la lirica posterior. La musa patri6tica reconoce sus cultores en Colunje y Amelia Denis de Icaza y hay notas de afroindige- jnismo y nativismo en TomSs Martin Feuillet y Federico | Escobar. I j Hacia 1890 varios preludian un cambio de la sensibili- dad. Aparece enseguida la generacion modernista— Dario iHerrera, Leon A. Soto, Simon Rivas, Adolfo Garcia, Guillermo i Andreve— grupo homogeneo que tiene en El Cosmos (1896-97) |su tribuna inicial. Los modernistas representan a Panama en la gran revolucion literaria de su hora. Renuevan la poesia y la prosa, y logran la conquista de un genero, el cuento, hasta entonces ausente de las letras del Istmo. Ciudadanos de la edad critica de la experiencia con Colom- |bia, fueron por otra parte, voceros leales de los intereses panamertos, por los que batallaron en la prensa y en la 2 tribuna, llegando incluso al sacrificio. [ i 2 Rodrigo Mir6 , Cien aftos de poesia (PanamS; Minis- Iterio de Educacion, 1953), p. xiii. 149 Cuando adviene la Republica, los modernistas son el vinculo que une el ayer con el hoy, evitando se rompa la continuidad que la Guerra de los Mil Dias estuvo a punto de destruir. Desde su atalaya de El Heraldo del Istmo, Gui llermo Andreve seftala derroteros, recoge y difunde la obra 3 de sus cofrades e invita a colaborar a los que llegan. i En las paginas de El Heraldo del Istmo se estrenaron jcasi todos los poetas de la primera generacion de la Re- jpublica. Hay que clarificar este termino de generaci6n i jrepublicana, ya que a partir de la conferencia dictada por j jRoque Javier Laurenza y luego publicada en su libro Los i poetas de la generaci6n republicana, el concepto se ha hecho equivoco, pues evidentemente existen varias genera- ciones republicanas. T&cnicamente, cuando se habla de la generacion republi- jcana, a secas, se alude a la compuesta de los hombres que hicieron la Republica. En el campo literario, y es asi |como se usa aqui, se trata de los modernistas, vinculados i como se ha dicho antes, a la lucha por la independencia | panameha. Recibidos con los honores que se dispensa al I 3 Rodrigo Miro, La literatura panamefta (Panami: Im- prenta de la Academia, 1970), pig. 137. 150 invitado de honor, exaltados por el optimismo caracteris- tico de la aurora republicana, vivieron en un mundo irreal, incapacit&ndose para la autocritica y no advirtlendo su profundo desacuerdo. Aglutinados por razones externas, se distancian por la cultura y el temperamento. El hecho que comprueba la contingencia lo da su relaci6n con el Moder- 4 nismo, movimiento triunfante el dia anterior. Es la hora I I idel Heraldo del Istmo, anteriormente mencionado, y Nuevos IRitos, publicaciones en las que se habla mucho de la Patria. Hay demasiados versos y poca prosa de ideas. Comienzan a cantar Ricardo Miro, Aizpuru Aizpuru, Hector Conte, Demetrio F&brega, Julio Arjona, Enrique Geenzier, Hortensio de Icaza, Jose Oiler, Zoraida Diaz, Jose Maria Guardia, Napoleon Arce y otros mSs.^ Los factores que dominaron el quehacer de estos hom- bres determinaron su progresivo alejamiento de la realidad. jAdheridos al esteticismo en boga, cegados por el persistente iaplauso del patriotismo satisfecho, la poesia fue en ellos ! 4 | Miro, Cien afios, p&q. xiv. | 5 Roque Javier Laurenza, Los poetas de la Generaci6n Republicana (PanamS: Ediciones del grupo "Pasaje", 1933), pag. 18. 151 mas decorado que expresl6n. La mayorla de los poetas !gloriosos cuentan con el apoyo oficial. Las revistas lite- rarias, con tal de publicar de vez en cuando una oda presi- dencial, gozan de largas subvenciones del Estado.^ Sale a luz Esto v Acruello, revista quincenal, editada y dirigida por Enrique Geenzier y Santiago Benuzzi, y de la |cual m^s tarde habia de ser director el poeta Gaspar Octa- ivio Hernandez. Alrededor de esta publicacion se agrupan casi todos los poetas. Roque Javier Laurenza/ en el libro I jpreviamente citado, la considera una revista sin derrotero jcierto y definido. "Solo gesto, mero grito de un falso | jesteticismo de segunda mano" (pag. 19). El espiritu satis- i fecho de sus directores, "nifios mimados de la Republica", segun decir de Laurenza, se refleja en cada pagina. Historicamente se salvan gracias a la obra de unos 1 jaut&nticos creadores de belleza como Ricardo Mir6 , poeta jnacional, y Maria Olimpia de Obaldia. La denominaci6n de [ I i"poeta nacional" para Mir6 es certera, ya que el es el poeta j mas representative de la nacionalidad panamefta por ser su i obra la mas ligada al suelo y al destino del Istmo— un I I ! i Miro, Cien afios, pag. xv. 152 destlno de trSnsito, de cosas que se alejan y diluyen. Es decir que Panamd, puente de rutas y cruce de caminos, es jla fatal encrucijada donde chocan los vientos de la arnbi- jci6n personal. Por el Norte y el Sur baten sus costas dos oceanos por cuya glauca e inestable inmensidad, el panamefto I ve pasar diariamente los numerosos barcos que cruzan el | ! canal. En una conferencia sobre la poesia panamefia, dada ien el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de Mexico el 24 de julio de 1957, y luego publicada por la revista Loterla de Panamci, comenta Sin&n que la situacidn de tr&n- sito de Panama predispone al panamefto a la aventura, "in- !fundiendole un gran anhelo de viajar, que psicologicamente I es un deseo de evasi6n y constituye una de las caracterls- ticas esenciales de la poesia panamefta". Y asl, hablando de la poesia de Ricardo Miro, dice SinSn en la misma confe rencia: "... todo lo que huye, lo fugaz, lo que pasa, halla ien sus versos el slnibolo del ala: garzas, gaviotas, guaca- mayas, aves en fin, que cruzan el espacio y que se pierden ien la infinita lejanla. Todo se esfuma en sus poemas, la luz lunar, las olas ... Todo parece destinado a alejarse1 ' . i i 7 ! No. 60 (novienibre de 1960) , p&g. 53. I I_____________________________________________________________________ 153 El caso de Maria Olimpia ofrece cierta peculiaridad que vale apuntar. Es la representante femenina de esta I poesia modernista, m^s bien postmodernista en su caso, ya i |que est& dentro de ese grupo de mujeres hispanoamericanas i |que habiendo sido formadas al calor de Dario y sus segui- jdores, pronto abandonaron el amaneramiento de la escuela, conformando el legado modernista a las exigencias del iinstante. Su produccion poetica aparece limpia de los temas tan gastados de cisnes y princesas. Esta decentaci6n rectificadora las condujo hacia la vibraci6n lirica, sin- ceramente femenina, que reflejan los versos de Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbouru y otras m^s que solo han brillado dentro de su predio nacional. A Maria Olimpia de Obaldia se le consagra Maria Olimpia de Panam& en 1929, poco despues de haber sido clamorosamente recibida por la critica local su primera obra Orcruideas (PanamS: Imprenta Nacional, 1926). En las palabras de Ismael Garcia: "Sin lugar a reservas mentales, Maria Olimpia de Obaldia es una voz lirica de profunda resonancia emotiva. Su verso no aporta ninguna novedad tecnica, pero tampoco corresponde a la imitacion servil de la moda femenina entregada a la desfachatez erotica. Su nobleza de esposa y madre, nutrida 154 por su sentida fe religiosa, luce en su poesia ahogando toda huella del instinto. Su verso es delicado y su arte- 8 sanla, ejemplar". | Por otra parte, con los llamados vanguardistas, se logr6 la incorporacion de Panami a la corriente poetica jmundial, "caracterizindola en sus Intimos resortes, diremos i ;que en la obra de los nuevos alienta la preocupacion por lo 9 universal humano". Es Rogelio Sinin el que abre la poesia de su patria a una etapa de originalidad. El ha sido iniciador, animador y maestro de los poetas contemporineos. De el escribe Luis Alberto Sanchez desde El Tiempo de Bogota: "Sinin es el nombre de un gran poeta americano". Y el historiador Ismael Garcia dice de este hombre silencioso de tez oscura y ojos de fakir: "La versatilidad de Sinin es maravi- llosa".11 0 Historia de la literatura panamefla (Mexico: Univer- sidad Nacional Autonoma de Mexico, 1964), pig. 73. 9 i Mir6 , Cien aflos, pag. xvii. ^~°Semana Santa en la Niebla. Publicado en Bogoti en El Tiempo de Boaoti y reproducido en Miscelinea (Panami), 18 de junio de 1950, pag. 5. ^ Historia, pig. 141. 155 La generaci6n de Sinin Cuando en 1930 llega Sinin a Panami, la Sociedad jMinerva, de la Seccion Normal, y Cervantes, del Liceo del I Instituto Nacional, conocian actividades poiticas de van- guardia en ambientes de comprensi6n. Estaban en boga las I i ! revistas del Instituto, Preludio, La Antorcha, y otras, con i los nombres de Antonio Isaza, todavla estudiante, Nacho i Gonzilez, poeta actual, y Manuel Ferrer Valdes, que brilla- ria en el cuento, asi como Eduardo Ritter Aislin, alto idiplomitico de la actualidad y escritor de renombre quien entonces estudiaba los primeros anos del Liceo y escribia i _ , 12 | ingenuos articulos pnmerizos. El Instituto Nacional de Panami, el mis importante centro de irradiacion cultural del Istmo hasta la fundaci6n | [de la Universidad Nacional en 1935, fue fundado en 1911. Entre sus rectores han figurado educadores del calibre de Eusebio Morales, primer rector; el Licenciado Manuel Roy, a quien le debe Rogelio Sinin su nombramiento como profesor de literatura en este centro docente; Catalino Arrocha Grael? Alberto Mendez Pereira, Miguel Mejia Dutari y otros. 12 „ Agustin del Saz, Nueva poesia panamefta (Madrid: Ediciones Cultura Hispinica, 1954), pig. 5. 156 Fue el Instituto el centro rector de la cultura panamefta y foco de produccion poetica. Una voz joven se uni6 a la poesia de innovacion: i jRoque Javier Laurenza, vitalIsimo escritor, apasionado de I Ilo nuevo, que, por detestar lo academico, en 1933 pronuncia I iuna conferencia famosa sobre los poetas de la que el llam6 "generacibn republicana". Escribla inconexiones y lo que resultaban chocanterlas en el medio burgu&s de la capital Ipanamefta. Laurenza publico poemas fuertes, simbolicos, sin iretoricismo, pero sin que faltase la atmosfera sentimental. Uno de los de entonces es "Lluvia": 1 Relampaguear. Tus ojos. ! Lampo de luz. Ternura. Mirada: tu llovizna de amor sobre mi almaj Acercate. Mas cerca ... Donde pueda llegar hasta mi surco la ternura ^ de luz de tu mirada. El nombre de Laurenza habr£ que asociarlo al de Sin&n en la lucha por el nuevo estilo poetico. Con las slncopas ide su pensar y su dinamismo temperamental, Laurenza ha ! jpasado su poesia pura por la vanguardia. 13 Agustln del Saz, Antologla (Madrid: Ediciones Cul- jtura Hispanica, 1954), pag. 52. 157 A manera de replica al Modernismo, los poetas de la poesia nueva abren los fuegos con una poesia que se distin gue por su sencillez escueta, de tono muy suave, verdaderas glosas a lo cotidiano, poemas en donde las lecciones de Juan Ram6n Jimenez se practican con el mayor grado de fide- i jlidad al modelo. Vease como Sin^n imita al maestro: Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dejaste sola en el camino; que sola dejaste mi soledad. Pensar que la traje a ti para que le dieras alma.^ Relampago expresivo de la desolacion del espiritu, es esta objetivacion de la soledad en busca de alma para cor- porizarse, y una vez con cuerpo dejar de ser un estado I „ . |animico negativo. El Juan Ram6n Jimenez de los paisajes impresionistas ;y esfumantes estS patente en el "Sonetillo de Vaguedades de Stella Sierra," uno de los nombres femeninos que se afiaden jal intento de la vanguardia: j I 14 Onda, pag. 37. El texto usado en esta tesis es el [de la primera edici6n: Roma, Casa Editrice Italia, 1929. 158 La tarde vela sohando ... Melancolia de ausencia teje su aliento ... £En que blando ! espiral deja su esencia?^ No es menos honda la hegemonia ejercida por Garcia Lorca sobre toda esta poesia nueva. El puso de moda un |tipo de creacion de esencias populares espafrolas que entron- ! Jcaba con esa tradicion del romancero arrancada a las en- traftas raciales de lo hisp&nico que los siglos XVIII y XIX habian quebrado. Garcia Lorca revelo el fondo de belleza I iescondido en lo popular andaluz y sirvio de ejemplo y modelo a toda la poesia popular que con gran acierto se ha culti- i vado en toda la America Hispana para buscar cauces nacio- J nales y originales a la expresion del arte. En algunos casos, tal influencia ha llegado hasta el plagio de temas y procedimientos que bien pueden considerarse como una especie de garcilorquismo epidemico. El estilo de Garcia Lorca es I tan personal y propio, que cuando se imita es muy diflcil i ocultarlo. Notese, por ejemplo, la presencia del autor del Romancero Gitano en los siguientes versos de Eda Nela, otra i de las voces femeninas de la vanguardia panamefia: ^ Canciones de Mar v Luna (Panamct: Imprenta de la Academia, 1944), pag. 13. 159 ; Que no quiero decirla ... . ’ j Que no quiero cantarla ... . ' {Que siempre serein pobres . .. tan pobres mis palabras ... . ' Se ha ido toda mi sangre y en mis venas hay agua ... Luna que asi me ves ^ ya no conozco tu nicar ... t I j En Eduardo Ritter Aislin, otro bardo de la poesia jnueva, esti vivo el germen del garcilorquiemo: j ; Reliquia de noche y sombra Lleva en el pecho prendida (Va buscando los caminos de una esperanza perdida). Atisbo de media luna, bajel de plata en los cielos. I Lleva los ojos llorosos j cual si goteasen anhelos. i Va despacio, muy despacio, con ansias de no llegar, que lograr lo que se quiere no es mis dulce que esperar. t I ^ | jQue bonita va la nifta ^ que quiere, no quiere y quiere.' Rafael Alberti tambien tiene que hacer mucho con esta iproduccion. En su primera obra, Canciones de Mar v Luna, citada previamente, Stella Sierra recibe muy directamente 16 Paribola (Panami: Ferguson y Ferguson, 1944), pig. 65. ^ Umbral (Panami: Imprenta Franco e hijos, 1940), pig. 1 . 160 su paternldad: Por el verde azul del mar | el armifio de la ola. i Por el verde azul del mar. I La leve cinta de espuma hace un adl6 s espiral y hay una sed de paisaje ! por el verde azul del mar. i La ola finge un hoyuelo empapadito de sal; y un beso rima la ola ! por el verde azul del mar. (p«Lg. 17) Demetrio Herrera Sevillano igualmente recibe el conta- gio: Si yo fuera alegre y eigil como el barquito en el mar1 ... Tijera cortando vino, tijera cortando va. Tejido azul para el traje de algun gigante, es el mar. Si yo fuera alegre y &gil, | si yo pudiera jugarj^® M£s recientemente, la nueva poesia se sentia subsidia- ria de la gran obra de Pablo Neruda, hoy ganador del Premio I ,Nobel de Literatura en el afio 1971. Pareciera como que j |Neruda fuera el llamado a ocupar la vacante que dejo Ruben Dario. 18 ! La cancion del esclavo (Panam&: Imprenta Nacional, j1947). Sin numeraci6n de paginas. 161 El poeta en el cual es mis visible la impronta del poeta chileno es Ricardo J. Bermudez, particularmente en I sus poemas contenidos en Adin Liberado: Toda mi infancia se estremece en mis palabras destilando ansiedad de pafiuelo batido inutilmente, y me acosan recuerdos de hospitales, ! de llagas adornadas con rosas de mercurio t y gritos de mujeres que se arrancan los hijos a pedazos, y aquel otro dolor sin horizontes.19 Las ultimas dicadas han sido un hervidero de poesia. |Las antiguas maneras han coexistido con las nuevas, los poetas de verso viejo con los inquietos de novedades. A veces un mismo poeta sorprende con sus dos maneras. Este es el caso de Lucas Bircena, el poeta de Arraijin. El "Romance de la niria con pollera" por ejemplo, tiene todas las presencias del naturalismo regional (tamales calientes, chicha con canela, cumbia con velas) y la mis ingenua ex- presion, tiembla pero en la facilidad del romance la imagen es sobresaliente: La noche encinta del alba va apagando sus cadencias; remonta el tambor sus sones^g como lozas que se quiebran. i i i (Panami: Ferguson y Ferguson, 1944), pig. 20. 20 ! Del Saz, Antoloqia, pig. 64. i Y el "Romance de la nifta con pollera" acaba en trage- dia bronca: el hombre celoso mat6 y la mujer habia ido con ctro que no era el muerto. Despues, Lucas Bircena realiza poesia trabajadisima y en modernidad. Hay poemas en versos de arte mayor en mitrica, estructura e imaginaci6n. Tal el poema "Recogi- miento": Que no habri desencanto, ni habri sonibra ni abismo en el huerto cercado por la fe de ti mismo.^l Y algo tan cerebral y sonoro como "El suefto": Danza que va del polen al desierto por escalas de luz, enceguecida; corola inmaculada, desprendida ^ de la savia fugaz de un irbol muerto. Mis joven que Bircena, Esther Maria Oses publica su primer libro de poemas en 1945. Es una universitaria cuyos versos tienen gracia de bohemia. "Tanto formal como esen- cialmente, su poesia— romanticismo de mujer tropical— pertenece al ciclo anterior", opina Rodrigo Mir6 . Y aftade: "Pero sus dotes naturales le han permitido logros de 21 Del Saz, Antoloqia, pig. 65. 163 23 autentica belleza". Un extrafio y siempre poetico sentir la anima a la vez que esti llena de un dinamismo moderno internacional en una poesia como "Feria en Haiti", con las repeticiones y recursos de la escuela modernista, pero con graciosa novedad: ! i lY la rueda? ;AhJ La rueda grande | iluminada, gira que gira, gira que gira alegre la rueda, de espalda al mar, ^4 de espalda al mar alegre. Otro poeta que se destaca es Tobias Diaz Blaitry, a iquien la critica exalta. Es ganador del Premio Nacional Ricardo Miro, del afto 1947. Su expresion del amor y del jolvido tiene originalidades de verbo e imagen: Cuando empiece tu amor a diluirse, roto en hilos de niquel, suspendido como pijaro enfermo sobre espumas 25 nevadas y por siempre bien dispuestas ... Sus temas de gran vaguedad e imprecision sostienen metiforas de original forma imaginativa; asi, el poema "La i lluvia cae sobre la casa del aire": 23 Rodrigo Miro, Teoria de la patria (Buenos Aires: Sebastian de Amorrortu e hijos, 1947), pig. 122. ^4Del Saz, pig. 65. ^ Ibid., pig. 66. 164 Como hilos de arafta va cayendo, con sigilo indecible hacla la casa, la lluvia de la noche oscurecida ^g en que el manglar se pierde entre la sonibra. | De la generacion de Sin&n es Tristan Solarte, un poeta I filosofico de la vida y de la muerte. Su poesia es como una enajenacion, como la expresi6n de una soledad que lo i I irodeara y recubriera de "ojos centelleantes". Y la muerte, I ien su extenso y grandioso poema de "Evocaci6n de un poeta”, encabezada por citas de Martinez Rivas, Neruda y T. S. Eliot. El poema es como un Miserere po&tico y el poeta i evoca la muerte: La arboladura amarga de la muerte asciende con la noche bajo el cielo ... i Y con la muerte, el sueho y la paz llega a estas optaciones impresionantes de nocturno: De pronto, en una noche implacable, silencio inmenso, manos descarnadas | buscando flores salen de sus tumbas. Crispadas manos que se estrechan huesos j sobre la tierra helada. Yo deseo I que sean estas manos las que enlacen cuando el viento me reintegre | a su rumor palpable. Que tu boca, junto a mi oido, yazga pululada de claros versos y que eternamente escuche el poema que trunco la muerte; 26 Del Saz, pag. 67. 165 que escuche tembloroso de verdades en el lugar exacto de mi oido.^? La nutrida generacion de Sin&n incluye a Teresa L6pez de Vallarino, que es una escritora pulcra, critica de i poetas y poetisa de templado estro lirico; a Mario Augusto, jexpresivo poeta; a Francisco Changmarin, que se revelo como jun gran poeta desde el interior de Panami y cuyos poemas 'edito el Departamento de Cultura, y a Jose Adolfo Campos 28 con poemas como "Camino del yo no s6 ". La generaci6n de SinSn sigue su camino hacia la expre- sion mejor. Cuantos poetas han llegado despues, se han iincorporado a ella y las ansias de mSs alta poesia las han hecho comunes en derrotero y escuela. Onda "... Onda, con su ligereza de agua que pasa y de humo que viaja en adioses raudos: 'dquien podrS. subirse a una nube?' ... Ingenuidad de chicuelo que huye del castigo, 29 trepandose a un eirbol fresco". 27 Del Saz, pag. 69. 28 Garcia, Medio siglo, p&g. 148. 29 Lola C. de Tapia, La Nacion, 8 de mayo de 1944, pag. 3. 166 Onda *'puso ante los ojos de nuestro publico a un joven que habia acumulado en las aulas un caudal de ilustraci6n ipoco comun y a un bardo de inspiraci6n candente y notable I sensibilidad estetica, cuyas estrofas despiertan en el alma plancenteras emociones. Con ese pasaporte extendido por las musas, SinSn entra de lleno al campo de la litera- 30 tura Con solo dos citas, de entre las muchas que se han ipodido escoger, de criticos panameftos, sobre Onda, se co- mienza el estudio formal de este primer libro de poesias de :Rogelio SinSn. ! Para estudiar y entender Onda hay que trasladarse a las alegres y un tanto bohemias epocas de la vida del estu- diante. Onda viene por los ahos '25 al '29. Se estS terminando la Generaci6n del '98, la de los grandes nove- j listas, la de los grandes filosofos y en la que podemos incluir como su ultimo poeta a Machado. i Comienza la Generacion del '27. Muerta y sepultada la jnovela espafiola, comienzan las andaduras por las sendas de la poetica marcadas con "ismos". El vanguardismo los | 30 Ricardo J. Alfaro, Critica, 17 de marzo de 1969, pag. 6. 167 incluye a todos. Rogelio Sinan tiene un primer contacto con Italia ya en Chile. Enamorado de la musicalidad del t 'italiano se siente atraido a Roma. Fue Pirandello quien metio en la sangre de Rogelio Sin£n este hormigueo. Rogelio oyo el italiano en Chile asistiendo, sin saber el idioma, |despues de haber leido su traducci6n, a Seis personaies en busca de autor. (Ya se ha visto en el capitulo sobre Pleni lunio, como esta obra es la influencia principal que tiene la novela de SinSn.) "Admire", nos dice en un discurso sobre el desarrollo de su poesia, "a actrices y a actores, pero m&s mella me hizo la musicalidad del italiano cuyo 31 iritmo sigui6 aleteando en mi cerebro". I i I Roma e Italia en general se le fue metiendo en su alma y en su vida y sintio la emocion de poder leer, tras un esforzado trabajo de estudio del italiano, a Petrarca, a San Francisco de Asis, y al Dante en su idioma original. I Ya por el aiio '21, sintio la influencia de las nuevas generaciones de poetas espaholes, especialmente la de Juan ;Ramon Jimenez. En este ambiente de estudiante con ojos y |corazon abiertos presiente que algo quiere comenzar a vivir. 31 "Mi poesia: una ojeada retrospectiva", Letras de j Panama. Suplemento, No. 4 (4 de febrero de 1970), pag. 1. | 168 | es el comienzo de Onda. I Hay una trayectoria que el mismo explica y que es como la columna vertebral del libro. "El libro incluye mis poe mas escritos, casi todos en Roma, del '25 al '29, ordenados en dos partes iguales, en dos ondas de idintico sentido, pero de diferente intensidad psicologica, pues corresponden 32 a dos distintos periodos de mi sensibilidad". Analizaremos estas dos ondas al detalle mis adelante. Viene al caso decir primero algo anecd6 tico sobre las edi- ciones de Onda. Aunque Rogelio empezo a escribir los poemas de Onda desde el segundo afio de residir en Roma, no queda- ron terminados hasta los (iltimos meses del '28. No tenia dinero para publicarlos y entonces acudio, como los anti- guos poetas y artistas, en busca de un Mecenas. Manuel Roy fue el elegido. Este intervino con el padre de Sinin; ademis, mostro los versos al critico Enrique Ruiz Vernacci, el cual escribio una nota sobre Rogelio en un articulo 33 titulado "Veinticinco afios de literatura istmefia". Ver nacci, al lamentar la ausencia de la mis leve muestra de 32 Notas tomadas durante entrevista con el autor en su casa, en Panami, en enero de 1970. 169 poesla de vanguardia en Panama, anunciaba, sin embargo, la esperanza que se vlslumbraba en un panamefio, estudiante aun j en Roma, y quien era el (inico que cultivaba ese tipo de I i „ 34 poesia. Del libro Onda solo se hicleron doscientos ejemplares de los cuales muchos quedaron en Italia; otros fueron en- iviados a diferentes escritores y revistas de America. En Panama no lo tenian mas de cincuenta personas. Esta edi- i jcion lleva un dibujo del pintor espafiol Gregorio Prieto, jbuen amigo de Sin&n, una copia del cual, encabeza esta tesis. Onda tuvo una segunda y ultima edici6n, un formato | jeconomico, de mil ejemplares, en el afio 1933, incluida en ! |la Biblioteca de Cultura Nacional publicada por Guillermo Andreve. En 1929, Vernacci public6 dos articulos sobre los ver- t sos de Rogelio Sin&n, uno en la revista Estudios dirigida !y editada por Manuel Roy y otra en El Bancruete, peri6dico j literario respaldado por el Dr. Jose Dolores Moscote y ! otros intelectuales panamefios. ! I 34 El Grifico (PanamS), 11 de noviembre de 1928, jpags. 91-93. 170 Para la recta inteligencia de Onda se hace enfasis en lo ya dicho, que el titulo Onda incluye dos ondas, iguales I !en cuanto a esquematizacion, proceso y direccion, pero dis- ! tintas en profundidad, madurez e intensidad psicologica. Anibas ondas avanzan en sentido parabolico, ambas son eroti- cas, ambas representan un proceso de la aventura personal. lEste es el esquema: 1. El poeta estci en su soledad. ! 2. El poeta se Interna en el paisaje, lo ve, lo siente, lo adora con una cadencia panteista. 3. La mujer aparece, pero solo como un elemento en el paisaje. ! 4. La mujer se identifica como mujer y se acerca activamente al poeta. | 5. La peripecia amorosa, inevitable, encendida, llega al climax total del fuego griego. 6 . Llegan las cenizas, el hastio, la soledad. 7. El poeta vuelve al regazo de la naturaleza, donde le espera un nuevo amanecer y una nueva esperanza en la vida. : Ademas de este esquema, viene al caso analizar ciertos conceptos salientes en Onda, a saber: Roma, el mango, la 171 mujer, el tropico, el paisaje. 35 Roma Para el poeta panamefto, Roma se le presenta como una revelacion. Es asombro y admiracion. Es color distinto en el cielo y perspectiva diferente en el paisaje. Es la abun- dancia de una cultura que est£ ya en su mismo antiguo y aun !no cegado manantial. La pintura le circunda. Todo lo an tiguo le impresiona, pero de un modo especial le llama la atencion la nueva pintura que en Roma, por los tiempos de I I la juventud de Sinein, correteaba por las calles y se dete- i jnia en los cafes de mesas de m^rmol. £Por que esta impre- jsion y aun este recuerdo? El mismo poeta habla con nostal gia y aun como bajo una inspiracion de algo en lo que mezcla conceptos a que luego nos referiremos: el amor, los senos, ;el tropico, la juventud, el mango, la mujer, y todo ello vertido sobre esas antiguas mesas de m&rmol de los caf&s i jromanos. i i El mango | Para Rogelio, el mango no es un elemento alimenticio i ! I 35 Notas para la explicaci6n de &ste y los conceptos siguientes fueron tomadas en entrevista con el autor en su jcasa, en Panama, en enero de 1970. 172 j I j slno un mligico resorte donde 61 ha atado su juventud. Es Taboga, siempre Taboga, pero tambien un pueblo del interior de Panamct, donde el deslizo su juventud primera. El mango es para el, corretear, trepar a los arboles, sentirse con la sangre hirviente. (Esto ya se ha visto en algunos de sus cuentos en el capitulo dedicado al cuento.) Ha juntado el sabor del mango con ese recuerdo de juventud. De ahi que nos dir& al hablar de la "Balada del seno desnudo", que hay una coincidencia, no una relaci6n, entre los senos y el mango. Es la relacion que da la juventud a ambos y que se vierte sobre las mesas de m&rmol donde los estudiantes de pintura dibujaban mientras entretenian sus ocios. Los dueftos de esos cafes ponian a veces esas mesas de marmol en las paredes como si el mero cambio de posici6n iniciara una metamorfosis. Pasaban a ser cuadros pintados por estudiantes. Asi Picasso. El famoso cafe "El Greco" es un ejemplo. Sentado en el cafe, con el sabor del mango en la boca y con los senos de los aprendices a pintor, derramados sobre las mesas de m&rmol, surge para Sin&n la coincidencia. El ha juntado airibos, mango y senos en la famosa y popular "Balada del seno desnudo". 173 La mujer No es posible adentrarse en Onda con seguro paso si i no sabemos que es la mujer para Sinin. La mujer es algo multiple. Primero es la ausencia de la mujer o, lo que seria lo mismo, la nostalgia desde su i jsoledad. Cuando la mujer aparece primero diriamos que no es aun mujer. Es como una nube, o como un irbol, o como un j color, o como una brisa, es simplemente un elemento mis del paisaje. Ella, la mujer es la que comienza a adentrarse en lo lafectivo. Entonces el poeta se afecta. Tambien el re- acciona y se va atando a ella. De ahi los celos, que a veces son tantos que se dirxa que tiene celos del aire que la acaricia. Viene por fin el fuego, "el Helenico fuego" que consume y devora. El fuego que termina con la mujer, con el amor convirtiindolo en cenizas. He aqui otro aspecto de la mujer. La mujer en el recuerdo, en la ausencia nueva ( !y diferente, la del hastlo. Pero hay que hablar de la mujer que le inspira primero. Ella es romana. La conocio en un parque, es decir, la vio I jalli. Fue primero como si estuviera para adornar el parque, ila mujer— elemento del paisaje. Pero ella, Elsa, era de 174 verdad mujer. No era una estatua de meirmol, se movia. Se fue acercando a el. El la fue conociendo. La fue tratando. Y ella fue su inspiracion. "Ella es la que me hace escri- bir". No era una orden que venia de afuera a adentro. Es que ella ya se le habia metido dentro y por eso le hacia i i jescribir. Se convirtio en su primer estro poetico. El era i !como un ave sin alas y ella le hace volar. (V&ase el primer Ipoema de Onda, "Principio romantico".) ! No hay Roma sin Tiber. Y el Tiber va a tener una ex- trafta intervencion en Sinan. Ella, Elsa, bahandose en el i ;Tiber, como si se tratara de un mito legendario, sinti6 el I laguijon infeccioso que la recluyo en el hospital. Tras cuatro laboriosas intervenciones medicas, la luna se le entro en el cerebro. Una constante neurosis la persigui6 desde entonces. (Es esta Elsa, probablemente la Elena Cunha de Plenilunio, tambien afectada por la luna.) Sin&n se casa con ella, aun cuando ya desde novios ella desapare- cia por temporadas. Una vez desaparecio por un afio entero. ; Durante esta larga ausencia aparecio una mejicana. Fue jfuente tambien de inspiracion, que justamente desaparece i Jcuando vuelve la romana. No es facil deslindar este doble i motivo de inspiracion dentro de los poemas de la primera parte de Onda, pero en honor a la verdad diremos que aunque 175 la mayor la de los poemas e stein inspirados por la romana, I tambien la mejicana dio numen a Sin&n en la primera parte de Onda. Cabe aftadir como referenda, que Elsa, la romana, era pianista. He aqul otra similitud con Elena Cunha, la de Plenilunio El tr6pico Nacido en el tr6pico, abiertos por primera vez sus ojos a la lujuriante luz tropical, bebidos los tropicales aires, puede decirse que Rogelio Sin&n llev6 siempre el tr6pico consigo. A veces ser& un recuerdo, pero i r t c i s constantemente ser£ una vivencia. Roque Javier Laurenza, anteriormente citado en esta tesis, dice de Gaspar Octavio HernSndez, otro poeta panamefto, que, sin salir de Panamd, escribe un poema a la nieve. No es este exactamente el caso de Sin&n. §1 si salio del tr6pico. El escribe del tropico desde fuera del tr6pico, pero sabiendo lo que es y llev&ndolo siempre en la sangre. En cierto modo, todo lo que no es tr6pico va a ser para el un poco como caminar en el desierto. El trdpico es el constante espejismo, el agua fresca que el hombre per- dido en el abrasador desierto, ve en su permanente espe jismo. 176 El paisaje El paisaje de Rogelio Sinan es personal. Es su pai- j saje. No precisamente el que ve fuera sino el que ve den tro. Amalgama de colores, de sensibilidades, de cirboles, piedras, pijaros, aviones, estrellas, humos, chimeneas y ! i imujeres, amarillos de trigo esperando siega, verdes de ojos 'y hechicerias, malvas de profundas aguas. (Todo e3to se ha I visto en los cuentos, para comprobar lo dicho antes, que ;Sinan es poeta ante todo, si bien su obra formal poetica sea la menos voluminosa por factores que no viene al caso discutir en esta tesis.) Por eso entra la mujer en 61, i siendo primero paisaje. £Puede hablarse realmente de mujer- paisaje? £Se le puede tomar realmente como paisaje? Para Sin&n el paisaje es algo vivo y de ahi que la mujer entra en el paisaje moviendose, alentando y convirti6ndose en la imujer verdad. El encantamiento se realiza al rev6s. Del lencantamiento se pasa al desencantamiento y como en los ] cuentos del principe azul, el poeta se casa con ella. i Onda, parte primera i ; + . Esta es la primera de las dos ondas de Onda. Va de 1925 a 1927. Pero el libro tiene el acento italiano al pie: |Roma, Casa Editrice Italia, 1929. 177 "Onda es una floracion juvenil desarrollada dentro de las normas de la poesia pura, sin anecdota: disparos de I explosion afectiva sensorial en una forma cefiida a la sen- cillez de temas y al afin de transmitir un mensaje de amor y gozo sensual. Con dos versos de Jorge Guillen nos dice lo que es su obra 'Primavera delgada entre los remos de los 36 jbarqueros1 Al abrir su libro con esta cita del Cintico de Guillen, frase fina y marinera, Sindn nos muestra su jpunto de partida en el m^s puro y m^s poeta de los poetas vanguardistas espafioles. En efecto, las cuarenta y cinco composiciones de Onda itienen acentuada tendencia a la forma sintetica, a la eco- ! nomia de palabras en favor de la persuasion sentimental, a la brevedad de la forma a favor del vanguardismo. Con Agustin del Saz diremos que: "Los hilos de la poesia de j Sinan, brujo del verso, son rom^nticos y anecdoticos, con ipaisajes de soles y estrellas, con noches y grutas tropica- les, con perplejidades matematicas y movimientos cosmicos. Sinan maneja autentica poesia. Es un vanguardismo poetico 37 ide vibrar romantico". I 36 Garcia, Historia, p&g. 115. ! 37 ^ .. | Nueva poesia, pag. 41. 178 En realidad, antes de comenzar el libro mismo hay tres p&ginas que requieren comentario. Primero esta la dedica- jtoria, escalonada y contada como m&trica corta: j Y si no a ti I a quien I papei? (p&g. 5) i i Termina con interrogacion que en este caso es afirmaci6n jprofunda. En esta dedicatoria juvenil y emocionada, escrita ! con lagrimas de corazon, va incluida toda la trayectoria I del hombre y del libro. Como hombre siempre ha tenido el filial impulso dentro. Como libro va incluida en esta dedi- jcatoria la historia del agradecimiento a su padre que fue i jquien financio la publicacion. | La proxima pagina que demanda comentario es el dibujo a mano de Sincin, hecho por Gregorio Prieto. Para los que han seguido la trayectoria de Gregorio Prieto, tiene un inmenso valor este dibujo del rostro de Sin&n, que llena I luna pagina y lleva la firma del pintor. Va la fecha del dibujo, 1929. Y va el dibujo destacante de la personalidad ! jde Sincin, conseguida la sensacion de lcipiz merced a la tinta plombagina: prominente el labio inferior, convergentes las |cejas y la meditacion en los entreabiertos ojos. Ya desde jentonces era "Sincin, el brujo", como lo llamaria luego 179 Luis Alberto S&nchez. Al dintel del libro hay tres versos aislados que re- quieren comentario pues parecen responder perfectamente a la forma tradicional del "haiku" nip6n, si bien tienen ! tambien la disposicion del terceto cl&sico. Es una clau sula anfibr&quica que explica el titulo del libro: "Todo— en el vario cosmo— es una ronda que tejen, la materia y el espiritu, con su unica energetica, la onda" (pag. 9). En la inspiracion de Sincin hay una fuerza interna creadora a la vez que en evolucion. Todo terminar£ en este libro en Onda, pero todo vendrS. tambien de la onda. Es por ;lo que dentro del espiritu y forma de tendencia sintetica termina la coleccion con: l OhJ ... Probar el deleite (Si pudiera olvidarte) de volver a querertej ... (pag. 77) De esta forma comenzaria la onda parabolica otra vez y otra vez. Todo es pues, para el poeta, movimiento rit- mico, materia y espiritu en continua danza. El libro se inicia con un poema que se titula "princi- pio romantico" (pag. 15), asi, con minusculas, pues era la hora de los desplantes revolucionarios y habia que ir contra toda norma, aunque fuera contra las mayusculas. Pero lo 180 importante no es tal aberracion, sino los siguientes versos, que encierran lo que pudiera ser la clave para interpretar toda la obra: Yo era un ave sin alas j y tu fuiste mis alas. |Es la mujer ideal quien lo inspira. Sincin vierte lirica- mente su vida interior en sus poemas. Aqui aparece la mujer iromana, la que inspira, la que se convierte en alas, la que i l se va y le deja cayendo en el vacio, que el espera que j vuelva y que siga siendo alas, que siga inspirando, porque el quiere volar. £sta es la inspiracion. I Entonces yo alee el vuelo contigo, al Infinito, en busca de verdad j y en busca de la esencia j de las cosas. |El poeta pretende buscar la verdad, la esencia de las cosas, | sorprenderlas en su desnudez, sin ropajes envolventes que la oculten: uno de los apostolados de la poesia pura. Claramente nos hace pensar en Juan Ram6n Jimenez y Jorge Guillen. Desde que este asedio de la realidad no lo puede irealizar solo porque es un ave sin alas, necesita de las ialas del amor para remontarse al infinito, en donde mora el seereto de la verdad de todo. El amor es una fuerza que i eleva al ser hasta las cimas del gozo y la verdad. Sin 181 embargo, en el aire viene una ausencia. Ausencia interpre- tada en bondad y en generosidad: i Tu viste | desde la altura otra ave j perdida, sin sus alas j y bajaste a ayudarla. i i Para el poeta viene la soledad que va a ser el punto de partida de esta primera onda parab6 lica que es la primera jparte de Onda. I Yo quede— ave sin alas— en el espacio. |Y una llamada angustiosa y lirica: "Las cartas a los poetas : siempre llegan", dijo Angel Martinez, poeta nicaragdense, y 1 i el poeta lanza esta suplica: i | Cuando los leas recuerdame y l&nzate al abismo por que salves a esta ave que tu precipitaste ... Esta clara la llamada. Est& clara la razon de su inspira tion "que tu precipitaste". El segundo poema en esta primera parte lleva el suges- tivo titulo de "avion" (p&g. 16). Hay un cierto dinamismo en estos versos de Sinan: | Una luz rasga la noche trepanando— arriba— nubes. jAparentemente una descripcion maravillosa de un avion en marcha: 182 I \ I Pareces estrella en marcha, avion— pupila que subesj Tu ruido— toques del viento roto en astillas por la helice— se esparce bebiendo millas hacia el infinito ... El poeta esta frente a la Naturaleza y solo. Apenas se le va todo en mirar, con una mirada que va dejando un cuadro, como quien finge en solitario un escenario sin saber toda- via exactamente para que: Miro: tu estrella que corre loca y las que apenas rutilan. Pero el poeta se mantiene impasible. Es el solitario y esta frente al paisaje. No acttia mis que en su interior. Es un puro pensamiento anterior a ninguna decision: Mi pensamiento echa a andar ... detris de cual? Tras ningunaJ El poeta consigue hermanar la vision material que contempla el avion trepanando nubes, con la espiritual que aventaja a la otra y se eleva: {Mis arribaj ;Mis arribaj ... Para pintar un "amanecer" (pag. 17) no necesita mis que cuatro rasgos. Pero que diferencia hay entre estos pincelazos maestros y los coloridos manidos con que los acuarelistas de tres al cuarto diluyen la idea madre que 183 no supieron aprisionar: ;Enloquecidos de jubilo j — gotas de tinta inestables— ; pajaros innumerables i suenan sus locas trompetasj ... Saludo a la bandera | del Alba.' ... No se habla aqui aun de la mujer. Sigue la pintura del jpaisaje. Es un cuadro pequefto, animado, musical. Cuando Rogelio Sin&n escribio este poema, el mismo me lo contaba con un acento nostcilgico: "Yo estaba enamorado. Pero tambien lo estaba de la poesia, y escogi esta forma de 38 ilos poemas frente a la naturaleza, no frente a la mujer". I Continua "viaje" (pag. 18) que al parecer de Neftali Agrella es una mas de las "veinte y cuatro composiciones que velan por su prestigio vanguardista": j Las nubes— escolares de escuela elemental— han tornado sus libros de luz y se van ... Y continua: "Su poesia es siempre de tono menor, si se quiere, de cuchicheo y glisandos musicales. Pero es inten- jsamente colorida, como paleta personal. En ultimo termino, I 38 ^ Entrevista con el autor en su casa, en Panama, en jenero de 1970. I ! 184 39 sus poemas son manchas coloristicas". Sigue "sol” (pag. 19), donde no hay todavia mujer. "Sol" es travieso, pero con una fuerza de los primeros dos versos que rompe incluso con las palabras: El viejo sol estei borracho de luz y tiene susultos de nifto que por travieso duerme con el sueho inquieto. En "hoja" (pag. 21) y "frescura" (pag. 22) no llega todavia la mujer. Son meras miradas a la naturaleza. In cluso en "tristeza" (pcig. 23), no hay alusion a la mujer sino que es la tristeza de la naturaleza. Claro que toda tristeza dice una reflexion humana. La tristeza de la natu raleza es porque se refleja as! en el poeta que la mira. El color es de alivio, pero triste. En "tristeza" bordea la perfecta forma occidental de la "Tanka" importada de Oriente, segtin Neftali Agrella en el mismo articulo previamente citado: El verde los sauces se diluyo en el agua. La pura claridad se ha entristecido por su nueva coloraci6n de malva. 39 "Rogelio SinSn", La Hora (Panam£), 18 de mayo de 1948, p&g. 2, columnas 1 y 2. 185 Agrella halla ademas una relacion entre este poema y el siguiente del monje bendito nipon Henjoo, quien parece janticiparse unos once siglos al siinbolismo cuando* hace mis o menos 1 2 0 0 aftos, escribia: {Sauce 1loron de la primaveraj j A lo largo de tus verdes ramas sueltas y finas como el hilo deslizanse las gotas de rocio del mismo modo que unas perlas ... | Sigue la naturaleza con "estrellas" (pig. 24). Es |celeste y con una diafanidad de jardines gitanos. Un poeta irom&ntico al cantar a las estrellas nos hubiera hablado del i |manto negro de la noche y de la luz p&lida y titilante de | |los astros. Rogelio Sinin dice: En el irbol de la noche cuelgan todasj i | Quien las iri a cosechar? NadaJ que por la maftana viene el jardinero— sol y como ya estein maduras las descuelga ... Maravillosa cosecha.' i Y un verso final que encierra la sintesis de lo celeste y 40 Agrella, "Rogelio Sincin", pag. 2. I 186 10 terreno: IAS ESTRELIASJ j Que jugo claro tendrSn: j | Una traduccion al italiano de este poemlta aparecio en i i |la revista Arte Educatrice de Roma. A continuaci6n, la I I Icita sobre la personalidad literaria de Sin&n y la traduc- ci6n de ''estrellas": "La personality di Rogelio Sin£n ha I molte forme. Trove un romanticismo nuevo, quello che direi 11 futuro romanticismo di cui ecco tradotta una espressione: "stelle" Dali1albero | della nottel | pendono tutte. Chi andrci a coglierlo? Poiche, la mattina verrS il giardiniere— sole e, como seremo mature, | le cogliera ... Meravigliosa raccoltaj Le stelle. 1 ^ Che chiaro sugo possederano. El poeta continua y pasa por "seiiales de la noche" I (pag. 19), como casi un preludio de la aparici6n de la Imujer: 41 Direta dal Lupo Dele Mura, Anno VII, #6-7, Guigno- juglio, 1927. 187 Cristales de luz de luna.' Canci6n de luna.' Cancion que ha encendldo estas sehales en mi viejo corazon ... . ' En "mancha de sol" (pag. 20), ya comienza la mujer. Campo traviesa, cansada con el hijo en el cuadril la moza va hacia el lejano cuchitril. El sol coloca en los arboles sus moneditas de oro. Y el nifto suelta la fuente de su lloro ... La rapaza saca el seno rozagante a se lo dar ... El niho bebe. Ella rie. Y echa a andar ... La mujer aqui aparece s6lo como un elemento del pai saje. Como si fuera una pintura. El poeta estaba influido, como ya se dijo, por la pintura moderna. Es como una trans- cripci6n, al verso, de la pintura. Esta es la mujer que adorna el paisaje. La parabola va avanzando, subiendo. Con "vida sana" (pag. 27) tenemos una muestra de poesia descriptiva y bucolica que recuerda los Idilios de Te6crito o las Eqlogas de Virgilio. El eterno femenino es eterno. No queremos decir lo que es una perogrullada, sino afirmar esta verdad: En Sin&n, la mujer es la quintaesencia de Onda, de las dos ondas de Onda. Pero es tambien la "maquina inm6vil" que mueve y 188 lleva al poeta al inevitable campo de la inspiracion. La mujer aparece en "vida sana". Aparece multiplicada, ; calidoscopidamente con colores y oro: j El mar de la trigada mueve hacia aqui ... j hacia alii ... j su dorado cabello. I Las mozas van peinindolo alegres mientras cantan su letania de amor. No es solo una mujer. Son varias y tienen la alegrla del amor en quien aun no esta enamorado. El estar enamo- rado da a la vez alegrxa y tristeza. Estas "mozas" son las jdoncellas del trigo dorado, las peinadoras, ya extinguien- 1 dose, de ese cabello rico y ondulante del trigo en saz6n. Pero el poeta esti insensible. No llegan a afectarle ; todavia. Y luego, Saloma el boyero ... Rojo.' Verde.' Amarillo.' Canciones.' Gritos.' Campo.' — La cosecha. La trilla.— (pig. 28) La palabra saloma cuyo significado se ha discutido mucho en los circulos literarios panamehos, tiene en el i i Diccionario de la Real Academia Espahola (1970) la siguiente 189 acepci6n: "SALOMA (del latin celeusma) f. Son cadencioso con que acompaftan los marineros y otros operarios su faena, para hacer simult&neo el esfuerzo de todos". Sin embargo i esta no es la saloma que "saloma el boyero" de Sin&n, obvia- mente. Es que en Panami la saloma es el canto de los cam- j ipesinos. En su libro Tambor v socabon. el extinto profesor panamefio Manuel Z&rate trae una disertaci6n de varias p&ginas sobre lo que es la saloma panamefta. Copio dos o tres lineas esenciales: "Con el nombre generico de 'Saloma1 se conoce hoy una de las expresiones mSs originales y carac- teristicas del campesino panamefto ... Es una emision vocal- igutural, que segun las variantes tiene, desde un rudimento isonoro hasta una unidad melodica completa? desde el grito I i 0 alarido franco hasta un remedo de lo que podria llamarse 1 |'coloratura'; que combina la voz natural con la del falsete t :y que usa como texto, la simple vocalizacion o la estancia 42 poetica". Reminiscencias de cante-jondo? de remota in- fluencia ar&bigo-hispana? de lamento ritual indigena? Es iposible que sean verdaderas todas esas influencias, pero lo I j importante en este caso es que Sinein considers ese vocablo I 42 | (Panamas Imprenta Nacional, 1962), p&g. 242. 190 la primera expresion poetica del hombre, pues "cuando el campesino, trabajando en su campo, se siente solo, sofocado y cansado, lanza de pronto su saloma; y al oir a lo lejos la saloma con que responde algun vecino, se siente confor- tado y continua m&s alegre su labor. Para mi esa palabra 43 es, pues, simbolica de canto, de poesia". Saloma, en fin, [ jes algo que para Sin&n representarS un titulo nobiliario. Sinan es el marques del Salomar, y eso, a pesar de, o mas bien gracias a, su Saloma sin salomar a la que dedicaremos toda una seccion en el capitulo de la poesia. Por ahora nos limitamos a entender por que "saloma el boyero": Cromatica mafiana sana, sonriente y nueva mecida por el viento.' Hurra.' Hurra, muchachas.' como rie la Vida.' El poeta continua evocando desde la serenidad de la Roma eterna los motivos de su tr6pico. Uno de sus mas bellos poemas es la "balada del seno desnudo" (pag. 29). No bastan los puntos de admiracion para encarecer esta balada. Todos los declamadores serian pocos y aun los ^"Mi poesia". Cf. nota 31. 191 critlcos han sido Insuficientes para alabar esta balada. De todo Onda. no hay nada tan popular como esta balada. i Cantada muchas veces por juglares, reproducida en numerosas revistas y periodicos, esta "balada del seno desnudo" ha sido un verdadero exito, probablemente por su extremada sencillez. Hace un juego de acentos de ritmo troqueo y lanfibraco en la copla popular, asonantados los pares: — Mangos.' ... MiraJ ... TantosJ ... [ Oh.' ... Uno maduro ... I \ (di6 un salto ... y saliose i * su seno, desnudoJ) Inmediatamente el ritmo nos recuerda a: Mo9a tan fermosa non vi en la frontera como una vaquera de la Finojosa ... Obviamente, la "balada del seno desnudo" est& hecha sobre el ritmo de la serranilla del Marques de Santillana y di- riase que tiene tambien la misma intencion. A veces la copla tiene en la balada perfecci6n anflbraca: Perfume silvestre de mangos maduros, por que me recuerdas su seno desnudo? Pero aqui el poeta ya est& afectado. Afectado por la mujer que llega, sobre todo al final, a remover toda la juventud y todo el tr&pico que el poeta, como se ha dicho ya, lleva 192 dentro. Esta ultima estrofa es ya una preocupacion. Es un poema que— en Roma— tiene influencia del tr6pico— del tr6- pico de Panama. A11& en Roma se habla de acci, Taboga. Aunque la mujer quiera ser aqui todavia paisaje, es sin embargo ya algo psicologico. Los mangos— concepto discutido anteriormente— recuerdan aqui al poeta toda su juventud, y se mezclan con las estudiantiles pinturas de las mesas de m&rmol. Esta popular balada fue traducida al ingles por Salo- I I mon de la Selva. La traduccion no se public6 originalmente, ya que la idea original no era de divulgar mas esta ya popular balada. Sin embargo, el Latin American Digest publico la traduccion el 19 de diciembre de 1933, y la balada se hizo tanto o mas popular entre los publicos de habla inglesa. A continuacion, la original balada y su |traduccion: balada del seno desnudo — Mangos.' ... Mira.' ... Tantos.' ... OhJ ... Uno maduro ... 1 (Dio un salto ... y sali6 se i su seno, desnudo.') Yo salt& del arbol.' Upa.' ... Tan.' ... (Que rudo.') Por mirar de cerca su seno desnudo Me mir6 asustada.' Cubrio ... lo que pudo y ... huy6 ... Que robaba? Su seno desnudo' Lejana ... lejana ... me envio su saludo (Yo seguia mirando su seno desnudo;) Perfume silvestre de mangos maduros, por que me recuerdas su seno desnudo? Ballad of the Bare Breast "Mangos. 1 Look.' So many.' Oh, a ripe one thereJ" (Up she jumped and out Came her white breast bare. From the tree I dropped down Fast as I did dare All to see the nearer Her white bosom bare. Timidly she covered Up her treasure fair; Ran lest I should rob her Of her white breast bare. Far from me, she bade me Tranquilly to fare. (I continued seeing Her white bosom bare.) Fragrance wild of mangos Growing ripe and rare. How you bring me memory Of her white breast bare. 194 La mujer empieza a intervenir en la vida del poeta en "ternura" (pig. 31): Eres fresca y eres pura como el agua de la fuente. Y dulce como las frutas. Y tierna como tus manos hechas para la ternura. En "inquietud" (pig. 32) hay mis apasionamiento, hay lucha. Ya entran en juego los celos. Celos del sol, celos del aire, celos del espejo. El sol.' ... El sol.' Apirtate.' Miralo tan ufano besindote el cabello, las sienes y las manos. 1 Cuidado.' ... Espanta al Aire.' se ha escondido en tu seno para estar picoteando (goloso.') frutos buenosj Y, sobre todo alertaj si te mira el espejo, porque puede beberse, sediento tu reflejo.' | Se ha citado todo el poema, porque es muy significativo en la estructuracion de la linea parabolica. La mujer ya ha entrado en el corazon del poeta y por eso la lucha ha empezado y los celos inquietan y torturan. Siguen los celos en "kodak" (pig. 33). Es como una foto. Se trata de dejar fijado este momento, de eterni- zarlo: 195 Persiste a si.' Tranquila.' Deseo grabar tu imagen soleada en mi pupila. 1 "Epigrama" y "arrullo" se nos presentan como la cumbre en la parabola. Es el climax, es el amor que incendia, sin demasiado control, sin estudiado plan. Es asi: Y mi caricia vibra sobre tu cuerpo como brujula loca que marca rumbo incierto ... (pig. 34) Porque tu eres mi carne y yo soy carne tuya, cuando mi barca arrive cantarin los deleites Aleluya.' Aleluya ... . ' (pig. 35) "Arrullo" es muy sencillo, pero a la vez se indica que la mujer ya comienza a alejarse. Comienza el hastio, arrullando a un nifto muerto.' La dedicatoria, o mejor dicho, cita de entrada es: Deja que duerma mi pensamiento. 1 Ella. (pig. 36) "Mi pensamiento", me decia el autor, "se llama Elsa, pero 44 como Elsa era ella, yo puse Ella". 44 Entrevista con el autor, 1970. 196 Ya llega la soledad. "Soledad" que gust6 mucho, que tuvo exito y que la repitieron en antologias, quizS tambien, como la "balada del seno desnudo", por su gran senclllez: Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dejaste sola en el camino; que sola dejaste mi soledad ... . ' En la concepci6n parabolica de estas ondas, viene la distancia de la mujer que, ya que quemada en el incendio voraz del climax apasionado, se va quedando en la lejania. El poeta titula asi el breve poema: "distancia" (pag. 38). Y te miro distante — mujer de otras ciudades ... Ya ella estci lejana; ya se va convirtiendo en recuerdo; ya llega el hastio. En "humo" (pag. 39) todo es lejano tambi§n. Todavia existe el recuerdo, pero solo eso, un recuerdo que puede expresarse como despedida de paftuelos y de humo: Y recojo mi paftuelo para respirar — al menos— el recuerdo de lo que fuera fragancia. 197 En "inercia", el poeta est& solo y amargado: Dejar quieta la vida. Mirarla como abismo que se debe evitar. Ni sentir ... Ni desear ... No es nihilismo; es hastio, cansancio, cenizas de lo que ya paso y quedo como causa de este hastio. Sin&n hace una finta con la palabra "perplejilidad". "Licentia danda est poetis", es lo que se tlene que declr. Asi salio esta palabra que viene a substituir "perplejidad", pero que afiade una silaba aguantando mejor la cadencia: Vivir sufriendo recios empujes de la Vida sin perplejilidad. Mecanizar el alma. Y pasar dando tumbos de ciguila dolorida palpando lo impasible del corazon en calma. Una reaccion se presiente ya en "exhortacion" (pag. 41) . Es la reaccion del poeta que quiere enfrentar de nuevo la vida. La va a enfrentar y la va a rehacer: Desata, corazon tu pena y zarpa.' El ultimo titulo de la primera onda de Onda estH lleno de nueva esperanza, "hacia otra vida" (pag. 42): Esparce tu dolor y bebe nuevo amor que todo renacer es un amanecer ... . ' Y asi el poeta consuma su primera par&bola, su primera parte de Onda, dispuesto con nueva fuerza, con mSs vigor, con mds 198 plenitud y con una psicologia mSs enriquecida, a adentrarse en la segunda par&bola donde el paisaje sera aun m&s pai- saje, la mujer mas mujer, el amor m&s amor y el hastio mSs hastio. Onda, parte segunda Onda entra en su segunda parte, en su segunda onda, tras un numero 2 escrito con cifra ar&biga y la identifica- j cion de los afios 1927-1929. Siempre los afios, las cifras de los afios, son utiles a la vez que peligrosas. Utiles porque dan una ambientacion y dentro de cada poeta, pueden decir su hora, su momento. Y son peligrosas porque en un poeta los afios del calendario no siempre significan lo mismo que en la historia. Para Sin^n siguen representando Roma, como tierra de peregrinacion, aunque lleve metido dentro, su tropico natal. Pero ciertamente representan algo m^s en madurez y en moder- nidad. Vuelve a empezar la par&bola. Estas dos ondas hay que estudiarlas dentro del armazon de la par&bola; estas dos curvas en que el libro ha sido organizado. Y abre con "extasis1 1 (pag. 45). El poeta est& frente a la Naturaleza otra vez. La potencia poetica-paisajista de Sinan le 199 remonta tantas veces a estos paisajes astrales, cosmicos, como haciendo eco del "motor inm6vil" de todo este libro: Todo— en el vario cosmo— es una ronda que tejen, la materia y el espiritu, con su unica energetica, la onda. La linea parabolica comienza con la soledad del poeta frente al cielo. El poeta se descarna y espiritualiza en su soledad, convirtiendose en alma: Alma que mira la estrella Estrella que mira 1'alma. Otra vez aqui hay que decir al ver lo de "l'alma", que, "Licentia danda est poetis". Sigue "inercia" (pag. 46). Son dos las inercias. Una en la primera onda. Otra es esta. Los dos titulos son iguales, pero las dos inercias son diferentes. Una fue la inercia en la curva que descendia. Aqui es la inercia de la curva que va a ascender. Son causas distintas. No hay en esta inercia ni un recuerdo, ninguna alusion a la otra inercia: Del infinito viene — cadena de silencios— la soledci y me ovilla. Se diria que el poeta puede estar solo y triste por la ex- periencia anterior, pero el no nos dice nada. Diriase que es simplemente no hacer nada, pero en esta soledad e inercia 200 hay algo de pasividad que le empleza a querer trabajar. Es sin embargo solo la naturaleza. Me abraza— ensangrentadas las manos— el tramonto. El tramonto es el viento que viene desde las altas montahas, como si quisiera decirse que viene de las estre- llas. Una especie de Nirvana, de paz y de serenidad debe centrarse en esta inercia, como preludio de la enorme acti- vidad que estci para ir llegando: Y dentro a mi alma se ensancha en espirales de beatitud, la calma . . . Hay que entrar en el "ultimo sol" (pag. 48) cant&ndolo: Se diluyo alargando su sangre panoramas, y todas las campanas devanaron el Angelus. Los aridos senderos se fueron ... Hay aqui una riqueza en ritmo y sonoridad de campanas. Es un crepusculo bajo el tramonto de Roma. Pero no se habla de la mujer. Esta solo el poeta y quiz& en el inconsciente. Podria verse un atisbo en: Y, el viento, — mas bueno, mSs contento— sintiose melancolico y acompafio a las nubes — pobrecitas.' al templo ... 201 Las nubes, como si fueran mujeres, acompafiadas al templo por el buen viento romano. En el "nocturno I0” (pag. 49) describe la noche como quien la pinta, absorbido aun por la pintura en Roma, cuando la luna se ve solo como una ufia o como una ceja: Ceja alba— trazo audaz— sobre un embozo de noche rembranesca, alza y empuja la luna su arcoidal— doblada aguja— pirueta de Chariot— "Circo"— en reposo. Habria que meterse dentro del poeta para captar todo lo que nos quiere decir. En la multiforme presentacion del pai sa je en SinSn est& esta version de "paisaje-escenario". Dentro del movimiento y del espiritu de Vanguardia, Chariot era el actor mas popular y mcis admirado; version cinemato- gr&fica de vanguardia. Dicese que en "Circo", Chariot se ponla a hacer piruetas cuando queria descansar. Pero aqui el paisaje es teatro, decoraci6n y pintura: Fantasmas— arboledas— trozo y trozo, mas bien decoraci6n— antro de bruja— proyecta su gentil silueta esdruja la parte de jardin que, viendo, gozo. "Esdruja" que debiera ser esdrujula, licencia que hay que conceder a los poetas, precede al maravilloso, nitido e inspirado verso: "la parte de jardin que, viendo, gozo". Desde el jardin de vida solitaria, o el plantado por la mano del Amado, hasta "un trozo de azul tiene la misma 202 intensidad que todo el firmamento" podria decirse que no hay transcurso de tiempo, a pesar de los siglos de distan cia y del oceano de por medio. Esta "parte de jardin que viendo# gozo", podria ponerse en cualquier siglo, en cual- quier continente.^ Continua el poeta: Tal suave conjuncion de fronda y cielo con ansia mi ojo— en dos— sorbe rampante. Los dos ojos y el gesto del tigre ivido y cazador se in- sinuan aqui. Todo en este nocturno hay que verlo y leerlo a la luz ennegrecida de la noche que alarga las siluetas y destifie los detalles: mi sombra sin compis— recuerdo dorico— yo sigo en actitud de cinefante rumiando mi silencio pitag6rico . .. Sin recelo, sin compos, con las piernas cerradas como una columna alargada es la sombra de la noche# simplemente sin sentimiento aun, como actor de cine que representa, y quizi lo unico que es mis del poeta# mis de su propiedad# es ese silencio pitagorico como en las escuelas del maestro de 45 Para mayor inteligencia: Fray Luis de Le6n: "Vida retirada". San Juan de la Cruz: "Cintico espiritual". Alfonso Cortes# Nicaragua# actual: "Un pedazo de azul"# escrito desde el manicomio de Managua; azul visto por una estrecha y carcelaria celda. 203 los numeros. Nos hallamos de vuelta al paisaje de Rogelio Sinan. En este caso el dibuja un paisaje como embrujado, ese em- brujo de "fantasmas, arboledas, antro de brujas". En el "nocturno 2°" (pag. 50), sigue el poeta hablando de la luna. £Serli substitucion de la mujer en su ausencia? Suaviza la luna su gracia entre pinos hilados. Digamos aqui algo sobre las sensaciones nocturnas. De noche no hay en Sinan la luminosidad de los paisajes de dia. Mas bien hay una gama entre penumbra gris y parda, a la vez que un incremento de las sensaciones acusticas, las que perduran y aun se agradan en la oscuridad: Ni bianco Ni rojo. Constancia de musica alada se enhebran en suave penumbra follajes. Y vibra impreciso el perenne seguir del riachuelo. En "hilv£n" (pag. 52), la sensaci6n es de expectativa. La soledad est& aun presente pero como presintiendose su fin. Es como si ya sintiese los celos de la mujer que va a venir y va a substituirla. Es una soledad que se va alejando, solitaria soledad, ante la intuici6n de que se presents su final. El final de la soledad es siempre y unicamente la compaftia: Desiertamente el alma dentro de mi, lejana de todo amor, poematizaba su soledad. El corazon del poeta se pone a la defensiva, lleno de la experiencia de la parabola anterior. Como si no quisiera volver a amar, como si no lo deseara: (Bebia la sensacion de que se habia plasmado en un cristal la greda sutil del corazonI) Pero ella se va a presentar con los ojos verdes— "seftal ocecinica". Y como en la curva parab6lica anterior, todo va a ir procediendo inexorablemente como si de un fatal hado se tratara: Verdearon tus pupilas Fue un signo.1 pero lei en tus ojos que ineludiblemente se enhebraria la seda de tu vivir 205 Ya no se trata de la mujer elemento del paisaje. Es una mujer, la mujer en carne y hueso, que entra, afecta y no hay nada que hacer para detenerlo. Todo es obra del destino. Debia serj Nuestras almas ya conocian— de antiguo— su senderizaci6n. Los "ojos" (pag. 54) de ella son verdes. Todo el paisaje estci vibrando en sus ojos. Ya todo se ve ahora dentro de esos ojos, coloreado de verde, hasta la soledad. Precisamente la soledad, se aleja, y como duele cuando se aleja, pero todo sucede dentro de esos ojos verdes de ella: En finj reflejo de alma en pupila y sobre la onda— frescuraj— el cielo y yo. Pero jque.' toda la vida hacia allci dentro de ti— lejania.' — El poeta esta aqui, en su orilla, y ella all&, como que todo se aleja pero sus pupilas se transforman en espejo. Todo es una ilusi6n. Su mirada, su verde, da vida a las cosas. Eso es "similitud: verde malva" (pag. 55): Cuando me miras sonrlen las aguas del rlo; que tienen la mirada que tu tienes: Verde-Malva. 206 El color de las aguas profundas es verde malva, por eso llama el poeta a su mirada Verde-Malva. El "teorema, de la imagen" (pag. 56) es un pequeRo juego, como la imagen que se ve en el agua. la rosa TEOREMA DE REFLEJACI6N: la imagen tu Quien era: La rosa? o T(J? "Lo importante es la rosa" han dicho siempre los franceses. Notese que existe un error en la impresion de: Quando te mire temblabas. Nunca este error ha preocupado a Sincin. Es error de la imprenta italiana, pero se qued6 as! en subsecuentes edi- ciones. "Cuando" continuo siendo "quando". Al llegar a la “cancion la" (pag. 57) hay que hablar de lo que para Sinein representan las "alas". Esta metafora estci empleada desde el principio. "Ave sin alas" es el poeta en el primer poema. Mantiene esta metcifora hasta el final. Es una dependencia afectiva. Es una constante que no se puede silenciar. Es sencillamente la inspiracion de Sin&n. Las alas son siempre ella; mejor aun, ella son 207 las alas. Ill es el ave. Pero aqui las alas cambian de duefro: Mi canci6n— ave de mar.' — te llevan en sus alasj La canci6n va a veces r&pida, a veces lenta. Es un ritmo impuesto por la vehemencia de la inspiraci6n y de la mujer. En esta "canci6n la" siempre estci hablando de ella. Hay ya una obsesion fatal. Trata de decirle a ella que su cancion es siempre para ella. En definitiva sigue el mismo juego de imagenes, el mismo canto. En la "cancion 2a" (p&g. 58) hay como un recuerdo, otra vez, del tropico. Sin&n vive en Roma, pero no ve el mar. Y el mar estci siempre delante de sus ojos y anegando su corazon. No es precisamente el Mediterr&neo; es el mar de su tropico. Imaginar de existencia que viene y va como mar.' ... Se acaba el suefio. Cuando el poeta la pierde, el suefto se termina. Adonde ir& mi vivir: Dentro de ti? Dentro de mi? Se ha dicho que el castellano, como lengua espaftola, lleva consigo una gesticulacion en las interrogaciones y 208 en las admiraciones. Es como si quisiera suplirse la acci6n de las manos y por eso se ponen admiraciones al principio y fin de cada frase admirativa o interrogativa. Sin&n adopta, la mayorla de las veces, la puntuacion admirativa o interrogativa solo al final. Esto que en cualquier otro idioma significarla simplemente correccion preceptiva, en Sinan puede significar un especial ascetismo, no s6lo gra- matical sino expresivo. Y termina su cancion 2a con una expresi6n de amor intenso: Llevalo tu que el camino ya se nos hizo cantarJ ... dComo serla un "boceto" (pag. 60) de lo que ella es? Es tan complicada que el poeta no puede dar m£s que un muy ilogico boceto de ella. Para el poeta en Onda, la mujer es eso: la mujer. Es una idealizacion y a la vez una concre- cion. En este caso, la mujer que es ideal de novia, se llamaba Conchita, en italiano, Conchetta. Precisamente porque no se puede hacer ni mcis concreto ni menos ilogico, todo ello es un suerto: Suefio no apercibido pero siempre constante como el mar, como el rlo ... La voz del Yavista o la del Elojista serlan en "si- miente" (pag. 61) fuente de inspiracion. Todo lo imagina 209 el poeta vegetal, como en el Paralso al este del Eden. Es la brisa la que canta a las hojas: Sobre tu fronda— lo fr&gil— aun pasa y deja mi brisa su angustiada palabra de cansancio. Hay una relaci6n con el tropico, el que el poeta lleva dentro, una relacion vegetal: Noche y dla ella estuvo cant&ndole a tus hojas pero hacia aqui, hacia alia volvian ellas la frente y reran locas. Los parques de Roma son frondosos, como el Paralso. Todo lo que en un tiempo pueda suceder en el mundo, hace tiempo que ya sucedio en Roma, pero tambien lo que en el mundo sucedio en cualquier epoca esti siempre sucediendo en Roma. Y as! viene la cuestion de Ad&n y Eva: Ah, pero yo sabla que tu tierra era blanda' Yo sabla que tu tierra tenia sed de lo mlo.1 Todo es aqui nltido y puro aunque apasionado. Nltido con la pureza de una novia, en contraposici6n de lo que va a venir. Vienen los hijos. Hijos que est&n en el deseo, en el pensamiento y en la pureza. 210 Y hundi bien mi simiente — futura luz en cuerpo— alii profunda.' seri— si es— en un tiempo mejor nuestra cosechaj En el "teorema de la curva en movimiento" (pag. 63) tenemos otra mujer, distinta, pero para dar toda la com- pleta imagen de las variedades y capacidades de la mujer. No es como la anterior, la novia que tenia la pureza y la esperanza y el corazon virgen. Esta es la mujer del caba ret. Lleva consigo una danza, desnuda, Salome. Conquista con su danza desnuda. La alcoba (nido en penumbra lecho a la turca cojines ... ) miraba tu desnudez entre la danza hacia mi. Las curvas, es decir la curva, son las de ella. Asi lo rojo que estli en los labios y que llega violento, vers&til, sin introduccion: Plasticos toques de rojo, la sonrisa, a tus labios se colgaba, "... Gira, gir&ndula loca ..." cantabas. Un beso y otro en ti aqui y alia como puntos a tu danza espiritual ... 211 Este "teorema de la curva en movimiento" tiene tres partes. La segunda parte alude al expresionismo alem&n de danza moderna de moda entonces. El poeta llegaba del tr6- pico y no entendla aun esta palabra. La selva negra no habia aun llegado a bordear su tropico. Era nueva esa palabra hacia ml. Ya en esta segunda parte se empieza a enredar, todavia solo en los ojos, esta teorla: Y en la antena de mis ojos se enredaba la teorla. Pero llega la tercera parte. Ya se enreda como una malva, adhiriendose, pegindose. El poeta comprende lo que ella quiere. Es una conquista sobre su cuerpo desnudo: Al fin.' vino a ml el conocimiento y comprendl sobre tu desnudo cuerpo la teorla de la curva en movimiento.' Al comentar "perplejidad" (pag. 66), el poeta decla, "La sensacion es como si ella me hablara y con sus palabras 46 escribla yo el poema, el canto". As! es. La uni6n de 46 Entrevista con el autor en 1970. 212 I I las palabras se realiza en el alre. El poeta lo dice de una forma y ella lo entiende de otra, pero estos dos, lo dicho y lo entendido, se mezclan en el aire y no hay manera de reconocerlos. Seria tierno y alegre al brotar de ti misma? o seria de dolor? Todo ponia la dudaj A Sinan le gusta mis lo sencillo. Lo complicado del futurismo no lo ha subyugado, ni los poemas en forma de irboles ni los cantos en forma de honibre. Es demasiado complicado. Lo bueno de todo ello esta en que significaba el deseo de romper con el pasado, y para eso si que sirvi6. Aqui el poeta sigue con su perplejidad, con su inquisici6n, buscando, sin respuesta. Es la gran fusion, es la gran uni6n, y llega a veces a dar pie a la confusion: Eran mias? Eran tuyas? No nos reconocieronj En "persistencia" (pag. 68), la pasi6n ha llegado a su ipice. Pero ya se esta terminando. Queda afin algo, pero como un rescoldo. De ahi la duda Cartesiana. Al no querer aceptar que queda algo del amor viene la duda: 213 La duda — tuya? mla?— No quiso decirnos que ese ritmo — constante era algo nuestro. En el recuerdo hay niebla, que es la forma atmosferica de la duda: La niebla— aun— del recuerdo nos sigue, nos aplasta. "Tr&nsito" (p^g. 70) nos dice que hay separaci6n com- pleta, dramatizada por el recuerdo biblico: La ausencia se hizo espacio y habito entre nosotros Ya la segunda curva descendiente en esta onda numero dos se esta cumpliendo. En la realidad de la vida del poeta inter- vienen, como se ha dicho, varias mujeres, pero el poeta lo pone como si fuera una sola. La "cancion 3a" (pag. 72) fue escrita para la mejicana. Ella se fue a Paris, de donde vienen los niftos, y dejo solo al poeta. Pero le escribio una tarjeta. Palabra que trae aliento a corazon que se empina para mirar ... En esta tarjeta, ella trata de animar al poeta. Es como si le diera vida: 214 Palabra que a mi contento brinda el ala ... El poeta quisiera darse cuenta de que la tarjeta dice la verdad: Ah, si pudiera mirar la tuya ... Cierta? Fingida? Pero el poeta vuelve a su tropico, refugio en las decaden- tes lineas de su parabola, como anhelo en las ascendientes. Quiere quedar henchido: Como reflejo en el mar — trozo de luna que riela— sigue vibrando tu estela sobre mi vida pleamar.' ... Sigue aun el recuerdo en la "cancion 4a" (pag. 74). Sinan es paisajista, en grande y en pequerio, en trozos de jardin y en el vasto universo. En flores delicadas y en estrellas inconmensurables, Como sonrisa, ese parque ya no la dice, la anhela. Y con este segundo "amanecer" (pag. 75), el poeta, como todo, ha terminado. Tiene que volver a su amanecer: Siluetas de monstruos— ramas y hojas— que se agigantan y achican ... Escenario de que tragedia? Estas son ramas y arboles en la oscuridad ultima del amane cer. Por eso vuelve el esplritu. Sin&n nos ha mostrado 215 solo dos ondas en Onda. La vida es una sucesion de ondas, sin embargo: OhJ El viento parece que ha renacido.' (pig. 76) Como en las antiguas fabulas, como en los cuentos de los sabios narradores, como las disertaciones de los Sapien- ciales, como Thomas a Kempis, el poeta reflexiona en su "anhelo final" (p&g. 77): Oh.' ... Probar el deleite (si pudiera olvidarte) de volver a querertej ... Habiendo pues encontrado una nueva esperanza, el poeta termina su libro con este poema que en realidad puede ser el comienzo de otra linea parabolica. La conclusion a la que hemos llegado es que Sinin se nos presents en Onda como el abanderado de la poesia van- guardista en Panama. Onda es decisivo en la evoluci6n de la poesia panamena. Signifies la renovacion total de sus temas hacia una significacion mas universal y trascendente. No se puede catalogar Onda en ninguna de las tantas esteticas modernas aplicctndole su correspondiente etiqueta de "futurismo, ultralsmo, dadalsmo, creacionismo", puesto que en Onda hay de todo esto. Su tono es multiforme. A veces procede el poeta alucinado como por una llamarada de sol, y a veces, pasado el bochorno de la canicula, va a serenarse bajo el fresco v^spero. Cuando canta al sol se lo imagina en una multitud de aspectos diferentes. Ya es un pastor que conduce su rebafto de nubes o bien un rico seftor que esparce sobre los cirboles sus moneditas de oro. A veces lo hace un viejo lamparero borracho de luz y otras, un "sitiro que atisba voluptuoso tras ninfas desnudas". En Onda todo es ilusidn, perplejidad, asombro. Todo aparece aqui visto bajo otra forma y con pupilas nuevas. A veces llega a manifestarse ingenuo y otras veces herme- tico. Lo hermetico se ve principalmente en la segunda parte del libro donde las im&genes cruzan en vuelo multiforme, como alas en retozo y como locos aviones en batalla. El vanguardismo del poeta est& a veces idealizado como se ve en el poema "avi6n". En Onda pugnan por salir a luz el infantilismo y llaneza a que tiende la poesia contempo- r&nea pero solo en ocasiones lo consigue. Generalmente esto hay que buscarlo alia en el fondo del pensamiento para poder apreciarlo. En Onda la sencillez habita una morada de met^foras complicadas y el lector no experimentado se confunde. 217 No cabe duda que la condici6n, barroca a veces, del Vanguardismo, es m&s acomodada al pensamiento actual que las ampulosidades de las escuelas poeticas anteriores, sobre todo del Romanticismo. Quien este acostumbrado a aquellas disoluciones se sorprenderS frente a la esencia poetica del "amanecer" de Onda en que siete versos le bas- tan para la mas rica y amplia descripcion. En ella entran el paisaje, la emoci6n de las aves que trinan y el entu- siasmo del poeta que arrebatado exclama: "Saludo a la ban- dera del Alba". En el Vanguardismo hay otra l6gica, otra metrica, pero las mismas aspiraciones liricas, porque el alma humana es una y multiple. Solo comprendiendolo asi es posible al critico hacer buen uso de sus aptitudes. El sol. £Que es el sol para Sin&n? El sol no es. El sol estci. Y esta es una concepci6n nueva. Estci borracho de luz, tiene susultos de nifio travieso y derrama el vino de su luz sobre las aguas del rio. En varios de sus poemas el poeta derrama sus sentimien- tos con candorosidad, con una tierna dulzura, que pareciera que el escritor tuviera alma de niho. Por eso, poseido de esa alma infantil, juega con las palabras y nos regala ver sos que son una maravilla de colores y melodias. 218 Pero no todo el tiempo el poeta se nos presents posee- dor de ese alma candorosa. Por el contrario abandons esa espiritualidad infantil y en alas del sensualismo viaja por los caminos de la poesia. Sin&n el sensual, sabe mantener la distancia para no caer en procacidades y situarse en un piano elevado de arte. Onda fue el primer libro del poeta, y su merito no es s6lo el de haber acaudillado en PanamS un movimiento que hasta la aparicion de Onda no habia sido m£s que intuici6n generacional, sino que tambien hay en el palpitaciones de autentica poesia, frescura juvenil, notoria musicalidad, sutileza imaginativa y emocional, plasticidad en la vision del paisaje, y sobre todo extraordinaria agilidad poetica. La obra poetica de Sin&n es de gran colorido y en ella encontramos esos ascensos y descensos que, a manera de onda, constituyen la onda misma. Digamos que lo m^s significativo de la poesia de Sin&n, en Onda, despues de decir que fue el innovador del vanguar dismo en Panam&, es aquello que le hace ser "personal" en la construcci6n de sus libros de poemas. Ha encontrado una interna trama para cada uno de sus libros. En Onda es el estilo de la curva parabolica. Dos son las parabolas. La 219 parte primera de su libro es una y la parte segunda es la otra. En otras palabras Onda es realmente dos ondas, cada una con un ascenso y un descenso, con la mujer como centro de todo. Saloma sin salomar Este libro de Rogelio de Sinin tiene escrito el titulo de la manera siguiente: SALOMA SIN SAL 0 MAR De este modo el autor pretende hacer, no solo un juego de palabras, sino indicar que no iba a ser el libro lo que algunos creian: libro de poesia folklorica panamefia. La palabra "saloma" tiene un sentido folklorico, que Sin&n excluye al decir "sin salomar". El libro esta editado en 1969 por el Ministerio de Educacion de Panaml, pero recoge poemas de hace m£s de un cuarto de siglo y algunos de la produccion posterior de SinSn, donde apuntan modalidades que implican renovacion. 220 1 El libro, considerado en su conjunto, no tiene la unidad de los otros dos sino que mSs bien se deberia considerar como una especie de antologia de poemas de Sinin. Los dos libros de significacion en la poetica de Sin&n son su primerizo Onda, ya analizado, de meis valor histbrico que poetico, y Semana Santa en la niebla. Por el libro Onda paso Sin&n a ser el abanderado de la poesia vanguar- dista en Panamei, como ya se ha visto. En su ultimo libro, Semana Santa en la niebla, hay ya un desarrollo notable de las inclinaciones vanguardistas que se observan en Onda. Saloma sin salomar no presenta ningun cambio extraordinario de lo que ya se dijo sobre Onda. La total renovaci6n no se cumple hasta llegar a Semana Santa en la niebla. Por lo tanto en el plan de estudio sobre Sinan, el poeta, se ha considerado que solo es necesario dar algunas nociones generales sobre este libro y su contenido, citando a menudo a su propio autor e incluyendo alguno que otro juicio, a la vez que se transcribirSn algunos poemas que por cualquier motivo representen salirse un poco del estilo general de Sinan. Un estudio m&s detallado se har& sobre el titulado "Incendio", ya que este puede considerarse en si mismo como un poema aparte, aunque incluido en este libro. Fue escrito 221 este poema en 1944 a ralz de un incendio voraz que arraso parte de la ciudad de Panamei, y ha sido valorado en gran escala por los criticos panameftos y extranjeros. Es por eso por lo que se le ha escogido para ser singularizado. Viene al caso explicar el significado de la palabra "saloma". Con respecto a su significado en el folklore panameho ya se habian dicho unas cuantas palabras en la secci6n dedicada a Onda (veanse p£ginas 189-190, en las cuales se anuncio una explicacion mcLs profunda de este vocablo, cuando se llegase a este libro que lo lleva de titulo). Continuamos la cita del documentado trabajo de Manuel F. Zarate, citado anteriormente: "Con el nombre generico de SALOMA se conoce hoy una de las expresiones mlis originales y caracteristicas del campesino panamefto, en el rango de lo folkl6rico, podria decirse mejor, de lo pro- 47 . » fundamente etnogr&fico". Explica el profesor Zarate que el termino "Saloma" referido al folklore panamefto se rela- ciona muy lejanamente con los que traen los diccionarios acad&nicos y apunta que el de la Real Corporacion de 1947 define la "saloma", proviniente del latin celeuma como un 47 Tambor v Socabon (Panamei: Ministerio de Educacion, 1962), pag. 242. 222 "son cadencioso con que acompahan los marineros y otros operarios su faena para hacer simult&neo el esfuerzo de todos". Del venerable Zerolo (1897) anota el profesor Z&rate la definici6n de Saloma: "acci6n de salomar", y salomar: "(de salmodiar?) n. Mar. Gritar el contramaestre o guardia profiriendo cortos gritos o voces, propios de la marineria, para que, al responder ellos, tiren todos a un mismo tiempo del cabo que tienen en la mano". Considera Z&rate que Espasa se limita a copiar el corto texto de la Academia. Tanibien opina que los lexicos de americanismos nada aftaden a la definici6n. Cita Zarate como ejemplo a Malaret quien dice que en Panamei, "saloma" es un "son caden cioso de los trabajadores"; en Ecuador, "llamar a gritos" y en Argentina, "grito espantoso ... de micos y monos" / 48 (escrita con Z). La saloma propiamente dicha difiere bastante del grito; la saloma es un canto, pero hay que hacer la salvedad de que es un canto que se inicia con el ejercicio de simple vocalizacion o de melismas. Es dificil saber donde se hallan las influencias. Como pueden ser reminiscencias del 48 Tanibor v Socabon, pag. 243. 223 cante-jondo, tambien lo pueden ser del lamento ritual indi- gena. El extenso estudio del profesor Z&rate indica que la saloma puede tener influencia ar&bigo-hispana, asi como indigena( pero que a ciencia cierta no se sabe. Lo que si afirma el Dr. z£rate es que: "En el complejo figuran tres elementos por lo menos: el inicial o melism&tico, el cen tral o cancion con texto, y la final que es propiamente una gritadera. Esta tambien se desarrolla escenicamente, en forma de pugna y rivalidad, alternando dos o mSs salomado- res, tal como ocurre en las gritaderas. Advertimos tambien aqui, que tanto en materia de gritos como en la de saloma, existe el actor solitario". Hay una variante de saloma, la del hombre en soledad, que es a la que Sincin se refiere cuando titula esta coleccion de poemas. "En algunos casos", continua el profesor Zarate en su erudita explicacion de lo que es la saloma, "el hombre trabaja solo, viaja solo o se halla aislado, y entonces siente la urgencia de comunicarse con lo lejano y desconocido por medio del canto, halla que el grito o la saloma son como cuerdas que le salvan de la soledad y el abandono. La saloma recibe, en tales casos, el apelativo de la circunstancia y asi, han surgido la saloma "del salinero", para quien bajo el inmenso cielo canicular de las salinas cobra al "destajo" la fulgurante sal; la de "molienda" para el agricultor que salta de la cama con la salida del "lucero" a exprimir de la cafia, el jugo codiciado; la "del carretero", la "del ordehador o 49 vaquero", la "del caminante". Y asi, el titulo de esta coleccion de poemas: "Cuando escogi para mi libro la palabra saloma como titulo, lo hice pensando en el significado primitivo que tiene para mi ese vocablo, que casi considero la primera expresi6n poetica del hombre, pues cuando el campesino, trabajando en su campo, se siente solo, sofocado y cansado, lanza de pronto su saloma; y al oir a lo lejos la saloma con que responde algun vecino, se siente confortado y continua m&s alegre su labor. Para mi esa palabra es, pues, simb6lica de canto, de poesia. Sin embargo, como mi libro no es de indole folkl6rica, para evitar equivocos he decidido deno- 50 minarlo Saloma sin salomar". Cuando Sin&n lanza este libro encuentra un gran eco, especialmente entre los jovenes. A el le habian tornado ya 49 Tambor v Socabon, pag. 250. 50 "Mi poesia: una ojeada retrospectiva." Cf. nota 31. 225 como el iniciador, abanderado de la poesia vanguardista en Panamli. Agustln del Saz cuenta el hecho: "El libro de Sin&n fue una verdadera onda [se refiere a Ondal que con- movio los estratos poeticos de Panamei. Los j6venes lo recibieron como a su bandera".51 Desde Onda hasta Saloma sin salomar pasan varios aftos y surgen, entre otras publicaciones, los cuentos. La cuca- rachita mandinga, pieza bcisica en los comienzos del teatro panamefto, viene a ser escrita cuando Sincin sigue luchando por la nueva poesia, especialmente desde su Ccitedra del Instituto Nacional. Para acabar de situar Saloma sin salo mar dentro del marco y puesto en la poesia panamefta se citara otra vez a Agustln del Saz: Mientras, en las aulas de la nueva Universidad Nacional de Panama [1935] hay jovenes, como Sinin y Laurenza, cansados de la poesia consuetudinaria. Son Rodrigo Miro, que harli luego la meis seria crl- tica de la historia literaria panamefta; Manuel Ferrer Valdes, que luego se encamina hacia la Medicina; Eda Nela, cuyo derrotero es el profeso- rado; Eduardo Ritter Aislein, faro de luz para los jovenes desde la Ccitedra y la Prensa; Stella Sierra, famosa poetisa hoy dla, Diego Dominguez que ha sobresalido en la filosofia; Ismael Garcia en la literatura, Virgilio Patifto, Director de Bibliotecas, y tantos otros. Es una generacion 51 > Del Saz, Nueva poesia panamefta, pag. 44. 226 de nombres que han llegado a tener significado en la poesia panamefia como Demetrio Herrera, Ricardo J. Bermudez, Tristin Solarte, Francisco Changmarin, Tobias Diaz Blaitre, Guillermo Luciano S&nchez, Mario Augusto, Lucas B&rcena, Esther Maria Oses, Jose Adolfo Campos etc. (pag. 45) Y asi, a pesar de toda la oposici6n que encontro, la poesia nueva triunfo. Desde Onda hasta Saloma sin salomar hay un largo camino que Rogelio Sinan ha recorrido. Ha abandonado la insisten- cia erotica, ha cultivado el alejandrino, ha buscado la palabra nueva, la imagen sorpresa. La poesia contempor^nea ha ensanchado considerablemente el cimbito poetico de Sin&n. Sin descuidar las fuentes tradicionales de la inspiraci6n, ha ensayado buscarla en territorios antes desconocidos o considerados poco propicios para su accion. El nombre de Sinan es ya de importancia y su fama traspasa los limites istmehos para convertirlo en un poeta de America cuya es- tetica y tecnica es discutida por periodicos y revistas del continente. Su gran poema en tres tiempos, a cada uno de los cuales corresponde una perifrasis de la Divina Comedia (del Infierno, Purgatorio y Paraiso) llama la atencion de los criticos de importancia del continente americano. Este poema aparece incluido mas tarde en Saloma sin salomar. 227 Hoy no es posible establecer una divisoria poetica y antipoetica. Todos los elementos de la realidad se ofrecen casi virgenes al creador. Es su potencia artistica la que a la postre determinari la calidad estetica de los temas. El de sensibilidad menos aguda fracasarS en la prueba. Los verdaderos genios transformaran el barro en estatuas per- fectas bajo la presion de sus dedos. La poesia est& en todo. Lo que se necesita es la pupila que la descubra y nos la presente purgada de la escoria que opaca o eclipsa su esplendor. El nuevo arte ha puesto a disposicion de sus oficiantes, el filon inagotable del subconsciente, para que su imaginacibn y fantasia se remonten m^s alia de los cer- cos que impone la razon. Es as! como el arte contemporineo ha enriquecido la paleta de posibilidades poeticas en su empeno por ennoblecer y estilizar la esfera de la realidad/ que tan penosamente ha pesado sobre el hombre, poniendo vallas infranqueables a los esplritus cobardes y disminu- yendo poco a poco el radio de experimentacion de los menos osados. La poesia de lo cotidiano, la mas poderosa reaccion contra el Modernismo, es la atencion preferente dada a las cosas mas comunes que afectan la sensibilidad del poeta. 228 Nada de salirse de la 6rbita de las propias experienclas. Mlentras mas humilde y sencillo es el tema, m£s campo en- cuentra el cantor para probar sus fuerzas. Todo tiene la misma jerargula en el campo de su tarea. Sin embargo, el aprovechamiento de motivos cotidianos puede, igualmente, dar margen para que siga el franco camino de la vulgaridad con el consiguiente demerito del arte, cuando no se poseen los suficientes medios de evitar el descenso. Rogelio Sinan tiene este recuerdo infantil en Saloma sin salomar en donde se refiere evidentemente a un episodio de su propia vida: Infancia clara pasada entre barriles y hongos y aros de bicicletas cuando, corriendo entre hojas, el alma era m&s clara y el camino era savia ... Cada caida al margen de la dicha era una danza de sangre y de gritos mientras el viento promovxa un levantamiento de ramas bajo el imperialismo de los troncos ^ que no dan paso al ritmo. (pag. 35) El angustialismo se repite en casi todos los poetas contemporaneos, interpretes fieles del malestar colectivo 52 Saloma sin salomar (Panama: Ministerio de Educacion, 1969). Esta edicion es la que se ha usado para este estu dio. 229 de un mundo que parece solo buscar su propia destruccion. La civilizacion moderna ha sembrado penas y congojas en el hombre que lo apartan de la paz y serenidad. Y lo mSs grave del caso es que no hay manera de evadirse. En todos los rincones del orbe, los mismos problemas golpean, en unos mcis que en otros, pero siempre presentes. Por eso lo subjetivo es un mar revuelto, y por eso las tempestades interiores se suceden interminablemente. El mundo no es feliz y mucho menos sus pobladores. Los poetas, dotados de un sensible mecanismo espiritual, registran en sus versos no solo sus penas intimas, sino que se solidarizan con el dolor de los demas. He aqui la razon de que casi toda la literatura actual sea sombria y pesimista. Rogelio Sinan desdobla su "ego" para que surja su doble malo, la angustia: Mi doble— el malo— luchando contra la ola y contra el pez apunala mi nostalgia. (pag. 21) El titulo del poema es "Mi doble el malo se muere". Es un dramatico cuadro de lucha entre el "alter ego" malo que defiende su presencia dentro del convulso cerebro del poeta. En un dramatismo mucho mas ag6nico/ solicita al Seftor de su misericordia para darnos la sensacion de sed que 230 siente quien esta sometido a la acci6n del fuego: J — jDame tu brisa, mar, tu brisa pura i para saciar mi voz y mis entrahas.' — |Dame, Seftor, tu gracia y tus pulmones para amarrar el aire con mis venas.1 — jMi sangre no respira.1 — jMis pupilas dan vueltas en la noche.' — jQue aguijones me desgarran las carnes? (pag. 57) Esta sintaxis de oraciones exclamativas e interrogati- vas parecen como gritos conmovedores. Es una visi6n de carnes desgarradas, sangre paralizada y ojos desorbitados envueltos en la tinieblay voz partida porque no se le oye su suplica de agua y de aire puro: — jUna gotita de aire puro, Sefior.' — jUna gotita.' — ;Tan solo una gotita para mi sed amargaj — jMi grito se ha partido.' — jMi voz sangra en las sonibras, torturada por alfileres de humoj Como se dijo anteriormente Saloma no presenta ningtin cambio extraordinario de lo que se observo en el estudio I sobre Onda. Por lo tanto, no es necesario hacer un an&lisis o critica de cada uno de los poemas de este libro. Solo seran enumerados, a continuacion, a manera de indice, con el objeto de dar un r&pido vistazo al contenido, con una frase sobre cada uno de ellos. Solo "Incendio", el poema principal de esta coleccion, y tal vez el mejor de SinUn, 231 sera analizado con m&s detalle. Los poemas que se incluyen en Saloma sin salomar son "Poetica" en la pagina 9. Expresa Sin&n aqui la idea de la busqueda de la forma nueva en el poema: Ni recta ni curva, tu senda, saloma, persigue el hallazgo. (p&g. 9) El segundo poema es "Vigilia de sangre". Se refiere a Panama: | Te has hundido en mis venas nutriendolas de yodo por sencillo milagro: tu mejilia en mi mano. (p£g. 10) En la p&gina 11 estci "Jfibilo y suplica". A continua- cion est&n dos versos que son la expresi6n poetica de Sin&n para referirse a la pesadilla del sueho: Ya no habrei espinos sordos triturando mi angustia ni torrentes de sombras aullando bajo el suehoJ (p&g. 11) "Seguiremos andando", el proximo poema, comienza con la descripcion de la sensacion del beso en la tranquilidad de una terraza al anochecer: Pensativos de sombra, m£s altos que la vida, nos ha visto la noche— boca a boca— en la niebla. Me bebl tu silencio. (p&g. 12) Los siguientes versos son de "Transparencia del hombre", el siguiente poema de Saloma: 232 No te olvides que la estatua del pr6cer fue modelada quemando ideas y mancillando vidas. (pag. 13) "Angustia" en la pagina 14, nos trae a Sin&n pagando tributo al existencialismo: Todas las inquietudes del desierto han avanzado con una sola palabra que no salva. (p&g. 14) El poema "Lujuria" estci escrito en Panama y permanecio inedito durante varios aftos. Termina asi: cEn donde estan las manos que sepan crear la forma a mi deseo? Para que se diluyan los fantasmas asesino mi sexo en las tinieblas. (p&g. 15) "Presentimiento e invitaci6n a la humildad" estci es crito en Paris con la influencia de un otofio que no se da en Panamei. Termina asi: Y ya que todo es canto y muerte y humo jque placer en otofio hacer el viaje de la hoja que se va r&pida y triste^ (pag. 16) "Hacia adentro: espera'1, escrito en Roma, es meis al estilo de Onda: Tu y yo juntos aqui sobre la cumbre. Las manos en la frente, los ojos en la sombra, infinitados ... (p&g. 17) En "Sed" estan presentes aun sus anos de Roma. La dis- tribucion de los versos tambien tiene reminiscencias 233 de Onda; En ese amanecer vaho de fantasmas puso sales de mar en mis pupilas. (p&g. 18) "Retorno y profecia" estci hecho al estilo de la Divina Comedia, en endecasilabos agrupados en tercetos. El tema es el recuerdo: Corceles que cabalgan por mi sueho con precipitacion de marejada remanecen abril a mi risuefto. (p&g. 19) Ya se ha hecho una alusion a "Mi doble malo se muere" al hablar de la angustia, pero se citan ahora unos versos' para resaltar la libertad e incluso anirquica violencia, en el uso de las palabras, que tiene a veces Sinin: Muerelo, flecha de luz.' Triza mi doble, para que encuentre su estrella — rumbo fijo— el otro, mi nifto tan puro y ingel. (pig. 21) "Jarifa" es el deseo de escribir cuando la musa esti desesperada: Jarifa enloquecida y pesarosa, mi musa, en la manigua sofocante del tr6pico, se afana porque cante la angustia que la oprime, dolorosa. (pag. 22) "Murano" es un soneto que se citari entero por su brevedad. Es tajante, claro, alusivo a Venecia, cuyo 234 cristal es. Fue escrito en Paris en el verano de 1932: Murano ya mi mente, hoja delgada de pensamiento y sangre, vena a vena salpicada en ritmo, mistica, serena su lirica pasion cristalizada. De cada golpe en plenitud alzada que el hunque en el espacio desenfrena desdoblara cada ola su cadena y el arbol-dios cielizard. su espada. Roja de triunfo el hacha del espanto luceros echar£ campana abajo. Todo angel blandirS filo de canto y solo tu, delgada, tajo a tajo, salomarcis la plenitud del llanto con resonancia y tumbos de badajo. (pag. 23) "Ruptura y lejania" es otro soneto, escrito en Panamei en el afio 1930. Entonces Sin&n escribio sonetos y a veces los hacia al reves comenzando con los tercetos y terminando con los cuartetos. El ultimo verso de este soneto es sonoro. Dice asi: “del tiempo, que al nacer es ya huma- reda" (p&g. 24). El "Poema del viaje" esta escrito a bordo del barco que le llevo a Paris en febrero de 1932. Vease la expresi6n poetica a lo Sin&n del deseo de querer ver puerto de nuevo: Errando de hielo me estan creciendo las alas, y aullando se van mis ojos tras una huella de puertos. (p£g. 25) 235 "Girindula: (tarde)" es un poema sobre los fuegos artificiales que giran dando vueltas: Precipito en estrellas y en mar y en claveles la exactitud dormida. (p£g. 26) En Panama escribio "Los ojos en la calle bajo la lluvia". Amontona imigenes y figuras retoricas, como la sinecdoque y la metonimia en este verso en el cual toma la parte por el todo y el efecto por la causa y todo en el mismo denso verso: "Huele a pared lamida por ubres y mugi- dos" (pig. 27). "Preludio: suefio" y "Compra", que estin en las pigi- nas 28 y 29 respectivamente, son como dos juegos en poesia, breves y igiles: Velamenes sin barca y sin graznidos en vuelo hacia lo ignoto. Y, bajo el mar ... el mar: juegos de luz sonrisas ... ... diluvio de inquietudes. (pag. 28) Con el oro de la tarde compro el Sefior un lucero. Por eso brilla en el cielo el lucero de la tarde. (pig. 29) 236 Lo mismo podria decirse de "Arco iris" (pig. 30) y de "Mariposas" (pag. 31). Ya no es s6lo la agilidad sino la disposicion del poema. Asi en “Mariposas": Ellas van ... Ellas van ... Puntos que pasan para frases no dichas ni pensadas ... Ellas van ... Ellas van ... Manos del viento las llevan ... MARIPOSAS de vida frigil y verdes alas tremulas ... (pig. 31) "Estrella errante": La noche se asoma, tacta, y echa a volar una estrella ... £La paloma de Noe? (pig. 32) y "Matines": A tocar las rosas viene el campanero del alba. ;Que sonido nacar hiende el aire por la mafiana.1 (pig. 33) 237 son los dos poemas cortos del libro. Encierran el refr&n y la sentencia, como en la sabiduria popular. "Sonata" est& escrito en Roma. Es una expresion del automatismo la que refleja Sin&n en estos versos: De vaguedades ciertas se caen las hojas, peces que me han de ahogar. (p&g. 34) "Infancia" recoge recuerdos, m&s bien sensaciones de recuerdos en la infancia del poeta. Como ejemplo curioso citamos el recuerdo del entierro de un pajarillo que lo enterraron entre varios amigos de nihez. Este recuerdo ha de ser prominente para Sinan pues lo usa tambien en su poe- tico cuento "Los p&jaros del sueno" discutido en capitulo anterior: Era el entierro de las cosas inutiles con palabras y flores ordenadas despues por la U.R.S.S. de las hormigas ... (pag. 35) Los titulos de los dos poemas siguientes con sus sub- titulos ya indican la idea que tiene Sin&n al escribirlos. El uno es "Cima: seno" (pag. 36) y el otro es "Generacion: arbol" (pag. 37). En las paginas 38 y 39 Sinan nos trae las dos canciones que llevan estos lac6nicos titulos: "Can- cion primera" y "Cancion segunda". Pero para ser m£s exac- tos se hace una transcripcion como el lo indica y es asi: 238 "CANCi6n Primera" y "CANCION Segunda". El empleo de ma- yusculas y minusculas enfatiza el ser cancion, m&s que el ser primera o segunda. Estas dos canciones son de momentos finos en poesia, como los siguientes ejemplos acreditan: La lluvia, si no de estrellas, serd de arenas de mar. (p&g. 38) Y: Sus ojos de monte y mar le sueltan jarcias al alma. (pag. 39) Siguen "Ella, la calle y el mirto" (p&g. 40), "Alcan- dara" (pag. 41), "Gitana" (pag. 42), "Huellas" (pig. 43), "Invierno" (pag. 44), y "Huelga de arreboles caldos" (pag. 45). En este ultimo Sinan hace poesia social o so- cializante, y tiene estos tres versos escritos con mayiiscu- las: SE PROHIBE MIRAR A LAS SIRENAS DESNUDAS. Tras "Conciencia del terror motorizado" (pag. 47) sigue "Candomb&" (pag. 48) que merece un comentario. "Cancombe" es poesia neogroide. Representa un baile. Todo estd dicho con carino y se mezclan los acentos, ritmos y cadencias jamaicanos. Incluso tiene un verso escrito en ingles, mal i 239 ingles, pero buena copia o remedo de la pronunciacion negroide del jamaico-panamefto. V6ase la segunda mitad del poema: Te dijo el sol: "Chomba mala.'" y te pusiste a llorar ... jBonito viento, morena, bonito pa' navegar.' ;Que sabroso se cimbrean los cocos de tu palmera.' jAy, bate, morena, bate, ay, bSteme la banderaj Zape, zape, negra mala, — Caderas de corotu— , llora si te da la gana and holing you.' (pag. 43) "Guitarra decapitada" es un romance al estilo de Garcia Lorca y dedicado a su muerte. Por la originalidad que re- presenta, dentro del estilo de Sin^n, se citan aqui frag- mentos de el. No es nada usual sino mlis bien una completa excepci6n el que Sinan emplee este estilo: Voces de fusil se oyeron a eso de la madrugada ... jParad el canto, que ha muerto Federico en su Granada.' Guitarra decapitada, ay, Federico Garcia, ya nadie podra decir la cancion que tu dirias. ;Corre luna, luna, luna, avisale a los gitanos que Federico Garcia alii se esta desangrando.' Su sangre de luna y sombra, sangre gitana y caliente, 240 cabalga potro de plata caminito de la muerte. Angeles negros tenian la misi6n de fusilarte. Angeles blancos tendr&n, noble misi6n; enterrarte. La luna de los gitanos no olvidari su venganza. Y tu sangre, Federico, — corre, corre, que te alcanza— ha de seguirlos, aullando, hasta morderles la entraha. (pags. 49 y 50) Y tras "Compas de marcha" (pag. 51), dedicado a Ricardo Miro, poeta nacional de Panamei, viene en la pagina 53 una palabra sobre el centro que dice: "INCENDIO" seguida de un parentesis que indica: "(Poema en tres tiempos)", debajo del cual estci la siguiente explicaci6n: "Dibujos de Ricardo Marin". "Incendio", escrito en 1944 y publicado por primera vez en el Panama-America del 16 de febrero de ese afio, apa- rece publicado en Saloma sin salomar a partir de la p&- gina 53. Estci escrito en verso libre, con una reiterada tendencia a la silva, y se compone de tres tiempos que llevan estos titulos: "Primer tiempo: La voz del pSnico". "Segundo tiempo: La voz de la agonia". "Tercer tiempo: La voz de la plegaria". Estos tres titulos est&n seguidos cada uno de ellos, de una cita de La Divina Comedia. La 241 cita para el primer tiempo estci tomada del "Infierno". Para el segundo, de "El Purgatorio" y para el tercer tiempo de "El Paraiso". Ya con eso se ve que en la mente del poeta existe una clara idea, la de seguir la triple divi sion que el Dante impone a su obra. "Incendio" naci6 de una experiencia vivida por SinSn en una madrugada de sobresalto. 1)1 mismo ha explicado c6mo fue esa genesis: Era la epoca de la segunda guerra mundial. A cada instante se temia la llegada de los aviones japoneses que habian amenazado destruir el Canal y las ciudades de Panam& y Col6n. Desde cierta hora estas ciudades quedaban com- pletamente a oscuras. Afortunadamente en ese tiempo no habia tantos atracos como afios despues, pero de todos modos no era muy grata la aventura de caminar a tientas, y cada cual preferia esperar en casa la llegada de los aviones japoneses. En ese tiempo, sin embargo, ya se habla perdido un poco el miedo a las bombas puesto que los aliados iban de triunfo en triunfo. La Estrella de Panami, del 12 de febrero de 1944, trae, junto con la noticia del pavoroso incendio, los siguientes comunicados del frente de batalla: "Son aniquilados los nazis en el Dnieper: las siete puntas 242 de lanza del Ejercito Rojo que golpean en torno al circulo de muerte tendido sobre las tropas alemanas en el codo del Dnieper estdn desbaratando las salientes alemanas y aniqui- lando implacablemente a todos los que se niegan a rendirse". En ese mismo periodico otra noticia menos belica decia, "La graduacion del Instituto serS el lunes: recibir&n diplomas 104 bachilleres y peritos mercantiles". Aunque aparentemente, segun lo demuestran las anteriores informa- ciones, la vida continuaba con bastante normalidad, existia sin embargo la zozobra de que bajo las sombras del oscure- cimiento algun avion japones pudiera lanzar inesperadamente una bomba.^ ^ Cuenta SinSn: "Yo auscultaba la noche parado en mi balc6n, tratando de vislumbrar las lucecitas del avi6n enemigo. En las tinieblas del oscurecimiento solo se divi- saban de vez en cuando las estrellas del cielo. Cansado de la vigia, me acoste con las puertas abiertas para que el 54 mcis lejano rumor me despertase". 53 "Como nacio mi poema 'Incendio'", Loteria (Panama), No. 56 (28 de septiembre de 1961), p&g. 23. 54 Ibid. 243 Precisamente fue aquella noche cuando hubo una explo sion aterradora. Todos pensaron en una bomba japonesa. Continfia Sinin: "El cielo estaba cargado de luz. Era como si una mano invisible pintara el cielo. Mire el reloj. Sus manecillas no anunciaban el alba. Sin embargo la clari- dad del cielo persistla intensa. Las voces que subian de la calle me hacian pensar que se trataba de un incendio 55 cercano; pero entonces, ipor que no sonaban las sirenas?" Este hecho, el que las sirenas permanecieran mudas es el que a Sinin le inspiro esta imagen: Sirenas sin gemidos ni palabras — mudo canto que solo oyo la muerte— (pig. 55) Sinin comenta en el citado articulo: "Sus llamas al- canzaban el cielo, brotando como potros salvajes. Desde ese instante comenzo a darme vueltas en la mente esta ima gen: Mil potros degollados trotando cielo arriba con las crines al viento enrojecidas". Los bomberos trataron de mantener a raya el fuego lu- chando con las llamas. Los curiosos se apifiaban alrededor. Los comentarios eran de lo mas dispares. Se fue corriendo 55 "C6mo naci6 mi poema", pig. 24. 244 el rumor de que el incendio se habia iniciado en el de- posito de la Radio Pictures cuyas peliculas al incendiarse producian aque11a humareda negra que transformaba el aire en gas casi asfixiante. Cuenta Sin&n que esto le hizo pensar en la guerra. Tambien se comentaba que la violencia del incendio se debia a que los hidrantes no dieron agua en abundancia. Estos dos comentarios estan reflejados en imagenes dentro del poema, como se ver& subsecuentemente. Sinin hace el siguiente comentario: "En efecto, cuando m&s tarde fue aumentada la presion del agua, las mangueras im- pelian chorros tan fuertes que yo pense: 'Si hay victimas, sus cadetveres girarSn en ese gran remolino de agua como en un circulo dantesco'" (Loteria, p&g. 24). La Estrella de Panam& al relatar este incendio dice: "Otra escena de horror se produjo cuando un joven de unos veinte afios sali6 de la casa en llamas gritando desesperada- 57 mente: 'Murieron todos.' Yo soy el unico que se salvo.'' " "Aquello me hacia pensar en el Inferno de Dante" nos dice Sinlm en el mismo articulo de la Loteria (p&g. 24). Al dia siguiente, cuando salia el sol, Sin^n fue a ver 57 La Estrella de Panam£, 12 de febrero de 1944, p&g. 1, col. 4. 245 nuevamente el incendio. Un gran gentio se arremolinaba alrededor del incendio ya sofocado. Sinin logro entrar en el edificio con los escombros carbonizados y chorreando agua. Los bomberos transportaban los cad&veres envueltos en slibanas. Carbonizados, tenian los brazos extendidos como en un gesto de plegaria, dejando ver en sus crispados dedos la desesperaci6n de la muerte. Relata el poeta: "Nueve cad&veres pasaron junto a mi, nueve cad&veres cuya visi6n escalofriante no me dej6 dormir en varias noches si- guientes. Dentro de mi seguia girando obsesivamente la imagen de los potros trotando cielo arriba. Yo sentia como un complejo de culpa. ... Necesitaba, pues purificarme. Necesitaba la catarsis aristotelica. Si los muertos me habian rozado el rostro era porque me seiialaban como cul pable. Era preciso buscar la causa de esas muertes injus- tas. £La culpa principal seria acaso de la sirena cuyos gemidos no se oyeron? Y en esa cuarta noche de mi vigilia comenzo a darme vueltas en la cabeza otra imagen lirica: Sirenas sin gemidos ni palabras — mudo canto que solo oyo la muerte— clavaron agenias en la noche". (Loteria. pcig. 25) Para Sinan el poema "Incendio” representa la necesidad de liberarse de la "culpa". Es como una liberaci6n: "Me 246 di cuenta de que necesitaba sacar de ml la culpa llrica- mente. Necesitaba crear el poema para que se efectuase la catarsis, la purificaci6n. Fue entonces cuando escribl el poema de un solo golpe" (Loteria. p&g. 25). Es interesante que despu&s de varias noches de vigilia, justamente cuando termin6 el Ciltimo verso del poema se tumbo Sinin en la cama y liberado. se durmi6 profundamente. Los primeros ojos que vieron el poema despues de los del poeta fueron los de Enrique Ruiz Vernacci, crltico panamefto, quien era Jefe de Redacci6n del diario El Panam^-America. Ese mismo dla. 16 de febrero. cuando Sin&n despertd del sueiio, aparecio "Incendio" publicado por vez primera, en la tarde, junto a la Editorial del Panam4-Am6rica (Loteria, p&g. 25). "Incendio" se compone de tres tiempos, como se ha dicho, a cada uno de los cuales corresponde una perlfrasis de La Divina Comedia. El primer tiempo describe la visi6n objetiva del incendio. Sus distintas im&genes tienden a dar la idea de las llamas y de la espesa humareda cuyo gas es mortal como el de la guerra. ... una mano de luz pintando el cielo y adelantando el alba? Enloquecidos quedaron los relojes, y un aullido sol mordio el espacio precipitando sangre y arreboles. 247 Incandescentes garfios dolorosos sacaron de su suefto almas a flote ya en alas del infierno. {Furia de Dios en rifagas.' ;Piafar innumerable — miedo en marcha— corriendo hacia el crepusculo.' ;Todo el humo del mundo, todo el gas preparado para la guerra ruge.' (pig. 55) En el segundo tiempo solo se escuchan alaridos de las victimas que corren desesperadamente entre la espesa huma- reda sin esperanzas de salvarse. Inutilmente tratan de respirar al menos una gotita de aire puro. Solo tragan el humo de la muerte. Uno de ellos exclama: "— Mi palabra se vuelve tos quemada.'" (pag. 57). El tercer tiempo se refiere al momento en que las bom bas lanzan sus poderosos chorros de agua sobre las llamas. Se forma un remolino en el que giran dantescamente los cad&veres. Las almas se encomiendan a Dios, pero protestan por el ultraje que se infiere a sus cuerpos: — Ya para que tanta agua? Sefior, deten el agua! — jQue respeten por lo menos la muerte.' (pig. 59) Pero todo es inutil y sus voces se pierden en el vacio. Al poeta solo le queda su piedad para pedir por ellos miseri- cordia: 248 — Nuestro grito seguirS suspendido y desgarrado sobre todos los nifios y las madres, sobre todas las almas. Miserere* — Miserere, Seftor.' (pag. 59) Sobre el poema "Incendio" se ha extendido una critica mas amplia que sobre otros poemas de Sin&n. Esto es un sintoma de c6mo ha sido valorado este poema por los criti- cos. Opina Agustin del Saz: "Los tres tiempos del poema son como las tres etapas de un fuego devorador. El acierto de Sinein es extraordinario ya que nos presents por medio de las m£s originales met&foras, imagenes y alegorias un poema extraordinario, de gran plasticidad imaginativa, ya en la enloquecedora consternacion de un incendio, ya en la agonia de la carne quemada, ya en el tragico final de agua y cuer- ___ i i 58 pos t Rogelio Sin&n esti en "Incendio" dentro de lo vanguar- dista. Pero ya no tiene la inconexi6n propia del vanguar- dismo sino que deriva hacia una linea un tanto gongorista aunque henchida de portico sentido. He aqui "las llamas" que el poeta describe pero no nombra: Mil potros degollados trotando cielo arriba con las crines al viento, enrojecidas.' (p&g. 55) 58 Del Saz, Nueva poesia, pag. 46. 249 Mil fusiles de llanto enrojecido nos van ametrallandoJ (p&g. 57) Sin&n emplea un tipo especial de di4logo que bien pu- diera llamarse "diSlogo de la angustia". Es un di&logo con preguntas sin respuestas y con respuestas sin preguntas. La angustiosa desesperacion que agobia en la cat&strofe, estci expresada en este rSpido y patetico dialogo lleno de dramatismo: — {Dame tu brisa, mar, tu brisa pura para saciar mi voz y mis entraftas.' — {Dame, Sefior, tu gracia y tus pulmones para amarrar el aire con mis venas! — {Mi sangre no respira.' — {Mis pupilas dan vueltas en la noche.' — {Que aguijones me desgarran las carnes.' — {Sefior, ya que lo quieres, recibe este holocausto de pena, grito y llanto.' — Navegando en el humo van a ti nuestras almas. Aleluya.' Aleluya.' (pag. 57) El "di&logo optativo", figura del pensamiento, que consiste en la manifestacion patetica de un vivo deseo, bajo forma de exclamacion, viene a ser en "Incendio" como una elegia, un canto funebre y dialogado. Es como un mise rere angustiado: — {Que demasiado se han abierto los rios de la alborada.' — {Que musical torrente ha penetrado por todas las heridas.' — {Que suave y retardada esta caricia del agua redentora.' 250 £Ya para que tanta agua? SeRor, deten el agua.' • • • • • • • • • • • • • I * * * * * * * * ^Ninguna mano podrS cerrar las fuentes de este aguaje? — £Giraremos acaso eternamente? — Miserere, Sefior.' (pag. 59) Se puede ver que Sinan ha tornado al Dante por su guia, por su seRor, para ayudarse de 61 a ascender a las cumbres de inspiracion de este poema. Esta poesia de suave lirismo bien puede ser calificada como un equilibrio entre el fondo y la forma. Asi como Dante divide la Divina Comedia en tres partes, tambien divide Sin6n su "Incendio" en tres partes. La primera parte de "Incendio" corresponde al "In- fierno" del Dante con el titulo de "La voz del panico". Lleva como leyenda introductoria estos versos: Quivi sospiri, pianti e alti guai risonavan per l'aere senza etelle. Dante: Inferno que ponen de manifiesto la idea de Sin&n de interpretar en su poema una versi6n del "Infierno". El tema es el fuego, que Sinan no menciona. La palabra "fuego" est6 ausente del poema. Sin embargo es interesante apuntar que en las pri- meras ediciones de "Incendio" reproducidas en la prensa aparecen estos versos: Fuego. ' Fuego. ' Miserere, SeRor, salva a las almas.1 Mil potros degollados ... 251 pero el poeta los corrigio para la edici6n de Saloma sin 59 salomar que incluye "Incendio", dejSndolos asi: jMiserere, Miserere, SeRor, calma tu colera.' Mil potros degollados ... (peig. 55) La segunda parte, correspondiente al "Purgatorio", lleva el titulo: "La voz de la agonia". Los versos del Dante que acompanan esta parte son: Ed ecco a poco a poco un fummo farsi verso di noi come la notte scuro. El ansia, el dolor, la esperanza, que serian descripcion del purgatorio, que llevan los versos citados del Dante, tienen su replica en estos de Sin&n: — jUna gotita de aire puro, SeRor.1 — jUna gotitaI — jTan solo una gotita para mi sed amarga.' (pag. 59) En este segundo tiempo, "La voz de la agonia", se ad- vierte la presencia de los di&logos, que bien pueden consi- derarse tambien monologos, a veces. Son una oracion, expresion llena de ansia, ausentes en el primer tiempo y presentes en el segundo y tercer tiempo. Asi pues, la forma dram&tica est£ magistralmente utilizada en el di&logo que 59 Notas tomadas en entrevista con el autor en su casa en Panama, en enero de 1970. 252 asciende como oracion desesperada y que intencionalmente se resuelve en guiones rdpidos y £giles que mantienen la emo- cion tensa. Sin&n no utiliza el "mon6logo clasico". Veanse estos monologos: — f Mi sangre no respira.' — I Mis pupilas dan vueltas en la noche.' — jMi voz sangra en las sombras, torturada por alfileres de humoj — |Mi grito se ha partido.' — iPor d6nde hemos de huir si por doquiera solo tragamos muerte? — £Que esperanza de fuente ha de salvarnos? — Seftor, ya que lo quieres, recibe este holocausto de pena, grito y llanto. La tercera parte, que corresponde al "paraiso", lleva el titulo: "La voz de la plegaria". La cita del Dante que la acompaha tomada del "Paradiso" es: E vidi lume in ferma di rivera fulvido di fulgore, intra due rive dipinte di mirabil primavera. Sinctn continua en esta tercera parte el estilo dialogado que utilizo en la segunda. Pero ahora, dentro de su drama- tismo tiene una abierta esperanza que culmina con la queja dantesca de Paolo y Francesca: "Giraremos acaso eterna- mente?" (pag. 59). El infierno (primera parte) y el purga torio (segunda) quedan atr&s. Se tiene todavla el recuerdo pero ya cambiado, convertido en luz, en torrentes y en mfisica: 253 — {Que musical torrente ha penetrado por todas las heridas.' — {Qui suave y retardada esta caricia del agua redentora.1 (pag. 59) Si la inspiraci6n le viene a Sinin, como el mismo nos lo dice, de un incendio que el vio y que le dej6 con la necesidad imperiosa de descargar su culpabilidad presunta en un poema, la temitica le lleva a una tecnica en la que nos presents el triptico de “Incendio". La frase empleada por Sinin en este aleg6rico poema es incisiva, cortada a veces, y patetica siempre. Asi, en el primer tiempo clama: {Miserere, miserere, Seftor, calma tu c6lera.' (pig. 55) Y en el segundo: {Misericordia, Seftor, misericordia.' (pag. 57) Y en el tercero: {Miserere.1 Miserere, Seftor.1 (pig. 59) El poeta ha utilizado en estos tres versos seis veces la misma palabra; cuatro veces en Latin, en forma de verbo: "miserere" y dos en castellano, en forma de substantivo: "misericordia". Usa tres veces la palabra "Seftor". El sentido es, sin embargo, distinto. El primer "miserere" es miserere por los cuerpos. El segundo es misericordia por 254 las almas y el tercero, desde el cielo, es miserere por todos los cuerpos y por todas las almas. Sinin escoge una versificacion que se asemeja a la silva, con lo que se aleja de Dante para acercarse a una de las formas tradicionales de la poesia espaftola. En general, sus versos son de tremenda energia, como por ejemplo: "Furia de Dios en rifagas" (pig. 55); o: — Mi voz sangra en las sombras, torturada por alfileres de humo. (pig. 57) 0 estos versos, donde los terminos reales de sus imigenes desaparecen en un gongorismo pletorico de sentido lirico: Mil fusiles de llanto enrojecido nos van ametrallando.' (pig. 57) 0 este verso de tres sustantivos, sin verbos, sin articulos, sin preposiciones: "— Cataratas, torrentes, marejadas" (pig. 59). Ya se ha hecho notar como novedad, invencion que atri- buimos a Sinin, ese diilogo entre biblico, apocaliptico- sapiencial, como aquellos gritos de Job que atronaron los campos de Us. Es este un diilogo en que el poeta habla con Dios, como por ejemplo: — ;Dame, Seftor, tu gracia y tus pulmones para amarrar el aire con mis venasj (pig. 57) 255 0 con los elementos, como cuando dice en angustiosa deses- peracion: — jDame tu brisa, mar, tu brisa pura para lavar mi voz y mis entraftasj (pag. 57) 0 consigo mismo, cuando exclama con un existencialismo que agobia en la catistrofe: "— <*Que aguijones me desgarran las carnes?" (pag. 57). Las figuras que amontona Sinin en este poema estallan por todas partes. Vease esta sinestesia: "— |Mi sangre no respira.'" (pag. 57), y esta otra: "— Mi voz sangra en las sombras" (pag. 57); o estas visiones: "— jMi palabra se vuelve tos quemadaj" y "— jMi grito se ha partidoj" (pag. 57); tambien: "— Navegando en el humo van a ti nues- tras almas". Observense las siguientes metiforas: "Los cintaros del alba se rompieron" (pag. 55), y: El Santo Graal del sol— ya derramado— se reg6 por el cielo. (pag. 55) Y: Y: iQue voz estrangulada podia ser mis certera que una mano de luz pintando el cielo? (pag. 55) La rosa de los vientos lanzo flechas de sangre. (pig. 55) 256 Los cuadros que pinta Sinan en "Incendio" son verda- deramente dantescos, dignos de la plumilla de Dore: jMil potros degollados trotando cielo arriba con las crines al viento enrojecidas.' (pig. 55) Asi como: Incandescentes garfios dolorosos sacaron de su suefio almas a flote ya en alas del infierno. (pig. 55) Tambiin s — Nuestros cuerpos, ya frios, lejos del llanto flotan en un oceano interminable. (pig. 59) Y esta sobrerreduplicaci6n: — Solo tiniebla y agua. — Agua y tiniebla. (pig. 59) Citamos finalmente este verso de la pigina 55 en el cual amontona tres figuras encadenadas en un solo verso: "Y un aullido del sol mordio el espacio". Valga este ejemplo aclarando que el sol no puede aullar y que el aullido no puede morder y que el espacio no puede ser mordido. La obra poetica de Sinin es escasa. Se encuentra apretada en tres poemarios y algun poema suelto publicado en la prensa, pero el gran poeta se revela en un solo poema, y no necesita realizar la proeza de Lope de Vega, ni des- bordar su inspiraci6n en numerosos volimenes como Rubin Dario. "Incendio" es un gran poema que revela a su autor 257 como un poeta de calibre. Para concluir el estudio de Saloma sin salomar hay que decir que Sin&n ha encontrado la manera de reunir en este libro un conjunto de poemas que no tienen especial conexi6n entre si, en el estilo concreto ni en el tiempo en que estcin escritos. Hay, evidentemente, en Saloma una bien sostenida inspi- racion. Tiene un equilibro entre forma y contenido que podriamos clasificar como el triunfo del verso clSsico contra algunos de los desplantes del modernismo. Especial- mente en "Incendio" logra Sinan este equilibrio entre la forma y el contenido utilizando el endecasilabo de pureza clasica, armoniosamente combinado con el heptasilabo, si- guiendo el ritmo sereno de Fray Luis de Le6n y de toda la poesia de la soledad espafiola, interpretada magistralmente en la silva. Sinan utiliza el recurso dramStico del dieilogo, mejor aun, de una especie de di&logo tenso e intenso, que es un verdadero hallazgo estilistico y que hay que atribuirselo a el. Se mantiene sostenido a todo lo largo de la segunda y tercera parte de "Incendio" y es como el moderno grito de Job, punzante y doloroso. 258 Se acusa tambien en Saloma sin salomar una enorme flexibilidad y variedad en las maneras de versificaci6n que Rogelio utiliza y que son debidas a la manera como compuso el libro, utilizando poemas tan variados en temas y en epocas. La fantasia lirica de Sin&n y su fuerza de expre- sion hacen de kl un poeta de minorias, utilizador y creador de im&genes nuevas, y forjador de figuras ret6ricas sor- prendentes. Aunque su caudal poetico es reducido, como se ha dicho, Sinan es el "mas alto poeta de Panamli".^ Digase finalmente que "Incendio" ha tenido representacidn escenica en forma de ballet y as! se ha logrado una expresi6n plastica de toda la riqueza que en el hay incluida de color, ritmo, y dramatismo. Esta representacion tuvo lugar en PanamS en octubre de 1967. Semana Santa en la niebla La edicion de Semana Santa en la niebla. de 1949, es la primera edici6n. La segunda tuvo lugar en 1969 y fue ^Elsie Alvarado de Ricord, "Rogelio Sin&n: figura cimera de las letras", El Dia (Panami), 16 de marzo de 1965, pag. 11. 259 patrocinada por el Ministerio de Educacion de Panam& con motivo del Cuatrisesquicentario de la fundaci6n de la ciu- dad de Panam&. El libro tiene 11 largas pulgadas de alto por 8 largas pulgadas de ancho y se presents en 59 p&ginas de las que bastantes son dibujos. Contiene 25 poemas construidos con versos alejandrinos que riman, en sus catorce silabas, de forma asonante e irregular y que se presentan gemelos, ocho versos cada poema. Padrino de este libro, que obtuvo el primer premio en el concurso literario Ricardo Miro, correspondiente al aiio 1949, fue Bonifacio Pereira que ejercia a la sazon el cargo de Director de Bellas Artes. fil se hizo responsable de la edici6n del libro.^ iC6mo surgio Semana Santa en la niebla? El mismo autor explica a su modo: "Mi primera intenci6n habia sido compe- tir en la seccion de novela y ya tenia yo a mi haber sesenta paginas, que aun siguen esperando su turno en mis archivos. Las peripecias de esta novela ocurren todas (o han de ocu- rrir si la termino) en Taboga, durante siete dlas corres- 62 pondientes a la Semana Santa". ^^Sinin, "Mi poesla". Cf. nota 31. 260 La familia de Rogelio vivia en Taboga junto a la Iglesia y estaba muy ligada con los rezos, los oficios divinos y las campanas. Esos recuerdos de esos afios felices y de remordimiento, "huellas psicologicas de esos primeros aiios de culpa y de ritual" (discurso in&dito) traen al poeta frecuentes recuerdos a lo largo de toda su vida. Estos recuerdos le vienen ya como en la niebla del suefio. Eso es lo que hace que titule este libro de poemas Semana Santa en la niebla. No se trata de la niebla o bruma que a veces incuba sobre las aguas de Taboga. Es la niebla del suerto. De poesla onirica se puede calificar todo este libro. Explica el autor: Para darles a ustedes una idea de esa confusa recua de juveniles aftoranzas, dire palabras sueltas que cada cual debe ligar a su antojo: nifiez, infancia, adolescencia; vigilia y suefto; liturgia, rezos, c&nticos, campanas, mangos maduros, playa, mucha- chas, tiburones, brisa yodada, senos, chicha fuerte, veleros, noches de luna, bailes, juegos de prendas, misas, pecados capitales, paseos, caidas, sangre, risas, difuntos, santos, regafios, pescozones, cera, velas, campanas, lujuria, gula, brujas, fantasmas, mar, infierno, piernas desnudas, cantos, mariscos, chicharrones, cigarras, brisa cigil, brea, hipo- campos, corvinas, veleros, flores, llanto, bosque sombrio, novenas, la magnificat, incienso, las animas benditas, cuaresma, promiscuar, el peligro de convertirse en pez o encomendarse a las once mil virgenes todas desnudas con sus senos y piernas palpitantes. Todo ello unido, desde luego, al natu ral y muy frecuente hartazgo de frutas verdes y mariscos lo cual produce indigestiones y pesadillas terribles de todo genero. (Discurso inedito) 261 En la lectura de casi todos los poemas de Semana Santa en la niebla se puede entrever una mezcla de religiosidad y de secularizaci6n, de Cristianismo y de paganismo, de rezos y de tentaciones. Quiz& esto es porque Taboga reunia el turismo local panamefto, especialmente en los dias feria- I jdos de la Semana Santa, con lo que el descanso de esas vacaciones se mezclaba con el trasiego de la faena reli- i igiosa de la Semana Santa, lo jubiloso de las vacaciones con i I lo austero de la penitencia, lo santo con lo pecaminoso. San Lucas, el evangelista, tiene cierto influjo en la j construccion de este libro. Entre los cuatro evangelistas | es San Lucas el que ha pasado en muchos lugares a ser como un patrono de escritores y poetas. En Nicaragua ha fun- cionado, y es posible que aun funcione, el "Talleres de San Lucas" que es el nombre de una asociacion que agrupo a poetas como Pablo Antonio Cuadra, Jose Coronel Urtecho, Carlos Martinez y otros, y que sirvi6 para que se editaran i jalgunas obras. El estilo de San Lucas es claro, nitido y jpreciosista en ocasiones, abierto. No tiene la marcada I tendencia hebrea de Mateo ni la forma ciclica de Juan y supera en arte literario a Marcos. Rogelio Sin&n ha esco- gido el prologo del evangelio de Lucas para insertarlo en 262 el comienzo de Semana Santa en la niebla, como una especie de invocacion, presentaci6n, sortilegio y explicacion de l sus poemas. Pero se volverS a este punto mSs luego. Lo primero que escribio fueron los titulos que est&n tornados todos ellos del Evangelio de Lucas: "Escribi de antemano jlos veinticinco titulos y asuntos de la pasi6n de Cristo |segun el Evangelio de San Lucas" (discurso inedito). No !todos los titulos corresponden a la Pasi6n, pero si corres- ponden a Lucas, aunque muchos, la mayoria de ellos en efecto, aparecen tambien, como es natural en los otros dos sinopticos. Veinticinco era el minimum de poemas necesarios para participar en el concurso y, a poema por dia, gano Sinan, con este minimum el premio del concurso. Como terminacion a este prologo a Semana Santa en la niebla, hay que aiiadir que las sesenta paginas de la ini- ciada novela, que aun sigue esperando turno, y que tenia el mismo titulo que este libro de poemas que ahora se discute, son fundamentalmente distintos, en cuanto a su presentacion literaria. En la novela todos los recuerdos confusos como en sueho, se agrupan y expanden a traves de personajes. En los poemas no hay personajes, como no sea en forma acciden tal la alusion a un pescador. Todo es naturaleza, brisa, 263 agua, sol. Con todo y ser poesia de algun modo religiosa no debe clasificarse de poesia a lo divino. En su segunda edicion que es la que se ha usado para este trabajo, se presenta Semana Santa en la niebla editado con ocasion del Cuatrisesquicentenario de la fundacion de la ciudad de Panama (1519-1969). Tiene esta anotacion en jlo alto de sus primeras piginas: Semana Santa en la niebla? Segunda Edici6n Primer premio nacional de poesia j Concurso literario "Ricardo Mir6" 1949 I Viene el libro profusamente ilustrado con dibujos de Ciro Oduber. EstH dedicado a Berta. (Berta Cabezas era la i esposa del poeta.) Antes inmediatamente del primer poema viene una transcripcion del prologo del Evangelio de San Lucas, es decir sus cuatro primeros versiculos, utilizando una traduccion y distribucion personal que aqui se trans cribe, junto con las versiones del mismo pasaje tornados de la edici6n espahola de la Biblia de Jerusalen y la de la Sagrada Biblia, versibn en espafiol de Ncicar y Colunga, para observar los cambios en la version de SinSn: Prologo del Evangelio de San Lucas 1 1-4: En Semana Santa en la niebla: Habiendo muchos tentado a poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertisimas. 264 Como nos lo enseftaron los que desde el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra. Me ha parecido tambi§n a mi despues de haber enten- dido todas las cosas desde el principio con dili- gencia, escribirtelas por orden, oh mi buen Te6filo. Para que conozcas la verdad de las cosas en las cuales has sido ensefiado. Segun la Biblia de Jerusalen: Puesto que muchos han intentado narrar ordenada- mente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la palabra, he decidido yo tambi^n, despues de haber investigado diligentemente todo desde los origenes, escribir'telo por su orden, ilustre Teofilo, para que conozcas la solidez de las ensenanzas que has recibido.®^ Segun la version de Nacar y Colunga: Puesto que muchos han intentado componer un relato de los acontecimientos cumplidos entre nosotros, segun nos han transmitido los que, desde el prin cipio, fueron testigos oculares, convertidos des pues en ministros de la palabra, me ha parecido tambien a mi, despues de informarme exactamente de todo desde los origenes, escribirte ordenadamente, optimo Teofilo, para que conozcas la firmeza de las ensehanzas que tu has recibido de viva voz.^ Dirigida por Jose Angel Ubieta, 2a ed., en ornato de bolsillo (Madrid: Editorial Espahola Desclee de Brouwer, S.A., 1971). 64 Version directa de las lenguas originales, traducto- res Eloino Nacar Fuster y Alberto Colunga Cueto, O.P., 12a ed. (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1972). 265 Comparando estas tres versiones se puede ver que la de Sinan se aparta un poco del sentido m£s primario del texto j joriginal, pero reviste un cierto valor literario en cuanto que utiliza un lenguaje totalmente cl&sico, religioso, y enfocado al "ministerio de la Palabra" que como poeta in- ten ta asumir con autoridad. i i Sin embargo, a pesar del titulo, a pesar de este pr6- jlogo y de los titulos de cada uno de los poemas este libro i ino es propiamente religioso. Ni el autor ni la critica lo I clasifica como religioso. Uno de sus criticos, Mauricio i de la Selva, escribe: Semana Santa esta construido esencialmente con ele- mentos biblicos, pero este libro no es religioso o biblico como podria creerse, no; ademcis del titulo general y los titulos de cada poema que unicamente han originado los temas, el sentido poetico de SinSn lo ha llevado a edificar toda una alegoria de tipo parabolico paganoy el texto de los poemas es pagano y tropical; Cristo, para el poeta panameno es el sol; la vida pasion y muerte que describe es la del astro que nace y muere en nuestras tierras, influenciando de paso a la materia terrestre que se relaciona con el; sirvanos de ejemplo uno de los veinticinco ti- j tulos, "El hijo prodigo", donde se lee: Lamiendo tierra, arena, raices y bazofias, tumbo a tumbo al origen precipitase el rio. Los oros del poniente despilfarro en cabriolas de ondulante premura por liquidar su opimo caudal de margaritas y alas de mariposa. Vuelve enjuto, lodos, pordiosero de estio, y, ahorando caricias de paternales olas, arr6jase en el seno del mar, arrepentido. 266 Claro que queda aqui el paralelismo de temas. Cual- quier rio tropical es prodigo en su caudal durante el invierno, luego. en verano, se convierte en in- significante riachuelo, echindose finalmente en los brazos de su padre el mar. La misma tecnica se despliega en los demis poemas del libro; en "Las Bodas de Cana" Rogelio Sinin expresa que el sol (Cristo tropical) hace el milagro de convertir el agua en vino, cuando por la tarde con sus rayos en- rojece el mar.^ Pero Semana Santa en la niebla no es solo eso. Valga citar, antes de adentrarnos en un anilisis detallado de cada uno de sus veinticinco poemas, a Jose Antonio Moncada Luna quien dice: Ahora si, bajo la calma taciturna de estos cre- pusculos enternecidos de silencio y de paisajes, ahora si puedo leer a Rogelio Sincin con meditacion, despaciosamente, exprimiendo la gama poliforme de esos versos hechos bajo el influjo de una filosofia alemana oscura, incoherente y absurda. Entonces he pensado en los brutales cuadros de Salvador Dali, en las madonas deformes de Picasso, en las mandolinas cuneiformes de Bradque. No hay duda de que el arte de Sinin y la de estos pintores tienen una cierta confusi6n en origen: el surrea- lismo, con nombres distintos pero con denominador comun: el subconsciente, la alegoria. Y eso es Semana Santa en la niebla de Rogelio Sinin. Una serie de alegorias, maravillosas, musicales. La musa de Sinin reside, en el cerebro y no en el corazon. Ni un solo hilito de tristeza, de ter- nura, de amor, de pasion, de esa fuerza creatriz ^"Poetas de America", Excelsior, Suplemento Literario (Mexico), 27 de enero de 1957. 267 que se llama "Inspiraci6n" visita al poeta en el momento en que traza sus signos sobre el papel. Poesia cientifica de cirujano.®® Dificilmente se puede estar de acuerdo total con el punto de vista de Moncada Luna, pero si parcialmente. La cita vale, desde el punto de vista de este estudio, como un nuevo planteamiento de Semana Santa en la niebla. El primer poema "Barcos hacia Judea" (p&g. 11) co- mi enza: Mastin amilanado por espadas y cruces helada sed de estrellas hace morder arenas al caserio marino nutrido de ola y nube. La imagen del pueblo aqui es la de un perro echado, con el hocico en el mar, donde se mezclan— espadas y cruces— la colonia y la Iglesia. Su iglesia hecha de cera con peces y cadiveres define un viejo mistil que en travesia macabra proyecta sus faroles sobre la noche oscura. Todo lo que en Semana Santa se describe tiene un sentido de suefto, de sensaciones confusas. Esta evocacion de la igle sia donde las velas lo inundan todo de cera y donde yacen por los suelos las inscripciones de los muertos, muchas de ellas con la imagen del pez, siempre con el ojo abierto 66 "Prismas", La Nacion (PanaunS), 15 de febrero de 1950. 268 y navegando, hacen que la iglesia presente su mistil, sobre la torre, como si fuera un barco que navega. Sobre el m&stil de la iglesia hay una luz que sirve al poeta para iniciar su viaje hacia Judea, no en un sentido religioso, j sino onlrico-parabolico-pagano pero todo envuelto en los i titulos blblicos. Esta es la idea de este libro que se resume en los dos ultimos versos de este primer poema: Barquichuelos de nScar, hacia Judea navegan palmeras, luna y tor re coronadas de bruma.' La palabra bruma que aqui se emplea es una mezcla de la bruma real del mar y de la bruma-niebla del sueiio. El poeta pues se ha embarcado ya para Judea donde en realidad encuentra sus poemas dentro del sueho. El poeta no es un pintor, ni un pintor es un poeta. Aqui no se ha pintado el pueblo, sino que se han sugerido mas bien sensaciones, que bien pueden ser sugeridas al poeta por la pintura que ve. Taboga fue el centro de la colonia. Todos los barcos de la conquista del Peru salieron de Taboga. Sentimentalmente, poeticamente, los barcos salen siempre de Taboga para el poeta donde el se enibarca para Judea. Taboga de los barcos es para Sinan "espadas y cru ces". 269 "Cuaresma de terrores" (pag. 13) representa el suefio de nino que es una pesadilla: frutos verdes, mariscos, amenazas. A este respecto opina Ismael Garcia: Con Semana Santa en la niebla, paga Sinin su tri- buto al superrealismo. Es una transmutaci6n de algunas escenas del drama de la pasi6n de Nuestro Sehor, aplicadas a los objetos de la naturaleza. Todo es un mundo visionario de indole onirica en que el poeta manifiesta su emocion por la naturaleza# elev&ndola hasta el piano superior de lo divino. No asoma por ningun lado un deseo de interpretaci6n, sino un prodigioso cambio de escenas y personajes: I Maritima cuaresma de las metamorfosis j braceando a la deriva de la inutil sirena. j En estos versos se define lo que es el poema: un sueno poetico, fantasmagorias de lo que se evade del sentido comun. Pero £es solo eso? Si esto fuera todo, su trabajo valdria mucho. Pero hay algo mas. Es la naturaleza palpitante, en donde el poeta ve reflejado el drama del Crucificado. Es la forma pl&stica de recrear en el mar, en el sol, en los peces, en el agua, en la luna, no la materia inerte y despiadada, sino cualidades hu- manas, para sentirlas mejor.®7 Aunque segun Ismael Garcia "no asoma por ningun lado un deseo de interpretaci&n", es conveniente hacer una trans- cripcion de este poema arranccindolo de ese onirico lenguaje y poniendolo en la boca infantil, sencilla, del mismo que ya no sueha sino que estei despierto, verso tras verso, pero 67 Garcia, Historia, p&g. 116. 270 sin la metrica y rima. A continuaci6n esta la copia del poema, o sea, la onirica interpretacidn de SinSn. "Si te baftas en el mar en Viernes Santo te conver- tir&s en pez", me decian. — ;Y eso es un suicidio, pensaba yo, mientras comia frutas al baftarme.'— Ya en mi cuarto, a oscuras, comenzaba a ver escamas de pez, del pez en que iba a convertirme. No habia luz en mi cuarto y en la oscuridad, por el miedo, sentia brujas por todas partes. Cuando me dormia, de nifto, me despertaba, asustado, de repente, sofiando en bellas sirenas que eran solo suefto y que se deshacian al despertarme. Todo era una sensaci6n de Iglesia con cera, con im&genes de Cristos y todo ello junto al mar mientras sofiaba. £sta es la idea que queda realizada en forma de amontonadas impresiones en los versos alejandrinos de este poema de S in c in : Maritima cuaresma de las metamorfosis — jOh suicidio asombrado de peces y de frutas.' — cuando crecen escamas al vientre de la noche mutilado de estrellas y preftado de brujas. jPueril forma dolida del suefto cancelado braceando a la deriva de la inutil sirena.' jCuanta cera desnuda buceaba candelabros y Cristos, anegados en oc6anos de niebla.' En "Agnus Dei" (pag. 15) el poeta se acerca al texto biblico con la doble influencia, la del mundo religioso y la del mundo pagano. Hay un recuerdo al Bautista en el primer verso: "Voz humeda clamando del mar o del lucero". El texto biblico alude al Bautista como "la voz que clama 271 en el desierto". La del Bautista tendria que haber sido "seca del desierto". La de aqui debe, l6gicamente, ser j jhumeda y "del mar", o en la noche "del lucero". Pero esta voz cambia los elementos de la naturaleza, que son los pro- pios de estos poemas: "despierta contorsiones en olas y janfibios"; pero retorna a lo religioso y biblico: ! El verbo humanizado florece en arcangelica verdad para la niebla de antiguos egoismcs. Diriase que Sinan se adelanta, tal vez por intuicion, a la | critica de la religion que hoy est& en el ambiente, en los peri6dicos y en la mente y corazon de la Iglesia. Alude a un retorno a lo primitivo, a lo evangelico. Este poema es quiza el que mis cerca estci de lo divino. "Cordero sumer- gido, burbuja inmaculada", es una alusion clara al bautizo de Cristo por San Juan Bautista en el Jordan, pero a la vez esta presente el pensamiento de Taboga: "su forma torna- sola cristales de prodigio". Sencillamente es la imagen i Jlejana de Cristo y la presencia de la isla. Vuelve a lo jbiblico con: "Y mientras la dorada paloma hace acrobacias". Durante el bautismo de Jesus, dice la Biblia, el Espiritu Santo, en forma de paloma, aparecio en lo alto. Y el ultimo verso, biblico y profano a la vez, es la alusion al tentador 272 de Jesus que tres veces va a intentar vencerlo, en el de sierto, en el pin&culo del templo y en la montafta, es decir en el hambre, en la soberbia y en la riqueza. En este poema est&n combinadas ambas cosas; lo pagano y lo divino, lo natural y lo sobrenatural. Sincin es aqui un aut^ntico arquitecto, preciso, racional, medidor, cere bral. Citare el poema completo numerando los versos para mayor inteligencia del ultimo comentario que hare a este poema del "Agnus Dei". 1. Voz humeda clamando del mar o del lucero 2. despierta contorsiones en olas y anfibios. 3. El verbo humanizado florece en arcangelica 4. verdad para la niebla de antiguos egoismos 5. Cordero sumergido, burbuja inmaculada, 6. su forma tornasola cristales de prodigio. 7. Y, mientras la dorada paloma hace acrobacias, 8. la tentacion acecha con uftas de enemigo. Si agrupamos los versos impares: 1. Voz humeda clamando del mar o del lucero 3. El verbo humanizado florece en arcangelica 5. Cordero sumergido, burbuja inmaculada, 7. Y, mientras la dorada paloma hace acrobacias, vemos que son la traducci6n poetica de textos biblicos. Veanse ahora los versos pares: 2. despierta contorsiones en olas y anfibios. 4. verdad para la niebla de antiguos egoismos. 6. su forma tornasola cristales de prodigio. Estos versos representan la naturaleza, lo humano, lo pro- fano, metido como cufias en lo biblico, en lo divino, en 273 lo religioso. | Y el verso ultimo que— como en los epifonemas— resume y superpone ambos pianos: lo biblico, en las tentaciones de Cristo y lo profano en lo del balneario mundano de Taboga: I 8. la tentacion acecha con ufias de enemigo. Vease el diagrama en la pagina siguiente. Sinan es, como poeta, una mezcla de dos fuerzas. Por una parte lo cerebral— arquitecto y cirujano— y por otra lo ingenuo y candoroso. Dificilmente se le pueden encon- trar poemas donde uno de estos dos polos supere con clara fuerza al otro. Como una especie de prologo a "Pecados capitales" (p&g. 17), vale citar a Ricardo J. Bermudez, poeta de la generacion universitaria que sigue las enseftanzas del maestro Sinan: Los poemas de Onda reflejaron desde entonces el destino poetico de SinSn. Estimo que la indelebili- dad de versos como "la ausencia se hizo espacio y habito entre nosotros", confirma para siempre la reductora magia del poeta a convertir en fulgor las vibraciones latentes en las oscuras galerias de su entraria emocional. Tambien constituye una indica- cion imperecedera del aspecto excesivamente in- telectualista de la poesia de Sin&n, poemas como "Teorema de la curva en movimiento", donde es evi- dente la anticipaci6n de la lucha que el ha debido 274 INTERPRETACION GRAFICA DE LA TECNICA DE LOS DOS PLANOS AGNUS DEI 275 sostener durante su vida, para disminuir esa procli- vidad racionalizadora. Semana Santa en la niebla | e "Incendio" son el resultado de esas dos fuerzas j irreconciliables que Sin£n, a pesar de su cultura | literaria, nunca trat6 realmente de subordinar la una a la otra en beneficio de un autentico lenguaje poetico para su poesia. Esta bipolarizacibn innata de Sinin entre lo can- doroso y lo racional, sin ceder de modo aparente y definitivo a una de las tendencias, ha derivado a veces en un despoetizar de su poesia y en una poeti- zacion de sus relatos en prosa.68 Los "Pecados capitales" son una imagen del mar, tra- 1 itando de mencionarlos. Ciertamente se reunen aqui la i | |extrema ingenuidad y sencillez de los animales y velSmenes con una estudiada alusion al pecado. Los pecados capitales I ! son siete, segun el catecismo. Sin&n escoge cinco de ellos, a saber: Soberbia, Avaricia, Pereza, Gula y Lujuria. La soberbia esta repetida dos veces, ya que soberbia y orgullo vienen a ser practicamente lo mismo en cuanto a pecado capital. Vease en el primer verso: "Velcimenes soberbios deshilachando brisas" y en el tercero: "... orgullo en las corvinas". Estas bien pueden ser acusadas de vanidad por I !la elegancia de sus curvas y movimientos. La avaricia se i aplica, en general, a toda la fauna marina que sigue a los 68 * "Sinan: cuarenta aftos despues de Onda", Loteria (Panamci), No. 164 (julio de 1969), p£g. 24. barcos avara de despojos: "despiertan la avaricia de la (marina suma". La "Pereza en las merluzas", es quizci porque 1 | el poeta las ve indolentes. La gula se halla en los mas I voraces: "y, en pulpos, tiburones y pelicanos, gula". El mar parece un tanto unido por la mitologia a los dioses y a la lujuria: I | De la onda opalescente surge la curva docil que en senos tenebrosos oculta la lujuria. |El penultimo verso es una invocacion a Sat&n, pero mSs a modo de imprecacion que de plegaria. Es un ruego, una suplica lo que estci en el deseo del poeta: "Satcin, Satcin, aleja la glauca mariposa.'"; Satcin es el duefto de la tenta- cion; por eso el poeta se lo pide a el. Pero surge, en medio de los pecados, la figura de Cristo: "Venciste, he- lada forma;" El "Venciste, Galileo" tiene un sentido de derrota para quien lo pronuncio; pero "Venciste, helada formaJ" tiene un tono de victoria para el poeta que lo es cribe y que llama en su alegria: "jDelfines, aleluyaj" Una vez m^s, y aqui mcis que otras, se presents Sinan frio y apasionado a la vez, con la serenidad sugestiva de la descripci6n de los pecados en los seis primeros versos y los tres gritos, en crescendo, de los dos ultimos versos, que encierran emocion, vida y salmo: 277 Satan, Satin, aleja la glauca mariposaj Venciste, helada formaj Delfines, aleluyaj j Estos dos ultimos versos son quizis los mejores de este I poema. El relato de las bodas de Cani aparece en el evangelio ! de Juan, con lo que el poeta se aparta, momentineamente, de Lucas, que parece ser el escogido por el para esta caminata de Semana Santa en la niebla. En la obra de Sinin son las >"Bodas de Canaan" (pag. 19) en vez de Cani, tal vez por encontrarlo mas sonoro. Opina Jaime Garcia Saucedo: En otras obras, como Semana Santa en la niebla, Sinin ha logrado la trasmutacion ingeniosa del drama de la Pasion de Nuestro Seftor en un mundo atado a la naturaleza. En esta obra se aprecia un prodigioso cambio de escenas y personajes. Bellos pasajes, como el de "Las Bodas de Canain", lo convierte el poeta en una escena de crepuscu- los, donde los arreboles encendidos de sol enro- jecen el agua del mar como embriagante licor ... Sin&n es un buen poeta. Aunque su obra en verso es breve, ella no deja de tener permanencia de gran sensibilidad y alcance imaginativo. Rogelio Sinin es el poeta de profunda v i s u a l . Los dos primeros versos son de ambientacibn y de pre- sentacion del cefiro y la brisa, novios que van a casarse: 69 "Onda en su cuadragesimo aniversario", Estrella de Panami. 20 de julio de 1969, pags. 19 y 28. 278 Goza la tarde nupcias de estirpe salinera, donde cefiro y brisa trasegan arrebol. I De esto dice Agustin del Saz: "Es una poesia trabajada, de gran perfeccidn, y que muestra a SinSn como uno de los mejores poetas de nuestra epoca". He aqul la tersura de frases y la constancia de las asonancias agudas en "Las bodas de Canaan".7^ Los dos vinos en Cana tenian caracteristicas diferen- tes. El primero era de vid, el segundo de milagro. El primero emborrachaba, el segundo« como el agua de vida (Jn 4 13) y el pan de vida (Jn 6 51) era tambien vino de vida (Jn 15 1) y de dar fe "y entonces creyeron en fil sus discipulos" (Jn 2 11). Sin&n transmuta la escena evangelica hacia la natura leza. Ya se ha dicho anteriormente que Cristo, para Sin&n es, en Semana Santa en la niebla, el sol. Se presenta el vino primero, el de la vid, el que no es del milagro, el que emborracha y da sed, el que no harta (Jn 2 3): Mas la encendida savia de la vid deja apenas un vaiv^n de palmeras y una sed en clamor. (pag. 19) 70 , , . 0 Nueva poesia, pag. 48. 279 Como en una anticipaci6n, conocedores del milagro antes de que suceda (v6ase en la narracion de Juan "Haced lo que El os diga" \2 5]), con el deseo— "dipsomanos"— del vino del milagro, se adelanta la alegria, Medusas y corales dipsomanos de nectar festinan el prodigio. y se hace la convocatoria al milagro: "jVenid a ver.'" y Cristo, es decir, el sol, da la orden, como en los milagros, como en Cana: "Les dice Jesus: 'Llenad las tinajas de agua'. Y las llenaron hasta arriba. 'Sacadlo ahora', les dice, 'y llevadlo al Maestresala'. Cuando el Maestresala prob6 el agua convertida en vino ... dice: 'T(i has guar- dado el vino bueno para el final'" (Jn 2 7-10). En Semana Santa es asi como se realiza el milagro: El Sol "jVerted dice a las nubes la sangre de mis venas.'" Y, el Mar (; santo milagro.') trasmutase en licor. Vease ahora el paralelismo literario entre Sin&n y Juan, el Evangelista: Sinein: El Sol "{Verted dice a las nubes la sangre de mis venas.' " Juan: Jesfis, "Llenad las tinajas", dice a los sirvientes, "de agua". (Jn 2 7) Sincin: Y, el Mar (jsanto milagro.') trasmfitase en licor. 280 Juan: ... el agua (asi en Can& Jesus dlo comienzo a sus seftales. (Jn 2 1) convertida en vino. (Jn 2 9) Este poema de "Las bodas de Canaan" es un ejemplo nitido de esta fuerza m&gica de Sinan, ciertamente cerebral, de aplicacion y translaci6n de un mundo a otro. Tanto val- dria decir que traspasa el mundo sobrenatural a la natu raleza o la naturaleza a lo divino. Naturaliza humanamente lo divino j diviniza lo humano. Quiza sea este el mayor aspecto poetico-creador de Sin&n en Semana Santa en la niebla. "La pesca milagrosa" (pag. 21) podria pasar como un ejemplo de austeridad poetica. Es algo asi como si se tratara de construir una peana para exaltar este ultimo y maravilloso verso: "Mirad: Entre las redes ha caido la tarde.' " Eso es lo que pesca el poeta entre sus redes, la tarde de Taboga. En estos ocho alejandrinos todo es natu raleza. Las breves descripciones solo tienen de comun con el Evangelio de Lucas, lo que una pesca con redes tiene de comun con otra pesca con redes. Observese el paralelismo: Lucas: Estaba El a la orilla del lago. (Lc 5 1) Sinan: Viejo muelle zurcido de brumas y sirenas. (pag. 21) Lucas: Cuando vio dos barcas que estaban a la orilla. (Lc 5 2) 281 Sinin: Visi6n humeda. Verde vaiven de remo y quilla. (pig. 21) Lucas: Dijo a Simon: "Boga mar adentro". (Luc 5 5) Sinin: Torso de ola. Gaviotas silbando en el trapecio de un canto marinero. Yodada hora salada cuando el pelicano hunde puiiales en la clara pupila de la espuma. Brisa igil. Brea. Hipocampos nostilgicos de friso. Tritones. Caracoles. (pig. 21) Lucas: Pescaron gran cantidad de peces. (Lc 5 6) Sinin: Mirad: Entre las redes ha caldo la tarde.' (pig. 21) Hemos dicho que Semana Santa en la niebla es como una divinizacion de la naturaleza (cf. "Las bodas de Canain"). Empero, debe entenderse esta afirmacion solo en un sentido poetico, no religioso. Quizi quede mis precisado en estas frases de Ismael Garcia quien opina que: "Semana Santa en la niebla no es una obra destinada a divinizar a la Natura leza; no es por ello panteista. Es simplemente, mejor, ingenuamente, la adaptacion de paisajes de la vida de Cristo a fenimenos de la Naturaleza" (pig. 117, cf. nota 7). Todos los versos, menos el ultimo, vienen a ser la con- vocatoria para el milagro. Una convocatoria de elementos, animales y sensaciones; pero lo importante, lo que sirve para dar vida a todo, especialmente al titulo, es este 282 extraordinario verso, nitido, sencillo e inspirado: "Mirad: Entre las redes ha caldo la tardeI" En el siguiente poema "Endemoniadas" (pag. 23), co- mienza Sin^n por poner el titulo en femenino. Asi "Ende moniadas" es el titulo de este poema que bien podria jtitularse tambien "La tempestad calmada". Sin embargo, ahi l estS la visi6n poetica que traspone la escena de los ende- moniados a la naturaleza, que en Taboga es el mar. i j Para apreciar mejor la trasposici6n de SinSn, tomamos j dos narraciones de endemoniados, ambas de Lucas, e inter- calamos la interpretacion, es decir su aplicacion a la naturaleza. Una de las narraciones de Lucas est& en el capitulo noveno y la otra en el octavo. Lucas (9): Un espiritu se apodera de el y de pronto empieza a dar gritos. (Lc 9 39) Lucas (8): Vino ... un hombre, poseido por los demonios. (Lc 8 27) ... cay6 ante el gritando con gran voz. (Lc 8 28) Sindn: Posesas de la bruma con belfos de gemido galopan ola y brisa remeciendo cordajes. (pag. 23) Lucas (9): Le hace retorcerse echando espumarajos y dificilmente se aparta de 61, dejcindole quebrantado. (Lc 9 39) Lucas j Sinan i Lucas Lucas j S in cin i i i i Lucas Lucas S in c in : Lucas Lucas Sinan: 283 (8): Le sujetaban con cadenas y grillos para custodiarle pero rompiendo las cadenas era empujado. (Lc 8 29) Huracanadas olas con rayos en el pico desgrenan maldiciones, espumarajos, ayes. (pag. 23) (9) : Respondio Jesus .. . trae acci a tu hi jo. (Lc 9 41) (8) : Jesfis le pregunto: £Cu&l es tu nonibre? (Lc 8 30) Hunde el sol luminosas agujas de prodigio. (pag. 23) (9): cHasta cu&ndo estare con vosotros y habre de soportaros? (Lc 9 41) (8): "Legion", contest6, porque habian entrado en el muchos demonios. (Lc 8 30) Oesalojando nieblas de filiacion desleal. (pag. 23) (9): Pero Jesus increpo al espiritu inmundo. (Lc 9 42) (8): ... el habia mandado al espiritu inmundo que saliera de aquel hombre. (Lc 8 29) ... y, anatematizado, deshecho el maleficio. (pag. 23) Lucas (9): Cur6 al nifto y lo devolvi6 a su padre. (Lc 9 42) I 284 Lucas (8): ... y la piara se arrojo al lago de lo alto del precipicio y se ahogo. (Lc 8 33) Sincin: Los fulgidos demonios precipitanse al mar. (pag. 23) Como un comentario general a todo el libro de Semana Santa en la niebla, pero que especialmente puede referirse a "Endemoniadas" es lo siguiente que seftala Agustin del I iSaz: "Semana Santa en la niebla son veinticinco cuadritos biblicos en octavas sin paradigma fijo. Las asonancias y |el verso alejandrino son la base metrica de estas composi- I i jciones. La pulcritud de estas estrofas afecta a la forma ! |y al fondo. El neovanguardismo se nutre de temas y expre- i siones tradicionales. Una tetrica nota de motivos macabros en algunos de los poemas pone oscuridad de fondo en la materia biblica, que en la musa de Sincin es todo claridades y sonidos"(pag. 47, cf. nota 10). En "la hija de Jairo” (p£g. 25) hay una sensaci6n de I guerra y de metralla: j desataron la muerte sobre yerba y hormiga. Fusilada la rosa, decapitado el nardo, Dolorosa de nichos y aterida de llanto, Oh Sol, tanto caddver mereceria un milagro ... Cierto que la guerra no se menciona, pero estci ahx, suge- rida, mejor, presionando frases de metralla, fusilamientos, 285 cementerios. Escrito en 1949, cuando Sincin habia regresado de la India adonde fue, despues de estar en Alemania, re- cien terminada la segunda guerra mundial, la biblica hija de Jairo, muerta a los doce aftos, le sugiere al poeta todas las muertes violentas, vidas tronchadas antes de terminarse. Pero surge la inspiracibn poetica de Sincin en la inter- pretacion de este titulo biblico. "La hija de Jairo" es para Sinan "la sensitiva", esa pequefia flor que ha quedado tronchada, inundada, como muerta. Y con una constancia sin excepcion, es al Sol— Cristo de Sincin en Semana Santa en la niebla— a quien se pide el milagro. Comparense los dos pianos paralelos: Lucas: ... porque tenia una sola hija, de unos doce aftos, que estaba a punto de morir. (Lc 8 42) Sinan: Esquirlas afiebradas de aguacero, ululando, desataron la muerte sobre yerba y hormiga. (peig. 25) Lucas: ... cuando uno de casa del jefe de la Sinagoga llega diciendo: "Tu hija ha muerto". (Lc 8 49) Sinan: Fusilada la rosa, decapitado el nardo, dque anegado colapso sufrio la sensitiva? Lucas: Todos la lloraban y se lamentaban. (Lc 8 52) Sinan: Dolorosa de nichos y aterida de llanto. (p&g. 25) Lucas: ... el dijo: "No lloreis, no ha muerto; estci dormida". (Lc 8 52) 286 Sincin: ... su congelado expectro sueiia savias de vida. (p£g. 25) I ] Lucas: Y cayendo a los pies de Jesus le suplicaba ... (Lc 8 41) Sinan: Oh Sol, tanto cadaver mereceria un milagro ... (pig. 25) Lucas: TomSndole de la mano dijo ... : "Nifta, levSntate". (Lc 8 54) Sinan: Realizalo, dorada pupila matutinaj En Semana Santa en la niebla ha querido Sincin utilizar una forma poetica que ha mantenido a traves de todo el libro. En cuanto al fondo poetico es la traslaci6n biblica I ja la naturaleza y sus fenomenos, referidos especialmente a i Taboga, en expresiones oniricas y en cuanto a la forma, en constantes estrofas asonantadas de catorce silabas alejan- drinas. Ser& necesario hacer una alusi6n, mSs adelante, a la relacion que los alejandrinos puedan tener en lo que se llamo "poesia a lo divino", y que en Semana Santa puede ocupar un lugar de polemica. Digase solo de "La hija de Jairo" que se nota un esfuerzo, plasmado en el ultimo verso, de buscar el mayor numero de silabas con el menor numero de palabras. El verso, para que este bien hecho, debe ser asi, dijo D. Ram6n del Valle Inclcin en una conferencia 287 71 a la que Sin&n asistio. Sincin lo ha intentado logrando en este alejandrino, las catorce silabas con solo cuatro palabras: "{Reallzalo, dorada pupila matutina.'" En efecto, como dice Agustln del Saz: "Con una gran dignidad de sentido y de arte se desarrollan los episodios sagrados y el lenguaje poetico los expresa en el tono mSs elevado. Asi, la belleza de 'La hija de Jairo'" (pag. 48). La imagen biblica de la simiente, segun Lucas, es que cae parte en el camino, parte en la roca, parte entre abro- jos y parte en buena tierra. Y la semilla se refiere a la palabra de Dios (Lc 8 11). Hay pues, una parabola y una interpretacion de la pardbola. En "La simiente" de Sincin se queda el poeta en la para bola. No hay trasposici6n a la naturaleza ya que la para bola se realiza en el campo y con verdadera semilla. Lo unico que Sincin hace es hablar de la semilla pero sembrada en Taboga. V&ase el paralelismo: Lucas: Otra cayo sobre la roca y despues de brotar se seco por no tener humedad. (Lc 8 6) Sincin: Cansancio de inutil ademan extendido jaculatoriamente sobre humus y secano. (pag. 27) Entrevista con el autor en su casa en Panama, en enero de 1970. 288 Lucas: parte cayo a lo largo del camino fue pisada y las aves del cielo se la comieron. (Lc 8 5) i Sinan: fatigada de la esteril simiente detenida, macerada y hollada por una cal o ave. (pig. 27) Lucas: Otra cay6 en tierra buena y creciendo I ■ * dio fruto centuplicado. (Lc 8 8) | Sincin: Pero, joh uberrimo tacto, bucolica delicia [ del fruto adolescente jugosamente flavoj jDichosa complacencia, botinica lascivia j del hogarefto goce dormido en cada talloj (pig. 27) Este poema, tremendamente enclavado en la naturaleza, atri- buye un goce lascivo de origen vegetal "botinica lascivia". Sobre esta manera de componer sus versos y metiforas, sus estudiados esguemas y su poesia cientifica dice Jose Antonio Moncada Luna: iDurari la poesia de Sinin? Los libros de Sinin durarin porque la palabra es eterna. Pero no en el corazon del pueblo sino en las bibliotecas. Voz pura, intimamente pura la de Sinin. Voz cristalina como la de una fuente en medio de la selva, pero dificil de sostenerse dentro del pueblo. Porque es una poesia de aristocracia. iCuil seri el que se aprenda de memoria una poe sia de Sinin? £En que colegio, en qui teatro, en que festival se recordarin los versos del poeta? Ese ha sido el error de Sinin. Es necesario que la poesia moderna sea hecha para el pueblo. Que el pueblo recoja los sentimientos del poeta como suyos, pues del poeta han de ser la miseria, las tristezas, las luchas del pueblo. (Cf. nota 6) 289 Se puede estar de acuerdo con el escritor mencionado acerca de la "aristocracia" de la poesia de Sincin. Eso es |en efeeto, una poesia para los elegidos. No es, ni intenta, i ser para el pueblo. Pero diferimos en que esto sea un error del poeta ya que la poesia no tiene que ser necesariamente para el pueblo y el que tal vez no se reciten sus versos no es prueba de que no duren, porque hay muchos poetas de valor que no escriben poemas para ser recitados, vgr. San Juan de la Cruz, cuyos poemas est&n escritos m£s para la jmeditacion y solo accidentalmente suelen y pueden ser reci- tados. Ademas, la poesia de Sincin es a veces pluriexpre- siva como es el caso de "Incendio" que ha sido presentado en forma de ballet. Ademcis, hay en este poema una especie de voluptuosidad sana, alegre, que recuerda a Virgilio en su Georqica II: 0 fortunatos nimium, sua si bona norint | agricolas.' quibus ipsa, procul discordibus armis, | fundit humo facilem victum iustisima tellus.7^ I Esta podria ser la traducci6n en tono con el poema de Sincin: Oh afortunados en extremo los sembradores si conocieran 72 Virgilio, Egloqes Georgies Aened, ed. E. H. Warming- ton, Vol. I (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1967), pags. 458-60. 290 los goces que tienen porque, lejos del ruido de las armas, la tierra buena les devuelve la semilla convertida en alimento. En "La muerte del prof eta" (pag. 29) Sincin escoge, partiendo del titulo biblico, el cirbol para significar el Bautista y la madreselva, que se enrolla en el &rbol hasta secarlo ("matapalo" la llaman en Panama), para representar a Salome, la hija de Herodias, que con su lasciva danza consigue la muerte del Bautista, del profeta. En este poema vuelve Sincin a abandonar a Lucas, su guia principal, para contemplar a Mateo. Otra vez compa- rense los dos pianos paralelos: Mateo: Aunque queria quitarle la vida, temia a la gente porque le tenian por profeta. (Mt 14 5) Sinan: Profetico de pajaros, remece tempestades el arbol, dominado por mistica soberbia ... (pag. 29) Mateo: La hija de Herodias danz6 en medio de todos gustando tanto a Herodes ... (Mt 14 6) Sinan: mas, subrecticiamente, sofoca sus ramajes, en fatales volutas, airosa madreselva. (pag. 29) Mateo: Dame aqui, dijo, en una bandeja la cabeza del Bautista. (Mt 14 8) Sinan: Titan sobrecogido, va quedcindose exangde bajo el nudo lascivo. (pag. 29) 291 Mateo: ... entristeci6se el rey ... (Mat 14 9) envio a decapitar a Juan en la prision. (Mt 14 10) Su cabeza fue traida en una bandeja. (Mt 14 11) Sincin: Roido vena a vena, deshecho, finalmente, desplomase cobarde, caida la soberbia cual truncada cabeza. (pig. 29) j Previamente en este trabajo se ha afirmado que la poe- !sia de Sincin en Semana Santa en la niebla es una poesia de tropico. Partiendo de titulos biblicos el poeta canta a Taboga, y por tanto al tropico. Pero esto hay que enten- I derlo. Al respecto opina Teresa Lopez de Vallarino, poetisa panamefta: I Podriamos decir que la poesia de Rogelio Sincin no ha sido dominada por el tropico. No es fasta, frondosa, desbordante ... El poeta, haciendo uso de sus resortes naturales, se ha valido, eso si, de un ambiente en constante ebullicion, para asignarle a su canto un calido sabor de tierra vigorosa. Producto de una autocritica y cultura rigurosas, sabe regular los elementos: sobreponerse al ver tigo del paisaje, dindole primacia a un afinado acento individual. Numerosos viajes, vida inestable y de constante zozobra, le han hecho retrotraerse a su universo intimo. Su canto tiene las caracteristicas de una alta y pura flor de Panami, pero universalizado por una fuerza y una voluntad emanadas de su conciencia creadora. Descubro en este poeta grande un grito interior que le hari veneer la atadura para el vuelo espacial que sefialan sus alas.^3 73 Dos poetas de America (Santiago de Chile: Universi- dad de Concepcion, 1948), pig. 26. 292 Esto lo escribi6 la escritora mencionada un afro antes de que Sincin escribiera, publicara y ganara un premio con Semana Santa en la niebla. Es posible afirmar que ya aqui Sincin ha iniciado ese vuelo que Teresa Lopez de Vallarino augura en 1948. En "La higuera esteril" (p&g. 31) estci presente el recuerdo de Juana de Ibarbouru, y con ella la alusi6n bi blica a la higuera est&ril. Para una mejor comparacion, ponemos la version completa de Lucas y a continuaci6n el poema completo de Sincin: "Les dijo esta parabola: 'Un hombre tenia plantada una higuera en su vifta y fue a buscar i fruto en ella y no lo encontro. Dijo entonces al viftador: "Ya hace tres afios que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro; cortala, ipara que va a cansar la tierra?" Pero el respondi6: "Seftor, dejala por este aiio todavia y mientras tanto cavare a su alrededor y echar& abono, por si da fruto en adelante; y si no da la cortas"'" (Lc 13 6-10). Y este es el poema de Sincin: Triste higuera maldita, mutilada de sexo y eivida de plumajes, tu desgajado grito levanta en banderola para gritar: "Esteril! si, yo, defraudadora del codiciado frutoj cPor que signo de arenas doblegase mi d&bil conciencia vegetal? jOh c&lido conjuro, fortifica mi tallo, torna mi savia fertil y dame la delicia del tierno tacto rubio.' " 293 Sincin se aficiona, despues de Onda, a los alejandrinos. Todos los versos de Semana Santa en la niebla son alejan drinos, con la cadencia precisa y con la meti fora audaz, ripida, decidida. Nos preguntariamos d6nde reside el se- creto de la poesia de Sincin. La respuesta tal vez la tiene Mario Augusto, critico panamefio, quien dice: La mente igil y decidida del poeta navega en las piginas de la Biblia y espiga con dedos profunda- mente liricos, esplendidos motivos para la creacion artistica. Las metiforas audaces se suceden con rapidez vertiginosa, a veces, o se deslizan con suavidad de lirios sagrados, para ofrecer una pro- fana interpretacion o una recreacion mis sagrada que el motivo mismo, en cada uno de los veinticinco poemas. iDonde esti el milagro de la poesia de Sinin? ... <£Donde tiene su origen esa magnifica potencialidad poetica, que arranca secretos insospechados a los sentimientos humanos, que eleva y sublimiza las pasiones y las emociones, y que satura el ambiente de sus versos con un extrafio perfume de penetraci6n subconsciente? ... <*En que mundo extrasensible vive el poeta y de d6nde proviene su genial facultad para penetrar, como esbelta aguja, en el mundo de las imigenes para arrancar su secreto a las fibras mis escondidas de los ensuenos? ... Alii reside el misterio ... Y es en ese misterio absorbente en el que penetra uno, como dominado por un encantamiento, cuando se hace entrega del es piritu a los versos de Semana Santa en la niebla. Anda el cerebro como por los caminos nebulosos de la fantasia, posando los pies del sentimiento sobre las blandas nubes de lo desconocido, disfrutando el coraz6n de un placer que no nos atrevemos a comprender del todo ... dPara que romper el dulce 294 encantamiento? ... iPara qu6 penetrar en las brumas escondidas de lo ideal?7^ En algun sentido podria decirse que Semana Santa en la niebla es como una versi6n nueva, poetica, del discurso del marques de Valdegamas. Existe no s6lo inspiracion en la Biblia, sino que Sinlm se adentra en ella y barajando, mane- jando, tomando y dejando, se construye un camino que a la vez que exalta su naturaleza y su Sol, hace una especie de exegesis o mejor, paneglrico de la Biblia, exponiendo, tras los titulos, un conjunto de presentaciones nuevas, valien- ;tes y con inspiracion. i La idea de Cristo caminando sobre las aguas, le da a Sin&n el punto de partida para el poema "Su forma sobre el agua" (pag. 33). La forma o figura de Cristo camino sobre las aguas segun Juan (Jn 6 19) y Mateo (Mt 14 24-34), en dos ocasiones distintas. Para Sin&n, en "su forma sobre el agua", es la niebla esa forma que camina sobre el agua y trata, siguiendo con constancia la llnea vertebral de Semana Santa en la niebla de atribuirle los mismos sxntomas y efectos de las narraciones biblicas. 74 "Las palabras y las ideas: poemas de Rogelio Sin&n", La Estrella de Panama. 9 de abril de 1950, p&g. 10, cols. 3-5. 295 Antes de poner el paralelismo entre la narraci6n bi- blica y la de Sin&n, hay que volver a decir que esta poesia es cerebral, trabajada como en laboratorio. Asi en el primer verso para indicar la hora central entre las dos luces, la del anochecer y la del amanecer, dice: "A la hora equidistante del pez amanecido"; y a veces pasa a un tono oratorio: "Flota, digo, la niebla, crispada de ladri- dos"; y con r&pidas metciforas como cinceladas a recios golpes: "Amarrando en las jarcias gaviotas"; y siempre con un gran dominio en la factura de los alejandrinos: Y, al recoger el hombre su red, semidormido, quiz& tema al espectro que va sobre las olas. cComo busca Sinan, con su niebla, la sensaci6n de la narracion biblica que da origen al titulo de este poema? Esta "niebla" no es la misma que el menciona en titulo gene ral del libro. Aquella es la niebla del sueho, esta es la niebla que en la amanecida aparece sobre las aguas del mar. Veamos, en el paralelismo de narracion y poema, la b&squeda de unas mismas sensaciones: Mateo: Y a la cuarta vigilia de la noche ... (Mt 14 25) Sinan: A la hora equidistante del pez amanecido. (pag. 33) Mateo: Vino hacia ellos. (Mt 14 25) 296 j Sincin: con la prlmera espuma de la mafiana, flota. (pag. 33) Mateo: caminando sobre el mar. (Mt 14 25) Sinan: como un presentimiento de bostezo salino. (pag. 33) Mateo: Se turbaban y declan: "Es un fantasma". (Mt 14 26) Sincin: Su forma sin aristas, deshilachada, fofa. (pag. 33) Mateo: Pero al instante les hablo Jesus. (Mt 14 27) Sincin: Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos. (p&g. 33) Mateo: La barca se hallaba ya en medio del mar. (Mt 14 24) Sinan: Amarrando en las jarcias el&sticas gaviotas. (pag. 33) Mateo: Los discipulos ... (Mt 14 24) Sincin: Y, al recoger el hombre su red, semidormido. (p&g. 33) Mateo: de miedo se pusieron a gritar. (Mt 14 26) S in c in : Q u izci tema al espectro que va sobre las olas. (pag. 33) Citando el poema "Su forma sobre el agua" dice el edi tor de la pagina literaria "Artes y Letras": Hoy, en Semana Santa en la niebla renace a la mtisica flexible de su poesia y nos regala con una inter- pretacion de altas calidades llricas. El material utilizado estci apasionadamente cerca de nosotros, radica en la esencia misma de la naturaleza. Para 297 el poeta los elementos imperecederos del palsaje repiten todos los dias, hasta la eternidad, en raz6n de su virtualidad poetica, el camino ascen- dente de la tragedia del G6lgota. Mas a pesar de las im&genes que pudiese suscitar, no estS tocado de religiosidad, no esta tocado de paganismo. Es vida, pasion, muerte y resurreccion del paisaje, alumibrado tan s6lo por el resplandor de la zarza de su pasi6n de poeta. En "Samaritana" (pag. 35) vuelve Sin&n a montar la escena biblica sobre estos dos personajes de la naturaleza: el agua y el sol. Ella, la samaritana, es el agua. El, Cristo, es el Sol. Ella le da de beber y el le da luz. Vease en el siguiente paralelismo, c6mo Sincin capta las sensaciones y el ambiente de lo biblico, sin ser el poema religioso, ni tampoco una interpretacion del texto de Juan: Juan: Era alrededor de la hora sexta. (Jn 4 6) Sincin: Cigarras encendidas y melodias frutales. (pag. 35) Juan: Alii estaba el pozo de Jacob. (Jn 4 6) Sincin: Proclaman ondulantes acrobacias del agua. (p&g. 35) Juan: Llega una mujer de Samaria a sacar agua. (Jn 4 7) 75 "Concurso Ricardo Miro, afto de 1949: Secci6n de poesia", Dominical (Panamei), 9 de septiembre de 1949, pag. 10. 298 Sinan: que, rica en lentejuelas y lxguidos collares, contorsiona abanicos en lascivias de danza. (pag. 35) Juan: Jesus, como venia fatigado del camino ... (Jn 4 6) Sinan: Desabrochando sombras, romero Sol mitiga. (pag. 35) Juan: Jesus le dice: "Dame de beber". (Jn 4 7) Sinan: sus sedes glugluteantes en georgico beber. (pig. 35) Juan: Le dice la Samaritana ... dme pides de beber a mi?" (Jn 4 9) Sinan: Asi, ambos, convenidos, mutuamente se brindan. (pag. 35) Juan: Le dice la mujer: "Seftor, veo que eres un profeta". (Jn 4 19) Sinan: ella, fresca surgente; purisima luz, el. (pig. 35) Mario Augusto, critico panamefto que se ha citado pre- viamente (cf. nota 74), dice en el mismo articulo, refi- riindose a "Samaritana": "iPor qui— hemos de poblar de preguntas este glosario rapidisimo— se nos han quedado temblando entre los labios los versos del poema que el autor ha querido titular 'Samaritana'?" Cigarras encendidas y melodias frutales proclaman ondulantes acrobacias del agua ... ... Asi, ambos, convenidos, mutuamente se brindan ella, fresca surgente; purisima luz, il ... 299 "Es que acaso la lumbre del verano reverbera aun en nues- tros ojos ... Es que acaso tiembla todavia en los nervios la huella de una sensacion voluptuosa que no termin6 sus escapes por los caminos del recuerdo ... "7^ A medida que se avanza en la lectura y estudio de Semana Santa queda el lector mis convencido de que Sinin ni jha pretendido hacer poesia religiosa ni ha intentado evi- tarlo. Lo mismo se podria decir que ni ha pretendido hacer poesia pagana ni ha intentado evitarlo. Es verdad que el ! empleo de los alejandrinos, como unica clase de versos usados en este libro, y digase lo mismo del titulo general como de los particulares de cada poema/ nos inclinarian a pensar en lo religioso. Pero ese constante resonar de lo biblico, no es tanto religioso, cuanto es la captaci6n de sensaciones y del ambiente que, prescindiendo de lo reli gioso, Sinin traslada a su canto a la naturaleza. Esto se ha visto hasta ahora en todos los poemas analizados. | La linea que Sinin se traza para "El hijo pr6digo" i | (pig. 37) es muy sencilla de entender. El rio es el pr6- digo, hijo del mar. El rio, cualquier rio del tropico que con la estacion de lluvias se hincha y arrebata, "Lamiendo 76 Augusto, "Las palabras", pig. 10. 300 tierra, arena, raices y bazofias", rico, como veia Neruda el oro en el color amarillo de las aguas del rio, alii en | el comienzo de Machupichu. Despues, acabadas las lluvias se va adelgazando hasta quedar en un hilito escualido. Asi se precipita en el mar. Juan Felipe Torufto, editor de la secci6n "S&bados de Diario Latino" del Diario Latino (San Salvador) escribe el 17 de junio de 1950 un articulo sobre "La poesia de Rogelio Sincin" que reproduce luego La Hora, diario panamefio. En la opinion de Torufio: En su libro Semana Santa en la niebla, susurra la evocacion. Sin duda, el vivia cerca del mar en una soledad de aires salinos, de yodo sonambulo y de anhelos. Alguna de esas semanas santas que se prolongan en la imaginacion, quedo en su psique y ahora la pinta y describi6ndola habla de ella a media voz. Pasan los barcos rumbo a una Jerusalen entrevista. Se enroscan los pecados capitales en el alma, y ... El simbolo que tiene por instrumento la met&fora, preconiza y proyecta su constancia en la exposici6n de lo que fue, pero que siempre es en el poeta. Y que serci a traves del libro que ir£ por los caminos de la existencia, deteniendose en las manos como muelles y en las almas como puertos en aquel mar de Galilea, y el mar del recuerdo y el mar con sus aluviones y cet&ceos (la vida), han quedado compri- midos en las voces calladas que pint6 el poeta. Es la semana del corazon, meis que la semana de una realidad objetiva. Y es lo que— para muchos— no estci expresado, pero que representa una verdad 301 simbolica trasmutada de una verdad simple, de in- fancia y de recuerdo.77 i ! Dentro del arte que pone Sincin en sus versos, desta- quemos en "El hijo prodigo" (p&g. 37) algunas figuras. Asi, la onomatopeya en: "Tuiribo a tunvbo al origen precipitase el rio"; y la sensacion de lentitud en el remansado pasar: "de ondulante premura por liquidar su opimo"; lo tajante en la descripcion del hijo, el rio, cuando regresa deshecho sin fuerza, enflaquecido: "Vuelve, enjuto, lodoso, por- diosero de estio"; y el ultimo de los versos, que refuerza ien la ultima palabra todo el hondo significado del poema: "arr6jase en el seno, del Mar arrepentido". Sorprende la acertada manera como Sinan evoca, en cada titulo, una imagen a la que cuelga las sensaciones biblicas. En el poema "Lazaro" (p&g. 39), L&zaro es "el poema" que tiene que crear el poeta. Ya B&cquer habia tornado la evo- caci6n de Lazaro para representar al "genio dormido", y hay a lo largo de la rima de Becquer, y en este poema de Sin&n, un como paralelismo de fondo, aunque el lenguaje e imagine- ria es muy diverso. Compirense los tres "L&zaros": el biblico suministrado por Juan, el de Becquer y el de Sincin: 77 "P&gina literaria" a cargo de Mario Augusto, 5 de julio de 1950. 302 Becquer: S in c in : Juan: Becquer: S in c in : Juan: Becquer: Sinan: Juan: 78 Gustavo Aires: Espasa Cu&nta nota dormia en sus cuerdas como el pajaro duerme en las ramas. „ (Rima VII) dQue sombra atribulada de realidad extiende pasaporte de huesos al suefto de la imagen? (pag. 39) Si hubieses estado aqui no hubiera muerto mi hermano. (Jn 11 21) Esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas. Negada para estatuas de panico, su flebe presencia sumergida luce aire de cad&ver. Pero aun ahora yo se que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederci. (Jn 11 22) Ay, pense, cuantas veces el genio asi duerme en el fondo del alma. Pero, no. Todo: el cirbol— callada angustia fertil— , la muchedumbre de olas, el Ccintaro de greda. "cDonde lo habeis puesto?" Le responden: "Sefior, ven y lo vercis". (Jn 11 34) Adolfo Becquer, Rimas v levendas (Buenos Calpe, S.A., 1963), p&g. 20. 303 Becquer: Y una voz como Lazaro, espera que le diga: "Levcintate y anda". Sinan: — barajando cuchillas de inercia, vida y muerte— le gritan a la imagen, remeciendola: jCreaJ Juan: Jesus se ech6 a llorar. (Jn 11 35) Grit6 con fuerte voz: "L&zaro, sal fueraj" (Jn 11 43) Para Sincin el "poema" se llama "imagen". Y esto podria ser un resumen de su definicion de poesia. Para i iSinan la poesia es imagen. El lirbol es "Callada angustia jfertil" (pag. 39), y cuando dice: "pasaporte de huesos" | I (pag. 39), "estatuas de panico" (p&g. 39). En "Ego sum lux" (pag. 41), Sincin acude, para el ti tulo, al latin. Tornado de la traduccion de la Vulqata, reproduce parte de la frase que aparece en Juan y que com- pleta seria asi: "Ego sum lux mundi". El sentido que le da Sinan al aplicarla al sol es obvio. El sol es la luz del mundo. Quien primero conoce los beneficios de esta luz del sol es la savia: i Te conoce la savia cuya lagrima evoca tu desnuda pupila de neon canicular. (pag. 41) Al aludir a la savia, primera en recibir el beneficio del sol, alude el poeta a la vida que del sol recibe. Luego ya es la luz y la vida: 304 Igualmente la ola, la semilla, la rosa reconocen tu anuncio: VIDA, LUZ Y VERDAD. Con lo que Sincin, mediante el "anuncio" introduce la verdad. Estas tres palabras que en el poema aparecen en letras mayusculas, son la agrupacion de dos textos biblicos dis- tintos. Uno seria "Yo soy la luz del mundo" (Jn 8 12) y el otro seria "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14 15). Para Sinin el sol asume estas palabras y estos oficios. El sol, personaje central de Semana Santa en la niebla. es la luz del mundo, es la verdad de las cosas y de la vida, expresada principalmente en el primer verso alusivo a la savia. Otra vez vuelve el poeta a la critica religiosa, mejor, a la critica de ciertas maneras o conceptos. Aqui seria un contraponer lo que es para el mundo el sol, que entra de lleno, sin sombras, sin nieblas, sin artificiales filtros que lo atenuen o falseen. Y de ahi la critica a lo que sucede en la religion: Pero, nada de mitos empolvados de sombra con expectros azules y leproso rubor. Hay una alusion aqui a los miedos injustos que frecuente- mente se han manejado en los conceptos catequisticos de la religi6n. 305 La poesia de Sincin en Semana Santa requiere un estudio que vaya mas por la entrafia de todo Si, viendo como ha sabido aguantar Sincin la linea que se ha propuesto de can- tar con tono biblico a la naturaleza y por lo mismo lo que represents de valioso. Este estudio no debe consistir s6lo jen tomar los titulos, sino en hacer una como identificacidn ! de personajes biblicos y naturales que a veces son difici- les de separar. Todo lo que puede decir el poeta en este poema al sol, es lo que puede aplicarse a Cristo segOn los dos textos aducidos: I | Milagros y auroras publicitarias sobran cuando, identificado, resultas ser el Sol. Observese el lenguaje, de perfecto corte moderno, en este verso: "Milagros y auroras publicitarias sobran", que seria alusion a los milagros y seftales de que hablan los evange- lios hasta que se llega a la identificaci6n mesi&nica de Cristo. Pero es tambi&n lenguaje directo sobre el sol, alusion a los crepusculos que anuncian su venida y que so bran cuando el Sol aparece. Generalmente escribe Sincin la palabra Sol con mayuscula, de donde claramente se observa que al sol lo personaliza. En diversos poemas, como en este, le atribuye acciones de personaje vivo. Aqui, en "Ego sum lux", le pinta dando vida. Es el primer verso: 306 "Te conoce la savia" (pag. 41). En "Samaritana" le pinta como romero y bebiendo, y hablando con el agua: Desabrochando sombras, romero Sol mitiga sus sedes glugluteantes en ge6rgico beber. Asi, ambos convenidos, mutuamente se brindan. (p&g. 35) Y el mismo poeta se dirige al sol y le habla o suplica en forma de apostrofe: "Oh Sol, tanto cad&ver mereceria un milagro" (pcig. 25). "Jesus ... fue llevado al desierto, donde fue tentado por el demonio" (Lc 4 1-2). "A tus angeles te encomendarS para que te guarden" (Lc 4 10). Con estas dos citas "in mente" escribe Sinan "Demonios y arcangeles", que mejor ha de entenderse conociendo la plaza de Taboga, pelada de cirbo- les, sin una sombra, reverberante al sol. La escena de la Semana Santa es cuando sale el Nazareno en borriquillo con su manto color lila, con estrellas doradas y con papeles de colores, seguido de nifios con palmas en la mano, y de ma- yores que acompahan al Nazareno hasta la playa. Alii estein el mar, los mangos, el bafto, las tentaciones, lo pagano mezclado con lo religioso, los demonios ent.reverados con los angeles. Aunque quiera ser, como los dem^s poemas, un canto a la naturaleza, m&s urbana en este caso que en los 307 otros poemas, tiene el trasfondo religioso de las alusiones y la moraleja final que deriva a la mezclada moral quebran- tada, pero que lleva la luz de la fe juntando una muerte, de pecado, con una vida de creencias. N6tese que la adjetivaci6n frecuente usada por Sincin es poco comvin; sus imigenes son muy originales como en: Su cilido ocio antiguo despereza la plaza nostilgica de bosques. (pag. 43) Para Rogelio Sincin toda la historia de la Iglesia se arremolina tras este Nazareno en borriquillo que recorre la plaza de Taboga, como recorre en las Semanas Santas tantas plazas de tantos pueblos, entre los colorines de los abi- garrados trajes procesionales de las estatuas y de los santos: At6nita se inclina cuando bajo las palmas que la inocencia enarca trotan siglos de sombra vestidos de oro y lila. Por la florida senda la cindida alharaca desgaja hondos reflejos de sana pagania. La marejada mistica revolcari en la playa demonios con arcingeles, y con la muerte, vida. (pag. 43) En los poemas de Sinin en Semana Santa en la niebla hay como una marcada superacion en la forma metrica que avanza desde el primer verso de cada poema para terminar en el ultimo que generalmente es el mis perfecto de forma y 308 que resume adem&s la idea general como en un epifonema. Asi en la "Hija de Jairo" el ultimo verso, largo alejan- j drino, con solo cuatro palabras que resumen el poema: "Realizalo, dorada pupila matutinal" (pag. 25), o aqui: "demonios con arc&ngeles, y con la muerte, vida" (p£g. 43). Juan Felipe Torufto, citado previamente, dice de Sincin un comentario que viene al caso: "Rogelio Sincin ... es antes que todo, un poeta con raices teluricas y maritimas, con tallos humanos, con exaltaciones emotivas en el simbolo, que recuerda y transfigura los recuerdos en la expresi6n, i la que, al embarcarla en palabras, la deja en imligenes que a veces muestranse lejanas, un tanto desvahidas, pero que estan alii dibujadas por el pincel lirico de Rogelio Sincin ", ^ Superponiendo pensamientos biblicos, de la naturaleza y los concretos de Taboga, hace Sincin que la agonia de Cristo est6 representada en "Visperas de agonia" (pag. 45) por la agonia del sol, es decir por el sol en el ocaso. Tres son los contextos evangelicos a que Sin&n alude prin- cipalmente y son los siguientes: "Padre, si es posible, pase de mi este c&liz" (Lc 22 42); "Su sudor se hizo como 79 "La poesia de Rogelio Sincin". C f. nota 77. 309 espesas gotas de sangre" (Lc 22 44); "Pero ellos seguian gritando: ';Crucificale, crucificalej'" (Lc 23 21). Toda la belleza de la Taboga de la infancia de Sinin, llena de flores en huertos y casas, esti presente en este poema: Fragancia de jardines y eucaristia de huertos encienden un cromado retablo nazareno. Hay como un influjo de la pintura, y tambien el recuerdo de las flores que adornan la eucaristia, lo que hace que Sinin emplee esta palabra como expresion de "florido" refirien- dose a los huertos: Vertida sobre mares, valles, montes y cielos la copa de la angustia reflejari el sendero de cirios y rosales en muda caravana. Son muchas las cosas que Rogelio Sinin piensa cuando escribe este tipo de poesia. Intenta sugerir multiplemente las di- versas sensaciones; por algo es onirica esta interpretacion de Semana Santa. Aqui entra el texto evangelico: "Padre, si es posible, pase de mi este ciliz" (Lc 22 42) y entra tambien la alusion a las procesiones de Semana Santa: "de ! cirios y rosales en muda caravana" (pig. 45). Y esti tam bien, ante todo, la augusta pintura del ocaso magnifico del tropico. Vuelve el pensamiento del poeta a Cristo en el huerto, sudando sangre: "Su sudor se hizo como gotas 310 espesas de sangre" (Lc 22 44), pero que a la vez alude al Sol que se enrojece en el crepusculo vespertino: "De la humeda mejilla florecer&n jazmines" (pag. 45). El recuerdo de lo malo: "Y, la cizafta aviesa" (pag. 45), a la hora de la muerte: "ya huerfana de savia" (pag. 45), pero que tiene presente la cizafta que en la sentencia de Cristo estci expresada por el texto de: "pero ellos seguian gritando: ' jCrucificalo, crucificalo.'' " (Lc 23 21). Esta tremenda fecundidad de sugerencias y de ideas amontonadas hace que estos poemas puedan entenderse segun la linea o las lineas de sugerencias que el lector medita- tivo intente seguir. Es v&lido para la agonia de Cristo, para la agonia de cualquier sol, para la agonia en cual- quier dia de Taboga, para la agonia de una Semana Santa, para la agonia de una vida. En el poema "Ecce homo" (pag. 47) el sol es el prisio- nero que se asoma, o que es ensehado entre nubes, velada su fuerza, como Cristo en: "Salio entonces Jesus fuera lle- vando la corona de espinas y el manto de purpura. Diceles Pilato: 'Aqui tennis al hombre'" (Jn 19 5). Hay a lo largo de toda Semana Santa en la niebla una pregunta latente. £Es esta poesia una poesia "a lo divino"? 311 Se ha dicho en este trabajo que ni siquiera puede clasifi- carse de poesia religiosa pero que tampoco es pura poesia pagana. Ismael Garcia, citado previamente, escribe: "El I procedimiento no es novedoso: poesia a lo divino, que segun Damaso Alonso se cultiv6 durante el siglo XVI y se jextendio hasta el siglo XVII. Lo que ha realizado Sincin es |la divinizacion de temas utilizando los procedimientos de I la nueva poesia. Observese que no digo del superrealismo, porque no todo pertenece a tal escuela. Valga como muestra i |el empleo del alejandrino tradicional en vez del verso libre, tan propio de la poesia de Neruda y Aleixandre, quizas como resabios de su filiacion a la poesia pura de su pnmera obra . Creo que hay que discrepar de esta idea de querer llamar a la poesia de Sincin en Semana Santa en la niebla poesia a lo divino. El uso del alejandrino, en forma magis tral, no es suficiente para ello. El acudir al titulo o a las referencias biblicas, como esquema del libro, no es i tampoco razon suficiente ya que lo que el poeta canta es el Sol y la naturaleza y emplea esta ascensi6n al Calvario, no como fondo religioso ideol6gico, sino meis bien como ^Historia, pag. 117. 312 un esquema que le de salida a su idea inspirada de aplica- jcion para cantar el sol, el mar, la isla de Taboga, y aun | para embarcarse en esos nebulosos barcos que "hacia Judea navegan" (pig. 11). Por ejemplo cuando el poeta dice: Prisionero entre nubes y barrotes de minio derrumba su proceso crepuscular el Sol. (pag. 47) no hay que pensar que solamente toma la imagen de Cristo prisionero para representar el sol, en el ocaso entre nubes, o en el dia frio de un Chile invernal, que Sincin vivio, sino que hay mas. Son las dos ideas trabajando en la mente del poeta y las dos expresadas a la vez con palabras que una vez mis se refieren al sol y otras mis se referirin a Cristo. Vuelve el influjo de la pintura en: Su nebulosa circel es alfa de martirio que estallari en serificos extasis de color. (pag. 47) Ya este influjo se habla advertido en Onda (cuando habla de algo rembranesco). Aqui en la palabra "alfa" se incluye no solo el comienzo sino la base del sufrimiento que perdura, y a la vez la base del color de los rayos del sol atrave- sando nubes. Los dos pianos superpuestos, el que se refiere a Cristo y el del Sol entre nubes, vuelven a aparecer en estos 313 |dos versos: ! La florecida arteria despejari concilios | apartando tinieblas llagadas de arrebol. (pag. 47) Hay aqui la idea de que la muerte de Cristo o su sufrimiento despeja incognitas con la idea del Sol que despeja nubes: brillarin tristemente sus ultimos delirios y el toro de la noche mugiri de pavor. (pag. 47) | La imagen del ultimo verso lleva consigo el temblor, i sensacion de miedo y de terremoto hondo, que acomparia a la muerte de Cristo. | Si se toman los versos impares, y se agrupan uno tras otro, saldri de una manera mis nitida el piano religioso y la ficil aplicacion a Cristo: 1. Prisionero entre nubes y barrotes de minio 3. Su nebulosa circel es alfa de martirio 5. La florecida arteria despejari concilios 7. brillarin tristemente sus ultimos delirios. Pero si se toman los versos pares y se agrupan, se veri mis ficilmente el piano de aplicaci6n a la naturaleza, al sol: 2. derrumba su proceso crepuscular el Sol 4. que estallari en serificos extasis de color 6. apartando tinieblas llagadas de arrebol 8. el toro de la noche mujiri de pavor. Para Sinin "Magdalena" (pag. 49) es la estrella de la tarde que va siguiendo al sol como ella segula al Sefror. Es el resumen de la vida de la Magdalena aplicada a esta 314 estrella. Vease el paralelismo tomando dos versiones biblicas, la de Lucas y la de Juan y el poema de Sinin: Lucas: Tenia ella una hermana llamada Maria (Magdalena) que sentada a los pies del Sehor, escuchaba su palabra. (Lc 10 38) Sincin: La estrella vespertina, fatalmente risuefta, suspira ensimismada tras el mito solar. Juan: Maria (Magdalena) tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungi6 los pies de Jesus y los seco con sus cabellos. (Jn 12 3) Sinin: ungiendo, mariposa, la traslicida huella con grito de cristales y pupila de sal. Juan: El primer dia de la semana, va Maria Magdalena al sepulcro de madrugada, cuando todavia es- taba oscuro. (Jn 20 1) Sinan: Cuando, rumbo al helado sepulcro de las olas, la sangre iluminada tifta celajes. Juan: Estaba Maria (Magdalena) llorando fuera, junto al sepulcro. (Jn 20 11) Sinan: ella salpicara el tocado de las nubes piadosas al deshacerse en liricos como una Magdalena. En "Calvario" (pag. 51) sigue el proceso. Ahora se ve el mar que se esta enrojeciendo: Desnuda luz, pupila con celajes de cirio, va tinendo de sangre la garganta del mar. Esta es como una definicion, por imagen, de la muerte. Sinin no se cine a uno solo de los evangelistas, sino a los cuatro, aunque Lucas es el sefiero, como se ha indicado 315 antes. La alusion a las frases evangelicas de los muertos !que resucitan, de los sepulcros que se abren, de edificios que se derrumban, est&n presentes en los versos de este poema: Deshabitadas sombras asesinan anfibios y un coro de difuntos tritura ojos de sal. La sensacion de dolor trata de ser obtenida por esta expre- si6n: "ojos de sal" que a la vez junta el mar y el dolor. Todo ello dentro de lo onirico, en la niebla del suefto. Tambien en los siguientes versos, Coronado de dientes y clavado de lirios trisca en valle de espumas el cordero solar, la alusion es clara: el sol = cordero = Cristo. A pesar de los templos que se caen, y aun sobre tanta muerte, estci ya el anuncio de la Pascua: Y un derrumbe encendido rectifica el camino que ungira con esencias la palmera pascual. A pesar de este moderno y rapido estilo, que en ocasiones llega a ser un tanto complicado a la vez que sencillo, las J imagenes y las sugerencias se agrupan provenientes de di- versas fuentes. La Biblia y Taboga son las principales, en la naturaleza que Sincin maneja. Pero hay sorpresas como cuando llega Sincin a "Ver6nica" (p&g. 53). 316 Veronica es palabra de toreo. Sincin se extiende en este poema dentro de la meis pura casta del toreo. Arranca del minotauro, que no cita nominalmente, pero que est& en el contexto ya que minotauro es el toro que nace del mar. En este poema el toro es el mar y el torero es la luna. La luz de la luna hace de capa que pasa sobre las aguas del mar y sus olas y espumas. Para un experto en tauromaquia cada verso le estaria recordando un pase. Comienza con la presencia del toro, que, en el momento de aparecer en la arena, ya esta sentenciado a una muerte proxima: "Proximo al sacrificio, novillado acongojado ..." El primer tercio se abre con la capa y los pases de capa como es la gaonera: "Sufre el mar deslunibrantes gao- neras de Luna". Este verso, dentro de la expresi6n torera, es simplicisimo y nltido. El nombre de gaonera se deriva del torero Gaona (pero no se halla en el Diccionario de la Real Academia Espafiola). Los dos versos siguientes perte- necen tambien al primer tercio de una corrida: Sobre lxquidos cuernos la nacarada capa pasa, quita y repasa sin ofender espumas. Ulsta es una alusion clara al perfecto toreo en que los pases todo es engafto y aereo, movimiento y rapidez frente al toro, que no puede alcanzar el trapo. Vease claramente 317 que en este poema hay dos pianos, el del toreo, con el torero y el toro de personajes, y el de la naturaleza con la luna y el mar actuando de protagonistas. Por ejemplo en el piano de la naturaleza est& la luna con su luz alum- brando el mar y sin molestar a la espuma de las olas (versos anteriores), y su resplandor se abre por todo el mar: Clava el diestro luceros en el glauco mugido que embiste proceloso. ;La marejada atdnita derrama por la herida resplandeciente grito j que trunca la faena con magistral veronica.' Y siguiendo con el piano del toreo, se puede decir que el primer verso acabado de citar y la mitad del segundo bien pueden pertenecer al segundo tercio, donde picas y bande- rillas exacervan al toro y lo amuelan dej&ndolo humillado y listo para el tercio de la faena: Clava el diestro luceros en el glauco mugido que embiste proceloso. Y el tercio final, el de "la suerte"— donde el silencio de las buenas plazas es el mayor elogio hasta que el toro cae— estci en los ultimos versos. El a juste del remate final que es en ver6nica— pase que encierra el titulo, originalmente arrancado de la biblia— es como el broche que cierra el poema: La marejada at6nita derrama por la herida resplandeciente grito que trunca la faena con magistral ver6nica.' 318 Sobre el colorido de la corrida estin en los versos de Sincin, gran imaginaci6n y los calificativos sorpresa, sinest&ticos, como cuando al grito lo califica de resplan deciente, y cuando al mugido lo califica de glauco. Y con una metonimia, como la de los antiguos poetas que tomaban el efecto por la causa, aqui Sinin llama "mugido" a la cruz del animal. Viene al caso aclarar que la "Ver&nica" es un pase de capa y por tanto perteneciente al primer tercio de la co rrida. No puede pues rematarse la "faena" con una "Ver6- I nica" en una corrida de verdad. Sinan da aqui, por lo tanto, una vez mas, la interpretaci6n onirica, en que amontona imigenes que estin en el terreno de la fantasia poetica, y del desorden del suefio: el mar = el toro, la luna = el torero, las espumas = los cuernos, y la luz de la luna = la capa o capote. Los dos pianos con que Sinin ha trabajado los otros poemas de Semana Santa, es decir el biblico y la naturaleza se han cambiado aqui por el toreo y la naturaleza. De la Biblia no hay mas que el titulo, aunque puede haber una insinuaci6n o simbolo del velo con que la Veronica seco la cara de Jesucristo, en el capote del torero. 319 "La presencia de la muerte" es para el poema que lleva este nombre (pag. 55) la presencia de la noche: Oh, Santo Graal.1 Las gotas de encendido vinagre puntualizan claveles en el nicho del mar ... El santo Graal es tema de la literatura medieval. Dicese que los discipulos de Cristo recogieron el Cciliz o copa en que Cristo consagr6 el vino en la frltima Cena y que aderrieis en esa copa recogieron la sangre de Cristo en la Cruz. Ya para la Edad Media la copa se habia convertido en copa de oro. Surgi6 ademas la orden de Caballeria del Santo Grial. Sin£n lo escribe "Graal", pero quizci sea tambien una manera de darle a la palabra una expresion onirica y un sonido mas abierto que Grial. Esta palabra viene di- rectamente del frances "greal". A1 frances llega del latin "cratalis" que a su vez viene del latin "crater" que sig- nifica copa. A1 castellano ha pasado como "grial". (Cf. Diccionario de la Real Academia Espafiola, 1970) . La noche de la muerte de Cristo en la Semana Santa de Taboga, en los recuerdos y suehos de Sin&n, es un crepusculo enrojecido por el sol que muere. Y continuan las impresio- nes de los temblores y de los templos que se derrumban, de que habla la Biblia: Derruyense en salmuera los templos de la tarde y el miedo clava incendios de rojo vesperal. 320 La expresion poetica de como llega la noche acabando con las ultimas luces enrojecidas es en verdad un acierto en que se mezclan todos los pianos y todas las impresiones y todas las referencias. Ahi esta lo religioso, lo profano, la pintura, los sentidos de vista, oido, olfato, y la an- gustia de la muerte y de la noche: La callada tiniebla pone rosas de luto tras un rezo de nubes anegadas en flor ... Y las olas arrullan sobre el mar gemebundo la dorada salmodia del ultimo arrebol. Podria decirse que estos poemas representan en poten- cia todo un tema de novela. Recuerdese que originariamente este libro iba a ser una novela, de la que duermen sesenta p&ginas escritas, desde hace arios. Quizas pueda entenderse mejor esto si se sabe que en Sin&n hay una dualidad entre poeta y narrador. A1 respecto ya se ha citado a Baltasar Isaza Calderon, en el capltulo sobre el cuento, el cual opina que Sinan como poeta "discurre por muy otros caminos que los frecuentados cuando viste los arreos de narrador". Y continua el profesor Isaza Calderon: Cualquiera podria figurarse, despu&s de leer sus versos, que habra de tropezar con relatos conven- cionales, sin lastre vital, en cuya factura haya intervenido mcis la facultad de abstracci6n que la pupila certera del observador. Mas sucede exacta- mente lo contrario: no s6lo echa pie a tierra, di spues to a no dejarse engafiar con falsa s aparien- cias, sino que capta realidades de cruda verdad 321 humana, descarnadas y sangrantes. Se diri acaso que tal divergencia resulta impuesta por las dife- rencias que, como genero, separan a la poesia de la literatura narrativa. Sin entrar en disquisi- ciones eruditas que se encargarian de comprobar | como la una esti injertada historicamente en las entrafias de la otra, puedo aceptar que, en efecto, cumple el poeta su oficio con menesteres de sutil ! contextura que le apartan un tanto de los empleados en otros quehaceres literarios. En el caso individual de Rogelio Sin&n me in- clino a pensar que, cuando escribe versos, frena demasiado su espontaneidad creadora para someterse a las exigencias de una determinada t^cnica poetica que le cuenta entre sus adeptos desde muy joven. Como escritor narrativo se me ocurre que opera dentro de una gama mis amplia de posibilidades de- jindose llevar, sin represiones deliberadas, por las tendencias de su temperamento. Este comentario parece estar de acuerdo con el del critico y poeta Ricardo J. Bermudez, a quien se ha citado en este trabajo, precisamente con respecto a su opini6n de que la poesia de Sinin es cerebral. Es posible estar de acuerdo hasta cierto punto con estos dos criticos, pero tambien se ha visto en el an&lisis de Onda, como Sinin es i |tambien un poeta afectivo. En la "Dolorosa" (pag. 57) hay un recuerdo de la Biblia iy de la Dolorosa de la Semana Santa de Taboga. La imagen de Electra le viene al poeta con el dolor. La Dolorosa 81 ^ Estudios literarios (Madrid: Industrias Graficas Espafia, S.L., 1966), pags. 252-53. 322 es tambi£n la noche: Dolida Electra, enluta la Noche campanarios bajo erizado manto de lunas y ortigas. Mourning Becomes Electra de Eugene O'Neill le llega a Sin&n junto con el tema griego. Y para obtener la sensacion con- junta de noche y de dolor agrupa bajo "erizado manto" a "lunas y ortigas". En los versos siguientes: Siete puftales, siete, de luz lleva clavados eternizando mascaras, espermas y cenizas, hay como un eco de los romances: "Siete pufiales, siete . .. " y logra con cuatro palabras y una conjunci6n, catorce si- labas: "eternizando mascaras, espermas y cenizas". Este verso tiene un fondo de critica a ciertas pr&cticas reli- giosas, lo cual ya ha hecho Sin&n en otros poemas de este libro Semana Santa en la niebla. Los siguientes versos son otro ejemplo de superposi- cion de pianos ya que tanto pueden referirse a la noche como a la Dolorosa: Dolorosa, amargada de cirios, titilando, pulveriza oraciones de calcarea neblina; mas, su apagado 1lanto, frutal y subterraneo, truecase en savia que la tierra utiliza. La alusion al rocio de la noche como "su apagado llanto" es tambien anibivalente en su sugerente significacion de llanto de la Dolorosa y de rocio. 323 En "Resurreccion" (p&g. 59), el poeta, que va a cantar la salida del sol— resurreccion es eso— vuelve de todas maneras al mar. El S&bado de Gloria en poesia onirica en- cierra un conjunto de ideas que se agrupan en la mente del poeta y que podria resumirse en estas palabras y frases: gritos, maitines, cantos de hosanna, hora temprana en que suenan las campanas, trajes que se han guardado, por nuevos, en armarios con alcanfor, abanicos para las sehoras, galli- nas que se matan (alas), mastiles que se balancean en el mar (ironicos de alcohol): {Gloria.' {Gloria.' jAleluyas, mai tines y hosannas despiertan minuteros y gritos de alcanfor, mientras locos revuelos de abanicos y alas desnuda olas y mastiles ironicos de alcohol.' El ciclo de Semana Santa en la niebla se cierra con la noche propiamente, aunque el poeta inicia otro nuevo amanecer en "Resurreccion": "jClarineros del Alba, tocad cielo y mon- taftasj" Y para anunciar el sol que viene saliendo, Sin&n toma de su cultura clasica las cuadrigas de Faeton, en la hora de la amanecida: "Dad paso a las cuadrigas de luz y de color.'" Y con sentido de salmodia religiosa de aleluya y resurreccion canta: "{Brisa, espuma, aleluyaj {Loemos la maiiana. ' " 324 El verso final del poema y del libro resume la idea central como lo resumia en Onda el "Todo renacer es un amanecer" (Onda. p&g. 42): "jToda vida renace cuando re- nace el Sol.'" (pag. 59). Como conclusion a este estudio de Semana Santa en la I niebla citemos primero a Agustin del Saz, quien considera que Semana Santa en la niebla: "Es una poesia trabajada, de gran perfeccion, y que muestra a SinSn como uno de los mejores poetas de nuestra epoca. ... Con una gran dignidad i i de sentido y de arte se desarrollan los episodios sagrados 82 y el lenguaje poetico los expresa en el tono m^s elevado". Luis Alberto Sanchez escribe en uno de sus articulos "Cuaderno de Bitcicora" sobre Semana Santa en la niebla y sobre su autor: Sinan ratifica su indole mistica. Suele dejar traslucir lecturas y predilecciones misticas, ornadas de un evidente amor a lo forSneo. Hay muchas reminiscencias hebraicas. Versos a la Samaritana, menciones de Judea, un atuendo que evoca el de los romanticos o el de aquellos otros romcinticos que fueron los decadentes de fines del XIX, cuando hastiados de Europa e ignorantes de America, los poetas volvian a pulsar motivos de Grecia, Egipto, y Tierra Santa. Hay, desde luego, en este libro algunas presen- cias inevitables: la de Neruda, por ejemplo. ... Nueva poesia, pag. 48. 325 Pero, Sin&n se libra del prestigio ex6tico del neru- dismo en gracia a su propia inspiraci6n. Carece de toda propensi6n jaculatoria, de suerte que se tiende en un blando cSntico a la vida, sin alardes esperan- zados, ni clamores de angustia desmedida. ... Sin^n desecha el pictoricismo y acendra lujurioso sus intimos mirajes. De ello resulta una poesia sobria y tersa, mas de cl&sicos que de romcinticos, pese a su tremor consustancial.®-* A1 llegar a las conclusiones de Semana Santa en la i niebla hay que recordar lo que se hallo en Onda como linea principal: las dos curvas parabolicas. Aqui en Semana Santa en la niebla, aparte de otros aspectos que bien pue- den analizarse, pero que no eran del objeto de esta tesis, hay dos que han sido centrales a este estudio: 1° es poesia onirica; 2° Sin&n utiliza una tecnica que puede llamarse de los dos pianos. Lo que son estos dos pianos se ha visto en este estu dio. A manera de resumen digase que Sin&n no canta a la Biblia, ni siquiera a la pasi6n de Cristo. Sinan canta a la naturaleza. Pero todo el libro est& construido sobre el iplano biblico, del que se aparta en muy pocas ocasionesy i j [una de ellas seria en "Veronica", aunque no totalmente ya que en todo paso torero existe un capote o muleta, es decir un trapo que en la Ver6nica de la Pasion de Cristo fue i 83 "Semana Santa en la niebla1 *. Cf. nota 10. 326 un manto. Y el otro piano es el de la naturaleza que Sin&n canta. Taboga queda en el trasfondo. Se ve, se sabe que es la Semana Santa de Taboga la que el suefta. No lo dice con palabras, pero la describe en su plaza, en sus augustos atardeceres. en su playa. en sus ceras, mar. campanas. iglesia. Estos dos pianos van jugando un papel de parale- los en ocasiones y de fusion en otras. Hay veces en que se sabe que el poeta habla del sol y otras veces que habla de Cristo. Pero hay veces en que no se sabe si Sin&n est& hablando de la Dolorosa o de la noche. Es decir que la tecnica interna de este libro es la de "los dos pianos". No quita que en ocasiones puedan aparecer como tres, como es el caso en la "Veronica" y en "L&zaro". Quizci el poeta ni lo intento. Eso no importaria mucho si es que est&n ahi. Estos pianos hay que entenderlos dentro de lo onirico. El suefto que da claridad nitida al libro, da tambien la clave de la explicacion a lo que a veces puede parecer con- fuso. En los sueftos todo es, a la vez, claro y confuso, para el que suena. Mejor dicho, es claro cuando sueha y confuso cuando esta despierto. Eso puede pasar con este libro y por lo mismo confirma esta idea. 327 Hay que admitir que Sin&n es un buen conocedor de la Biblia de donde ha sacado su inspiraci&n para este libro. j i Alguien ha lanzado la idea, que parece acertada, de que este libro podria ser considerado como una nueva y poetica version del discurso de Donoso Cort6s al ingresar en la Real Academia de la Lengua, discurso en el que dice el MarquSs de Valdegamas: "Hay un libro ... donde han ido a beber su divina inspiracion todos los grandes poetas de las i jregiones occidentales del mundo ... y en el cual han apren- j J jdido el secreto de levantar los corazones y arrebatar las i almas con sobrehumanas y misteriosas harmonias. Ese libro 84 es la Biblia, el libro por excelencia". 84 "Discurso academico sobre la Biblia", Obras escoaidas de don Juan Donoso Cortes (Buenos Aires: Editorial Poblet, 1943), p&g. 169. CAPfTULO V CONCLUSIONE S El estudio de todos los trabajos que fueron escudrifta- dos pone de manifiesto que hasta la fecha lo que exlste sobre la obra de Rogelio Sin&n es fragmentaria e insufi- ciente pues los criticos e historiadores apenas han esbozado la estructura de su obra. AdemSs, aunque Sindn, el bardo, es reconocido como el caudillo de la nueva poesia en PanamS, su fama continental, como hombre de letras, descansa sobre su labor en prosa. Nos propusimos, pues, demostrar que la musa de Sinan, aunque relativamente breve, merece tanto o mlis reconocimiento que su prosa. El objeto ha sido tratar de hacer un estudio sobre la obra poetica y narrativa de Rogelio Sin&n, para que asi quede definida en una sola pieza. Se ha hecho este estudio joteando el panorama del Istmo de Panami, patria del poeta, aprovechando la ocasion para entreverar ciertos an&lisis del desarrollo, especialmente de la poesia, asi como tambien 328 329 del cuento y la novela en Panami, y de su influencia no solo literaria sino tambien social. Hemos comprendido la significaci6n que tiene para un pais su obra literaria a la vez que la fuerza potencial de ella. Se ha visto como la obra de Rogelio SinSn ha tenido este poder de transformar, invadir y ejercer un excepcional influjo, que, partiendo de la forma literaria, ha invadido campos como el de lo social y el de la justicia. Asi hemos observado como en Plenilunio, la unica novela del autor, y en varios de los cuentos analizados como "La boina roja", l "Lulu ante los tribunales", "Todo un conflicto de sangre", y otros, Sinan presenta un mensaje social con intento de denuncia. Esta es contra la depravaci6n y el af&n de lucro causado por un extraordinario progreso econ6mico, como se ve en Plenilunio; contra la descriminaci6n racial, como se ve en los cuentos mencionados, o contra las injusticias de la Justicia, como se ve en "Lulu ante los tribunales". A veces no hay intento especifico de denuncia como en "Sin novedad en Shanghai" donde se habla— sin ser tema princi pal— de la tragedia de los judios lanzados de Europa por las persecuciones nazis. Tambien se ha visto c6mo la obra narrativa de Sin&n, en particular su cuentistica, invade lo moral. Asi se vio, 330 como en el delicioso y artisticamente elaborado cuento !"A la orllla de las estatuas maduras", Sinein, por medio del simbolismo, presenta un drama hondo, realmente hondo por ser el drama de la sociedad. El an&lisis del cuento nos dio a entender que es verdaderamente un violento ataque contra la falsa moral, contra el fariseismo triunfante y boyante en la sociedad. En el se observaron los prejuicios que atan y encadenan al hombre, la falsa moral con que se ocultan vicios y pasiones. j Al analizar a Rogelio Sinein, nuestros estudios abar- Icaron la fuerza intrinseca de su expresion, de su forma, hasta llegar a ese simbolo plurifac6tico caracteristico en el y que nos introduce en un mito que por su fuerza crea- dora forma ambiente a su obra. Tratando de hallar el nucleo de cristalizaci6n de la tematica de la narrativa de Sinein, se noto que el sexo constituye el punto central de los conflictos. Anotamos I que dentro de esta tematica predomina la acentuacion de lo psicologico, por lo que consideramos al autor aficionado a los asuntos freudianos, al subconsciente y al diagnostico psicoanalitico. Llegamos a sugerir que la contestaci6n a la pregunta que muchos se hacen de donde proviene esta 331 tendencia estetica de Sin&n de llevarlo todo hacia lo er6- tico y sensual, se halla en la influencia de su isla natlva Taboga, bella isla de sol, flores, esplendor, y paisaje sensual, donde el tr6pico pone 6xtasis en las miradas y en las bocas. Concluimos que la tem&tica social en Sin&n es, ante Itodo, problematica intelectual: en la mente humana est& todo el mai. Esta temitica lleva una censura directa o sugerida por el autor hacia una sociedad que mantiene des- criminacion racial, que es insensible al sufrimiento de otros, que no respeta la jerarquia de valores. Al ver como traza Sin&n sus tipos y caracteres se pudo notar que, en lugar de hacer preceder la acci6n con la des- cripcion del fisico de un personaje, de sus cualidades morales y psiquicas, de sus costunibres, el autor trabaja la accion y empieza a desarrollar su asunto. Nos introduce de entrada en el conflicto y deja que los caracteres vayan presentcindose y descubriendose por si mismos, mediante los actos que ejecutan, las palabras que pronuncian, los pensa- mientos que corren por sus mentes y los gestos que hacen. Esto se vio en particular en Plenilunio donde los propios personajes son los encargados de informar al lector sobre 332 sus vidas. Ya se vio como aqui el autor ingresa a su vez en la trama como un interlocutor m&s con quien los otros mantienen una prolongada conversacion en cuyo transcurso sobrevienen todas las incidencias de esta ficci6n literaria. Observamos como Sinan estci marcado en su creaci6n por el paisaje y la tierra en que naci6 y crecio, si bien, pudimos comprobar que Sinein, cuentista de viva imaginacion, no tiene el reposo del criollista. El paisaje y sobre todo su paisaje tropical, trasciende en la palpitaci6n fuerte- mente sensual que hay en su obra, en un compas mas r&pido que emigra y gira: denso hasta el dolor o transparente hasta el ensueno; es un paisaje universal del alma y del sexo en plenitud de vida. Anotamos que Sinan delimita dos clases de ambiente: uno, el exterior, el paisaje lleno de vida y de tradiciones familiares sencillas, y otro, el interior, el submundo que encontramos ser la segunda caracteristica peculiar de la obra narrativa de Sinein. Aunque comentamos que generalmente los escenarios de Sinein son autenticamente panamenos, hay que hacer la salve- dad de que existe en sus cuentos un marcado ambiente de cosmopolitismo. Este cosmopolitismo, que se advierte en 333 la tecnica de Sinein, es lo que lo identifica m&s como hoiribre preocupado por los menesteres panameftos e influido por su propia tierra. Una de las caracteristicas i r t c i s nota bles del Istmo, y que se discutio en este trabajo, es justa- mente, su cosmopolitismo, su situacion geogr&fica de "pais de transito" (palabras de Sin&n mismo), su calidad de albergue de todas las razas y todos los idiomas. Sinein no le teme a lo forcineo? antes bien lo busca y lo usa con tal acierto que logra enmarcar su obra dentro de la vida pana- mena. Con respecto al estilo de Sinein, notamos que en sus cuentos predomina el estilo confesional, el soliloquio. Nos preguntamos, al analizarlos, como llega a ese efecto y que recursos de tecnica o estilistica usa para conseguirlo. La contestacion que hallamos desde el punto de vista esti- listico es que emplea el monologo interior? desde el punto de vista de la expresion, la frase es corta, nerviosa, interrumpida. Cuando usa la tecnica del flujo de la con- ciencia entonces observamos un estilo de frases escritas I todas ellas corridas sin punto ni coma. Muchos de sus cuentos presentan una tecnica cinematografica, no solo por el montaje cuanto por el modo de llevar adelante el planta- miento psicologico. Se nota que esta caracteristica esta 334 realizada utilizando el recurso dram&tico del di&logo, si bien con una gran libertad, pues no siempre existe el intercambio r&pido de ideas entre quienes hablan, sino el monologo ya mencionado, dentro del cual surgen pasajes des- criptivos que alternan con otros de caracter narrativo. Sinein, como autor, no suele hablar. Hace hablar. Cualquier I isitio le sirve, sin necesidad de escenografia, para sus muftecos de guiftol: el los coloca, ellos van y hablan. En i los relatos aparece alternativamente un juego de vivencias, i |las que corresponden a la experiencia del momento del pro- tagonista y las que pasan por su mente sugeridas por aque- llos. Mantienese asi una tension que dramatiza las peripe- cias del cuento, tal como se vio en "A la orilla de las estatuas maduras" y en "La boina roja". En cuanto al uso de las im&genes, met&foras, y otras figuras de retorica, que hallamos en abundancia en la obra narrativa de Rogelio Sinan, se puede decir que son siempre I pintorescas, presentando las ideas de un modo agradable a la imaginacion. Por medio de ellas se hace que vivan las cosas sin vida, se da un alma a las cosas sin alma, movi- miento y accion a las cosas inertes. A traves de su prosa las encontramos transmitiendo al parrafo altura poetica. 335 Las figuras usadas por Sinlin, en particular la met&fora— que pasa a constituir su elemento ret6rico esencial— no son un mero adorno ornamental, sino modificaciones substanciales e Intimas del pensamiento. En la prosa de Sinein abundan los tropos y figuras que nacen a impulsos de su coraz6n y del acaloramiento de su fantasia. En su obra narrativa hemos destacado su pericia verbal, el regodeo en las formas bellas de la frase y cierto lujo estilistico conseguido por medio de la palabra brillante, y por medio del matiz y sonido de los vocablos, empleados frecuentemente con equi- voco escorzo de su sentido. Hemos hallado a Sinein cerebral e imaginativo, pero tambien candoroso y afectivo. Esta bipolarizacion innata entre esas dos fuerzas, hace que Sin&n tienda, a veces, a hacer poemas de sus relatos en prosa y otras veces tienda a despoetizar un poco su poesia. No hemos encontrado, sin embargo, que Sinein, ni la literatura panamefta, se hayan perjudicado por motivo de esta extrapolaci6n tecnica. Hemos pretendido dar, en la parte dedicada a la poesia de esta tesis, una imagen de lo que Sinein representa en la poesia de PanamS y en general en la poesia contemporSnea. En Onda, su primer libro de poesias, Sin&n se nos presents como el abanderado de la poesia vanguardista 336 en Panaitici. Onda es decisivo en la evoluci6n de la poesia panamefia. Significa la renovaci6n total de sus temas hacia una significacidn mSs universal y trascendente. No se puede catalogar Onda en ninguna de las tantas esteticas modernas aplic&ndole su correspondiente etiqueta de "futu- rismo, ultraismo, dadaismo, creacionismo", puesto que en Onda hay de todo esto. Su tono es multiforme. A veces procede el poeta alucinado como por una llamarada de sol, y a veces, pasado el bochorno de la canicula, va a sere- narse bajo el fresco v^spero. Cuando canta al sol se lo imagina en una multitud de aspectos diferentes. Ya es un pastor que conduce su rebafto de nubes o bien un rico seiior que esparce sobre los arboles sus moneditas de oro. A veces lo hace un viejo lamparero borracho de luz, y otras, un "s&tiro que atisba voluptuoso tras ninfas desnudas". En Onda todo es ilusi6n, perplejidad, asombro. Todo aparece aqui visto bajo otra forma y con pupilas nuevas. A veces llega a manifestarse ingenuo el poeta y otras veces, hermetico. Lo herm&tico se ve principalmente en la segunda parte del libro donde las im&genes cruzan en vuelo multi forme, como alas en retozo y como locos aviones en batalla. En Onda la sencillez habita una morada de met&foras compli- cadas y el lector no experimentado se confunde. En varios 337 de los poemas de Onda el poeta derrama sus sentlmientos con candorosidad, con una tierna dulzura, que pareciera que el escritor tuviera alma de nifio. Por eso, poseido de esa alma infantil, juega con las palabras y nos regala versos que son una maravilla de colores y melodias. Pero no todo el tiempo el poeta se nos presents poseedor de esa alma candorosa. Por el contrario, a menudo abandons esa es- piritualidad infantil y en alas del sensualismo viaja en- tonces su poesia. Sinein el sensual, sin embargo, sabe mantener la distancia para no caer en procacidades y si- tuarse en un piano de arte. Lo mas significativo de la poesia de Sinein, despues de decir que fue el innovador del vanguardismo en Panami, es aquello que le hace ser "personal" en la construcci6n de sus libros de poemas. Ha encontrado una interna trama para cada uno de sus libros. En Onda es la de dos curvas para- bolicas: una para cada una de las dos partes del libro. En otras palabras, Onda es realmente dos ondas, cada una con un ascenso y un descenso, con la mujer como centro de todo. Se ha hecho observar que Saloma sin salomar, publicado en 1969, con motivo del cuatrisesquicentenario de la 338 fundaci6n de la ciudad de Panami, es como una antologia de poemas sueltos, escritos en diversas ocasiones, diversos i lugares y diversos tiempos. Hay aqui anticipos no solo de nuevas formas, colores y sonidos sino tambien trasfondos sensoriales apenas vagamente presentidos en el campo ex perimental de los "nuevos". Sinein conserva en Saloma sin salomar la fresca originalidad, la audacia poetica, el impetu creador que se han hecho caracteristicas de su fe- cundidad imaginativa. Saloma sin salomar aparece plena de vida, rozagante de entusiasmos, de esencia lirica, del caliente hervor sanguineo de este "brujo de la literatura" transido de inagotables riquezas artisticas. Nos limitamos en el estudio de Saloma a hacer una especie de florilegio de cada uno de los poemas para dedi car mis tiempo a "Incendio", el poema principal de esta coleccion. "Incendio" es un poema en tres tiempos con respectivos epigrafes de la Divina Comedia. La selecci6n jde estos epigrafes, la armonia entre ellos y el contenido jde los versos que siguen, revelan en Sinin no solamente una robusta erudici6n sino tambiin la delicada sensibilidad y el tino con que sabe hacer uso de ella. La tecnica de estos versos no ha sido igualada, ni siquiera en la obra 339 posterior del mismo poeta. Y no es que sea la forma lo unico admirable en "Incendio", sino precisamente la com- penetraci6n o el ajuste de la forma al contenido, pues la impresion del fuego, y luego el agua de las mangueras, no se da est&ticamente, sino en el dinamismo con que se van captando, como un movimiento vivo. El poema es simb6lico a pesar de que llega a colindar con lo aleg6rico; cargado de met&foras se va desarrollando dentro de un clima caotico. I |Cada palabra tiene la atm6sfera afectiva que exige el logro I del tema y por lo tanto su alcance es efectivo. Atribuimos a Rogelio Sinan el uso e invenci6n para la poesia moderna del dialogo multiple de sentidos como expre- sion poetica. Di&logo este que incluye la patetica oracion (dialogo con Dios), el desdoblamiento del poeta en dos (di&logo consigo mismo), y el dialogo con los elementos (imprecaciones). Todos estos los utiliza Sinan en las par tes segunda y tercera de "Incendio". Al llegar a las conclusiones de Semana Santa en la niebla, tambien publicado en 1969, para el cuatrisesqui- centenario de Panama, hay que recordar lo que en Onda se hall6 como linea principal: las dos curvas parabolicas. Aqui, en Semana Santa en la niebla hallamos, aparte de 340 otros aspectos que bien pudieron analizarse pero que no eran del objeto de esta tesis, estos dos: 1°: es poesia onirica, y 2°: Sinan utiliza una tecnica que bien puede llamarse de los dos pianos. Es decir, Sinein, a pesar del titulo del libro y del de cada uno de los poemas que lo compone, no canta a la Biblia, ni siquiera a la pasi6n de iCristo. Sinein canta a la naturaleza. Pero todo el libro estci construido sobre el piano biblico del que se aparta en | muy pocas ocasiones. El otro piano es el de la naturaleza que Sinein canta. Taboga queda en el transfondo. Se ve, se sabe que es la Semana Santa de Taboga lo que el suefia. No lo dice con palabras, pero la describe en su muelle, en sus augustos atardeceres, en sus ceras, en su mar. Estos dos pianos van jugando un papel de paralelos en ocasiones y de fusion en otras. Hay veces en que sabemos que Sinan habla del sol y otras veces que habla de Cristo. I jPero hay veces en que no se sabe si Sinein est£ hablando de ! la Dolorosa o de la noche. Es decir que la trama interna de este libro es la de "los dos pianos". Una vez dicho esto de "los dos pianos", hay que enten- derlos dentro de lo onirico. El sueiio que da claridad nitida al libro, da tambien la clave de la explicaci6n 341 a lo que a veces pueda parecer confuso. Opinamos que la poesia de Sinein en Semana Santa en la niebla no puede clasificarse como "poesia a lo divino". En esto discrepamos con la opinion de Agustin del Saz, a quien se cito en la seccion del capitulo IV dedicada a Semana Santa en la niebla. El uso de los alejandrinos y las refe- irencias al piano biblico no es argumento suficiente. Le concedemos a Sinein una especial habilidad en el empleo y factura del alejandrino, especialmente en Semana I Santa en la niebla donde llego en una ocasion a completar uno utilizando solamente cuatro palabras: "Realizalo, dorada pupila matutina" (pag. 25). La reiterada novedad de fondo y forma hacen de Sinein un permanente marcador de nuevos rumbos artisticos. He aqui el milenario milagro biblico hecho carne y emocion en el cautivador embrujo de la espuma y de la arena, del sol i y del agua, vitalizadas de sensuales misterios. Incidentalmente se ha hecho resaltar en el an&lisis de este libro la abundancia de met&foras, acumuladas a veces, siempre ricas, originales, en ocasiones dificiles, otras veces audaces, y siempre bien estudiadas. Desde otro punto de vista hemos admitido que Sinein se nos muestra en su "dualidad doble". Decimos "dualidad 342 doble" porque se dan como dos dualidades. Una en cuanto a narrador y poeta y otra en cuanto a cerebral y afectivo. Ambas fuerzas— dos y dos— le dan (dentro de la linea a la que se siente vinculado y que le arranca de un vanguardismo hasta llevarle a veces a un supervanguardismo), el que a veces se nos aparezca como clasico. Sinein es un "culto" y esto le da sedimento para conservar una forma que le man- tiene en linea con una tendencia y que a la vez le detiene dentro de los ambitos de lo que se consideraria m&s perma- |nente y eterno. No es popular, es aristocrcitico en su | poesia, Rogelio Sinein es ante todo un poeta: arquitecto en sus estructuras, elevado en sus prosas, inspirado siempre. Aunque buen militante del vanguardismo no ha dejado arras- trarse demasiado lejos sino que ha buscado, en una metrica austera y clasica, un equilibrio. Y con esto ya decimos que Sin&n es el hombre del equilibrio. Rogelio Sinein, hombre de su tierra, no ha sido, sin embargo, dominado por el tropico. No es vasta, frondosa o desbordante su poesia. Haciendo uso de sus resortes naturales se ha valido, eso si, de un ambiente en constante ebullicion, para asignarle a su canto un Ccilido sabor de tierra vigorosa. Producto 343 de una autocritica y cultura rigurosa, sabe regular los elementos, sobreponerse al vertigo del paisaje, dando pri- macia a un afinado acento personal. Esto es todo lo que se ha pretendido hacer en esta tesis: sehalar la presencia de Rogelio Sin£n, como nove- lista, cuentista, ante todo como poeta. Seame permitido como ultima palabra de esta tesis decir que terminado mi trabajo, siento la alegria de haber empleado mi esfuerzo jcientifico en algo que pueda servir para ayudar a dar a conocer a Rogelio Sin&n como una figura relevante de las letras hispanoamericanas. BIBLIOGRAFIA 344 BIBLIOGRAFIA I. OBRAS DEL AUTOR (En orden de publicacion) A. Poesia Onda. Roma: Casa Editrice Italia, 1929. Saloma sin salomar. Panama: Ministerio de Educacion, 1969. Semana Santa en la niebla. Panama: Ministerio de Educa cion, 1969. B. 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Cuando los Idnsrccutrddm e y Innzatc n l nbism o per que salves a esta ave quc tu p rrc ip ita s te ... a v i o /, n U na luz rasga la noche trqw nnndo — arriba — nubcs. Pareccs estrclla en m archa, a vio n — p u p ila que subcs I T u ru id o — toques d e l vicsito ro to cn astillas p o r la bclice — sc esparce bebiendo m illa s hacia c l In fim to ... M iro : tu estrclla quc co n e loca y las quc apctias ru h la n . M i pensam icnto cclia a ancJar... dctras dc cunl? T ra s ninguna I M as arriba I M as arriba I. 361 a m a n e c e r F n l OQUECIOOS tic jiih it o — g o ta s t ic Im la in c s tA b le s — p a ja ro s in n u m e ra b le * e uo na n aus lo c a s tro m p c ta s I . . . Saludo a la bandera d el A lb a I .. . v i a ' j e L as nubes — escolorcs de cscuela elemental — ban tonmdo aut libros de luz y sc van... E l ca b a llo del vie n to las conduce •obre su lomo tierno. Y a »e van I Ea I E a I Y A d io s I les v a n dicicn d o con sus panuelos d e bum o las cb im cn cn s... 362 E l vicjo sol esta borracho de luz y licne s u s id to i } de nino «jue por travieso . ducrm e con i l suerio ifU )iiieto. Sc lc d e rratn a la lu z R o le.'unlole d e la boca... M ir a ..! M i'ra , corno caen al o rik i d e l rio Ins R o ta * !... (L n m p .ircro solitorio d e los dtas sc !i > d e tcn id o , c«w»3ado, r n e! M tv id ia n o .) Pobre vie jo ^ ‘ lam parero..*!* Se em borra clia con e l v in o de tu lu z y lo derrnm a to b re las aguas d el r io ... N o era acaso para el campo? 363 o j a * A l otrr> |«ido de t( h rillo M A ilh i I sera sol? * * (a y lra iis p .ire n c ia s de verdej) p t i . i to h u m a n o en m i venas m e accrca a t i, accrca a l a ve . R itm i) d c i ^ u j l , C a li m u s ic s . Y ya en nostalgias de vcrdes chap.dca «m It m i p u p iU I Si fin ra a si... Pero no I ic a ij'ii k io n c iio e ra ld a ... f r e s c u r a S e burlaUa c l su rtidor |a risa c a ii !o ahogaba I — ■ porque la llu v ia bajaba y el la J o v o lv ia a l S cn o r... 364 r i s t e z a E l vcrtic de los s.m cei »e d ilu y d cn cl ftfiuft. Ea p m n cUiridad «c Im w ittiste cid o por <u nucva to lo rn cio n de ronlva. e s t r e I I a s E n c l n rlm l dc la noetic cuclgan todas I Q u ie n las ira a cosechnr? N ada I quc por la manona vicn e c) ja rd in c ro — sol > conio ya cslnn m nduras las dcscuelga... ’ M ara villosa cosccha I L a s ESTRELLAS I Q uo ju go cla ro tendran I 365 senales de la noche A (raves de m i v e n ta iU I** lu m i quiebra el c m la l y vicne a b e sa r m i alm a a (rave s tie m i c ris ta !. E l c itlo tiene encondidas # f us ile n a litn i de luz y la lim a enviu a la tid a su vieja ta n c io h tie luz. Y p u rs m i vieja c.m cion Itn Iri/a J o m i iri» ta l sc lia n encendido h i in i alm a m as senates de c iis t.il. C ristides d r lu? de lu n a ! Cunu<m d r lu n x! C .m cioii que li.i c iu .t'iid iilo cslns pennies en in i vie jo c o rn /u rt... I m a n c h a de sol CAMPO (ravlesa, cansadd, con el hijo on el cundril la moza va hacia el Icjano cuchitril. E l sol coloca en los n rb o lv s ru s m oncditas dc oro. 0 Y c l n itio sucltn la lu cnte d c su llo ro ... L a rapaza saca c l seno ro7aK'inlc a sc lo d a r... E l hino brl>e. E lla rie. V cclm a n n d a r... 366 d a s a n a E l. n u r de la trii’ add , n iu e v e hoci:> acjm ... Itaciu a lia ... su dorado cnbello. Las in o ia s van p cinam lolo vlcpTcs m ie n tr.u canton su Llama de a inor. E l Sol — cn.nnor.ido p rin cip e azuI — Us tiem lc su capo hcclta de luz. l ie, t'ic I T ic , toe I sc cscuclian los to<]iirs f!t-| m achete... Salom a c l L o y c ro ... C rom atica m aftana sana, souricntv y ftueva 1 m ccido por c l v icn lo I (La bris.i chapalea dccnuda cr> la qucbrada) R o jo f V e rde I A m a rillo I C ondones I G rito s ! C a m p o l — L a coscchn. L a trilla . — H u rra ! H u rra , m uchacha s! C o m o rie la V id a l 2tf balada del seno desnudo — M a v .o s I. . M i'r a l. . T a n t o s f. . , O lif . . UrtQ m nd u ro .. I (D it* uti hciJjo. .. y n aliose su 3 rn o t d r a n u d o f) Y o s.tlie d e l orbol I U p il. . T u n I.. (Q ue r u d o l) P or m iru r de ccrca su seno d e s n u d o I M e m iro nsustnclaf C u b r io ... !o que pudo y ... h ;« y o !... Q ue robaba ?. Su seno desn udo 1 L c ja m t... !eja«ia... m e e n vio su saludo. (Y o seguta m ir m do •u seno desn udo I) P e rfum e sllvestre de rn«m goj ntnJuros, fjo r quc m e recuerdas • u seno d e sn u d o ? ... 368 e r n u r a Bajo I.i sombru rle lu alma ** h * cscotulido m i rrctmrdo. Lo so l Lo sc! Me )o diccn Ins ojos, ncgroi do sombrns, y tus manos. doudc vihra la caricia. Eres scrcna, Frcs frcsca y crcs pura como r ! agun dc la fucnle. ^ dulcc como l.is Irut.u, Y tierna como tus unnos liechns para la lornu- Lo caricia dc tus ojos tionc frrscurn dc almondro. Lo se \ Bajo lu mirada se hn csm ndiJo m i rccuerdol... n q u i e t u d E l SOLt... E l S o il A purtatel M iralo Ian ufano kcsdndote cl cabello, las sienes y las man os t C u id a da t... Espnnta al A iic I Sc ha cicondido cn lu seno para estar picotcando (yoloso!) frutos liuenos I Y , sobre L< ■ .delta I si le m ira el rspejo, portpie puedc LcImtsc, stdicuto, (u reflejo I 369 k o d a k E t sol te d id un p e d s io dc lu z ; y p o r tu cuerpo d cm u d o co rie ti c la ro t • re liim b rc t d c desierto. Pcrsisic asi { T ra n q u il* I D cioo prahar tu im ngen eolenda <n m i p u p il* I f'n ta tu .i..! E re* estatua de picd ra carnal I 5: quiercs, s u b : a m i a lm a : s e ri b u cn pedestal I S tl... S u b e t... P cro, m tra l no despiertcs sus alas porquc echaria * v o la r I 370 e p I g r a m a • A n c i. 6 la barca tie mis beaoa * en cl ronr tie tus o jo i, y (ue co m oiiin etemo vaiven bajo la noche nucitro claro rcmanso. Y o to y m a rin o expcrto sobre la barca aercna de m is besos. Y m i caricia vib ra sobre lu cuerpo com o b ru ju la loca q ue inarca ru m bo in c ic rto ... T e rtiu ra soy e n .tf pero es m i vid a * la que te quiero d ir , (La barca de m il besos ondea sedient* a l p u e rto ...) P orque tu eres m i carne y y o soy carne tu y a ( cuan do m i barca a rrive cantaran los deleites A le lu y a l A le lu y a ... f 371 U I I D*|* 4M duttM ■ i p«li*iiW«l> I COMO un*nino que — - dorm ido — ic ha quedado c ii el camino yo arrullu a tu pensamiento. L o a rru llo ... N o lo d c ip ie rto . Pero prcsiento que tig o m i camino *— corno u u loco — a rru llitn d o a un nino m u e rto ! TKAjE a li m i soledad pata que le dieras alm a. Pero la dejaste sola cn el ca m in o ; que to la ' dejaste m i soledad... ( (I'ensar que la tra je a t i para que le dieras alm a I) 372 d i s t a n c i a E x vie n to d e l recuerdo h a ila U o rilla de it via ja m i» hojas... Y te m iro d itU uite — m u je r de otros ciudadea y de olroa horizontea — com o una ala que Kuye I h u m o E n el K ilo d c la auscncia titn d o n accar ' r l panuelo de m i alm a, h u tncdo de a m o r. • IV r o e l hum o d e l iccu crd o — que sc d e ip re n d e -• m e em briaga I Y le c o jo in i panuelo para respirar — a l menoa — el recuerdo d e lo que fuera fragancia. 373 i n e r c i a V lV lK s u fric n d o rccios em pujes de la V id e »m j'c rp lrjilid .-v l. .V ec.m iz.ir e l a lm a . Y p a ia r rJundo tum b os <le ogttilo d o lorida pnlp.tndo lo im pnsible d e l c o ra z jn cn calm a. D cjar q u ic la ‘ fa vid a . M iia rla com o ahismo que te dcbe evitar. N i se n tir... N i desear... Y volcar toda el a lm a d c n lro noso tto* m is m o i d e j/vid o que desborde com o tro in b a de m ar. L u rc u echarae a la o rilla despreocupadam ente vicn do pasar c! agua torrentosa d e l M u n d o y o n espcrar estoicos que *ilcnsiosam cn!e se accrque a convidarnos la d el aueno profundo. exhort a c i o n D esata. corazco. lu pena y z*rpaf con rumbo Imcla « 'r.u boras y hacta otros h o ri/im tea de amor. No sigas aiendo (in nino. R eflexions I l e enganaln tu mundo de iluaionea y ahora U realidad fuc vionio que d i‘ j>ers6 laa hojaa de tu vivir. Quednste como <rbo) en invierno: soliiario y doliceite. Deaarnaira tu loco dolor y alza las alas en busca dc otroa diss y en busca de otro clato dc amanecer. E ljva tc I Desata lu inquietud e indaga. eactuta I am perplcjilidad . la m ta am la que ha de llevnrte al bien y a la eonaolaetdn... CLAROR.. I F rio !... L o manana ce is o m i a mi ventana! V id a nueva!... Me eapanta lo que pcrsiste. Canta mutica de Irompetat cl eje en las carretas que van hacia las eras! Corazdn, lu que esperas? F^paue tu dolor y bebe nuevo amor que todo renaccr ea un amanccer... I (1927-1929) X t Q S A t MA que m ira 'la estrella. E stre lla qu e m ira Talm a. Cu.H ita cum pM ietrncion eu tre l<t estre lla y el alm a I N u che a n o ch c... C om o u n Astasia c u n trm p la tiv o , in decib le... P c ro solo com o un cstatie. Q iie en c l h ilo vilirm ln r tic Ute in irm lu t k m eet e l nve <le lo iui|M>aiblc I 376 ri ' e r c i a D fjo in i cucrpo iuerte bajo c l a l* de un arbol. D - l in fin ito vicne — cndena de silencios — la soleda y m e o v illa . Los goznes d e l J u i g ira n ... La tarde — som bra y calm a — — co lla r de lontananza* — alarg.i sus s ilu e tis ... M e abraza — ens.m grcntadas las m anos — e l tnunonto La ronda de m o n tA n as pone alas a m i anlieto de panoram as. Parten hacia ellos los scndero*. De pronto — bestia n rg ra — la noche za s! de un salio rauerde el seno a la tarde I La vid a liu y e ... P rofundo ciiencio beta soinbras en paz. V dentro a in i alm a se enaancha on e$p:ra1es d c bea'.itud, la tiilru a ... 377 U I t i m s o Sc cliK iyo alnrgando •u •a n g rc panoram as, y to d ** I<i9 camp.in.79 dcvan aro ti c l A n ic iu s L 0 9 a rid o t •cndcros fc f»< ro n ... Dc rcxlil! as In* icrcHi rogaiivas los nrbolcs. V , t ! vicn to , — in.is L 'jrn o . m is contcnfo — itn ti6 « r in*’l.inc5!ico y aroinp'.n.V a las m tbcs — |v»hrccit.ii I o l Irm p lo ... n o c t u r n o C t JA a lb a — tra z o a u d a z — s o b re u n c m b o z o dc* n o c h c rc m b r.in c s c .i, a lz .i y c m p u ja In lu n o t u nrcoidal — d u b ln d a n g u ja — p iru c tn d c C b arJol — * * C irco » — en re p o s o . Fnntnsm as — arbolcdaa — fto z o y trozo. m a s bien decoration — n n tro ^ le bruja — pro>cctn su g c n til s m trta cs'Jruia la parte dc jardi'n q u e , li'-n d o , g o/o. In ! •u a vc c r n jjn c io n dc frnnda y cjelo con rin s in V ti ojo — rn d o 9 — sorbs ram p nnte. Y rnientrnn tc in fm ita 9111 rccclo m i soinbra tin co in jM * * — recuerdo durico — — yo sigo c n nctitud d c cincfante ru m in n d o m i •ilc n c io p ita g o rico ... 378 n o c t u r n o 2° S u a v jz a la luiM su gracm enire piitoa liilitJ o s . Pcrsisten Q itentonas albas en r ilm o d c h in o jo s , N i bianco. N i rojo. Constancia dc m usica fllnda se cnhebran cn suave penum bra foltajes. Y v ib ra im preciso el percm ne s e g u i r d e l riachuelo. 379 h i I v a n V Dt.i/fnrAMENTK r l alma d u itr u do nd, Jejuna de (into am or, poem atizaba su aotedud. (B cbia In sensacioti de quo so habia jila sn n a lo e ii un cristal l.t KCedu su til .'c l co ra zo n !) • la s ojos c n c o m lirr o n I. jiu u iu io n te — C».k • e n .il o c e .itiii.i »! • m ;or. V e rdeuron l u t p u p ila s e n u n ;i *o !a f la m * s im b o lic a . I'u e u n s in n o ! pe«o le i e n tu a o]o» q u o »n :|iu lil» !c iiK 4 ile M‘ m l--b ra n .i la soda d. lu v iv ir O il tiil D cb ta scf I NucHtfUH 4lllllrtS yu o>o k C iu — de antiguo — m i n-ndcrizacion. V al vof que le ucetcabas cn trcto ji m i v id n soleada en el cam ino com o uu K rico liilv .rtl o ro m o una c a n c io n ... 380 O j O S Vt.HUKS.1 .Soli Y Solo (1 3 1 f V»l>r;u»f Sonris.i de cm npo iv n tr o del npua * IV ije rn a m i 3ilut:la n ll.i cn cl foudo, pa fp ita n te . so n ric n le ... Fill panoram a t«iml>iei» li. ilr n . lo p a liiM V ., E n fin I re fle jo dc n lm n cn pup ila y solire la ond.i — frr'c u ra t — e l rj'd o y yn. Prro jrju e ! todu la vifla haeia alia d c n tro d r It — Irja n fa f — S o lo cn m i o rilla lo triste —• ay, corno d u rle lo que h u y e ! — que en sti cam pnna repica : ml io* ! adios I In fm ito f... similitud: verde-malva T lE N E N U t a gu aa d e l rio In m ira d a q u e lu lie n e s : V e r d e - M a l v a . Ilu tio n . S im ilitu d de m iradua que lie n rn alm a : C anci6n I ( . . u n d o m e in ira a e u ir ie n la a a g u a a d e l n o ; q u e tic n e n la m ira d a q u e t i i tic n c a : V i '. r i» e-M ai.v a . 381 te o re m a de la im a g e n No eras lf> roso eras au reflejo rn el no tu... Quawlo le mire le m i »I;i!j.is. Peru jcjue! • i n o eras tu , y«i sc yo que era It im/'gen In que vibrnbn cn lo azul. ( In ro<tn In imngcn Q tiieti ern : Lit rota? o T U ? n c i o n M l cnnciln — ave He m arl — . le llevn tiempre en tu t alas I I Loca I R lpida I — Anhelar I — dretro del vienlo... y adoode? A l infinite... Canllndo ton In recuerdo en I n alee I Cor In la nubc — en el mar. C ira volando — en el campo. F lrd n loca I A re de mar I te (leva tiempre en tu t alael Ra*ga el etpaciol A leteal — Con el recuerdo? — Contigol — Volando? — N ot MucKo m il l — Pero hacia cKnde?... — T e Hew le lleva tiempre en laa alaal N o e i (an in in e m a m i alma que no la pucd a* I lev or dentro We 11, com o cn m f vive lu im a g c n : esencia d * In v iv ir. S o llo ia r de lo que n o cs p lc n itu d l C iro v a g a r: c o r* ro n ! A m a n e e c r: ju v c n tu d l lm .*«inar de e x i'tc n c t* que vicne y va com o m a r!... Disolucidn . del sonar! AddciJe iri m ' vivir : Dentro de tf> Dentro • ml? Uevalo lu que el camino ya »e no* kixo cantar I... 383 b o c e t o LliCHA de hoja que e l viento — ai m uerto aun palpitante — bace viajar en circulo no dcfaiido, opaco. Ni vidrio ni viiion liiiiip u e n u d i pero ei algo que vibra tin definirae en musica. Mae bien alma que vive nu lo real amo el aueno dc lo que ba de vivir. Sueno n o apcrcib ido pero aieinpre constante com o e l m a r, com o e l n o ... Quuae at!, en boccto, lo que lu erea — ain aeilo y ain dejar de aerlo — la lv n ... loque 0 0 So&RE tu frond* — lo frig il I •un p it * y deja mi brita •u anguatiada paUbni de caueancio. N o cke y dta e !U eetuvo c a u tin d o le • tu * hojaa pero hacta aquf, bacia a l ii v o lv U n e lla * la frente y refan locaa. Canaado —- vela • ! vie n to que m a rin o recoge — a in f la tra jc I A k . pero y o eabia que tu tic rra era b la n d * I Y o ta b ia que tu tierra tenCa eed de lo m io I Y h u n d i bien m i aim iente —- fu tu ra lu z c n cuerpo — a lii pro fu n d a t N o m uerte fu e ; que goce. Y asi — p r iil..................»«« de lo que a.*y \ — •era — si t * — e n u n tiem pu n iojor nueatra coaecka I 385 teorema de la curva e n movi m ien to i . La alcobc (nido en penumbra lecho a la turca cojme#...) iniraba lu deanudes cnlre U danza hacia ml. J’Liiticos toque* de rojo, la eonrisa, a lua labioa ae colgaba. \ • ... Gira. girandula loca...a canlabaa. Y enloquecfaa cn ew canto ritual. Te agitaba cl vihramiento de (u cuerpo) dgKanaabat.' Pauia j Un bean y olro cn tl aquf y alU como puntoa a tu danza eapiritual... I I . Con la teorfa mcompreneible de lo# miemhroe me e*plicab*a lu idea arrflmica en el rftmo eoreogrAfico. Era nueva eta pafabra hacia ml. Y en la nntena de mi# ojol ae enrredaba la teorfa. C6mo buseaba mi eeptnlli la compreneidn en lu nuevo aigno de c o re o in ffii... III. Song : In# ortd/i* del canto •e de#lizal>a el.encanto de tu cuerpo... Y lleg/iba a mi el perfume dorado de tu# cabello#. A mi ntencidn — toda en tf • — fu^ enrrulnndn»e tu estltica (rn rn e , color, ritrnn, inuaica, fibrn mnfftiltiea) A lfm l vino a mf el conocimiento y comprendf •obre tu desnudo cuerpo la teorfa de la curve en mOvimientol 6 4 0 9 386 » • p e r p I e j i d a.d Rfccocj L»« p*l.»bcae que me dieron lu« ojot e bice up u a lo de amor p a n lua labioe. Seria liemo y alegre al brour de ti m U m i) o eerie de dolor) Todo pon(a le dude I ^ Cuando lo hictcte errullo para ml, las pafRbrae revoloiearon locae... F.ran mfaa) Eran tuyaa) No noe reconoeiernn f Ya eran vocet perdidae en la noche •in m de nueetrae almas I 387 p e r s ' i s t e n c i a Lo liemo, y * sin lumbre, ee diluyd cn lo bianco; y, cl comprcnder, quedimoc pctplejos contemplendo — tu cn m l, yo cn li — le lejanU tin «!m« I Algo cantabe cerce — prof undo I — de nosolro*. Gentebe..* Ere cl ecorde dormido cn le guiterre de nueslro emor. Le dude — luye) m fe) — No quito deciruoa que tic ritmo — consume — ere elgo nueslro. N i yu le conocfa. N i lu rue recordaUts. Y la blanca huiufreda — recuerdo) au^eficia) nada) — nos scparo borrandonoe. Le intbla — eun — del recuerdo nos sigue, noa aplasle. Roiiiperla) DUiperLi? no Kay fuerie. Scguira — cornu e j —» el infmilo... dense I 388 r a n . s i t o L a eutencia »e hizo e tp icio y habit6 entre nniotroe. D e b fi. Pot I n eeAalee n ln r iM que encarnatte. Puaiete cn fni centir eta palabra que n o entendid m i e tpfritu, y L vi»i5n que tuve de tf M de contra etc. T u * nueva* inccndiaron U imaged — alborada — qua de tl vivia en n il, , y fu£ vox de otra imagen que yo no conocU lo que gut|>e6 en cl bronce de m i alma reciamentc... ‘I’an recio, que la cnda — trizada cn muchae ondaa —- no dcbio »u hor'ui-nte I Y ad (tie que — avc trifle — ■ m i vida echa «u vuelo al infinite loca I J 7 1 389 c a n c i o n 3° pALABRA q u e Irn e i n tie n lo • cfitnron q u e *e r r o p in a ' para m tra r — lo c o tn le n fo I — v id n q u e le jo t c a m m a . P a IM i m q u e a m i co nte nt® ( • t in t in ' r l n la , le in c lln a * vftm icA — p j n r o a ! v ic tito q u e t* je « lnti*A e n coI w ia i, Grnno en tu pico In vida viene« en alma a aetnbrar... A h , si pudiera miiaf la tuya... Cierta? Fingida) A u i l ;*s p n ! p : t J f — r.u ...;.v» d«: «•’/.> A n h e l.i - — lirji** ‘ .l»r dc cni;t«ir y 5 *w !is > 7 .« r i!c v ilu tc K i! . . . C e n to rc d e jo en e! m a r — i <:c lur.fi qua j:t!a — A'ibmr.Ju tu e stcla so bre »ni v ic k -p k .v n . r f... 390 a n c o n Ic o *VJ\ Jo suave <:» cltvr- \ • : . pen^ada. S-jro • ta ft / •.:ra sj — s: no s.c-"!.o. si la i.nrcal — - centra oci c^r.to prrrero. Lz v**.'.-? -;t \ t cn !j rto.tdu. L V j . . p : . : n t e . P r o * 7 ’. c . .Am:;!t»ti d-! rr.orr.n fcldo — ' jy-'jr — . Y lo bianco r * • p!a?a. C o m o sunr*.. porque ya no !a dice, !a \ s * rtta e rc e en c ! a ^ u a la onda o.*: r.o far. Seri s ' ^ an’ t x lo r L/> in a ctive que sc contempla lejano y def.tro a — ay lejar.k ! — Todo ia rn!.»rr»g ! Ilusicr.!... 391 m a n e c e r fU'MANfccF. c l ju h ila r d c n iU Uir.9 ya olvul.'.<toj co n la c l.ira , llc rn a y ju r a fre a c u n dc c jte grnn uol ro jo I ro jo I que rc to rn a !... Siluctiii dc monstnios'— ramas y hojcu — que ■« agitfantan y uchican... E tccn a rio dc que Iraytdiil? Oh I El viento parece que ha renacido) Sera el viento) o la briia) Y mi cspiritu retoza dentro de ml hacia tl girando; Campana I oca I 392 a n h e I o f i n a l O h !... Probar e l d c lc ite (si pudiera olvidaxte) de volver a q u r r r r te l. .. T l APfiNDICE B COPIA DE SALOMA SIN SALOMAR 393 394 rogelio sinan P A N A M A 19 6 9 395 P O E T I C A Ni recta ni curva, tu senda, saloma, persiga el hallazgo. Construye tu vida hacia dentro y estudia, faceta a faceta, tu areilla, tu sombra, tu imagen. Delgada la masa, maleable, materia sera, trampolin para el salto seguro. Parabolico salto perfecto, pues saldras -Afrodita- del mar de ti misma, sin mancha, callada, sublime... 9 I 396 l i V I G I L I A DE LA S A N G R E Te has hundido en mis venas nutriendolas de ytxlo por sencillo milagro: tu mejilla en mi mano. Y he levantado el ancla para surcar la noche salomando banderas y mordiendo el espacio. \ jQue dolorosamente crece, dentro, una imagen, a medida que la otra disminuve en el ticmpo! Y el oleaje de sangre palpitantc y salada me sacude, me azota, me sumerge en silencios. Inevitablemente dejo caer mis velas refrescando desiertos y superando labios. Y reclino las jarcias deletreando bonanzas, pero el oceano hierve noscalgico de abrazos. Se adelgazan las sombras fijando una esperanza que ofrece, pequenitas, las estrellas del goce. Y, apartando vigilias, quizas ancle en el sueno con el mastil clavado vanamente en la .noche. 10 397 J U B IL O Y S U P L IC A Tiernos soles benignos han rasgado la niebla y esta vigilia ahuyenta mil temores ocultos. jYa te he vencido, noche, y en plenitud de vida puedo Janzar mis flechas hacia oceanos posibles! jHoy es, oh mar, el alba! jPregonemos el jubilo! i Barcos, pajaros, rocas, vuelvo a estar con ustedes! jMiradme transparente, cristalizado, exangiie de tanta vena abierta para dar paso al grito! iQue sacudan las torres sus ramazones petreas! i A vuelo las montanas! jQue repiquen las nubes! jYa no habra espinos sordos triturando mi angustia ni torrentes de sombras aullando bajo el sueno! jPor fin, ya germinado de mi mismo y del miedo me hundire en Ios poemas que tu presencia augura! 11 S E G U IR E M O S A N D A N D O 398 Pensativos de sombra, mas altos que la vida nos ha visto la noche boca a boca en la niebla. Me bebi tu silencio. Te bebiste mi angustia, y hemos quedado tenues, sofocados de miedo. Nos avento de golpe marcha atras la borrasca de endurecidas bocas rugiendo en espirales. Lo que fui -lo que fuimos- determinadamente: gotas de agua en suspenso, deseo trunco. Tu sabes. (Jn ilusorio grito desde el fondo, clavado mas alia del espacio, de la voz y del goce; mudas hojas al viento, suplicantes de rumbo; manos ciegas de gesto; conceptos sin soporte. Ya a orillas del espectro suspend! tu pi esencia y el alarido incierto se desgajo trotando. Gota fresca en mi sangre, te diluiste en ondas, y susurre callado: “jSeguii’emos andando!” TRANSPARENCY DEL HOMBRE Porque olvido mis suenos y mi sombva, soy un hombre desnudo, transparent. £De alambre o de cristales? Mas absti acto. Humo de ideas, proyecto, c -o s a increada. jQue grave soledad la de esta angustia de ser sin que te sientan, ojos, boeas! Pasan al lado tuyo. Se estremecen al sentir algo extrano. Luego jnada! Vas por calles y pueblos y amigos y ni el arbol ni el pajaro te crecen dentro del canto que enjaulo tu anhelo. Te presento a un amigo. iQuien? Es ese que no se siente y pasa y se disuelve. Gritas, y ni la imagen de tu grito te da el espejo de tu voz. Se quiebra. Faltara un Prometeo que te modele de pura tierra y de sudor rugiendo. Seras de nuevo arcilla. No te olvides que la estatua del procer fue moldeada quemando ideas y mancillando vidas. Seguiras existiendo, humo, eter, nada, del brazo de la nube y de tu sangre. Poseelas. No es incesto. Engendra vida. Tus hijos han de ser la transparencia de aquel cuyo machete levantado debe tallar el rostro del espanto. I ! A N G U S T I A 400 Todas las inquietudes del desierto han avanzado eon una sola palabra que no salva. Siento que mis afeetos van cayendo sobre una tierra laminada de sol. Esta niebla tan dura no la han mirailo nunca otros inviernos. Porque todo tenia la mirada de los ultimos lagos y de los pinos que desaparecieron a la espalda del viaje. Solo ahora se ha dormido mi persistencia bajo cielos sin nombre. Mi tacto esta diciendo su palabra de alerta. Ruptura de compases. Norte y Sur sin veleta. Derrumbamiento de todos los afeetos indeeisos. Todas las alas del vuelo se doblaran aullando bajo la ultima sombra de este olvido. . , !-l 401 L U J U R I A jQue sensacion de circulos violeta. de curvas en camino hacia si mismas, de formas sin conciencia infinitadas. Las manos del deseo se preeipitan hacia mi centro. Oye este grito sin voz de las pupilas que estan mirando formas que crea mi sexo. Oye este grito: “iDe donde chupan savia estas felinas garras que todo lo salpican con mi sangre?” Se agrandan y evaporan desde mi hasta mi mismo en la distancia todas las espirales ya sin forma. ^Para que tanta curva inaferrable? ;Ah como se degiiellan las angustias contra los muros de estas sombras vagas! ^En donde estan las manos que sepan crear la forma a mi deseo? Para que se diluyan los fantasmas asesino mi sexo en las tinieblas. 15 402 PRESENTIMIENTO E IN V IT A C IO N A LA H U M ILD A D Siento que la campana se renueva por cada rama que la tarde quiebra; que el sol se partira cada manana como lago sin sal y sin enigmas. De cada rama que salpica en llanto la fruta colgara desfallccida; si el minutero no me da su olvido yo dejare mi olvido en el olvido. Ver que las sombras pasan sin cloblarse serenamente solas y sin treguas; la tregua que me dan las esperanzas es la tregua del arbol sin estrellas. Que canten ya las torres. Que dcspejen de tanto llanto su armazon inutil; la gloria que me dieron cuatro cantos lue la gloria del ultimo saludo. Ser com o el arbol que se olvida siempre de su inmortalidad tan decantada. Ser la hora que no vive una sola hora y saber que las hojas, si caen, pierden su pasaporte para toda rama. Volver a un punto mismo de partida ya infinitado en el cristal del goce. Ponerse en comunion con el raeimo, con la nube y el mar y otras cosas. Y ya que todo es canto y muerte y humo. ;que placer en otono hacer cl viaje de la hoja que se va rapida y triste! 16 403 H A C I A A D E N T R O : cspera I iAun no lo miras acercarse, oh alma, por el desierto de los c h 'a s sin nombre? Lanzaremos al sol -flccha de voces- nuestra saloma para que lo aliente. II Tu y yo juntos aqul sobre la cumbre. Las manos en la frente, los ojos en la sombra, infinitados. . . I I I Hubo en el fondo de lo nuestro un dia pequeiio ya. Nosotros, alma, en esa hora nos conociamos mal. jCuanto sol sin su tierra! jCuantes dias sin respuesta! jPero ya florecio para lo nuestro el alba! Y estamos aqui juntos y pensados a la orilla del ser. IV jPolvo de sol ya maduro! jNieblas de noche sin hambrel jOlor a sombra quemada! 17 j 404 i i S ED (AluviOn de alas blancas cayendo sobre mis horizontes indecisos). Mirare la corriente de las horas dobladas en que la sed de estrellas enarbolo mis ansias. En ese amanecer vaho de fantasmas puso sales de mar en mis pupilas. “jClaro de Dios!” “jClaro de Dios!” pidieron mis dedos ya en derrota. Pero no se trizaron los cielos inclementes y alii quedo mi anhelo con las alas en ruego esperanzado. Oh, solo me quedaron de la aurora siete colores tibios y algun verso de plumas. Para lo que no vino, hablo mi carne. Y fue su voz clamor: Desata mi inquietud, Signo de esperas. 18 405 R E T O R N O Y P R O F E C IA Corceles que cabalgan por mi sueno con precipitacion de marejada remanecen abril a mi risueiio. Por nueva savia y alba remojada volvera a mis auroras -me parece- la musica que anduvo ya alejada. Tiempos de sol, cuando el aroma crece y salpica el cristal trozos de nube bajo la encina parda que se mece. Tiempos de soledad, donde se sube para robar luceros, la conciencia -desnuda pierna y alma de querube-. Y volvera para la amada ciencia la delgada ninez del seno inquieto y la ingenua pureza de creencia. Florec-eran bajo el antiguo abeto las que ame tanto -flores- y habra mieles para las abejitas del Imeto. Y sera bien de Dios si aquellas hieles que ya conozco se disuelven. Siempre sere buen hijo de la gran Cibeles. 19 406 MI DOBLE MALO SE MUERE Yo me aleje de mi mismo de mi doble que tenia su rumbo en estrella fija. Pupila verde me lleva -me llevaba- hacia presente esmeralda embvavecido. En ese mar -empapada- iucha, yerta, mi nostalgia contra ola y pez que devoran. jMira mi ser desdoblado! El uno ya esta dormido. El otro sigue luchando. ^Como hacerlo revivir? Ala que ya no palpita. Pupila muda de luz. Palabra como la nube sin su nota. o muerto lo mismo. 20 Baja y sube mi nostalgia -niiio reciente- sobre el regazo de la mar tan gravida. Mi doble *el malo- luchando contra la ola y contra el pez apuiiala mi nostalgia. jMuerelo, flecha de luz! Triza mi doble, para que encuentre su estrella -rumbo fijo- el otro, mi nino tan puro y angel. Jarifa enloquecida y pesarosa, mi musa, en la manigua sofocante del tropico, se afana por que cante la angustia que la oprime, dolorosa. Si del anhelo en lucha surge airosa la renovada forma edificante dare por historiado tod j instante de esteril vanagloria candorosa. iQue bien cuando la lirica campana de mi palabra ondule banderolas hacia barcos y soles del manana! Seran, para mis ultimas cabriolas, gloriosa exaltation y aurora rana los proximos virajes ya sin olas. M U R A N O 409 Murano ya mi mente, hoja delgada de pensamiento y sangre, vena a vena salpica en ritmo, mistiea, serena su lirica pasion crista) izada. De cada golpe en plenitud alzada que el yunque en el espacio desenfrena desdoblara cada ola su cadena y el arbol-dios cielizara su espada. Roja de triunfo el hacha del espanto luceros echara campana abajo. Todo angel blandira filo de canto y solo tu, delgada, tajo a tajo, salomaras la plenitud del llanto con resonancia y tumbos de badr jo. 23 R U P T U R A Y L E J A N I A 410 Rompiste -lloro y suplica- hacia meta benigna tus amarras postrimeras, y del oleaje a estelas ya ligeras bebi, solo, visiones de poeta. Enloquecida al viento, mi veleta sur y oeste de aguas lisonjeras buscaba entre mis iagrimas sinceras la noche que me vio sin alma quieta. i Que triste aquella huella que en la arena deja el que parte y pisa el que se queda mientras aqui y alia muerde la pena! En tanto, el mar, de su recuerdo enreda solo un p o c -o de espuma en la cadena del tiempo, que al nacer es ya humareda. 24 411 P O E M A DEL V I A J E Diametro de mar y cielo en circuit) de horizonte exacto siempre y eterno. Errando en viento de hielo me estan creciendo las alas, y aullando se van mis ojos tras una huella de puertos. Cada cadena del barco es un pedazo de estrella. Miradas de rumbo ciego y suciedumbre de pueblos. Peces que la nave lanza en busca de una notic-ia. Algas marinas qne traen grato recuerdo de montes y de rusias ignoradas. Entre el sueno y la palabra me voy embriagando de olas. Y el canto de las sirenas me hallara sobre algun puerto, escalando humo de fabricas o repasando horizontes. 25 G I R A N D U L A : (tarde) 412 Precipito en estrellas y en mar y en claveles la exactitud dormida. Violeta florescencia abrio su canto, y en el alero pusieron rezo las sombras ya olvidadas. ;Todo se fue en cristales! Sonrisas en el agua y en cada rama suave aleteo cansado. Las nubes, obstinadas, aun recogian los despojos del viento y el recuerdo del penultimo canto ebrio de sol. 26 413 LOS OJOS EN LA CALLE BAJO LA LLU V IA Huele a pared lamida por ubres y mugidos este mapa ilusorio salpicado de estrellas, y la calle, inundada de pupilas de ninos, va nutriendo de polvo sus mejores culebras. Pasaporte de patios para la mar, el fango deshilvana pronosticos en. plenitud de fabulas, y los aros del miedo precipitan, aullando, funerales de citas y blasfemias mojadas. Trota, oceanico, el eco vaporoso del grito; brilla, angelico, el halo de las olas elasticas, y un redoble de circos humedece el anillo de los faros desnudos, ateridos de lagrimas. La faena, aliuyentada, desaloja eabriol&s derramando lueiernagas y paraguas al charco; y el carbon apagado de alguna voz, pregona cuatro senos maduros por dos o tres centavos. 37 414 P R E L U D I O : sueno Blanco y azul rio sin canto y polvareda de sueno. Desdibujado ya el ritmo sobre el agua, y (acaso sin estrellas ni ramajes) el cielo, ya delgado. Velamenes sin barca y sin graznidos en vuelo hacia lo ignoto. Y, bajo el m ar... . . . diluvio de inquietudes. (el mar: juegos tie luz sonrisas.. . ) 28 415 C O M P R A * Con el oro de la tarde eompro el Seiior un lucero. Por eso brilla en el cielo el lucero de la tarde. 29 A RC O IR IS 416 Paso la lluvia. jPUREZA! Bajo el arco de colores la bolita de la tierra gira fresca. 30 M A R I P O S A S 417 Ellas van. . . Ellas van. . . Puntos que pasan para frases no dichas ni pensadas. . . Ellas van. . . Ellas van. . . Manos del viento las llevan. . , MARIPOSAS de vida fragil y verdes alas tremulas... 31 E S T R E L L A E R R A N T E 418 La noche se asoma, tacta, y echa a volar una estrella. . . La paloma de Noe? A toear las rosas viene el campanero del alba. ;Qne sonido nacar hiende el aire por la mananal r S O N A T A 420 Cada estrella caida en el agua disuelve su angustia en todos los oceanos que me conocen. De vaguedades ciertas se caen las hojas, peces que me han tie ahogar. Asi me duermen definitivamente todas las manos que amo. Dejare que se vaya bajo la sombra -para evitar la asfixia- todo mi itinerario de inquietudes. Si la estrella es esteril me bebere su jugo. Y he de seguir esteril -como la estrella- hacia mi ultimo otoho. 421 I N F A N C I A Infancia clara pasada entre barriles y hongos y aros de bicicletas, cuando, corriendo entre hojas, el alma era mas blanda y el camino era savia. . . Cada caida al margen de la dicha era una danza de sangre y de gritos mientras el viento promovia un levantamiento de ramas bajo el imperialismo de los troncos que no dan paso al ritmo. Era el entierro de las cosas inutiles con palabras y flores ordenadas despues por la U.R.S.S. de las hormigas... jTanta pierna de once anos, tanto seno, tanto naufragio lubrico en las aguas de la ultima conciencia! Mirar la flor y huir hacia mi misjno. j Que laxitud de sombras sin estrellas! Solo yo con mi sexo, frente a frente, desenredando senos, piernas, brazos, con miedo del infierno... e implorando a la Virgen y al Cristo imiserere de mi! Punales de las horas me do’ olaban. Amanecia mi voz en la distancia, y mis manos aullaban su pecado a la puerta del cielo. Oh, en esa hora me atacaron los lobos del desierto con su cancion de siempre; e hice de mi conciencia un jeroglifico para que lo leyeran las estrellas que son puras y castas... 85 422 i i I CIMA: Seno Cima pensada si mas, ya en cuclillas, mira y retoza, que tu momento en circulo se perpetua sereno en seno. No blanca desnudez pero si bronce; gran arco de el a ti que llega al cielo. Si no fuera ilusion. . . (Y es tan cierta la loca realidad que en mi s e crea.) i Estrellas que aparecen? I Sombras? j Sombva! jOh, cima, te negaste! Y ique? Persiste dentro de mi la realidad del seno. G E N E R A C I O N : a r b ol 423 Ya no faltaron tardes ni hicieron falta auroras. Las habfan ofrecido tus Pescadores de carnes doradas y de redes ligeras. Unas cuantas miradas y dos o tres sonrisas habfan hecho el milagro. Y al resplandor del fuego ique lluvia de luceros! El oro de los cielos para la dicha llovio de tus cabellos. jTodo estaba dispuesto! Sin embargo, como faltaba el arbol -recuerdo y sombra- que debfa proseguir con nuestras vidas yo me hice sembrador y are tu tierra. v I CAN C IO N P r i m e r a Una esperanza sin cielo liueve de toda ilusion. Para cada estrella nueva nace un pedazo de cielo. La lluvia, si no de estrellas, sera de arenas de mar. Si anochece -florecido- el ultimo arbol, habra ruisenores en sazon. Por cada canto caido tendra una multa la tarde. Cristal que se rompe pierde toda vocalizacion. . . La ultima torre del lago ya no sonara sus peces. El sol se mete en su concha y las estrellas naufragan en un espejo de sal. 38 C A N C I O N Segunda 425 I-Iombros de centauro traen sus senos a mi ventana. Su carne brilla y se apaga, carne de malva y albahaea. Sus alas en abanico hacen de sierpe la llama. Sus ojos de monte y mar le sueltan jarcias al alma. Pinos y lago de nuevo se Ievantan. Las bocinas de la nave se encabritan. Gira otra vez la veleta sin norte de mi inquietud. Va el engranaje en vaiven sobre la mar -canto y sal-. Y el viaje de larga huella recomenzado y eterno eleva anclas y echa a andar por la espiral de mi centro. 3S ELLA, LA CALLE Y EL MIRTO Bajo mi centro -puente alto- pasa la luz del recuerdo. La distancia, ya en estrella, quita el relumbre. Se acerca. Y vuelven la calle y ella y el jardin y el mirto. Tenia por alii la vida clavel y rosa en el pico. Y sigue hoy -pajaro- el cielo revoloteando en sus ojos. Brilla la hojita de nacar y de rojo brota el canto hacia la ram a y el nido. Grito a la luz: “jAy, persiste!” (Tengo el anhelo del brazo. Alii quedaria perplejo.) jAh, pero vino !a sombra, y lo preciso alzo el vuelo! jSubio la onda! ;! ■ ! viento en mi precipito la alboracla! La hojita de nacar donde? ;,En donde el canto? £la rosa? Solo noche. En mi y afuera desnudo silencio negro Y corn sembrando loco las semillas de mis gritos. Carrera de viento fue, prccipitar de torrente. Los ojos en rumbo fijo y las manos en bandera. Pequena estrella en el alma me decfa bajo: ‘•;Prosigue!,, A L C A N D A R A 427 En mi alcandara -gaviota- hizo vivac tu recueido. El de las otras -bandera- flamea de mi viento y muere. El tuyo, no; la parabola de su vuelo -mar y cielo- se dobla tanto... La parabola -ya dije- se dobla y el vuelo torna a su punto de partida. j'iafuera? tiadentro?} estan siempre! 41 G I T A N A 428 Soles de infierno y mares de esmeralda te llevan y te traen, inaferrable mariposa de sueiio. iDe que sombras \ amadas vas huyendo? jOh nube sin arista, agua sin Iuna, vas durmiendo tu sed de caminante por todos los senderos de la tarde... Solo asi te imagino, estrella loca, salpicada de torres y de cantos... 42 Las huellas que dejaste, que deje, se enredaron. . . Son heridas que sangran en las almas... Me enrede, te enredaste, se emedaron las huellas en las almas.. I N V I E R N O Rocas de sal y mares de granito corriendo hacia los arboles sin brazos. Quedo bajo la mueca helada y honda, solo, mi pensamiento. Boi- ra la risa ;es el viento! roba y huye. Detras quedan esqueletos. ;EI se robo todo el oro! iDe donde imecipita para el reeuerdo tanto cielo de azufre? 431 jHUELGA DE ARREBOLES CAIDOS! Ensangrentada al viento la oriflama tie todos sus colores, cae la tavde sobre la muchedumbre de los lirios. Un grito de amapolas al unisono pinta de rojo el mar. Los nubarrones desisten de sus cascos y vacilan ante la rebelion de las estrellas. ; Huelga! Huelga de arreboles cafdos con mitin de hojas secas y carteles de guacamayos existencialistas. De todas las heridas se desgajan los jugos de la tarde como roja frutal ofrenda tib ia... jVenid a ver, luceros! Vuestra huelga ya cubre el sindicato de las nubes y las olas en flor. La turbamulta de espumas encrespadas alza emblemas de luz. Ruge, reclama: “;Abajo el plumbeo sentido de la vida! iQue rebajen el aire! ; Estamos contra los acaparadores de la atmosfera!” —Mirad, alguien ha roto las vitrinas del mar. —jTened cuidado con esos rompe huelgas! —; Ah, malditos galapagos traidores! SE PROHIBE MTRAR A LAS SIRENAS DESNUDAS. Varias carrozas funebres conducen ensangi'entados apios e hinchados repollos cadavericos. jOh bienaventuradas amapolas que no comeis cebollas ni ensaladas de alfalfa y zanahoria! NOTICIA EXTRA: Una nube 45 dio a luz vociferando su angustia entre celajes... 1 Adelante! i Duro con los plomizos nubarrones! Los senos de la nube alzan relinchos de los delfines briosos y en celo. jMirad como se Hen a carcajadas esas negras tortugas verduleras con su nariz de torva abracadabra! — iDetened a esa turba de hipocampos hambrientos! — jNo lo:dejeis hartarse de arreboles! i Huelga contra las nubes tenebrosas! Son muros sin cerebro entre bastiones de e3tiercof y hojalata! Los que buscais el seno de la tarde, sedientos, 1 1 0 perdais. la esperanza de una tibia gotita en vuestros labios. iQue importa si la leche sale del seno herido, ensangrentada? i Huelga total de lirios y amapolas! ;La rebelion avanza! ;Que hable el viento! iQue callen esos pajaros! j Silencio! iQue es lo que tabierea cosiendo heridas con rumbo hacia la muerte? i Como ruge la multitud de nubes! I Adelante! i Aba jo el alto costo de las olas! I Que rebajen el aire! iQueremos senos frescos! jAbajo las sonrisas en lata! 433 CONCIENCIA DEL TERROR MOTORIZADO Pero aquel ojo inmenso, desgarrado de llanto, en el espacio, vivo, abierto, fiscalizando el crimen, fijo y solo, sobre reflejos de humo, sangre y sombras... Desorbitado, a orillas del rugido, mudo de voz, de grito y de sirena, mirando solamente, triste y rojo, pasar, correr la sangre atormentada, ealladamente solo y sin palabras. Pupila alerta siempre, insomne y grave, ya mas alia de aullidos y fronteras, en ti se vuelcan muertos, mares, tierras, y estallan sin rumor las catedrales. ;Que silenciosamente y que apagado golpea tu llanto el hombro de la tarde! jOh, sigue asi, retina de sepelio, egida, espejo mudo, simple imagen de brazos, piernas, ruinas, esqueletos! jOjo de horror, clavado en el espacio, seras, en tu vigilia eternizada, roja medusa a estatuas de quebranto! 47 C A N D O M B E jZamba, zambe, zarabanda! jM i perro, la luna y tu! iPor que te pones tan brava cuando te llaman Chombita del Curundu? (A la luna se le puso la cara toda de grana, porque no quern llamarte jamaicana.) jBrindame espumas de mar y embriagame de arreboles! jAzota, morena, azota, azotame los tambores! Te dijo el sol: “\Ciioiiiba mala!” y te pusiste a llorar... jBonito viento, morena, bonito pa’ navegar! iQue sa'oroso se cimbrean los eocos de tu palmera! iAy, bate, morena, bate, ay, bateme la bandera! iZapo, zape, negra mala, — Caderas de corotu— , llorii si te da la gana and holing you! 8 435 GUITARRA DECAPITADA (Romance a media asta) Voces de fusil se oyeron a eso de la madrugada. . . jParad el canto, que ha muerto Federico, en su Granada! Guitarra decapitada, ay, Federico Garcia, ya nadie podra decir la cancion que tu dirias. jCorre, luna, luna, luna, avisale a los gitanos que Federico Garcia alii se esta desangrando! Su sangre de luna y sombra, sangre gitana y caliente, cabalga potro de plata caminito de la muerte. La tierra mojada en ella la guardara el Santo Graal. Los cuatro primos Heredia luego la ban de custodiar. El canto de la zumaya quiebra un silencio de estrellas. La luna llega a la fragua de Antonio Torres Heredia. jQue se desangra, gitanos! iTened el cante! Su sangre teiiira todos los rios y los cielos de la tarde. 49 Sobre el caballo del alba corre Soledad Montoya. ;Ay, Federico Garcia, guitarra leiana y sola! El camino de tu sangre esta sembrado de estrellas. La luna se bana en el. Sangre de sal salinera. Sombras de muerte cabalgan a lomo de las navajas. jAy, Federico Garcia, zumo de lima y naranjas! Angeles negros tenian la mision de fusilarte. Angeles blancos tendran noble mision: enterrarte. El cipres te dara sombra y los pajaros cancion, que los cuchillos del viento te rezaran la oracion. Malas sombras degollaron el canto de tu guitarra. La luna de los gitanos no olvidara su venganza. Y tu sangre, Federico, —corre, corre que te alcanza— ha de seguirlos, aullando, hasta morderles la entrana. COMPAS DE M A R C H A A Ricardo Miro Las hojas del laurel, ya desprendidas, estan listas para el. El mar hace sonar sus caracoles, los arboles saludan, y los senderos se enderezan al fin. jMirad a la gaviota! Ya vuelve. La bandada de garzas fugitivas se acerca, para verlo mejor. j Torres que sollozasteis sus nostalgias, luna que iluminaste sus entranas, miradlo bien es aquel coronado de laurel! jOh, ruisenor, olvida ya tu canto y empinate, para verlo mejor! j Oh, luna, sube ya de la laguna, para verb mejor! Y tu tambien, mi copa de cristal, £no olvidaras el Carnaval para verb mejor? NCENDIO (Poema en tres tiempos) Dibujos de Ricardo Marin 439 Primer Ticmpo: LA VOZ DEL PANICO Quivi sospiri, pianti e alti Ruai i'isonavan per l’aero senza stelle. Pwitr: .Inferno. Sirenas sin gemidos ni palabras —mudo oamo que solo oyo la muerte— clavai'on agonias en la noehe. Callado jeroglffico del grito que no partio los suenos ni saturo de alarma las tinieblas. ?Que voz estrangulada podia sen mas certera que una mano de luz pintando el cielo y adelantando el alba? Enloquecidos quedaron los relojes, y un aullido de sol mordio el espacio precipitando sangre y arreboles. Incandescentes garfios dolorosos sacaron de su sueno almas a flote ya en alas del infierno. jFuria de Dios en rafagas! jpiafar innumerable —miedo en marcha— corriendo hacia el crepusculo! Dos cantaros del alba se rompieron, y el Santo firaal del^sol —vajleriLamado— nor el cielo. De' tcces*"ios caminos la rosa de los vientos lanzo flechas de sangre. j Miserere, miserere, Senor, calma tu colera! j Mil potvos degolladns trotando cielo arriba con las crines ai vignio cnvcjecidas! jTodo el lranio del rnundo, todo el gas prepai'ado para la guerra ruge! jLas mascaras del miedo ya no bastan y las manos ya no pueden asirse en la distancia! — ^Quien pudiera subirse en una nube? 55 440 Segundo Tiempo: LA VOZ DE LA AGONIA Ed ccco a poco a poco un fummo farsi verso di noi como la nottc scuro. D ante: Purgatorio. — jDame tu brisa, mar, tu brisa pura para saciar mi voz y mis entranas! — jDame, Senor, tu gracia y tus pulmones para amarrar el aire con mis venas! — jM i sangre no respira! — j Mis pupilas dan vueltas en la noche! —iQue aguijones me desgarran las carnes? — i Senor, misericordia! — iPor que ocultas el agua de tus cauces? —i Precipita los rios de tus montanas! — jAbre todas las fuentes de la vida! —jUna gotita de aire puro, Senor! — iUna gotita! —j * Tan solo una gotita para mi sed amarga! — i Mi grito se ha partido! Mi voz sangra en las sombras, torturada por alfileres de humo. —Pero solo responden los angeles del fuego aguijoneandonos por todos los rincones. —Solo lenguas de fuego ensayan muecas desde el techo, los muebles y las sabanas. —Mil fusiles de llanto enrojecido nos van ametrallando. — jM i palabra se vuelve tos quemada! — j Misericordia, Senor misericordia! — £por donde hemos de huir si por doquiera solo tragamos muerte? —Somos naufragos en medio de un oceano de fuego y brea. — Carne encendida, se pierde nuestro aliento entre las nubes. —iQue esperanza de fuente ha de salvarnos? — Senor, ya que lo quieres, recibe este holocausto de pena, grito y llanto. — Navegando en el humo van a ti nuestras almas. —j Aleluya! j Aleluya! 57 ----------------------------------- 441 Tcrccr Tiempo: LA VOZ DE LA PLEGARIA K v'<!i lnm<; in form a di rivcra fulvido di fi't.unro, intr.-i duo rive dipintc di m ira'd l luinuivera. Danto: Pnradiso. — iQue demasiado tarde se han abierto los nos de la alborada! — iQue musical torrente ha penetrado por todas las heridas! — iQue suave y retardada esta caricia del agua redentora! —Ya las llamas adormecen su colera. —Ya no ensehan los dientes, ya no rugen. —Y el globo de los cielos va a estallar de tanto humo. —Solo tiniebla y agua. —Agua y tinieblas. —Cataratas, torrente?, marejadas. —Nuestros cuerpos, ya frios, lejos del llanto, flotan en un oceano interminable. —Giran... Giran en un gran torbellino. —iY a para que tanta agua? iSenor, deten el agua! — i Que respeten por lo menos la muerte! —Pero nadie nos oye. Nuestros cuerpos siguen girando mudos en el gran torbellino. —Se entrechocan, se crnzan y vuelven a girar. — iNinguna mano podra cerrar las fuentes de este aguaje? — ^Giraremos acaso eternamente? — Nuestro grito seguira suspendido y desgarrado sobre todos los nihos y las madres, sobre todas las almas, j Miserere! —i Miserere, Senor! 59 APlSNDICE C COPIA DE SEMANA SANTA EN LA NIEBLA 442 443 rogelio s i n a n SEMANA SANTA EN LA NIEB1.A Dibujos de CIRO ODUBER P A N A M A 19 6 9 HABIENDO inuchcs tentado a pcner en orden la hisloria de las cosas que entre nosotros han sido ciertisimas. Como nos lo enseharon los que des- de el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra; Me ha parecido tam bien a m l des pues de hcber entendido todas las co sas desde el principio con diligencia, escribirtelas por orden, oh mi buen Tediilo, Para que conozcas la verdad de las cosas en las cuales has sido ensehado. LUCAS, I. 1-4. barcos hacia judea Masti'n amilanado por espadas y cruces, helada sed de estrellas hace morder arenas al caserio marino nutrido de ola y nube. Su iglesia hecha de cera con peces y cadaveres define un viejo mastil que en travesia macabra proyecta sus faroles sobre la noche obscura. ; Barquichuelos de nacar, hacia Judea navegan palmeras, luna y torre coronadas de bruma! cuaresmct de terrores Maritima cuaresma de las metamorfosis —joh suicidio asomfcrado de peces y de frutas!— euando crecen escamas al viehtre de la noche mutilado de estrellas y prenado de brujas. i Pueril forma dolida del sueiio cancelado braceando a la deriva de la inutil sirena! jCuanta cera desnuda buceaba candelabros y Cristos, anegados en oceanos de niebla! 447 cgnus del Voz humeda clamando del mar o del lucero despierta contorsiones en olas y anfibios. El verbo humanizado florece en arcangelica 15 verdad para la niebla de antiguos egoismos. Cordero sumergido, burbuja inmaculada, su forma tornasola cristales de prodigio. Y, mientras la dorada paloma hace acrobacias, la tentacion acecha con unas de enemigo. 448 pecados copitales Velamenes sobcrbios, deshilachando brisas despiertan la avaricia de la marina suma. Pereza en las merluzas; orgullo en las corvinas; y, en pulpos, tiburones y pelicanos, gula. De la onda opalescente surge la curva docil que en senos tenebroscs oculta la lujuria. i Satan, Satan, aleja la glauca mariposa! ;Venciste, helada forma! jDelfines, aleluya! Goza la tarde nupcias de estirpe salinera donde cefiro y brisa trasegan arrebol. Mas la encendida savia de la vid deja apenas un vaiven de palmeras y una sed en clamor. Medusas y corales dipsomanos de nectar festinan el prodigio. jVenid a ver! El Sol “i Verted dice a las nubes la sangre de mis venas! Y, el Mar (\ santo milagro!) trasmutase en licor. Viejo muelle zureido de brumas y sirenas. Vision humeda. Verde vaiven de remo y quilla. Torso de ola. Gaviotas silbando en el trapecio Zi de un canto marinero. Yodada hora salada cuando el pellcano liunde puhales en la clara pupila de la espuma. Brisa agil. Brea. Eipocampos nostalgicos de friso. Tritones. Caracoles. Mirad: jEntre las redes ha caido la tarde! Posesas de la bruma con belfos de gemido galopan ola y brisa remeciendo cordajes. Huracanadas alas con rayos en el pico desgreiian maldiciones, espumarajos, ayes. Hunde el Sol luminosas agujas de prodigio desalojando nieblas de filiacion desleal; y, anatematizado, deshecho el maleficio, los fulgidos demonios precipitanse al mar. Esquirlas afiebradas de aguacero, ululando, aesataron la muerte sobre yerba y hormiga. Fusilada la rosa, decapitado el nardo, ique anegado colapso sufrio la Sensitiva? Dolorosa de nichos y aterida de llanto, su coogelado espectro suena savias de vida. Oh Sol, tanto cadaver mereceria un milagro.. jlicalfzalo, dorada pupila matutinal Cansancio de inutil ademan extendido jaeulatoriamente sobre humus y secano; fatiga de la esteril simiente detenida, macerada y hollada por una, cal o ave. Pero, ;oh uberrimo tacto, bucolica delicia del fruto adolescente jugosamente flavol i Dichosa complacencia, botanica lascivia del hogareho goce dormido en cada tallo! Profetico de pajaros, remece tempestades el arbol, dominado por mistica soberbia; mas, subrepticiamente, sofoca sus ramajes, en fatales volutas, airosa madreselva. Titan sobrecogido, va quedandose exangiie bajo el nudo lascivo. Roido vena a vena, deshecho finalmente, desplomase cobarde, paida la soberbia cual truncada cabeza. Triste higuera maldita, mutilada de sexo y avida de plumajes, tu desgajado grito levanta en banderola para gritar: “jEsteril! si, yo, defraudadora del codiciado fruto! iPor que signo de arenas doblegase mi debil conciencia vegetal? jOh calido conjuro, fortifica mi tallo, torna mi savia fertil y dame la delicia del tierno tacto rubio!” A la bora equidistante del pez amanecido con la primera espuma de la manana, flota, como un presentimiento de bostezo salino, su forma sin aristas, deshilachada, fofa. Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos, amarrando en las jarcias elasticas gaviotas. Y, al recoger el hombre su red, semidormido, scmaritana C-igarras encendidas y melodias frutales pioclaman ondulantes acrobacias del agua que, rica en lentejuelas y Kquidos collares, contorsiona abanicos en lascivias de danza. Desabrocliando sonibrns, romero Sol mitiga sus sedes glugluteantes en georgico beber. Asi, ambos, convenidos, mutuamente se brindan dla, frerca surgente; purisima luz, el, hijo prcdigo 458 Laiiiiendo tierra, arena, raices y bazofias, tumbo a tumbo al origen precipitase el no. Los oros del poniente despilfarro en cabriolas de ondulante premura por liquidar su opimo caudal de margaritas y alas de mariposa. Vuelve enjuto, lodoso, pordiosero de estio, y, anorando caricias de paternales olas, arrojase en el seno del Mar, arrepentido. iQue sombra atribulada de realidad extiende pasaporte de huesos al sueno de la imagen? Negada para estatuas de panico, su flebe preseneia sumergida luce aire de cadaver. Pero, no. Todo: el arbol — Callada angustia fertil— , la muchedumbre de olas, el cantaro de greda, —barajando cuchillas de inercia, vida y muerte— , ie gritan a la imagen, remeciendola: jCrea! ego sum lux 460 Te conoce la savia cuya lagrima evoca tu desnuda pupila de neon canicular. Igualmente la ola, la semilla, la rosa reconocen tu anuncio: VIDA, LUZ y VERDAD. Pero, nada de mitos empolvados de sombra con espectros azules y leproso rubor. Milagros y auroras publicitarias sobran cuando, identificado, resultas ser el Sol. demo in i os 4 3 y tes Su calitlo ocio antiguo despereza la plaza nostalgica de bosques. Atonita se incLina cuando bajo las palmas que la inoeencia enarca trotan siglos de sombra vestidos de oro y lila. Por la florida senda la Candida alharaca desgaja hondos reflejos de sana pagania. La marejada mistica revolcara en la playa demonios con arcangeles, y con la muerte, vida. Fragancia de jardines y enearistia de huertos eneienden un cromado retablo nazareno. Vertida sobre mares, valles, montes y cielos, la cop a de la angustia reflejara el sendero de cirios y rosales en muda caravana. De la hiimeda mejilla floreceran jazmines; y, la cizana avitisa, ya huerfana de savia, levantara su hueste de endriagos y anfibios. ecce homo 463 Prisionero entre nubes y barrotes de minio derrumba su proceso crepuscular el Sol. Su nebulosa carcel es alfa de martirio que estallara en seraficos extasis de color. La florecida arteria despejara concilios apartando tinieblas llagadas de arrebol; brillaran tristemente su ultimos delirios, y el toro de la noche mugira de pavor. La estrella vespertina, fatalmente risuena, suspira ensimismada tras el mito solar, ungiendo, mariposa, la traslucida huella con grito de cristales y pupila de sal. Cuando, rumbo al helado sepulcro de las olas, la sangre iluminada tina celajes, ella salpicara el tocado de las nubes piadosas al deshacerse en lirios como una Magdalena, Desnuda luz, pupila con celajes de cirio, va tinendo de sangre la garganta del mar. Deshabitadas sombras asesinan anfibios y un coro de difuntos tritura ojos de sal. Coronado de dientes y clavado de lirios trisca en valle de espumas el cordero solar. Y un derrumbe encendido rectifica el camino que ungira con esencias la palmera pascual. veronica Proximo al sacrificio, novillo aeongojaclo, sufre el mar deslumbrantes gaoneras de la Luna. Sobre liquidos cuernos la nacarada capa pasa, quita y repasa sin ofender espumas. Clava el diestro luceros en el glauco mugido que embiste proceloso. jLa marejada atonita derrama por la herida resplandeciente grito que trunca la faena con magistral veronica! presets 5 5 467 c - f ? F K f . fT-m f f*\ P - i ‘ - "r .'**• y ' / * % - ' i * I Q Catt h-t : a ?.& jOh Santo Graal! Las gotas de encendido vinagre puntualizan claveles en el nicho del mar... Derruyense en salmuera los templos de la tarde y el miedo clava incendios de rojo vesperal. La callada tiniebla pone rosas de luto tras un rezo de nubes anegadas en flor... Y las olas arruMan sobre el mar gemebundo la dorada salmodia del ultimo arrebol... dolorosa 468 Dolida Electra, enluta la Noche campanarios bajo erizado manto de lunas y ortigas. Siete punales, siete, de luz lleva clavados / eternizando mascaras, espermas y cenizas. ^ o Dolorosa, amargada de cirios, titilando, pulveriza oraciones de calcarea neblina; mas, su apagado llanto, frutal y subterraneo, truecase en clara savia que la tierra utiliza. j 469 j i resurreccidn i Gloria! j Gloria! jAleluyas, maitines y hosannas despiertan minuteros y gritos de alcanfor, mientras loco revuelo de abanicos y de alas desnuda olas y mastiles ironicos de alcohol! i Clarineros del Alba, tocad cielo y montanas! i Dad paso a las cuadrigas de luz y de color! jBrisa, espuma, aleluya! \ Loemos la manana! jToda vida renace cuando renace el Sol!
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Asset Metadata
Creator
Roy, Milantia
(author)
Core Title
Rogelio Sinan: Estudio De Su Obra Poetica Y Narrativa. (Spanish Text)
Degree
Doctor of Philosophy
Degree Program
Spanish
Publisher
University of Southern California
(original),
University of Southern California. Libraries
(digital)
Tag
Literature, Modern,OAI-PMH Harvest
Language
English
Contributor
Digitized by ProQuest
(provenance)
Advisor
McMahon, Dorothy Elizabeth (
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), Smith, John David (
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https://doi.org/10.25549/usctheses-c18-799364
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7314439.pdf (filename),usctheses-c18-799364 (legacy record id)
Legacy Identifier
7314439
Dmrecord
799364
Document Type
Dissertation
Rights
Roy, Milantia
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texts
Source
University of Southern California
(contributing entity),
University of Southern California Dissertations and Theses
(collection)
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